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Erasmo, el humanista molesto

En el Debate de Ávila: Cañizares versus Zapatero se han oído palabras solemnes por parte de uno y otro. Dejo los comentarios a los profesionales. A propósito de ese HUMANISMO DEL SIGLO XXI, me han venido a la memoria otros tiempos convulsos (siglo XVI) que, mutatis mutandis, estamos viviendo y sufriendo hoy. Como con dolores de parto. Y no sólo en el aspecto económico. Ahora, como entonces, se trata de la identidad de Europa. Bueno será, pues, recordar a Erasmo y el humanismo que él preconizaba.

Ninguna autoridad moral de su tiempo, podía compararse con la de Erasmo. Jamás un hombre particular poseyó en Europa un poder universal merced sólo a su persona y su valía. Para su tiempo, llegó a ser el símbolo de los anhelos espirituales colectivos. Por primera vez, el poder ético y espiritual tuvo la precedencia sobre el poder político (por poco tiempo, desgraciadamente). Él y su obra tuvieron gran trascendencia en toda Europa. Sus escritos eran leídos atentamente, sopesados y discutidos. A nadie dejaron indiferente. Carlos V, Enrique VIII y Francisco I pidieron sus consejos. Cinco universidades le ofrecieron cátedra. Tres reformadores: Lutero, Melanchton y Zuinglio lo cortejaron para obtener una palabra de aprobación. Durante toda su vida había rechazado despreciativamente todos los cargos de este mundo, a causa de su libertad. Erasmo era un hombre prudente, íntegro e insobornable. Cualidades que, a su juicio, deberán tener los verdaderos humanistas, esos hombres espirituales que con su rectitud moral y su sabiduría han de cambiar el mundo. Nunca se vendió. Por encima de todo, prefirió su libertad y su independencia, Siempre permaneció fiel a su lema Concedo nulli (No cedo ante nadie). Él fue el humanista que encarnó, como nadie en su tiempo, el poder invisible del espíritu.

En sus últimos años, Erasmo se volvió escéptico, tuvo la impresión de que su obra había sido baldía y esto le amargó en el lecho de su muerte. Los católicos no lo invitaban, los protestantes se mofaban de él. Nadie requería ya su opinión. Como él mismo se quejaba en sus últimas cartas: Mis enemigos aumentan y mis amigos desaparecen.

¿Quién era Erasmo y cuál fue su obra para que tantos lo aclamasen con tanta devoción? ¿Qué características tuvo el humanismo que alumbró? ¿En qué consistió su originalidad? He ahí unas cuestiones a considerar.

Al humanismo renacentista que se gesta en Europa a lo largo de los siglos XV y XVI, Erasmo le imprime su impronta personal. Su philosophia Christi tiene como pilares fundamentales una gran confianza en el hombre y en la fuerza de la libertad.

El descubrimiento de la humanitas conlleva la exaltación de todos los valores humanos. Esto hace que los humanistas vuelvan a los antepasados griegos y latinos. Su conocimiento y cultivo son considerados como condición indispensable para entender el hombre y el mundo, y pueden servir de modelo y ejemplo al hombre moderno. Protágoras (siglo IV a.Xto) ya hablaba del Homo omnium rerum mensura est (el hombre es la medida de todas las cosas). Según eso, el hombre (sea cual sea la traducción y sentido que se le de a ese aforismo), tiene entidad propia, constituye el referente y centro alrededor del cual deben girar todas las cosas. A esos descubrimientos paganos (pagano no en el sentido peyorativo que le da la Iglesia), el humanismo cristiano aporta los valores e ideales que aparecen en el Evangelio. De ahí también la importancia de volver a los orígenes del cristianismo primitivo y de desembarazarse de todas las excrecencias que se le han añadido a través de los siglos. La visión personal que Erasmo tiene del hombre y del mundo es una visión cristiana, pero completamente nueva y moderna. Mira al hombre y al mundo con ojos limpios, sin las legañas de siglos que ha enturbiado la mirada de la Iglesia. Esas legañas son hoy cataratas con glaucoma cuyo diagnóstico es poco esperanzador; puede que acaben en ceguera total. Su humanismo será, pues, un humanismo cristiano nuevo. En esto, como en tantas otras muchísimas cosas, Erasmo se adelantó a su tiempo. Vio más allá de la corta y ramplona vista de los jerarcas eclesiásticos y de los teólogos de su tiempo. El aggiornamento de la Iglesia y del cristianismo que en el siglo pasado intentó el papa bueno, Juan XXIII, con su concilio (y que Juan Pablo II y Benedicto XVI con estudiada astucia han hecho fracasar) ya lo intentó Erasmo. He ahí la actualidad de su humanismo. El nuevo cristianismo que defiende Erasmo en el Enquiridion militis christiani y el Novum Instrumentum nada tiene que ver con la Teología Escolástica con la que se identificaba plenamente la Iglesia de su tiempo.

En el escrito al eximio teólogo y humanista Martín Dorp, que se lamentaba de la inoportunidad de su Stultitiae Laus (El elogio de la locura), publicado en 1509, (locura irónica y crítica), vuelve sobre el tema de los teólogos: en su manera de perder el tiempo en discusiones vanas… hombres dados a luchas verbales… que no tienen tiempo de leer el Evangelio… Te podría presentar a quienes han pasado ya de los ochenta y que han perdido buena parte de su vida en naderías de este jaez, sin siquiera haber abierto los Evangelios… No hablemos de la falta de base de esta Teología: monstruosa, bárbara, artificial, totalmente insensible a las artes liberales y a las lenguas clásicas… Esta Teología está tan adulterada por Aristóteles y por insignificantes invenciones humanas que dudo si conoce algo del puro y genuino Cristo. ¿Qué tiene que ver Cristo con Aristóteles o los misterios de eterna sabiduría con la sutil sofistería? ¿Qué se busca con ese laberinto de temas, que en su mayoría son una pérdida de tiempo, sino la simple gresca y crear disensión?… Hay muchas y grandes cuestiones que es mejor ignorarlas que investigarlas, viendo como vemos que algunas cosas no podemos conocer y otras muchas en que la incertidumbre es mucho más provechosa que la misma certeza… Hoy no tienen límite las investigaciones inútiles, raíz de todas las discordias… En suma, hemos llegado a un punto en que la base de la doctrina expuesta no se fundamenta tanto en la doctrina de Cristo cuanto en las definiciones de los escolásticos y en el poder de los obispos. En consecuencia, todo está tan complicado que no hay siquiera esperanza de volver a traer al mundo al verdadero cristianismo… Escepticismo amargo el que rezuma Erasmo. Sus textos pueden aplicarse, sin necesidad de cambiar una coma, a la situación de la Iglesia actual.

Erasmo rompe con la christianitas (concepción hierocrática que Juan Pablo II añoraba y que hoy día se trata de “resucitar” con la tan cacareada “nueva evangelización”). Rompe con la christianitas y con la concepción del hombre y del mundo que tiene la Iglesia medieval, temerosa de las novedades que alumbraba la Nueva Era. La Iglesia jerárquica rechaza, por razón de supervivencia, todo lo nuevo; porque sabe que las novedades son una amenaza a sus anquilosados dogmas. Dios (y la institución que lo representa) dejará de ser el centro de todas las cosas, y ese lugar lo ocupará el hombre. Erasmo pasa del teocentrismo medieval al antropocentrismo que aparece claramente en los Evangelios. Erasmo no levantó la mirada hacia el cielo cristiano con menor fe que hacia el Olimpo griego.

La pietas cristiana, que Erasmo no se cansará de defender, es una espiritualidad personal e íntima, practicada en el templo de la propia conciencia. En su libro Enchiridion militis christiani (Manual del soldado cristiano), base de todo el movimiento erasmista, defiende una audaz reforma religiosa y hace una llamada urgente a que cada hombre interiorice el mensaje evangélico. Censuró todo lo que de muerto había en el catolicismo (y era mucho) y se colocó a la vanguardia de los innovadores. Invitaba a sus lectores a descubrir lo esencial del cristianismo por debajo de las apariencias, a vivir el mensaje evangélico en espíritu, y rechazar, como hojarasca muerta, las observaciones exteriores, según la sentencia tan certera de san Pablo: la letra mata y el espíritu da vida. Erasmo privilegiaba la religiosidad interior sobre la exterior. La liturgia, toda la parafernalia de ritos, ceremonias, santos e indulgencias, la organización jerárquica de la Iglesia, incluso sus dogmas, pasaban a ser elementos secundarios, prescindibles. Su dura crítica al clero regular y a la corrompida estructura eclesiástica (como mantenedores de las supersticiones que esclavizan al hombre), provocó un durísimo enfrentamiento entre los erasmistas y los frailes.

Monachatus non est pietas (ser monje no supone forzosamente piedad auténtica) gritó Erasmo. Y de una a otra parte de Europa resonó como un grito demoledor contra el estamento religioso. Pero fue sobre todo en España donde causó mayor alboroto. De tal modo que motivó la famosa conferencia de Valladolid de 1527 para decidir sobre la ortodoxia de Erasmo.

Resumamos algunas claves del humanismo de Erasmo:

* El hombre es el centro y la medida de todas las cosas. “Para Erasmo –escribía Lutero– las cosas humanas significan más que las divinas. Para Lutero, en cambio, lo religioso era lo más importante que había en la tierra.

* El humanismo aborrece toda violencia. Ningún derecho justifica la guerra. Aun cuando uno crea que le asiste todo el derecho del mundo, jamás debe resolver cuestión alguna por medio de la violencia. En este punto, toda circunspección es poca. Sus reproches más acervos van contra la Iglesia que, con el acrecentamiento de su poder temporal, ha renunciado a la gran misión de mantener la paz cristiana universal.

* Toda intolerancia y partidismo son ajenos a su teoría de la concordia universal. Para Erasmo no existen naciones ni fronteras sino una patria común global. Todo ser humano, sin exclusión de ningún tipo, puede ser ciudadano de esa comunidad. En caso de conflagración, los humanistas no tienen que alentar con celo partidista las hostilidades. Por el contrario, deben colaborar juntos para poner fin al frenesí inhumano y bestialmente salvaje de la guerra.

* No hay verdades absolutas. La verdad siempre es ambigua y multicolor. No pondría yo mi cabeza por la verdad, declara Erasmo. Lutero se mofa de él porque no quiere afirmar nada con seguridad… por todas partes anda como sobre huevos, sin querer aplastar ninguno… considera la paz corporal, la comodidad y la tranquilidad como cosa más alta que la fe. Lutero, en cambio, tiene las ideas clarísimas y está dispuesto a defenderlas aunque el mundo entero se convierta en discordia y se hunda totalmente y sea sólo ruina.

* La verdad absoluta lleva al fanatismo. Sus partidarios quieren imponerla a la fuerza a todo el mundo, valiéndose de cualquier medio (inquisición, censura, anatema, hoguera). La dictadura de una idea, como única forma de fe y de existencia, rompe la unidad y provoca la desavenencia universal. Todo dogma es una declaración de guerra contra la libertad de espíritu. Quien quiera ser cristiano, dirá Erasmo, tiene que ser pacífico y tolerante. Quien quiera ser cristiano, le responderá el inflexible Lutero, no le es lícito ceder jamás, aunque todo el universo perezca por ello.

Defensor insobornable de la libertad de pensamiento, Erasmo nunca quiso atarse a dogma alguno ni decidirse por ningún partido, por eso en ninguna parte encontró un hogar que pudiera llamar suyo. Espíritu libre e independiente, buscó, mediante la mutua comprensión, una síntesis armónica y suprema de todas las ideas.

* La razón por encima de la fe y de las supersticiones. En la bóveda del Antiquarium del Residence Museum de Munich, aparece pintada, esta máxima: Fides certior ratione (La fe es más segura que la razón). Quien la mandó escribir debía de tener esa fuerte convicción. Fides certior ratione no está mal para esculpirla en el frontispicio de una Biblioteca de Teología. Sin embargo, Erasmo, a mi modo de ver, hubiese mandado esculpir en piedra la sentencia opuesta: Ratio certior fide (la razón es más cierta y segura que la fe).

En esta hora, en que la Iglesia pone tanto interés en resaltar las raíces cristianas de Europa, habrá que escuchar las sabias reflexiones del humanista Erasmo, no sea que alguien nos den gato por liebre.

32 comentarios

  • Asun Poudereux

    El etnocentrismo de lo mío y lo nuestro, impregna todo,  no está en absoluto superado, ni integrado y menos trascendido en humanismo real,  pues siguen reproduciéndose una y otra vez ranuras, desencuentros y violencia digamos “domesticada”, al disparar nuestra “verdad absoluta” sin practicar la escucha, sin  llegar a mirarse, verse y reconocerse en el otro, sin dejar espacio, un lugar de todos, para el enriquecimiento mutuo y apertura humilde a lo que nos relativiza.
     
    ¿Por qué aún hoy seguimos etiquetando lo que nos es agradable o desagradable desde nuestra “verdad”?
     
    Por poner un ejemplo. ¿En dónde se sitúa quien etiqueta de tibio y hasta de enfermiza indecisión a Erasmo?  Me pregunto.

  • Santiago

    Por lo tanto, lo pasado tiene su valor y su lugar en la historia, ya que todo conocimiento humano ha tenido un desarrollo gradual en esta “creación evolutiva” que hemos contemplado en el corto tiempo en que hemos vivido en esta tierra. Jamás hubiéramos llegado a la física moderna sin que antes la precediera los descubrimientos de Newton o Einstein.
    El conocimiento humano generalmente es penosamente lento, y escalonados gradualmente y requiere una labor de conjunto holística para llegar a “rascar” algo de la realidad y asi lo que vemos muchas veces es “un solo aspecto” de ella, ya que nuestra limitación nos impide ver la totalidad del panorama completo. Y asi Freud descubrio la importancia de la sexualidad y del insconsciente, pero sus discípulos Jung y Adler vieron que tambien la ética y el poder son aspectos fundamentales en el comportamiento humano y los modernos psicoanalistas han huido del frío analisis freudiano para tocar cada vez la parte espiritual y emocional de la persona, que son tambien aspectos importantes “de conjunto” y que ayudan a la comprension de las disfunciones existenciales con objeto de mejorarlas. 
    Y es asi que ningun conocimiento y sabiduría sobra, pues proceden de una misma fuente inagotable e infinita que nos trasciende y que cada vez nos hace descubrir un poco mas de la realidad que vivimos y en la que nos movemos. El problema consiste en “ver” lo que es verdaderamente la realidad y huir de los racionalismos absurdos que intentan negarla. Es mejor enfrentarnos con ella y “atrapar al toro por los cuerno”s, antes de escaparnos por la puerta falsa. Es por eso que la filosofia “perennis” puesta al día ha sido llamada “realismo crítico” puesto que se escapa del idealismo y del pesimismo de lo meramente existencial y ademas es trascendente.
    Muchas gracias por todos vuestros interesantes comentarios….un saludo cordial   de Santiago Herníndez

  • Héctor

    Hola, Oscar, también yo me hecho alguna vez la misma pregunta: como compaginar el ir pa’tras renacentista con el ir pa’lante del humanismo modernista. Pensé en los valores permanentes del pasado que son patrimonio de la humanidad, son nuestra herencia, son un legado. No es volver atrás, es aprovechar ahora, por ejemplo, los grandes descubrimientos como que la tierra da vueltas alrededor del sol.  Un gran humanista, Miguel de Cervantes, sigue siendo válido para todos los tiempos. Dicen que William Faulkner leía el Quijote una vez cada año.
     
    Es verdad que el pasado no es válido solo por ser pasado. No se puede ir diciendo por ahí  que cualquier tiempo pasado fue mejor.
     
    Los grandes sabios griegos nos legaron la semilla de la democracia y de la republica. Aunque también es verdad que hay largas distancias entre  Platón y  Aristóteles. Pienso que lo renacentista que vale es lo que se basa en la búsqueda válida de las  realidades que sirven para todos los tiempos. De ahí que Erasmo siga siendo válido hoy. Hoy sigue siendo verdad que la razón es más segura que la fe, por ejemplo.
     
    Es como la gota de agua que se desliza a lo largo de su cauce sin perder de vista la fuente de donde proviene.  ¿Qué le pasaría a la pobre gota si se secara la fuente?… Es verdad que el hombre nace y se hace con sus problemas, los problemas de su tiempo, pero sin dejar de ser hombre. Los hombres y las mujeres  de García Márquez son las mujeres y los hombres con los que él vive y convive, pero en ningún momento se detiene para decirnos: “os voy a definir lo que es un hombre”. Da por supuesto que esa gota de agua viene de alguna parte.
     

  • M.Luisa

    Le  entiendo  perfectamente  Francisco,   lo que ocurre es que  deshacer lo andado, usted mismo, si no me equivoco,  en alguna parte,  le he leído  algo  referente a tanta hojarasca  que se ha ido metiendo a través de la historia.  Pues bien,    este trabajo no resulta fácil si se quiere ir a la raíz. Lo que comento  siendo algo muy simple   ha de pasar  necesariamente por lo complejo. Yo no acudí jamás a ninguna lección magistral sobre la transubstanciación   pero  si  he dedicado mucho tiempo  a  que algún estudio   me  explicara las razones de su persistencia histórica desafiando la ciencia. Por otra parte, si tuviera la certeza de que  su intención  no ha sido la de  incomodar  le diría  que me preguntara que es lo que le perturba  que con mucho gusto se lo aclararía.

  • oscar varela

    Leo:
     
    –      El descubrimiento de la humanitas … hace que los humanistas vuelvan a los antepasados griegos y latinos.
    … y pueden servir de modelo y ejemplo al hombre moderno.
     
    No sé cómo hace el Sr. Asensi para compaginar:
    1.    el “ir p’atrás” del Renacimiento (“vuelta” a los antepasados)
    2.       el “ir p’alante” del Humanismo modernista (antropocentría)
     
    Y más grave aun el proponérnoslo como Modelo del hombre Contemporáneo.
     
    Porque si el Hombre son sus Problemas
    Los Contemporáneos nos vienen del incierto “de’lante”.
     
    Peor aun si consideramos que la Razón humanista
    se nos muestra insuficiente para asegurar la vida futura.
     
    ¿Qué macana, no?
     
    Pero en la Historia no hay Parada
     
    ¡Inventemos p’alante todavía! – Oscar.
     

  • Maite Lesmes

    A LUDOVICO: acepto su aclaración. En sucesivas intervenciones suyas  iré viendo si su modo de expresarse se debía a su admiración por Erasmo o si es propio del talante.

  • Maite Lesmes

    El retrato que Stefan ZWEIG hace de Erasmo ("Erasmo de Rotterdam", ed. Paidós, pp. 57-69), tanto en lo físico como respecto a su precaria salud (además de hipocondría) y estilo de vida, es demoledor. Ya en la p. 12 había señalado que no andaba sobrado en lo psicológico: "Erasmo, el menos fanático de todos los hombres, un espíritu que quizá no fuera del más alto nivel, pero sí de amplio saber, un corazón no precisamente embriagado de bondad pero sí de recta benevolencia, veía en aquellla forma de intolerancia (el fanatismo) el mál atávico de nuestro mundo". En absoluto tenía madera de líder, Zweig subraya su debilidad de carácter, además de su enfermiza indecisión, que le hacía huir ante cualquier situación comprometida.
    Habla de la  amplitud de intereses de Erasmo, a los que le falta profundidad y unidad. Viene a decir Zweig que el mérito real de Erasmo no estuvo en él, sino en el movimiento a que dio lugar: "La Reforma alemana y la Ilustración, la interpretación libre de la Biblia y las sátiras de Rabelais o Swift, la idea de Europa y el humanismo moderno, todo esto sale de su pensamineto sin ser, sin embargo, obra suya. Él dio el primer empujón, puso los problemas en movimiento, pero el movimiento lo dejó atrás…. Erasmo fue laluz de su siglo, pero otros la fuerza" (o.c. p. 69).

  • francisco asensi

    A M. Luisa con todo respeto.
    Sus comentarios me parecen inextricables.
    No sé qué pensarán los otros contertulios; pero, a leerlos, me quedo perturbado. Me recuerdan las lecciones magistrales de los teólogos cuando tratan de explicar la transubstanciación, la circuminsessio o la comunnicatio idiomatum, pongo por caso. Me pregunto qué opinaría nuestro querido Erasmo de esta clase de elucubraciones.

  • M.Luisa

    Mi última intromisión

    La razón sensibilizada por el  inmovilismo conceptual de la creencia,     no puede ejercer su función última de racionalidad. Dicha  función, no  consiste  sino en  ir a la  búsqueda de lo real.
     
    La razón sensibilizada no tiene nada que ver con  la razón sensible que  al contrario de aquella ésta integra  y  por tanto es la propia que caracteriza el  humanismo. Aquella,  inexorablemente,  queda presa en el concepto con lo cual, respecto a la fe,  se inhibe   de buscar su última razón de ser. Se   puede acudir a la complementariedad pero esto es del todo insuficiente pues a mi modo de ver no es que fe y razón se complementen sino que son congéneres.

  • Santiago

    EN REALIDAD, Hector, cuando escribí que razon y fe eran, mas bien, complementarias…el término “mas bien” lo usé en afirmativo..no dubitativo…ya que ambas se encuentran…pero no deben ser antagónicas.
    La fe, pues, como la vida corporal es recibida..Sin embargo, es tambien psicológicamente libre..Por eso, el ciego de nacimiento del Evangelio, pudo creer o no, a pesar de que había “sentido”  y esperimentado el milagro de la vista..en su misma persona.
    Y, así, Jesús le pregunta ¿Crees tu en el Hijo de Dios?. Respondió el ciego y dijo: ¿Y quien es, Señor, para que crea en el? Díjole Jesus: (Ya) le has visto, y (es) el que habla contigo. El dijo: CREO, SEÑOR. Y le adoró”
    (Juan 9, 35-37).La gracia, pues, existe, es una realidad espiritual, pero es nuestra decisión de atraparla, o por el contrario, dejarla pasar…Es el asentimiento a la verdad, que es interno, el objeto de la gracia. Y es en esto que necesitamos y sentimos ayuda, de la misma manera que necesitamos una ayuda para venir a “ser” y para mantener el “ser”..Por otro lado, Dios mira siempre al corazón, y debe valorar mucho nuestra buena voluntad, y el esfuerzo que ponemos en seguir viviendo nuestra vida diaria, de la mejor manera posible.
    No tienes que dar ningun paso atrás. Yo no me considero que lo he dado. Al contrario, la fe (aun la fe “natural” en lo humano) es liberadora, pues le abre a la razón muchas mas posibilidades…Sin fe no hay esperanza…pues no podemos esperar en algo que no creemos posible…
     Espero que no te haya cansado y te deseo lo mejor    abrazos    de Santiago Hernández

  • Maite Lesmes

    No es fácil definir ni explicar en qué consiste el "erasmismo". El artículo de Asensi me ha llevado a releer la biografía de Erasmo por Stefan ZWEIG.  Como muchos otros conocedores de Erasmo, insiste en su modo de ser indeciso, contradictorio, ambiguo, pero tenía "el raro arte de mitigar los conflictos intentando buenamente comprenderlos, de distinguir lo indistinto, de simplificar lo confuso, de entretejer nuevamente lo roto y de poner en común lo más alejado" (p. 14). A esta voluntad de entendimiento, tan fértil en sus efectos, dice Sweig, sus contemporáneos denominaron erasmismo.

    Hoy diríamos que tuvo una especial facilidad para la mediación. De hecho, amplió las fronteras del cristianismo que para él incluía tanto a Jesús como a Sócrates, Cicerón, Séneca; concilió el mensaje cristiano y la sabiduría de los antiguos; su afán de universalidad acogía tanto a creyentes como a  no creyentes,  se sentía europeo y también ciudadano universal, no reconoció la superioridad de una nación sobre las demás; pretendió convocar a todos los seres humanos de buen corazón por medio de la cultura, convencido de que pensar por sí mismo y tener una buena formación literaria, artística, lingüística…, acercaría la paz universal.

    Su pretensión de mantenerse neutral ante la rebelión protestante, hizo que  católicos le despreciaran por su indecisión, y los protestantes por su cobardía.  Quizá su postura "concedo nulli" tenga más interpretaciones que la tendencia a considerarla como la cualidad de insobornabilidad.
    Ciertamente elogió a Lutero y a otros revolucionarios, con quienes tenía afinidades ideológicas, pero detestaba la violencia de estos, él que preconizaba el acercamiento de posturas. No quiso combatir la Reforma, como le pidieron los papas.  Harto de las críticas de nadar entre dos aguas, escribió contra Lutero su ‘ Collatio de libero arbitrio’, dejando a un lado otros temas más dogmáticos en los que coincidía con los rebledes.  A pesar de todo, por ambos ‘bandos’ le consideraron tibio.

  • M.Luisa

    La escolástica al igual que la filosofía tradicional antigua no deparó  en esa diferenciación de la sensibilidad humana a la que antes me refería,   por eso prefirió desecharla sin reparar que con ello también se les escapaba de las manos todo trascender.
     
    No obstante  dado este  hecho  el de  la sensibilidad humana,  la trascendencia   es  innegable  como así  lo muestra  en este artículo el  nuevo cristianismo  que defendió   Erasmo  y  también no pocas extraordinarias   personas  y corrientes que han existidos en diferentes épocas de la historia.   Por tanto,  sí que  es cierto que ha hecho mucho daño ese desprecio a algo tan intrínsecamente humano como es la sensibilidad,  pero  precisamente por serlo nunca desaparecerá y siempre estará ahí abriéndose camino.
     
    Las consecuencias de este error  las conocemos,   al menos,  quienes las hemos  vivido  pero el don  propio de la sensibilidad  nos permite  experimentar a través de ella  el salto de vértigo que hace posible  el modo unitario del pensamiento moderno.
     
    Un brevísimo análisis
     
    En la estructura de la sensibilidad se distinguen  dos momentos,  el de afección, y el de alteridad  en la cual y en virtud de ese momento, esto  que nos “afecta” se nos presenta como “algo otro”. 

     
    Pero desde sus orígenes la filosofía identificó “afección” con “padecer”  en griego páthos,  con lo cual, decían,  que esta afección  impedía al pensamiento ejercer   la impasibilidad  que  en él le es propia. Y se originó  el dualismo  clásico. Por un lado el acto   de sentir y  por el otro el   de inteligir,   con lo cual   si bien el ser humano no puede prescindir de sentir la realidad, al identificar, en este esquema,  sentir con padecer,   se piensa que lo sentido está dado “a” la inteligencia  para que en un segundo acto ésta lo intelija  quedando en ella sensibilizado lo real  y de ahí un  paso  a sensibilizar la razón,   cuando precisamente por “sentir la realidad” lo sentido ya está “en” la inteligencia, se trata  pues de un solo acto, el acto de Inteligencia Sentiente.
    Este es el pensamiento unitario, cuántico, si se quiere,  que nos proyecta hacia ell futuro.

  • francisco javier peláez

    Hablando de Europa,la Merkel y Rajoy,Ignacio Ramonet ha formulado la teoría de que padecemos un Sadismo Económico.En el caso de Rajoy este asunto lo tengo yo incluso documentado clínicamente.Partiendo de una confidencia que me hizo un amigo de juventud de Rajoy-entre otras,porque también está aquella fantástica que salió de su boca en un campamento de Ibiza:cabreado porque sólo hablaban de economía,dijo:” a mí sólo me interesan las cosas de chapar…”,tenía 18  años-.La confidencia que me interesa es la del voyeurismo de Rajoy que estudiando registros miraba la bahía de Sanjenjo con un telescopio para ver los yates.Yo ya he escrito,mucho antes que Ramonet,por supuesto,que este voyeurismo está íntimamente emparentado con la schaudenfreuden o sadismo.El que vigila,como dice el psicoanálisis,le gusta el sufrimiento del vigilado.A Rajoy no le ha dado por el exhibicionismo ni en pelotas,ni de ningún tipo,le ha dado por el sadismo.Al fin y al cabo dejar a los inmigrantes irregulares sin asistencia sanitaria,a los ancianos ante la opción de adelantar las medicinas o comer…parece que no les afecta.En fin,en manos de esa Merkel enfundada en cueros negros y con la fusta en la mano,el sumiso-voyeur Rajoy aulla de placer dándonos con la estaca y mirándonos por el telescopio…

  • Héctor

    Lo siento, Santiago, entendí mal el sentido de tu frase. Lo que querías decir es que “NO HAY QUE enfrentar la razón con la fe puesto que ambas son, mas bien, complementarias”. El sentido es distinto, claro, aunque el problema esencial sigue siendo el mismo.

    Si viviéramos todos dentro de la madre iglesia como fieles hijos suyos el problema estaría resuelto: razón y fe son, más bien, complementarias, aunque dicho sea de paso “más bien” parece significar quizás, tal vez, acaso, lo que parece indicar que no está tan claro.

    El problema que aún nos queda sin resolver es de dónde viene la fe? Con la razón sentiente, que implica a todo el ser humano, no se puede jugar; es el único recurso humano que nos queda para seguir entendiendo y viviendo la realidad. La razón sometida a la fe en los siglos pasados fue liberada, gracias a Dios, por el gran esfuerzo humano de la ilustración. Digamos que el nuevo humanismo comenzado en los tiempos de Erasmo, ha sido en su totalidad una conquista humana mayor que el descubrimiento de América, o el descubrimiento de la partícula bosón de Higgs.

    Yo personalmente no estoy dispuesto a dar un paso atrás, no pueso renunciar a lo que mis semejantes han coseguido en tantos años y siglos de lucha. En el momento en que aceptas la fe como verdad absoluta que no se puede equivocar, se acabó la razón. Los esfuerzos de Juan Pablo II para establecer la primacía de la Fe (Encíclica Fides et Ratio) no fueron muy lejos.
    Cuando dices: “poseemos dentro de nosotros la tendencia hacia lo permanente, lo inmortal, lo infinito, lo duradero…que es precisamente Dios, el absoluto…que es el objeto final de nuestra felicidad…” hasta ahí llegamos todas y todos sin dificultad. Sólo que el Dios de la razón que valdría para los 7,000 millones de humanos no sería un Dios revelado exclusivamente a unos pocos y basado en la encarnación de ese Dios en Jesus de Nazareth. Eso es lo que llamáis fe y eso no se puede en forma alguna compaginar con la razón, por la encilla razón que para probar la fuente hay que llegar a ella por la fe que al mismo tiemponos alcanza desde la fuente. Sin la fuente no hay fe pero sin la fe no hay fuente.

    No te preocupes por responder a todo esto porque no vamos a seguir diciendo siempre lo mismo. El tema de Francisco Asensi era Erasmo y nos estamos separando de aquel momento tan importante para el renacer de la razón.  Ya se entiende que la Inquisición persiguió y destruyó a todos los que se confesaran Erasmistas incluido el mismo Miguel de Cervantes, reconocido autor de fama universal. ¿Por qué tendrían tanto miedo si estaban tan seguros?

    Sigamos adelante Santiago, un Abrazo Héctor.

  • M.Luisa

    Esperaba, como no,  por parte de Santiago esta respuesta  a Héctor, y puesto que ya me entrometí, discúlpenme,     puede esperarse también, ahora de mí,    lo que opine de todo  ello.

    Ya adelanté algo   en mi anterior comentario  sobre la dualidad de sentido que caracteriza la sensibilidad humana, ahora tal vez convendría  añadir que,  teniendo en cuenta  la   fidelidad  que  Santiago dice tener  al Magisterio  de la Iglesia,  es  pues, por la relación fe-razón  que defiende ella  por lo que,  a mi modo de ver,  es esta una  relación en la que,  al mediar  la creencia aún sin depurar, (fijación dogmática, por ejemplo) es por lo que, pienso, hace todo ello sensibilizar   la razón  con lo cual,   la razón así  sensibilizada ya  no cumple  la   función que la caracteriza   que no es sino ir en   búsqueda  de la verdad,   por lo que la fe deviene  entonces  en mero  fideísmo.

  • Santiago

    Muchas gracias por vuestros comentarios y vuestras interesantes aportaciones a este interesante tema.
    Héctor, con toda la admiración y el respeto que me mereces, me parece que en esta ocasión la cita  que transcribes entre comillas no es mía, pues yo en ningun momento escribí que “no se puede enfrentar la fe y la razón”, como EXCLUYENTES sino, todo lo contrario, pues la cita y su sentido  correcto es: “NO HAY QUE enfrentar la razón con la fe puesto que ambas son, mas bien, complementarias”. No solamente son complementarias, sino que su interacción es necesaria, ya que el “encuentro” de la razón con la fe ocurre siempre que el ser humano formula preguntas existenciales comunes a nuestra especie. Es por eso que el diálogo entre razón y fe es posible y ademas requerido, para que la fe no se diluya en un mito absurdo y para que la razón llegue al nivel de desarrollo a la que está llamada a alcanzar y perciba la verdadera trascendencia. Por lo tanto la fe siempre tiene una base racional. La fe cristiana no proviene de un dios mitólogico sino de un personaje que nació en el apogeo histórico y cultural de Israel bajo la dominación romana, acontecimiento de tal importancia, que dió lugar a una nueva era de la humanidad. La razón será la base del cristianismo, que es Cristo mismo, y la fe será la iluminación de la mente ante la PALABRA viviente que este VERBO quiso comunicarnos en su amor por nosotros.
    Nos quedaríamos muy cortos, existencialmente hablando, Hector, si aceptáramos pasivamente que todo es relativo..Nosotros, los humanos, si que somos relativos y contingentes con respecto a Dios, ser increado, necesario y absoluto, puesto que nosotros no poseemos la vida en si mismos y nosotros pudimos existir o no…sin embargo, poseemos dentro de nosotros la tendencia hacia lo permanente, lo inmortal, lo infinito, lo duradero…que es precisamente Dios, el absoluto..que es el objeto final de nuestra felicidad…a la que tendemos constantemente.
    La teología no puede tambalearse cuando se unifica en el estudio del verdadero Dios…Las huellas de Dios están presentes diariamente y son objetivas..no desaparecen…Las preguntas existenciales de los griegos antiguos son las mismas que las nuestras en el siglo XXI..pero no eres tu o yo, sino la ciencia, la que sigue perpleja ante el misterio o los misterios del universo. En el número de Julio/Agosto de la revista SCIENCE aparecen 10 preguntas sobre el universo que la ciencia no ha podido todavía responder. Uno de ellos es: ¿Por que el Universo no desapareció tan pronto como se formó?  ya que la imbalance entre la materia y entre la anti-materia violó el principio de la carga-paridad-simetría que sostiene que cada partícula tiene un equivalente anti-partícula que es idéntico, excepto por su carga. La ciencia no puede explicar esta “violación” a no ser que exista una CAUSA externa que mantuvo la existencia del universo. Y asi esta revista cita 10 preguntas que la ciencia intenta resolver sin mucho porvenir de éxito. Y si esto pasa en este mundo “sofisticadamente” científico y objetivo, nosotros que estamos tan limitados individualmente solamente podremos acercarnos a la verdad, ya que no será posible abarcarla comprehensivamente durante nuestra vida terrestre. La razón tiene sus límites tambien, como nosotros mismos, que somos como un insignificante “átomo” en el Universo nuestro, y por tanto necesita ella la iluminación de la fe, puesto que no podremos llegar a esa aproximacion a la verdad, sin esta luz que viene a nostros y que podemos agarrar y aceptar, o dejar pasar y rechazar.La fe tambien supone un acto de la voluntad y es libre.
    Héctor, la razón no es esclava de la ignorancia, ni del mal…puede y debe abrirse a horizontes mas elevados que los de la pura materia…somos esencialmente espíritu y nuestra naturaleza espiritual nos pide encontrar la verdad..En esta búsqueda estas tu y yo, y todos los humanos de buena voluntad, particularmente la mayoría de los que participamos en ATRIO. A mi tambien me ha costado la humildad que supone la fe…la felicidad mía  de la que tu hablas reside en esta búsqueda…ya que el encuentro definitivo no esta aquí..sino en la otra vida. Aquí estamos en “vía”.
    Yo te felicito tambien por tu fidelidad a la familia y a la amistad, y aunque no siempre coincidimos, admiro tu voluntad para hacer el bien
    un abrazo     de Santiago Hernández

      

  • francisco javier peláez

    Se me olvidaba.¿Cuál es el colmo de un deán de una catedral:que”enchufes” a un electricista y te salga “ladrón”?.Rajoy va a devolver el Códice porque ,aparte de ser hombre de ideas peregrinas,sabe mucho de “enchufes”-sólo basta ver la mediocridad de algunos de sus ministros-y de “ladrones”-sólo hay que ver como manejó la Gurtel-.

  • francisco javier peláez

    Continuo.A diferencia de los tiempos de Erasmo nuestra fuerza no va a venir de intelectuales influyentes en unas élites mediocres sino en que “somos mayoria” los sodomizados.Es cierto que somos una fuerza amorfa y difícilmente coordinable;pero no se puede tocar los cojones a todos simultáneamente y sin pausa.La teoría de que todos los viernes os voy a recortar tiene sus límites.No se puede olvidar que,por ejemplo,algunos ancianos ya no pueden anticipar las cantidades que les exigen por los medicamentos.Que algunos funcionarios,que casi nos sentimos culpables-pero no vamos a pedir perdón por ser fijos-,nos estamos empezando a cansar que ahora nos recorte la Aguirre,mañana Rajoy.en nombre del Estado…En fin,que a lo mejor la contundencia va a dejar de ser el medio de ese colectivo admirable que son los mineros.Y EVIDENTEMENTE LOS SODOMIZADOS SOMOS MAYORIA.

  • francisco javier peláez

    Llama la atención la influencia de Erasmo sobre las élites culturales y políticas de su época.Obviamente la cultura en tiempos de Erasmo era un fenómeno más elitista que hoy.No obstante,el problema de hoy es distinto.Nuestras élites políticas y económicas tienen intereses muy concretos a los que no se pueden sustraer.Me refiero a “intereses corporativos” o “de claser”.Nuestras élites políticas tiene intención de recolocarse en el ámbito privado cuando cese su cargo público.Por ejemplo,por qué el señor Dragui-?-va a EEUU y se jacta de que en España  se suprime la asistencia a los mayores de 26 años que no hayan trabajado.Uno de los orgullos del modelo europeo,la asistencia sanitaria universal,puesto a parir en un periódico norteamericano por una máxima autoridad europea.Aquí recuerdo lo que me contó un sindicalista de la CGT que le dijo un sindicalista norteamericano cuando le explicí lo que era el Sistema Nacional de la Salud:eso es el comunismo…Obviamente Dragui acabará en alguna empresa privada que haga negocio con la sanidad privada.Y mientras aquí se encarga el Ministerio de Sanidad a una “analfabeta funcional” que difícilmente leería a Erasmo…

  • M.Luisa

    Querido Héctor,  lo que observas del comentario de Santiago es lo que vengo  queriendo hacer notar desde hace tiempo  con respecto a la sensibilidad,   porque  a ésta se le puede dar un sentido u otro,   es  la diferencia  que existe   entre razón sensible y razón sentiente. Precisamente este último descubrimiento del  Bosón  de Higgs  y los que le sucederán es debido a que  la razón es sentiente.
     
    ¿Qué se quiere decir con esto?  Que la razón no se cierra a una mera sensación nuestra sino que se abre a lo que  realmente siente. Es la cosa la que  da  razón de su ser  produciéndose en nosotros  el acto  consciente por antonomasia.
     
    Fíjate que el amigo Santiago habla de complementariedad,  pero a mi modo de ver no puede haberla si antes no se lleva a cabo la diferenciación  que señalo más arriba sobre la sensibilidad,  porque, precisamente,  si estamos como estamos es porque la razón se ha sensibilizado.
     
    Un abrazo a ambos

  • Héctor

    Querido Santiago: “no se puede enfrentar la fe y la razón”, nos dices. Esa es tu verdad absoluta y no quieres pensar que puede haber otras verdades. Te felicito porque te mantienes firme en lo tuyo. Todos te queremos así, solo que muchos no podemos compartir esas verdades tuyas porque nos parece que las verdades exclusivas y absolutas no pueden existir donde el Bosón de Higgs acaba de abrirnos los ojos sobre algo totalmente impensable desde que aprendimos a pensar. Desde la teología nos llegan voces de que todo ese mundo se tambalea.
     
    Higgs nos acaba de demostrar que si no soltamos las amarras de lo absoluto quedaremos  anclados en las oscuridades del pasado sin poder disfrutar de la alegría de seguir descubriendo que es la tierra la que da vueltas alrededor de sol y, si me perdonas, que es la fe la que depende de la razón y no al revés por mucho que nos cueste.  A mi me costó. Tú sigue por tu camino que te hace feliz. Un abrazo muy fuerte  Héctor

  • Santiago

    NO HAY QUE enfrentar la razón con la fe puesto que ambas son, mas bien, complementarias. La verdad de Dios, o sea la fe, se encuentra con la razón, ya que el ser humano -por si mismo- usando la razón es capaz de penetrar mas allá de las puras aparienciasy llegar a profundizar en la verdad de las cosas y abrirlas a la realidad del Universo.
    Este diálogo entre fe y razón, o sea entre teología y filosofía, es, de algun modo, necesario. PORQUE la fe que rechaza la razon caerá en el puro fideísmo fanático o supersticioso y, por otro lado, la razón que se cierra totalmente a la fe tambien falla, porque no puede llegar a alcanzar la altura a la que puede llegar el conocimiento humano y nunca podrá llegar a la trascendencia. Este diálogo entre fe y razon es posible porque la verdad que se encuentra por la fe y la que se descubre por medio de la razón no pueden -en verdad- contradecirse una y otra, porque  ellas proceden de la misma fuente y origen de la verdad,  que es Dios,  que es EL MISMO que creó la razón, y el que tambien da la fe, y asi ambas se soportan y se iluminan mutuamente.
    Por eso ni Kant, ni Lutero pudieron elaborar una filosofía o una teología totalmente coherente y para todos los tiempos, pues prescindieron del elemento holístico importante en el ser humano, que incluye a la persona completa, tanto en lo espiritual como en lo corporal; entonces y solo entonces, podremos entender mejor la íntima estructura del homo sapiens producto de la unión de todas sus potencias en su ser.
    un saludo cordial de Santiago Hernández

  • Asun Poudereux

    Gracias por tu comentario, Hector. Sobre todo porque tratas de poner las cosas en su sitio: no somos el centro, somos parte de un todo interdependiente e interrelacionado que nos trasciende.

    Inútil parece pretender juzgar desde nuestra  “verdad”, siempre situada y condicionada, y que sin darnos cuenta convertimos en un absoluto en torno al cual hacemos girar todo lo demás, rechazándolo o defendiéndolo.

    Un fuerte abrazo

  • Ludovico

    Honorio, si la historia no nos enseña nada, ¿para qué sirve? ¿Mero ejercicio erudito? A mí me cautivó el texto de Asensi por lo que tenía de aproximación a la proyección de Erasmo, anduviera uno más o menos alejado de su fundamentación.

    Igual que el mundo pagano parte sus arquetipos en dionisíaco y apolíneo, veo yo en Erasmo uno de los arquetipos del cristianismo.

    Por ejemplo, Erasmo jamás hubiera dicho que el bosón de Higgs no hace tambalear la teología, como ha declarado, a mi parecer con cierto infortunio, un mitrado. Se hubiera interesado en qué era eso de la partícula de Dios y hubiese sometido a criba sus categorías teológicas de la creación con los principios fundamentales de la constitución de la materia. 

    Me gustaría que en los ejemplos no viera otra cosa que ejemplos; en las comparaciones, meras comparaciones  o analogías. (Ortega y otros promovieron la República con su famoso delenda est monarchia. Franco le quitó la cátedra de Metafísica, su fuente de sustento principal. Vivió exiliado en Portugal… Son cosas que usted conoce, pero que no le convertían precisamente en un hombre proclive al Régimen).  La República, simplemente, le defraudó. Como a Erasmo la Reforma. No por eso abdicaron de sus principios y convicciones.

  • h.cadarso

      No sé, la primera lectura de Asensi me suena un poco a intentar justificar y apoyar nuestras tesis sobre la iglesia y el cristianismo actual identificándolas con las tesis de Erasmo; como si instrumentalizásemos un poco a Erasmo.
    Tampoco me suena nada bien lo que dice Ludovico de que Ortega razonó como el mismísimo Erasmo cuando dijo de la República: “no es eso, no es eso”.   Parece como muy superficial definir las razones y sinrazones de la crítica de Ortega, un  filósofo nada socialista y no muy enfrentado con el golpe militar del Generalísimo,  a la República, y mucho más identificar esa postura de Ortega o compararla simplemente con las posturas de Erasmo. Un poquito de “por faror”, señores míos.
      Por el contrario, asumo lo de Maite Lesmes del supuesto menosprecio a la mujer por parte de Erasmo, y entiendo que no tuviese valor y clarividencia para sobreponerse en este aspecto a la mentalidad reinante de aquella época.
     En resumen, yo preferiría que todos nos limitemos a retratar al Erasmus auténtico, que la versión de Erasmo a nuestra época de hoy ya la haremos cada uno por nuestra cuenta.

  • Héctor

    El erasmismo fue algo mayor que el mismo Erasmo. Fue el movimiento espiritual  de toda una época, resistiendo el peso agobiante  de la Edad Media.   A principios del siglo XVI todo daba vueltas alrededor de algo: el sol rodaba alrededor de la tierra, el pueblo era arrastrado por Dios, Dios giraba alrededor de la iglesia, la iglesia alrededor del Emperador, la mujer alrededor del hombre.
    Fue un momento de grandes contradicciones: la corrupción moral del poder eclesiástico, la avaricia sin límites de los gobernantes, el sometimiento total del pueblo a los unos y a los otros, los grandes descubrimientos de la época. Todo esto fue dando por resultado un despertar común de las conciencias que fue adquiriendo cuerpo por toda Europa.
     
    Erasmo captó ese sentir y lo plasmó en sus obras de forma atractiva y clara. Sirvió de espejo para reflejar con claridad meridiana lo que estaba sucediendo. Digamos que el fue uno de los conversos más clarividentes de aquel movimiento que se siguió expandiendo en el espacio y  en el tiempo.
     
    Cuando el sol dejó de dar vueltas alrededor de la tierra las cosas empezaron a ponerse en su sitio.  Tuvieron que venir hombres como Copérnico, Galileo Galilei, Göethe , Kant, Marx, Dietrich Bonhoeffer…y seguimos como en tiempos de Erasmo, Maite Lesmes, ¿dónde están las mujeres?
     
    El espíritu de aquella época aún no se ha realizado plenamente. El giro copernicano del centralismo eclesiástico y del machismo siguen todavía como en plena Edad Media. El Concilio de Trento debió recoger lo más puro del erasmismo para confirmar el cambio a la nueva época que se avecinaba. Hubiera sido recuperar lo más central de la época de Jesús de Nazaret que asimismo recogió el grito angustioso de los hombres y mujeres de su tiempo, aplastados por el imperio romano y las lacras del Templo. En Trento no sucedió nada ni podía suceder nada mientra la iglesia no dejara de ser el centro de todo.
     
    ¿Y no será que hoy se está dando también un nuevo despertar?  Sentimos que no hacemos más que dar vueltas alrededor de algo.  Los movimientos del 15 M, la primavera del norte de Africa, la plaza de de La Liberación de Tahrir, la revolución tunecina, la libia, la siria, son la expresión de un nuevo amanecer: de una marcha imparable hacia adelante que responda a nuestra época y que sirva para completar las revoluciones inacabadas del pasado.
     
    Las revoluciones o son de todos o no son de nadie. Un abrazo muy fuerte para los nuevos revolucionarios
    Héctor

  • Antonio Vicedo

     
    Desde mis vivencias y experiencias constatadas en solidaridad con muchas otras de gentes y ambientes en los que he tenido que recorrer el camino de mi vida ,en hermandad solidaria de lucha,  destaco esto que en el tema se aporta de la la postura de Erasmo en aquellas circunstancias sociales y eclesiales de su época tan parecidas a las nuestras.
    “…su manera de perder el tiempo en discusiones vanas… hombres dados a luchas verbales… que no tienen tiempo de leer el evangelio Te podría presentar a quienes han pasado ya de los ochenta y que han perdido buena parte de su vida en naderías de este jaez, sin siquiera haber abierto los Evangelios……. hemos llegado a un punto en que la base de la doctrina expuesta no se fundamenta tanto en la doctrina de Cristo cuanto en las definiciones de los escolásticos y en el poder de los obispos.

    En consecuencia, todo está tan complicado que no hay siquiera esperanza de volver a traer al mundo al verdadero cristianismo ¿Qué se busca con ese laberinto de temas, que en su mayoría son una pérdida de tiempo, sino la simple gresca y crear disensión?… Hay muchas y grandes cuestiones que es mejor ignorarlas que investigarlas, viendo como vemos que algunas cosas no podemos conocer y otras muchas en que la incertidumbre es mucho más provechosa que la misma certeza-”
    Con relación a esto último, bien podríamos fijarnos en toda la maraña de estructuras de poder eclesial y cuanto ha preocupado y preocupan a los poderes eclesiales (jerarquía, clero y escribas teólogos titulados en Universidades de doma doctrinal) cuestiones sobre aspectos de la vida humana como enmarcar el origen del ser humano y la sexualidad en una concepción filosófica de la Ley Natura,l poco o nada basada en la concreta realidad, por su imposibilidad de probar.

    Gracias también por el tema como ráfaga de luz que se proyectó y se proyecta desde el fanal doctrinal de ERASMO.

  • francisco asensi

    A Maite Lemes y Ludovico.
    Me apresuro a afirmar que no soy, ni mucho menos, un experto en Erasmo. Simplemente un admirador. Mi objetivo, al publicar este artículo, no fue bajar a los detalles de su humanismo (con sus limitaciones y deficiencias) sino esbozar algunas de sus líneas maestras, tan útiles a considerar cuando todo el mundo habla de Europa. Si mi artículo de aficionado sirve para que otras personas, mucho más eruditas, aporten sus ideas sobre este tema, habré conseguidio mi objetivo. Gracias por la amabilidad de leerme. Con el “Pax et unanimitas!”, saludo de los erasmistas, les saludo también yo.

  • Ludovico

    No sé si al responderle, Maite Lesmes, lo estropeo más. No era mi intención epatar a nadie. Sencillamente es un tema que me viene interesando desde hace años. En Collectanea Botanica, la revista del Institut Botanic de Barcelona, publiqué artículos sobre el período y autores que menciono (Bock, Leoniceno, etc.), igual que en Asclepio, la revista del CSIC sobre historia de la ciencia. A Heidelberg he ido a menudo por razones de trabajo.

    He sido lector de Erasmo desde que me “apunté” a la edición de su epistolario completo, hace ya decenios. Y es un personaje que me entusiasma, no por su obra concreta, sino por su talante y su enfoque en ese período convulso, tan similar al nuestro.

    Lo de juicios contundentes no va contra Asensi, sino contra el talante opuesto al propio Erasmo.

    Lo siento.

  • Maite Lesmes

    Después de esa exhibición de pedantería gratuita, quizá con el ánimo de epatar, ¿qué queda, LUDOVICO? ¿Qué reproche concreto le hace al autor del artículo? ¿A qué juicios contundentes se refiere y cómo explicar su casi acusación de  parcialidad?
    Hacía tiempo que no entraba a leer comentarios. Por lo que no me suena el supuesto comentarista "Ludovico".  Pero semejante intervención, lejos de epatarme, me ha resultado propia de alguien que necesita sobresalir.  No así, amigo, no así.

  • Ludovico

    Asensi, en el paseo de los filósofos de Heidelberg, sobre el Neckar y con la ciudad a los pies, hay un mapa que le permite al paseante identificar las iglesias y calles importantes del caso viejo. Vale por un resumen de historia, o, por mejor decir, del período de nacimiento de la Reforma. A la izquierda, la iglesia de Pedro (hoy evangélica), la del Espiritu Santo (evangélica), la Biblioteca ( monasterio de agustinas pasado a Lutero), el Seminario de Clásicas (entonces noviciado y casa de estudios jesuita), la Iglesia de san Ignacio (católica)… Conventos de frailes y monjas pasados en tropel al séquito de Lutero.

    ¿Qué pensaba Erasmo desde su país bajo no menos convulso?

    Como buen humanista, de la tradición de Pico, Policiano y Leoniceno, detestaba el latín degradado por el clero. Su afición a las lenguas clásicas coincide con la afición a la ciencia que despunta con los llamados padres alemanes de la botánica  (Brunfels, Tragus, Fuchs). Muchos de los primeros científicos germanos son monjes cartujos que han abrazado la Reforma. Su animosidad contra Roma se traslada incluso a los tratados sobre las plantas (pensemos en el de Bock). A ellos, los inquisidores responden con el anatema de “auctor damnatus” y la parrilla quemando páginas enteras de unos textos interesantes. Eso alimentará la leyenda negra de una Iglesia contra la ciencia. 

    ¿Qué pensaba Erasmo?  No es eso, no es eso… como Ortega ante el desvarío de la Segunda República.

    Eran decenios de plomo. Los insultos se venían cruzando desde mucho antes, cuando el destinario era el judío errante. Leoniceno, tan mesurado a veces, se retuerce contra Amato Lusitano y, jugando con su nombre, le llama ignorante, redomadamente ignario (“A-mathus, vere A-mathus”). Conocida es la pluma acerada de Fuchs y las respuestas no menos hirientes que recibe.

    Resulta arriesgado emitir juicios contundentes y cargar la culpa sobre un lado. La historia de ese hombre solitario, fiel siempre a la Iglesia, ha guiado en buena parte una corriente profunda de nuestro catolicismo. No sólo el de los erasmistas estudiados por Bataillon y otros, sino el de un cristianismo radical, amante del pensamiento y de la ciencia. Tolerante por cuanto, como dice usted Asensi, se turba ante la fragilidad de su certeza.

  • Maite Lesmes

    He leído con fruición este artículo.  Erasmo se adelantó a su tiempo en muchos aspectos, se dedicó a la verdad, tuvo un gran espíritu crítico, fue un gran erudito, no tuvo pelos en la lengua para llamar a las cosas y a los vicios por su nombre, fue bastante libre, se puede disfrutar hoy todavía leyendo su Elogio de la estulticia… Pero no puedo obviar, al ser mujer, las estupideces que dice sobre las mujeres (incluso sobre los hombres).  Como muestra, esta frase del capítulo XVII de su obra (en las versiones en que está dividida artificialmente en capítulos) o en las pp. 13-14 de la versión digital que enseguida proporcionaré: "La mujer es un animal inepto y estúpido, aunque agradable y gracioso". Hecha en función del varón y para proprocionarle deleite.  No vamos a incurrir en anacronismos y tildarle de machista  a Erasmo, pero ciertamente tuvo un gran desconocimiento de la mujer, quizá debido a su entrega a la erudición y escritura.  De modo que su humanismo es bastante restringido, se refiere en todo caso al modo de ser del varón.
    http://www.ddooss.org/articulos/textos/erasmo_locura.pdf