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El Bautista y Jesús, esos dos tipos tan raros (III)

SUS RELACIONES

A. Encuentro y Bautismo

El discurso de Juan se acreditó como antídoto frente al abatimiento del pueblo. Demostraba en la práctica que algo se podía hacer. A quienes daban la vida por perdida les mereció la pena ver y oír de cerca a aquel hombre tan raro que, contra realidad y pronóstico, confirmaba que la vida estaba a la mano y empujaba a apostar en firme por ella.

El mensaje caló en los sectores más empobrecidos. Mucha gente deseaba salir de la insignificancia y conseguir el protagonismo perdido. Por eso acudían a él en grupos y por oleadas. En los relatos concernientes a la actuación del Bautista no se nombra a nadie en particular, salvo a Jesús. Todas las referencias a personas se escriben en plural para aludir a los diversos conjuntos humanos que se aproximaban a Juan (Además del texto de Marcos 1,5 citado en la entrega anterior, ver Mt 3,5.7; Lc 3,7.10.12.14.15.21).

El campesino Jesús acudió como uno más, agregado a alguno de esos grupos. Llegado al sitio, pudo ver a Juan en su salsa y escuchar lo que soltaba por su destemplada boca:

  • “¡Camada de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?” (Mt 3,7; Lc 3,7).

El texto, perteneciente a la antigua fuente común (conocida por Q) de Mateo y Lucas, usa el nombre de una peligrosa especie animal (víboras) para referirse a una camarilla de personajes allí presentes. Se trata de colectivos con autoridad reconocida por la gente. Lo integran personajes distinguidos por su complicidad con la injusticia. El efecto de tal connivencia resulta fatídico. El poder religioso (fariseos) y el político y económico (saduceos) esconden en sus glándulas esta ponzoña letal. El Bautista los conoce bien y no se deja engañar. Por eso lanza en público su denuncia contra ellos sin temblarle la voz. Mateo identifica a los destinatarios del ataque de Juan:

  • “Al ver que muchos fariseos y saduceos…” (Mt 3,7)

A diferencia de Mateo, Lucas extiende la acusación a masas de neutrales. Un gran gentío colaborador con su pasividad del orden injusto inocula también el mismo veneno:

  • “A las multitudes que acudían a ser bautizados por él…” (Lc 3,7).

Unos y otros han acudido al Jordán… ¡para hacer el paripé! Camuflan su maldad con actuaciones de comediante. Desean aparecer como solidarios del sentir popular, aunque sin cambiar sus postulados ni su forma de actuar. El Bautista los descubre. De ahí su clara acusación:

  • “Pues entonces, dad el fruto que corresponde a la enmienda y no os hagáis ilusiones pensando que Abrahán es vuestro padre; porque os digo que de las piedras estas es capaz Dios de sacarle hijos a Abrahán” (Mt 3,8-9; paralelo en Lc 3,8-9).

Juan se enfrentó al conformismo. Centró sus esfuerzos en invitar al pueblo a una praxis rebelde al desafuero y favorable a la equidad. Ni la inacción ni la indiferencia concedían, según él, carta de ciudadanía en la sociedad por venir. Ni siquiera la pertenencia al pueblo elegido y la pureza de sangre serían reconocidas como credenciales. Únicamente una conducta comprometida por la igualdad otorgaría la condición de ciudadano de pleno derecho. El reinado de la justicia no admite privilegios. Juan anuncia el fin de la inmunidad para los injustos. La desigualdad será demolida en la nueva época. Las prerrogativas carecen ya de valor.

Para el campesino Jesús aquellas ideas representaban un descubrimiento de importancia capital. Estaban cargadas de lógica y abrían la puerta de par en par a excluidos como él. El acceso al nuevo pueblo nada tenía que ver con el linaje (hijos de Abrahán). La conclusión era obvia: Poco importaba su circunstancia de ilegítimo. Podría soltarse, al fin, de las amarras de su aislamiento y liberarse de su maldita condena.

El mensaje del Bautista aparecía diáfano, carente de aditivos y libre de mezclas adulterantes. A la pregunta de la gente requiriéndole concreción respecto a la praxis necesaria que garantizase la pertenencia a la sociedad definitiva, él responde con sencillez. Muestra un discurso inconfundible. El objetivo es cubrir la necesidad humana. Juan evita perderse en abstracciones y acude a lo real y cotidiano, allí donde se cuecen los problemas: el vestido y la comida:

  • “El que tenga dos túnicas, que las comparta con el que no tiene, y el que tenga de comer, que haga lo mismo” (Lc 3, 11).

En sus respuestas se percibe la coherencia expuesta con el máximo rigor. Ni por un momento deja Juan de lado la justicia ni quita la vista de lo que más le interesa y preocupa: la vida del pueblo. Su programa excluía la violencia y la rebelión armada contra la potencia ocupante. Sabe de sus resultados. Pierde el pueblo que siempre sale malherido y sumido en desdichas. Su estrategia estaba planteada con vistas al respiro de multitudes mermadas por su angustiosa miseria. No se enfrentará al impuesto del imperio dominante, pero exigirá a los encargados de cobrarlo ponerse de parte de la gente en lugar de sangrarla:

  • “Llegaron también recaudadores a bautizarse y le preguntaron:
    Maestro, ¿qué tenemos que hacer?
    Él les dijo:
    No exijáis más de lo que tenéis establecido”
    (Lc 3,12-13).

No se opondrá tampoco a la fuerza policial (soldados) que escoltaba a los recaudadores, aunque les reclama no expoliar a la gente:

  • “Incluso soldados le preguntaban:
    Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?
    Les dijo:
    No extorsionéis dinero a nadie con amenazas; conformaos con vuestra paga”
    (Lc 3,14).

Juan plantea a unos y otros exigencias económicas. Busca aliviar la asfixia de la gente. Para él, el pueblo era intocable.

Al desheredado de Nazaret el movimiento de Juan le venía como anillo al dedo. Le ofrecía la solución a su infortunio y oxigenaba sus propias ideas. Jesús no buscaba privilegios. Le bastaba ser uno más, un ciudadano con todos los derechos. Por su parte, estaba dispuesto a comprometerse en favor de la igualdad propugnada por el Bautista. ¿Cómo no hacerlo? Es lo que siempre había deseado: ser igual a los demás, tener la categoría de hijo. De modo que optó por ahogar su pasado como marginado crónico y aceptó el bautismo de Juan.

Aunque con cierta vaguedad, el texto de Lucas sitúa el acontecimiento en un marco colectivo. Jesús, ahora sí, puede presumir de ser como uno de tantos. Se ha empeñado con el pueblo:

  • “Después de bautizarse el pueblo entero, y mientras oraba Jesús después de su bautismo…” (Lc 3,21).

Una vez consumada su elección, estaba aún emergiendo, según indica Marcos:

  • “Inmediatamente, mientras salía (literalmente: subía) del agua…” (Mc 1,10),

Jesús se siente dueño de su nueva condición:

  • “…vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar como paloma hasta él. Hubo una voz del cielo: Tú eres mi hijo, el amado, en ti he puesto mi favor” (Mc 1,10-11).

A simple vista el texto parece invitar a ser enfocado desde un plano de alta religiosidad. Su lenguaje despierta teologías, refuerza posiciones dogmáticas, reafirma concepciones trinitarias de Dios y ha inspirado a artistas plásticos de todas las épocas. Conviene, sin embargo, echarle alguna luz desde abajo para contemplarlo desde la situación existencial de un campesino de Galilea marginado por bastardo. Tal vez desde esa mirada, lo que aparenta ser una visión mística sea solo el envoltorio narrativo de una experiencia central en la vida de aquel hombre venido de Nazaret.

Desde esa perspectiva,

1. “…vio rasgarse el cielo…” no significa sino que encontró salida a su arrinconamiento social. Es decir, en el mismo instante de declarar públicamente su apuesta por la justicia tal como era pregonada por Juan, Jesús vio el cielo abierto.

2. La frase “…y al Espíritu bajar como paloma hasta él” tiene un sentido más cercano y sencillo del que se le atribuye. Veámosla término a término:

a. Espíritu equivale a Vida. La vida se manifiesta en el aliento que el ser humano pierde cuando expira. El término espíritu (πνεῦμα; viento, aliento) aparece sin adjetivar. Asociado a cielo, habla de una vida definitiva que ni nadie ni ley alguna tendrá derecho a devaluar. Esa vida contrasta con una vida de cloaca, un sucedáneo ofrecido por el sistema que Jesús tuvo que soportar durante más de treinta años.

b. El verbo bajar (κατα-βαίνω) está relacionado directamente con el antes aplicado a Jesús, subir (ἀνα-βαίνω; traducido por salir), para indicar que este emergía tras su hundimiento voluntario en el río. La subida de su inmersión se corresponde con una bajada de la vida. Jesús sale empapado de vida como resultado de su compromiso.

c. El adverbio de modo (ὡς; como) no afecta únicamente al término paloma (περιστερά), sino también al verbo que determina su acción: como baja una paloma (ὡς περιστερὰν καταβαῖνον; lit.: como paloma bajando). El descenso de una paloma es suave, casi imperceptible. Así comenzó la nueva vida del aislado campesino de Galilea, como baja una paloma; es decir, sin aspavientos, sin hacer ningún ruido.

3. Hubo una voz del cielo: Tú eres mi hijo, el amado, en ti he puesto mi favor”.

a. No se identifica al autor de la voz. Su procedencia, en cambio, indica el valor que posee. No es una voz cualquiera. Es la voz de la certeza. Habla en segunda persona. Se dirige directamente al Galileo Responde a la opción tomada previamente por él. Ha entendido que el cielo está por la justicia. El mensaje que transmite esa voz prevalece sobre cualquier otro que se le oponga.

b. La voz declara hijo al campesino de padre desconocido. Jesús ha comprendido el mensaje. La dignidad de hijo no viene dada, se adquiere al elegir serlo en igualdad con los desfavorecidos. Su condición de ilegítimo pertenece al olvido. Se sabe legitimado al máximo nivel. La ley sagrada que le apartaba como bastardo ha sido revocada. Carece de valor. La voz ha demostrado su engañosa autenticidad.

c. El desprecio se ha convertido en acogida y afecto inalienables: El amado. El antes repudiado como bastardo se siente ahora el ser más querido.

d. Todas las circunstancias desfavorables se han esfumado. El panorama ha cambiado por completo. El campesino marginado en Nazaret advierte tras de sí el respaldo supremo. La opción por la justicia cuenta con la complicidad del cielo. El cielo se ha puesto de su parte.

Mateo y Lucas, cada uno a su manera, transformaron más tarde esta experiencia de Jesús en un acontecimiento susceptible de ser constatado por testigos (Mt 3,16-17; Lc 3,21-22). El evangelio de Juan lo indica explícitamente cuando presenta al Bautista declarando haber presenciado el suceso (Jn 1,32). Estas elaboraciones posteriores confirman el sustrato histórico del temprano texto de Marcos sobre el cual se realizaron.

4 comentarios

  • mª pilar garcía

    Leer este texto:

    Ensancha el “alma” abre las puertas de par en par; hace a la persona de Jesús, más cierta, más plena, más entrañable, más querida.

    Así toma verdadera fuerza su vida, su lenguaje, su opción, su entrega total; a la experiencia que vivió en ese sumergirse, para salir totalmente fortalecido, confirmado como exponente,  que ha captado el Mensaje fundamental de la raza humana:
     

    “Ser vida y servicio, en lo que ha recibido, y en todo cuanto le rodea”.
     

    Paso a paso, se ha ido abriendo esta realidad en mi caminar, y vas dejando atrás, todo el pesado fardo de polvo y paja con que se ha ido camuflando la fuerza de su Mensaje.
     

    Cuando decimos que el Espíritu sigue “soplando” a cuantas personas lo quieren percibir, es una verdadera realidad, no como “paloma”… como experiencia personal, de una manera diferente de vivir.
     

    Gracias Salvador por su profundo trabajo, por presentarlo con tanta sencillez y claridad.

    mª pilar

  • Gabriel Sánchez

    donde dice no pone en la frontera…debe decir lo pone en la frontera

  • Gabriel Sánchez

    No tengo a priori ningún prejuicio como ya dije con la caracterización histórico-teológica que hace Salvador de Jesús…Marginado – Bastardo…
     
    Ya he expresado algunas razones por las que si bien estoy de acuerdo que la mentalidad de Jesús puede afiliarse a una mentalidad rural y en algún momento pudo realizar en forma transitoria actividades de un campesino…La forma en que se nombra el oficio de una persona en la cultura de la época, no tiene la elasticidad que podríamos atribuirle hoy…Definitivamente me parece que a pesar de la mentalidad rural y a pesar de que ser Galileo lo sitúa entre los entre un grupo religiosamente considerado “sospechoso”…Esto no quiere decir que el oficio de Jesús, como el de su Padre, no sea el de carpintero-albañil, oficio del que muchos hoy dicen debió desarrollar fuera de Nazareth, en lugares en donde el trabajo era mayor…Se habla de la ciudad de que trabajó  en la reconstrucción de Séforis, que en esos años estaba siendo restaurada por
    Herodes Antipas… Normalmente, es posible sin embargo que algún momento haya ayudado algún pariente, no sólo reparando la casa, o los muebles, sino en la cosecha o en la siembra…Pero la actividad con que toda los evangelios lo nombran, no es campesino…Ahora bien, porque insisto en esto, porque normalmente los campesinos de entonces eran o dueños de parcelas de tierras o trabajadores eventuales o esclavos, que dedicaban todo su tiempo a esa actividad, no parece ser el caso de Jesús… Otro aspecto el de bastardo…por lo menos a nivel social no era considerado de esa manera, porque, muy simple, porque se le permitía participar de actividades religiosas oficiales, que no le serían permitidas a un bastardo…Ya lo hemos dicho…Se debe tener en cuenta, que el Evangelio de Marcos o Protomarcos, que posiblemente fue realizado por partes, reconoce en uno al papiro 7Q5 uno de los mas antiguos encontrados (sino es el más)de acuerdo a su datación actual, antes del año 50DC…un texto de marcos, en donde Jesús calma a las aguas y a la tormenta (es decir la imagen de quienes se reunieron inmediatamente después de la muerte de Jesús, para seguir su camino, era la que el texto trasunta)…En  cuanto a la exegesis del bautismo de Jesús, parece formar parte de una tradición oral…repetida por muchos testigos a la comunidad y luego escrita y fue generalizada cuando muchos de los testigos estaban vivos incluyendo a muchos de los llamados  apóstoles y esta interpretación más antigua – como el comienzo del ministerio publico de Jesús, nadie en la época hubiera usado como metáfora, el poner por escrito, algo que seguramente fue una extendida tradicional oral…que dice escucho la voz del cielo…tu eres mi hijo predilecto …Esto muestra lo que la comunidad sentía sobre la persona de Jesús, que le fue trasmitida por los testigos…y en su relación como comunidad con el Resucitado… (lo que voy afirmar lo hago con mucho respeto, por quienes opinan diferente y sin animo de pontificar, expreso mi posición no sólo teológica, sino de vida)no aparece  ningún indicio o texto…que avale la  interpretación de Salvador  tan existencial y basada en lo que se supone que Jesús sentía debido a su condición de bastardo y marginado… Cuestiones con la que no estamos estrictamente de acuerdo…aunque reconocemos que la calidad de galileo, no pone en la frontera de la praxis religiosa de su pueblo…especialmente configurada por los poderosos…no nos parece que Jesús tenga la mentalidad de un “marginado”…y menos que su condición sicológica de marginado, deba dar sentido a  las palabras de un texto que fue escrito en forma posterior a su muerte… Vuelvo a atreverme a decir, con mucho respeto, que a este ignorante uruguayo le parece una exorbitación interpretativa del texto…
     
    En cuanto a la imagen de Juan y su movimiento, muy humildemente nos adherimos plenamente a lo planteado por Salvador, nos parece una hermosa y actual forma de trasmitirnos el significado de Juan, para ese momento histórico…Estamos de acuerdo, que Jesús, va a sumarse al movimiento de Juan…seguramente la evolución de esa relación, esta muy bien planteada por un estudioso, que sabe mucho más que yo sobre el tema… y alguno de sus conceptos, voy a pegar a continuación …”En un momento determinado, Jesús oyó hablar de Juan el Bautista, que promovía un movimiento de conversión en una zona desértica junto al río Jordán. Dejó su aldea de Nazaret, escuchó su mensaje y recibió su bautismo. Jesús vivió en el Jordán una experiencia religiosa muy importante: ya no volvió a su familia  de Nazaret, pero tampoco permaneció largo tiempo con el Bautista. En un principio también él desarrolló tal vez una actividad bautismal, pero pronto abandonó el desierto y comenzó una actividad propia y original, diferente de la de Juan.” Jesús aproximación histórica de  José A. Pagola…
    No voy a entrar en el tema de la divinidad de Jesús, muchos en ATRIO saben y han leído mis argumentos sobre mi posición sobre el tema, pero no entro a discutirlo, simplemente, porque no me parece el tema en este hilo…
    Un abrazo a todos, con mucho cariño.- Gabriel
     

  • Javier Renobales Scheifler

    “2. La frase “…y al Espíritu bajar como paloma hasta él” tiene un sentido más cercano y sencillo del que se le atribuye. Veámosla término a término:
    a.       Espíritu equivale a Vida.”
    Jesús se difinió a sí mismo como la vida. Como las demás personas, que también somos la vida. No más divino, ni menos, que cualquier persona.
     
    El famoso Espíritu soplador y fecundador de ‘la virgen’ resulta que también es, ni más ni menos, que la vida misma, que evoluciona y continúa. Un hombre fecundó a ‘la virgen, la vida misma la fecundó, como a las demás madres humanas.
     
    El Espíritu Santo no es más, ni menos, divino que la vida misma, en la que creen lo mismo, ateos o creyentes en religión, quienes creen en la vida.
     
    Como si Dios no existiera … pues vivimos la vida.