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La Pachamama y el humano

Una de las cosas que más nos han molestado del flamante nuevo ministro de Educación y Cultura (durante años hemos soportado a José Ignacio Wert y su repelente resabiadismo en las tertulias de la SER) es su rápido alineamiento en la campaña de reconquista de la cultura torera. Porque el rechazo progresivo al espectáculo de sangre y arena era un signo de progreso en civilización.

En su primera comparecencia ante el parlamento dijo que su gobierno promocionaría y defendería la “fiesta nacional” como un bien cultural de España.  Ha sido rotundamente desmentido por el gobierno francés porque se atrevió a decir mintiendo: “La tauromaquia ya está siendo reconocida como patrimonio inmaterial en otros países (…) Francia ya puja para que sea reconocida en el seno de la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad”

Los animales y la creación entera tienen derechos. Y el respeto de estos es garantía del respeto a los derechos de los humanos. Por eso nos parece importante recordar a un jurista argentino de prestigio, Eugenio Raúl Zaffaroni, que ha sido ya citado por Oscar en uno de nuestros foros. Reproducimos aquí la entrevista que concedió a Mónica López Ocón para Tiempo Aregentino.

UNA NUEVA VISIÓN DE LOS DERECHOS Y LA NATURALEZA

“Dios tendría demasiados defectos si fuera muy parecido a nosotros”

Por Mónica López Ocón. Tiempo Argentino
6 de Febrero de 2012

A horas de presentar La Pachamama y el humano, el constitucionalista dialogó con Tiempo Argentino sobre las ideas centrales de su trabajo. Superar el antropocentrismo.

“En la discusión sobre sus derechos no puedo olvidar a los perros que me acompañaron: Biyú, Chiche, Toy, Laika, Lazzie, Petisa, Deisy, Eric, Günther, Chu-chu, Chispa y ahora Otello y Gräfin; ni tampoco a mis gatos: Mimí, Manón, Microbio y Negrito. Nunca pensé que no tuvieran ningún derecho”. Este reconocimiento a los animales es una llamada a pie de página en el libro del doctor Eugenio Raúl Zaffaroni La Pachamama y el humano que se presenta hoy en la Biblioteca Nacional. Sin duda, constituye una muestra elocuente de que se trata de un texto que plantea un tema jurídico desde una perspectiva accesible a todo el mundo y que, lejos de cualquier frío formulismo leguleyo, incluye el afecto y la sensibilidad en la consideración de los animales como “sujetos de derecho”.

El libro, con prólogo de Osvaldo Bayer, ilustraciones de Miguel Rep y un postfacio de Matías Bailone es una edición conjunta de Madres de Plaza de Mayo y la editorial Colihue. El texto rastrea de qué manera la naturaleza y los animales fueron incorporados o excluidos del pensamiento filosófico y jurídico a lo largo de la Historia, desde la antigua Grecia y los juicios a los animales en la Edad Media, hasta la depredación del medioambiente de nuestros días. Cuestiona la exclusividad que se arroga el ser humano como titular exclusivo de derechos y centro absoluto de la Naturaleza.

Poco antes de su presentación, el doctor Zaffaroni dialogó con Tiempo Argentino acerca de algunos de los apasionantes temas que plantea en su trabajo.

–En la introducción de La Pachamama y el humano usted sostiene que “el neoconstitucionalismo depara sorpresas”, y cita entre ellas el reconocimiento de los derechos de la naturaleza en las Constituciones de Ecuador (2008) y de Bolivia (2009). ¿Qué sucede con la Constitución de la Argentina? ¿Puede decirse que es una Constitución totalmente antropocéntrica?

–No es sólo la Constitución argentina, sino todo el constitucionalismo y toda la concepción del Derecho dominante en el mundo. En otro tiempo, el Derecho se concibió para algunos humanos (blancos, hombres, etcétera). Con el tiempo, el ser humano llegó a la “sorprendente” conclusión de que todos los seres humanos son sujetos de derecho. El ser humano tardó milenios para concluir que “todo ser humano es persona” y para consagrarlo en la ley constitucional e internacional. Millones de seres humanos fueron sacrificados hasta que eso tuvo lugar. Hoy nos parece una obviedad jurídica. Pero nos alarmamos cuando estas nuevas constituciones nos dicen que hay otros sujetos de derechos, que no son humanos, que no tienen los mismos derechos que los humanos, pero que no por eso dejan de tener derechos, y que la falta de reconocimiento y de respeto a esos derechos pone en peligro nuestra propia subsistencia como especie.

–Usted menciona en su libro que durante la última dictadura militar argentina el intendente Cacciatore se dedicaba a la matanza masiva de perros con pastillas de cianuro. ¿Existe una relación directa entre gobierno autoritario y maltrato animal?

–No hay una relación directa, es compleja. Lo que es cierto es que el reduccionismo biologista, el positivismo, en una de sus facetas, lleva a la crueldad con los animales. No se puede negar que la medicina reduccionista termina en el doctor Mengele y sus médicos asesinos. Las pastillas de cianuro no las usaba Cacciatore sino que eran de comienzos del siglo pasado, de 1900. Cacciatore usaba la gasificación, metían el tubo de escape del camión en la parte trasera y los asfixiaban. Recuerdo una carta de lectores del diario La Nación en la que un lector relataba que habían secuestrado al perro que acompañaba a un anciano, un perro que estaba vacunado y todo, y que cuando el anciano fue a rescatarlo en el Pasteur le dieron el cadáver. Decía el lector que el anciano murió a los dos días de un infarto. Es obvio que la vivisección y otras atrocidades se cometen sin necesidad. Una cosa es la experimentación y otra la reproducción innecesaria de experiencias que ya se han hecho y que muchas veces sólo tienen un propósito supuestamente “docente”.

–¿Es posible considerar la discriminación y el maltrato animal de manera independiente de otro tipo de discriminaciones como el racismo, por ejemplo? En su libro usted cita a Peter Singer, quien considera que hay un paralelismo entre los argumentos que se utilizaron en un momento para negarles derechos a las mujeres y los que se utilizan actualmente para negarles derechos a los animales. ¿Qué piensa usted al respecto?

–Sí, creo que tiene razón, la estructura de pensamiento es la misma: los “inferiores” no tienen derechos. Esto no significa que identifique al animal con el humano y que pretenda reconocerle los mismos derechos. Hay derechos propios de los humanos y derechos propios de los animales, como la conservación de la especie, por ejemplo, o el derecho a que no se los mate o se los haga sufrir inútilmente o por placer. Los animales superiores tienen desarrollado el sistema nervioso y sufren dolor. Un argumento bastante tonto es el que pretende ridiculizar los derechos de los animales sosteniendo que no pueden tener los mismos derechos que los humanos. Es obvio, tienen otros derechos, son seres diferentes, pero no por eso se puede afirmar tontamente que no tienen ningún derecho. Entre los mismos Derechos Humanos hay algunos que no tienen todos, diferencia que impone la propia naturaleza de las cosas: es obvio que yo no tengo derecho a licencia por maternidad.

–¿Por qué hay tanta resistencia a considerar a los animales como sujetos de derecho?

–Porque el narcisismo humano no tiene límites. Nos consideramos el centro del mundo, después los únicos racionales, creación específica de Dios y casi igualitos a Él. No somos el centro del mundo y Dios tendría demasiados defectos si fuera muy parecido a nosotros. Somos los habitantes de la superficie de un planeta pequeñito perdido en una pequeña galaxia y somos muy poco racionales, a juzgar por la circunstancia de ser la especie más agresiva intra y extraespecíficamente. La duda en este momento es si somos o nos estamos convirtiendo en un cáncer del planeta. A todos los que han destruido nuestras ilusiones de centralidad y superioridad absoluta les dijeron de todo y aún hoy los miran de costado: Copérnico, Darwin, Freud.

–¿Cree que al poner el ecologismo sobre el tapete el tema del daño que el hombre le hace a la naturaleza se produzca un cambio sustancial en la concepción filosófica que manejamos de manera inconsciente acerca de los animales?

–Y sobre nosotros mismos. Nuestro saber no incluye el diálogo ni siquiera entre nosotros. No somos capaces de hablar con el hermano lobo, mejor le reventamos la cabeza de un escopetazo; y si Francisco volviese y siguiese hablando con el lobo lo llevarían a un circo o a la TV para explotarlo, o a un manicomio si no tiene éxito circense o televisivo. Es probable que le interrumpiesen su diálogo con electrochoques o con psicofármacos. No usamos el bosque para alimentarnos, lo levantamos con topadoras para sembrar soja. No pescamos para comer, sino con redes; y los ejemplares baratos los tiramos muertos al mar. No se trata de caer en un radicalismo ecologista que impide tocar nada, sino de dialogar, vivir y dejar vivir, porque para vivir no necesitamos depredar, destruir, hacer desaparecer especies, maltratar, producir dolor, devastar, asesinar.

–Si bien usted aclara que no tiene una visión romántica respecto de los pueblos originarios, sí adscribe a su cosmovisión del Bienvivir. ¿Cree que esa cosmovisión tiene posibilidades de volver a abrirse paso, sobre todo en los países latinoamericanos, que podremos remplazar el saber del dominus por el del frater?

–Sí, lo creo firmemente. Han sobrevivido más de cinco siglos esos valores, pese a que todo el poder, del colonizador, del neocolonizador, del capitalismo despiadado, de las oligarquías, de los explotadores de todo tipo, han hecho de todo para borrarlos. Tienen fuerza;  sin duda, vienen de lejos. Sobrevivieron a todo, están allí. Como lo están otras civilizaciones en otras latitudes. El poder planetario no pudo destruir su cosmovisión. Por algo será. De cualquier manera, si me llego a equivocar, insisto que corro con la ventaja de que nadie va a quedar para reprocharme el error.

–¿Qué opinión les merece a los colegas el hecho de que usted considere que los animales son sujetos de derecho?

–No sé, el neoconstitucionalismo latinoamericano es muy nuevo, muy reciente, supongo que causará estupor y debates, como en su momento lo causó el constitucionalismo social cuando los mexicanos lo consagraron en la Carta de Querétaro en 1917. Dio lugar a que a lo largo de más de medio siglo se lo considerase como incompatible con los derechos individuales, apelando a la opción tonta de “pan o libertad”. Por fin se dieron cuenta de que no hay libertad sin pan, porque el que tiene libertad y tiene hambre la usará para exigir pan, y viceversa, el pan sin libertad tampoco funciona, porque si no hay libertad para controlar al que reparte, este al final se queda con todo el pan. Seguramente habrá pretendidas confrontaciones entre “Derechos Humanos y animales”. Hay otras supuestas opciones no menos extravagantes en nuestro tiempo, como “libertad o seguridad”, como si una no dependiese de la otra. Siempre los adalides de los privilegios apelaron a estas falsas opciones. <

“Entrar sin disimulos en la raíz del mal”

La Pachamama y el humano. Qué título, qué duda. La pregunta fundamental. La vida. ¿Qué ha hecho el humano hasta ahora para responder? El humano no ha respondido adecuadamente aún sobre cómo ha venido tratando a la Pachamama. En lugar de lograr el equilibrio para llegar a una paz eterna, ha hecho todo lo contrario. Las guerras, la fabricación de armas, la expoliación y explotación de la naturaleza hasta el hartazgo, no han hecho más que promover un mundo de ricos, pobres, hambrientos, esclavos… de razas ‘superiores y civilizadas’ y de ‘inferiores y salvajes’. Las religiones tampoco han logrado el equilibrio necesario ni el respeto a la vida, no sólo de los seres humanos, sino de todo lo existente. Al contrario, elaboraron instituciones y categorías discriminadoras y crueles: inquisiciones, santos y pecadores, impíos y genuflexos, ricos y hambrientos…

¿Seguir así hasta el final? ¿O buscar a través de lo racional el equilibrio? En estas breves y profundas páginas, el autor se atreve a entrar sin disimulos en la raíz del mal.”

Fragmento de “Un paso hacia la sabiduría”, prólogo del historiador y escritor Osvaldo Bayer a La Pachamama y el humano, de Eugenio Raúl Zaffaroni.

5 comentarios

  • Olga Larrazabal S

    Hay dos formas de maximizar la economía de la energía en la vida:  Una es el uso de la energía del otro a través de la esclavización, la explotación, y la cosificación de todo lo que tengo por delante, sin límites a mis deseos.  La otra es la colaboración con todo lo que me rodea, tratando de mantener el equilibrio.  Este último modelo es el de los pueblos indígenas del Cono Sur de América y su concepto de la Pachamama, la Madre Tierra.  Los pueblos mapuche, hombres de la tierra como se llaman a si mismos, tienen una reverencia profunda a su habitat en los bosques húmedos del sur de Chile o las pampas argentinas. La resistencia del pueblo mapuche por casi 500 años se basa en este concepto.  Los winka, palabra que quiere decir ladrón en mapudungun, somos los de pensamiento europeo, que robamos sus tierras, destruimos sus bosques sin ningún respeto, contaminamos sus aguas, y rompemos el equilibrio sagrado, con mentiras y fusiles, con leyes de propiedad inventadas por nosotros e impuestas a ellos, y con ejércitos que los han diezmado persistentemente en nombre del progreso.  Reza la canción: ” Winka tregua, winka pillo, Me robaste mi potrillo, mi ruka, waka y ternero”.  La última invención de los gobiernos nacionales para quitarles su tierra, y sus bosques que son sus templos, es declararlos terroristas y aplicarles las leyes de excepción que da derecho a entrar con ejército en sus propiedades.  La Pachamama cobra venganza, y Tren Tren Vilu la gran serpiente que yace en los volcanes estalla, y Cai Cai Vilu, la serpiente de los mares emerge y continúa la lucha entre las inundaciones del mar y el estallido de los volcanes, la tierra tiembla, y nosotros, los winka, que no creemos en eso porque somos modernos,  y no participamos de esa tradición de quizás 11.000 años, seguimos destrozandolo todo.  Ahora la sequía nos está matando, las aguas fueron privatizadas, y se están vendiendo los glaciares milenarios, y el pueblo chileno por tanto tiempo seducido por los cantos de sirena del capitalismo desenfrenado, con sus promesas  de abalorios para todos, está recién comenzando a despertar.  Pero el Estado de Chile, sigue  ciego, como un tren en marcha de mentalidad fascistoide y militarista, a aplastar a la Pachamama y todo lo que se le ponga por delante.

  • pepe blanco

    Pues en el libro contará muchas cosas, pero en la entrevista, a la Pachamama ni la nombra.
     
    No obstante, tal vez sea conveniente recordar que la Declaración universal de los derechos del animal fue aprobada en Londres el 23 de septiembre de 1977, cuando Zeffaroni no era más que un joven funcionario civil y Leonardo Boff ejercía de franciscano competente.
     
    Aquí en Galicia, que es una de las regiones españolas más atrasadas desde casi todos los puntos de vista, está vigente una ley de protección de animales aprobada por el parlamento gallego en 1993, hace casi 20 años, ley que asume los principios de la citada Declaración universal. Conozco alguna sentencia condenatoria por maltrato animal.
     
    Lo que no entiendo, es que tiene que ver todo esto con los derechos de la creación.

  • oscar varela

    Bueno, mi amigo además de inspirado, está entusiasmado
    me manda otro mail. Acá va para los amigos atrienses:
    ················
    Zaffaroni considera que perros y gatos son, ellos también, poseedores de derechos.
    San Francisco lo decía a su manera :Los animales son nuestros hermanos.

    Quiero imaginar los 30 años que Jesús vivió en Nazareth.

    Jesús fue carpintero.

    No imaginemos una gran carpintería moderna con energía trifásica, sierras rotativas, y un montón de otras máquinas.

    Nazareth era un pueblito insignificante.

    Imaginemos un pequeño tinglado adosado a la parte trasera de la casa.

    Algunas gallinas picotean en el patio.

    Un perro que se aburre las persigue.

    Un gato viene a frotarse a las piernas de Jesús.

    Quizás hayan tenido una cabra.

    Pero burro, no; esto sobrepasaba sus necesidades y posibilidades.

    Y un buey, ni pensar; solamente el ricachón del pueblo tenía uno.

    La puerta de la quintita está medio rota, y las gallinas se meten entre las hortalizas.

    Y Jesús piensa : mañana sin falta, tengo que arreglar esta puerta.

    Fueron 30 años de vida en contacto con la naturaleza.
    ················

  • oscar varela

    Hola!

    La ventaja de tener amigos!
    He aquí la reflexión que me manda uno:

    El artículo de presentación de libro de Zaffaroni es una buena ocasión para hacernos algunas preguntas.

    Los moralistas católicos han publicado a través de los siglos centenares de voluminosos tratados de moral.
    ¿Alguno escribió alguna vez algo acerca de los derechos de los animales?

    Hacia 1540, en la corte de España, se debatía acerca de si los indios tenían almas y merecían respeto.
    Luego de un arduo debate, ganó Bartolomé de las Casas en contra de Sepúlveda.

    Y muchos historiadores utilizan esta victoria de Bartolomé para subrayar el espíritu cristiano que reinaba en la Corte de España.

    Como si el otro contrincante, Sepúlveda, no hubiera sido cristiano.
    Como si es solo hecho de haber debatido el tema no hubiera sido una barbaridad.

    Si hubo muchas dudas acerca de si los indios tenían almas, con mayor razón habrá habido muchas dudas acerca del alma de los animales.

    La ecología jamás ha ocupado un lugar importante en las preocupaciones de los moralistas católicos. 
    Caso contrario, hubieran tronado en contra del vaciamiento económico del Nuevo Continente, que comenzó en 1492.

    El rey de España tenía derecho a 20 % de las riquezas que los conquistadores arrancaban del Nuevo Continente.
    Una barbaridad!

    ¿En qué se apoyaba este derecho extravagante?
    ¿En cuáles pasajes de los Evangelios?

    Les relatos bíblicos de la creación dejan a entender que toda la naturaleza está a disposición de los hombres.
    Dios entrega a los hombres el derecho de propiedad.

    Y los moralistas del Occidente Cristiano hablan entonces del derecho de “uti et abutendi” , es decir de “usar y abusar”.

    Se trata de un concepto del pagano derecho romano, que los cristianos adoptaron sin pestañear.
    Es un derecho individualista, absoluto, sin límite.

    Este concepto está en la base del capitalismo.

    San Francisco percibió que el ser humano no es dueño de la naturaleza, sino solamente parte.
    Muchos han alabado la hermosa poesía de San Francisco.

    Pero pocos se inspiran de el en el momento de usar y abusar.

    El espíritu del capitalismo ha sido más fuerte que el espíritu de San Francisco.
    Y esto, los moralistas cristianos lo aceptan con gran naturalidad.

    Las religiones de América India tienen de la naturaleza una visión mucho más profunda y ecologista que la visión de los moralistas católicos.  Los moralistas católicos tienen mucho que aprender de los indios.

    Hace 150 años que el Vaticano nos inunda de encíclicas.
    ¿Cuántas de ellas tratan del grave problema del uso responsable de los bienes de la naturaleza?
    ·················

  • Gabriel Sánchez

    El problema es anterior a la norma, es necesario cambiar las mentalidades colectivas, desde allí cobra sentido el implementar normas…
    Por eso en eso andan los pueblos ancestrales y de paso hacemos saber que hoy en LIMA HAY UNA CONCENTRACIÓN NACIONAL POR EL AGUA Y EN CONTRA DE LA MEGAMINERIA QUE ESTA ENVENENANDO LAS CABEZAS DE LAS CUENCAS DE RÍOS IMPORTANTISIMOS, QUE DAN VIDA A BASTAS ZONAS DEL PERÚ, ESTA MOVILIZACIÓN NACIONAL QUE AÚNA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES DEL PERÚ, RESPONDE A LA ACTITUD DEL GOBIERNO DE HUMALA, DE PERMITIR EMPRENDIMIENTOS QUE CONVERGERÍA EN EL ENVENAMIENTO DE UNA PARTE IMPORTANTE DEL SISTEMA HIDRICO DEL PERÚ…

    AIDESEP, 02 de febrero de 2012. Más de mil hermanos indígenas de los diferentes pueblos de la región Loreto marcharon por las principales calles de la ciudad de Iquitos, sumándose de esta manera a la Marcha Nacional del Agua. Los manifestantes partieron del local de la Organización de Pueblos indígenas del Oriente – ORPIO, base regional de la AIDESEP, cuya directiva fue la convocante a esta acción de respaldo al pueblo cajamarquino.

    De esta manera, los pueblos originarios de la Amazonía se solidarizaron con las movilizaciones que se vienen realizando en todo el país en defensa del agua, de la vida y del derecho de los pueblos indígenas a la autodeterminación, especialmente en Cajamarca contra la ejecución del proyecto minero Conga.

    La dirigencia de ORPIO, a través de su presidente Emerson Sandi Tapuy, señaló que las acciones iniciadas por los cajamarquinos representan la lucha de todo el pueblo peruano contra el desconocimiento y la vulneración de derechos por parte de las empresas extractivas, sean estas mineras o petroleras.

    Tapuy dijo, además, que al igual que los pueblos de la costa y de los andes sufren los efectos negativos de la minería, los pobladores de la amazonía sufren la presencia abusiva y contaminante de las empresas petroleras y de las empresas forestales.

    Asimismo, reiteró que la movilización del pueblo es legítima y necesaria pues sienten que, hoy más que nunca, es el momento de defender sus derechos.

    Cabe indicar que a esta movilización de los pueblos indígenas se vienen sumando organizaciones sociales y sindicales como la CGTP Loreto, Construcción Civil, organizaciones de estudiantes y otras representativas de la esa región.

    http://www.aidesep.org.pe/index.php?codnota=2351