Esta frase no viene de ningún papa, es de Martin Heidegger (1889-1976), uno de los más profundos filósofos alemanes del siglo XX, en una entrevista concedida al semanario Der Spiegel el 23 de septiembre de 1966, pero solamente publicada el 31 de mayo de 1976, una semana después de su muerte. Heidegger siempre fue un atento observador de los destinos amenazadores de nuestra civilización tecnológica. Para él la tecnología, como intervención en la dinámica natural del mundo para beneficio humano, ha penetrado de tal manera en nuestro modo de ser que se ha transformado en una segunda naturaleza.
Hoy en día no nos podemos imaginar sin el vasto aparato científico-técnico sobre el cual está asentada nuestra civilización, pero está dominada por una compulsión oportunista que se traduce en la fórmula: si podemos hacerlo, también nos es permitido hacerlo sin ninguna otra consideración ética. Las armas de destrucción masiva surgieron de esta actitud. Si existen, ¿por qué no usarlas?
Para el filósofo, una técnica así, sin conciencia, es la más clara expresión de nuestro paradigma y de nuestra mentalidad, nacidas en los albores de la modernidad, en el siglo XVI, pero cuyas raíces se encuentran ya en la metafísica clásica griega. Esta mentalidad se guía por la explotación, por el cálculo, por la mecanización y por la eficiencia aplicada en todos los ámbitos, pero principalmente en relación con la naturaleza. Esta comprensión ha entrado en nosotros de tal manera que consideramos la tecnología como la panacea para todos nuestros problemas. Inconscientemente nos definimos contra la naturaleza que debe ser dominada y explotada. Nosotros mismos nos hacemos objeto de la ciencia, al ser manipulados nuestros órganos y hasta nuestros genes.
Entre ser humano y naturaleza se ha establecido un divorcio que se revela por la creciente degradación ambiental y social. El mantenimiento y la aceleración de este proceso tecnológico, según el filósofo, puede llevarnos a una eventual autodestrucción. La máquina de muerte hace decenios que está ya construida.
Para salir de esta situación no bastan los llamamientos éticos y religiosos, mucho menos la simple buena voluntad. Se trata de un problema metafísico, es decir, de un modo de ver y de pensar la realidad. Estamos en un tren que corre veloz sobre dos raíles; está yendo al encuentro de un abismo que hay más adelante y no sabemos cómo pararlo. ¿Qué hacer? Esa es la cuestión.
Si quisiéramos, podríamos encontrar una mentalidad distinta en nuestra tradición cultural, en los presocráticos como Heráclito entre otros, que todavía veían la conexión orgánica entre ser humano y naturaleza, entre lo divino y lo terreno, y alimentaban un sentido de pertenencia a un Todo mayor. El saber no estaba al servicio del poder sino de la vida y de la contemplación del misterio del ser. O en toda la reflexión contemporánea sobre el nuevo paradigma cosmológico-ecológico, que ve la unidad y la complejidad del único y gran proceso de la evolución, del cual todos los seres emergen y son interdependientes. Pero este camino nos es vedado por el exceso de tecnociencia, de racionalidad calculatoria y por los inmensos intereses económicos de los grandes consorcios que viven de este statu quo.
¿Hacia dónde vamos? En este contexto de indagaciones fue donde Heidegger pronunció esta famosa y profética sentencia: «La filosofía no podrá provocar directamente un cambio del estado presente del mundo. Y esto no es válido sólo para la filosofía sino también para toda actividad de pensamiento humano. Sólo un Dios puede aún salvarnos (Nur noch ein Gott kann uns retten). La única posibilidad que nos queda, en el pensamiento y en la poesía, es preparar nuestra disponibilidad para la manifestación de ese Dios o para la ausencia de Dios en tiempo de ocaso (Untergrund); dado que nosotros, ante el Dios ausente, vamos a desaparecer».
Lo que Heidegger afirma está siendo gritado también por notables pensadores, científicos y ecólogos. O cambiamos de rumbo o nuestra civilización pone en peligro su futuro. Nuestra actitud es de apertura a un adviento de Dios, esa Energía poderosa y amorosa que sustenta a cada ser y a todo el universo. Él podrá salvarnos. Esta actitud está bien representada por la gratuidad de la poesía y del libre pensar. Y como Dios, según las Escrituras, es «el supremo amante de la vida» (Sabiduría 11,24), esperamos que no permitirá un fin trágico para el ser humano. Éste existe para brillar, convivir y ser feliz.
Véase el libro Proteger la Tierra-Cuidar de la vida: cómo evitar el fin del mundo, Río de Janeiro, Record, 2010.
[Traducción de MJG]
Aún no tengo tiempo para escribir cosas serias, pero yo le sugeriría al “Dios que nos puede salvar” que abra una ronda de negociaciones con Gaia, a ver si pueden llegar a un acuerdo entre ellos, beneficioso para estos sus pobres hijos pródigos, malparidas criaturas abducidas por la inicua tecnociencia. ¡Señor, Señor…!
‘¡¡ Caracoles!!, Oscar, ahora sí que Juanito y yo nos hemos quedado a dos velas.
( Te aclaro, por si no lo he dejado claro antes, que a mí me horroriza la filosofía, pero en absoluto tengo nada que objetar respecto a los filósofos como personas. Menos aún por los filósofos que son capaces de ponerse a construir su propia casa teniendo años sificientes para dedicarse exsclusivamente a filosofar… o a lo que les apetezca.)
Dicho lo cual aprovercho una gran frase que nos has dedicado en éste comentario. ( la de ” vamos todavía” ya ha creado escuela y ha sido felizmente admitida por estos pagos.) La frase es la siguiente:
“”Espumo y me sirvo de Ortega y Gasset (OCT4,395-421) – abril de 1932.””
Lo de ESPUMAR me ha encantado. Lo de Ortega se lo dejo para quienes gusten de las alubias-garbanzos sin ” espumar”
Vaya mi comentario sin filosofías en honor a nuestro contertulio Juanito, que lo mismo que yo, nos encontramos ante tanta sabiduría teológico-filosófica como ” un burro en una peluquería de lujo”.
Esta mañana me ha tocado cocinar alubias rojas ( en Argentina creo que las llamáis frijoles o judías). El proceso es sobradamente conocido y cualquiera conoce el sistema de ” espumar”. ( quitar las espuma que sale en el primer hervor, puesto que si no se hace, los PEDOS ( y no me llamen zafio por el palabru que he leido cosas mucho más güarras de quienes se consideran muy finodos y muy cristianos por aquí) de los comensales atronarán las tardes y noches de forma poco recomendable. ( aunque no se tapen la cabeza con la manta.)
La ESPUMA es el sobrante indeseado de cualquier cocido que se precie. Y, para mí, la espuma de un buen comentario también debería ser quitada con la espumadera. ( Ortega es más ” espuma” que alubias-garbanzos.)
Os enseñaré un truco para espumar bien las alubias BLANCAS. ( nunca los garbanzos, porque se encallarían.)
Cuando han comenzado a hervir y la espuma está invandiendo la cazuela a punto de desbordarse, se coge la cazuela y se vierte directamente en agua fría ( un colador del tamaño adecuado, dependiendo de los kilos de alubias que se cocinen)
Seguidamente se refrescarán con agua fría y se volverán a la cazuela para ya comenzar el proceso del cocinado. ( aportando el chorizo, tocino, costilla, verduras, etc.
¿ Qué se consigue con ésto? Muy fácil:
La espuma ( los ” pedos”) desaparecen en su totalidad y las alubias se han fortalecido tanto por la reación del agua fría que no se romperán y quedarán perfectamente presentables. Ponerles mimo, cuidado y atención ( para que no se queden secas y se peguen) será fundamental, claro; pero si no se han ESPUMADO como es debido, ya pueden cuidar con el mayor mimo las alubias, que los ” pedos” serán inevitables.
Gracias por ” espumar”, lo mejor posible, los comentarios que nos comparten ustedes. No tengo muy claro que yo mismo haya ” espumado” bien este comentario; pero estoy casi seguro de que Juanito me ha entendido. Me doy por satisfecho y ” que aproveche”…
Hola!
* Boff cita a Heidegger: Sólo un Dios puede aún salvarnos – “Nur noch ein Gott kann uns retten”.
* Gundín trae a Goethe: dos almas habitan ¡ay! en mi pecho, la una quiere separarse de la otra”- “ zwei seelen wohnen ¡ach! in meine brust, der eine will sich von der andere trenen”
* Me toca a mí –Oscar– darles la razón, a la vez de solicitarles que hagan tres cosas con esas razones:
1ª) Ampliarlas – 2ª) Profundizarlas – 3ª) Elevarlas;
a fin de estar “a la altura de nuestro tiempo” y así poder leer desde ese punto en que los seres humanos de HOY estamos parados, el nuevo Paisaje que nos ofrece y enrostra en sus “Signos de estos tiempos”. Con lo cual he involucrado, además al Cumpa Gustavo.
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Espumo y me sirvo de Ortega y Gasset (OCT4,395-421) – abril de 1932.
– “Goethe se preocupa sin cesar de su vida sencillamente porque la vida es preocupación de sí misma. Al entreverlo se convierte en el primer contemporáneo, en el primer romántico. Porque esto es lo que por debajo de las significaciones histórico-literarias quiere decir romanticismo: el descubrimiento preconceptual de que la vida no es una realidad que tropieza con más o menos problemas, sino que consiste exclusivamente en el problema de sí misma.
Claro es que Goethe nos desorienta porque su idea de la vida es biológica, botánica. Tiene de la vida una concepción externa, como la tuvo todo el pasado. Pero esto no significa sino que las ideas que un hombre se hace son superficiales a su verdad vital, preintelectual. Goethe piensa su vida bajo la imagen de una planta, pero la siente, la es como preocupación dramática por su propio ser.”-
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En este pasaje, Ortega coloca una NOTA a pie de página diciendo que hablará para callarlo, luego, para siempre.
¿Qué tendrá que decir? ¿Lo vemos?:
NOTA: En el admirable libro de Heidegger titulado Ser y tiempo, y publicado en 1927, se llega a una definición de la vida próxima a ésta. No podría yo decir cuál es la proximidad entre la filosofía de Heidegger y la que ha inspirado siempre mis escritos, entre otras cosas, porque la obra de Heidegger no está aún concluida, ni, por otra parte, mis pensamientos adecuadamente desarrollados en forma impresa;
pero necesito declarar que tengo con este autor una deuda muy escasa. Apenas hay uno o dos conceptos importantes de Heidegger que no preexistan, a veces con anterioridad de trece años, en mis libros. Por ejemplo:
* la idea de la vida como inquietud, preocupación e inseguridad,
* y de la cultura como seguridad y preocupación por la seguridad,
se halla literalmente en mi primera obra, Meditaciones del Quijote, publicada en ¡1914!—capítulo titulado «Cultura-seguridad», págs. 116-117.
Más aún: allí se inicia ya la aplicación de este pensamiento a la historia de la filosofía y de la cultura en el caso particular y tan interesante para el tema como Platón.
Lo mismo digo de la liberación del «sustancialismo», de toda «cosa» en la .idea de ser—suponiendo que Heidegger haya llegado a ella como yo la expongo desde hace muchos años en cursos públicos y como está ya enunciada en el prólogo de ese mi primer libro, pág. 42, y desarrollada en las varias exposiciones del perspectivismo (si bien hoy prefiero a este término otros más dinámicos y menos intelectuales).
La vida como enfronte del yo y su circunstancia (c. pág. 43), como «diálogo dinámico entre el individuo y el mundo» en hartos lugares. La estructura de la vida como futurición es el más insistente leit motív de mis escritos, inspirado por cierto en cuestiones muy remotas del problema vital al que yo lo aplico—suscitadas por la lógica de Cohén.
Asimismo: «en suma, la reabsorción de la circunstancia es el destino concreto del hombre, página 43, y la teoría del «fondo insobornable», que luego he llamado «yo auténtico». Hasta la interpretación de la verdad como alétheía, en el sentido etimológico de “descubrimiento, desvelación, quitar de un velo o cubridor”, se halla en la pág. 80, con la agravante de que en este libro aparece ya el conocimiento bajo el nombre—¡tan hiperactuall—de “luz” y «claridad» como imperativo y misión inclusos «en la raíz de la constitución del hombre».
Me limito a hacer, de una vez para siempre, estas advertencias, ya que en ocasiones me encuentro sorprendido con que ni siquiera los más próximos tienen una noción remota de lo que yo he pensado y escrito. Distraídos por mis imágenes, han resbalado sobre mis pensamientos.
Debo enormemente a la filosofía alemana y espero que nadie me escatimará el reconocimiento de haber dado a mi labor, como una de sus facciones principales, la de aumentar la mente española con el torrente del tesoro intelectual germánico. Pero tal vez he exagerado este gesto y he ocultado demasiado mis propios y radicales hallazgos.
Por ejemplo: «Vivir es, de cierto, tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él». ¿De quién es esto? ¿De Heidegger, en 1927, o publicado por mí con fecha de diciembre de 1924 en La Nación de Buenos Aires, y luego en el tomo VII de El Espectador («El origen deportivo del Estado»)?
Porque lo grave es que esa fórmula no es accidental, sino que se parte de ella—nada menos—para sugerir que la filosofía es consustancial con la vida humana, porque ésta necesita salir al «mundo», que ya en mis párrafos significa, no la suma de las cosas, sino el «horizonte» (síc) de totalidad sobre las cosas y distinto de ellas.
Encontrar en esta nota datos como los que transcribo, tal vez avergüence un poco a jóvenes que de buena fe los ignoraban. Si se tratase de mala fe, la cosa no tendría importancia; lo grave para ellos es descubrir que de buena fe lo desconocían, y que, por tanto, se les convierte en problemática su propia buena fe.
En rigor, todas estas observaciones se resumen en una que siempre he callado y que ahora voy a enunciar lacónicamente.
Yo he publicado un libro en 1923 que con cierta solemnidad—tal vez la madurez de mi existencia me invitaría hoy a no
emplearla— se titula El tema de nuestro tiempo; en ese libro, con no menos solemnidad, se declara que el tema de nuestro tiempo consiste en reducir la razón pura a «razón vital».
¿Ha habido alguien que haya intentado, no ya extraer las consecuencias más inmediatas de esa frase, sino simplemente entender su significación?
Se ha hablado siempre, no obstante mis protestas, de mi vitalismo; pero nadie ha intentado pensar juntas—como en esa fórmula se propone—las expresiones «razón» y «vital».
Nadie, en suma, ha hablado de mi «racio-vitalismo». Y aun ahora, después de subrayarlo, ¿cuántos podrán entenderlo—entender la Crítica de la razón vital que en ese libro se anuncia?
Como he callado muchos años, volveré a callar otros muchos, sin más interrupción que esta rauda nota, la cual no hace estrictamente sino poner en la pista a toda buena fe distraída.”-
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Juanel en el último comentario que me diriges extraigo con satisfacción indicios de acercamiento respecto a la disparidad que de momento parecen situadas nuestras posiciones. Lo que más me agrada de todo ello es que esta vez frente a tus preguntas, lo poco que de momento diga, pues pienso ir paso a paso, sí podré empezar situando la cuestión desde el principio, cosa que facilitará, pienso, la comprensión.
Uno de los rasgos característicos de este foro es la inquietud movida por la esperanza de que las cosas puedan cambiar y esto precisamente por haber vivido experiencias propias y estrictamente personales que aquí de algún modo intentamos explanarlas para descubrir lo común que hay en ellas.
Pues bien, para desarrollar mi idea me quedo de momento con esto que dices de la Realidad Omnicomprensiva que, con empatía y con el ánimo de avanzar, podría traerla a mi terreno traduciéndola nada menos por el papel que en la teoría zubiriana del conocimiento ejerce la llamada “Aprehensión primordial de realidad”. Ambos términos con distinta conceptuación nos introducen en la experiencia radical de lo dado en su totalidad, ahí aún por supuesto pese a su rimbombancia no sabemos nada en absoluto, sólo consta el “hecho” de lo que nos es dado humanamente, que para empezar no es poca cosa.
En este punto me voy a detener, sin que ello, espero, me distraiga para luego continuar, pues me viene bien ahora recordar como en otros comentarios he señalado sin éxito, la importancia de que es ahí en esa experiencia el momento donde hay que circunscribir el ámbito de la fe. Se suele pensar que primero es la creencia y que luego de ella deriva la fe. Pero a mi modo de ver esto no es así la prueba de ello es justamente esa Omnicomprensión de la cual aún no sabemos nada, ¿cómo vamos a creer en ese todo que de una vez se nos da y que sólo llegamos a intuir? Existe confianza ante ello pero nada más. Lo que sí ha ocurrido históricamente es que ante el afán de conocimiento que caracteriza lo humano, se interpusieron las religiones y entonces esa fe primigenia puesta ahí en el camino para avanzar quedó subordinada a las creencias.
Aquella Omnicomprensión de la que hablas y que me reservo matizaciones para más adelante, se tornó en algo meramente entendible, se la despejó de su carácter ral sensible. Cuando aquí se intercambian los términos y se sitúa en primer lugar las creencia es porque bien esa experiencia a pasado como inapercibida o bien se ha vivido pero, en aras a la seguridad mejor prescindir del dato real y sustituirlo por actuaciones mentales que obran en solitario, con lo cual ya de entrada lo más esencial de aquella genuína experiencia, es decir el hecho del dato real, (la facticidad en términos zubirianos) se nos ha escapado de las manos, pero, ¿para siempre? Habrá que verlo.
En cualquier caso esta experiencia radical de la Omnicomprensión (en tu caso) o de la Aprehensión de realidad (en el mío) tanto para quienes les pasa desapercibida como para quienes la relegan en aras a la seguridad, es el punto de referencia desde el cual, o bien se parte o bien de algún modo habrá que volver. Y es en esa vuelta atrás donde con más claridad podemos ver, en efecto, que la fe precede a las creencias ya que las dudas que puedan surgir provendrán no de aquella radical experiencia, sino que las dudas serán fruto de las irrealidades que en su seno albergan las creencias. Lo que de todo esto queda al final es la fe recuperada, es decir, lo que se ha venido en llamar fe adulta, lo cual, para ello, como se ha visto, se ha tenido que dar un rodeo por las creencias
Hasta aquí este planteamiento explicaría un poco también el sentido que tiene la búsqueda de la que tanto se habla aquí en Atrio. Si primero situamos las creencias por más dudas que en el transcurrir del tiempo nos generasen entonces no habría posibilidad de plantearnos esta búsqueda ni por tanto tampoco posibilidad ninguna de vuelta atrás.
Ahora volviendo al principio, y para ir acabando, te diré Juanel, que si bien he hallado en ti tras este esfuerzo de aunar conceptos, un punto de acercamiento si que será bueno que sepas que discrepo de ti cuando dices que esta Realidad Omnicomprensiva que experiencias la dejas en estado de quiescencia, es todo lo contrario, amigo mío, si fuese así cómo se explicaría este frenesí continuo que manifestamos por querer cambiar las cosas y que es algo que ocurre a nivel planetario? Es esta experiencia la que precisamente nos empuja a ello.
Con lo expresado creo haber dejado en buena situación el enfoque que en otro momento puede dar arranque a tu última pregunta ¿de dónde sacas dichas estructuras y cómo lo sabes? Bien, esto último es mucho decir…no te parece?
Lo dejo aquí, en otro momento diré más cositas,
Deseo que tu esposa se recupere pronto.
Gustavo, en mi opinión el relativismo no es un mal sino un bien porque respeta la libertad de las personas y admite la validez de otras opciones distintas de las propias, también las éticas. Si se trata de un relativismo que se vuelve radical, tanto que llega al “todo vale” estimando igual una cosa que otra, intercambiando valores de bien o mal con igual validez, como Nietzche, pues el resultado es que el relativismo deja de serlo, transformándose en absoluto, que es el argumento que utilizas para cualificarlo. Pero un relativismo anti-absoluto, anti-hegemónico, que no busca ni tiene en cuenta principios universales, cuyo fin exclusivo es el poder, es decir, la imposición de principios y verdades absolutas a todo el mundo, también las éticas, me parece muy negativo por su falta de respeto a las opciones de los demás, de lo cual derivan fundamentalismos, intransigencias, intolerancias. Nada bueno.
Saludos cordiales
Oscar, voy a ser un poco escandaloso. La vida humana ha creado y recreado a Dios por que en el fondo NOSOTROS somos la ENCARNACIÓN de Dios en la Realidad Física Relativa. Dios es humano, completamente humano. Si Dios es Dios, para ser todo en Todo tiene que encarnarse, formar parte, incluirse, dentro de lo Relativo y no sólo ser Absoluto, sino tener tiempo e historia. Nosotros somos la historia de Dios, por que nuestras características como seres humanos heredadas de la biología y la evolución, nos permiten ir comprendiendo y asimilando todo cuanto ha sido y sucedido en el cosmos, archivarlo en la memoria para tenerlo disponible y presente. Somos Di*s, pero aún no, estamos todavía haciéndonos en el tiempo de la historia para alcanzar la Plenitud Humana. Di*s es Plenitud Humana, el conjunto de humanidades plenificadas sin exclusiones, de aquí en la Tierra o de las extraterrestres si las hubiere. Por esto creo en el triunfo final del Bien, en el tiempo futuro de la historia humana. Tengo una fuerte fe y esperanza en la humanidad, en su espléndido futuro, en el que será dueña y señora de la Realidad Física, (fundamental para mí el avance acelerado de la Ciencia y Tecnología), por lo que actuará con la Sabiduría y el Poder de Dios, por ser Dios mismo, su encarnación en el cosmos.
El aún- no, es muy importante porque indica que ahora sólo somos seres vivos surgidos por la evolución de la vida, sin nada divino en nosotros. No tenemos espíritu, ni alma, no tenemos esa gotita de sustancia sutil puesta o creada por Dios directamente en el momento preciso de nuestro origen en el proceso de fecundación. Pero lo tendremos cuando el horizonte del Reino sea un hecho realizado y construido a lo largo de la historia, en el tiempo futuro e histórico de plenitud. Y nosotros los de ahora seremos resucitados por los seres humanos de la plenitud y llevados a su tiempo histórico en nuestro futuro. Son los “hijos de los hombres” como Jesús, que se designó a sí mismo como “el hijo del hombre”, por tanto divino.
Si hay una catástrofe ecológica o desastre nuclear o lo que sea en un futuro más o menos próximo, que lleve al borde de la extinción de nuestra especie, (aunque yo creo que podemos y debemos evitarlo a toda costa dado el enorme sufrimiento que producirá tal evento), mi fe me dice que sobrevivirá un resto de humanidad para seguir la historia humana hasta su plenitud. Di*s está profundamente implicado en ello según mi fe y por eso tengo esperanza.
Saludos cordiales
Saludos Oscar:
Gracias por detenerte e invitarme a reflexionar. Yo entiendo el relativismo a esa postura que dice que la verdad de todo conocimiento o principio moral depende de las opiniones o circunstancias de las personas. Por ejemplo el relativismo moral le tiene un odio visceral a las jerarquías de las ideas.
Ahora el relativismo conlleva el absolutismo. Piensa que ahora se habla mucho de relativismo, como si este fuese el signo de los Tiempos que tú dices que hay que aprender a ver, de tal manera que se ha convertido en el peligroso absolutismo al que tu aduces.
Hay absolutistas que creen que sólo lo que ellos dicen o piensan es bueno.
Hay personas que afirman que todo es relativo y elevan su afirmación a categoría absoluta sin admitir la contradicción de que si todo es relativo también lo será el relativismo que propugnan.
Con todo hemos de estar atentos. Y más que aprender a ver los signos de los Tiempos pienso que hemos de iluminar este tiempo para que se convierta en Signo de paz, amor y sobre todo de salvación.
Los cristianos estamos obligados a dar testimonio de que Dios es la única garantía para el hombre, que un mundo sin Dios queda abierto a la tiranía, al totalitarismo y también al relativismo.
Un saludo con gran afecto y consideración hacia ti.
Gustavo Montesinos Saá.
Hola Gustavo!
Decís: -“El relativismo nos está haciendo tanto mal”-
Y debe ser así nomás.
Pero ¿por qué?
¿No será porque todavía
* tenemos mucho
* y somos muchos
los absolutistas?
¡Lástima no aprender a VER el “Signo de los Tiempos” ¿no?!
¿Qué le vamos a hacer?
Yo ¡Voy todavía! ¿Alguno se suma y viene? – Oscar.
Saludos a José Ignacio Calleja.
“Vivir como si Dios existiera” debiera entenderse precisamente hoy, ya que supuestamente estamos viviendo sin ley ni Dios. El relativismo nos está haciendo tanto mal. Yo también me he puesto el interrogante que tú haces: ¿cómo vivir con esa fe si uno no es creyente? Yo añadiría: ¿se puede tener fe siendo ateo?. No creas que es un artificio. No.
Recuerdo que la religión es un fenómeno de una importancia histórica y social de gran magnitud. Tú hablas del funcionalismo, pueda ser que sí. Muchos de nuestros países latinoamericanos y España principalmente son países católicos, aunque muchos no vayan a misa. A nivel social mismo, se respeta la navidad, la Semana Santa, las procesiones, etcétera, pero muchos en fin de cuentas viven un ateísmo práctico. Por eso yo decía por lo menos vivamos con lo que antes llamábamos el “temor de Dios” o desde el punto de vista filosófico con la hipótesis de que “Dios Existe”.
De otra parte la religión por ejemplo está involucrada con muchas categorías como el cine la televisión, el arte, la cultura, la política, la educación y otras muchas. Como puedes ver la religión está involucrada en muchas esferas, no es algo aislado. Quien pretenda negar esto, no sé en qué mundo vive.
Cuando hablas de la religión de Jesús, hay que clarificar el concepto de religión. El termino religión en un principio es un término independiente de Dios. Piensa que en la India hay religiones que no tienen Dios. En la actualidad para muchos Jesucristo es un profeta, no lo conciben como Dios.
En fin, gracias José Ignacio por permitirme conversar un poco contigo.
Saludos
Gustavo Montesinos Saá.
Hola Gundín!
¿Por qué pedir perdón tan apresuradamente?
Si has dicho lo que has dicho es que algo así has sentido.
¿Por qué renunciar tan rápidamente a ese espontáneo sentimiento vital
si no eres ni un malvado ni un perverso (¿o sí?).
Supogamos (que es lo que yo creo) que no; que no sos malvado.
¿Por qué “pedir perdón” por haber soltado:
-“(hay mucho cura por aquí, siempre pensando en lo mismo)“-?
¿No habrá algo de “auto-censura” ?
¿No se trataría, acaso, de una seria crítica a lo “religioso”
que no te atrevés -o no encontrás- la “formulación-razonable”
que la justificase?
Pienso que así no se avanza.. Se es tibio (ni frío ni caliente).
Pienso también que esa situación vital
la fue teniendo a montones -día a día- Jesús.
Él no reculó pidiendo perdones.
La avasallada vida humana de sus compañeros de vida y muerte
le planteaba esos -¿cómo llamarlos?:
¿Ex-abruptos, acaso?
Quien no es malvado ni pusilámine
ha de aguantarse la vida que empuja y empuja;
y -como Jesús- “no se aparta de la huella auque vengan degollando”.
NOTA al margen: No otro sentido tiene mi arrojo a plantear un Taller de Teología;
e.d. del Asunto Dios en el mundo de hoy
(no en el de la Antigüedad -de cosas físicas-; ni en el del Idealismo -de cosas pensantes-),
que es un mundo de sentimiento vital.
A mi me parece que si en algún lugar se siente un problema de lenguaje y de comunicación interculutural, es en este hilo…
Lo primero es el asunto de Dios…cuando Leonardo desde este itinerario nuestro (las ceb´s) habla de Dios, no esta haciendo filosofía, esta hablando de una experiencia…de algo que sentimos y vivimos como parte integrante de nuestra vida, que se manifiesta en la totalidad…de la creación y lo que critica como fuente del mal, no son ni la tecnología, ni la ciencia, es esa configuración llena de rapacidad, que nos desgaja de la comunidad de la creación, dejamos de sentirnos parte de ella e intentamos crear ciencia que la domine, la exprima…Destruimos millones de hectáreas de bosques para acumular dinero, poder y riqueza… Salvarnos de esa mentalidad…que esta destruyendo el planeta…y que sin lugar a dudas…esta creando un escenario donde la especie misma corre peligro…es el enemigo del que salvarnos…alguien alguna vez le llamo avaricia…hoy le llamamos capitalismo neoliberal, que configura la tecnología de tal forma que esta se vuelve contra el hombre…Un acento de esa presencia, que experimentamos es la gratuidad, la belleza que desde lo alto de los andes podemos vislumbrar…o en las llanuras…o en los ocasos, en la playas del Sur de América del Sur…somos parte de esa creación y hemos creado tecnología que destruye la belleza, la vida, los delicados equilibrios que el creador sembró en la naturaleza…La capacidad de agradecer…la capacidad de fundirnos con las grandes lineas de la vida…abandonando toda seguridad…para entender que el Dios de los filosofos no existe, Dios…es una presencia que salva respetando nuestra libertad y nos salva de nuestra propia oscuridad y miseria…que proyectada a nivel global ha creado el capitalismo neoliberal, que esta a punto de destruirnos a todos…incluso podemos llegar a crear un escenario, que repita algo que ya ha pasado hace un largo, largo tiempo y que es la extinción en masa de la mayoría de las especies…De esto debemos ser salvado, de algo que es oscuro, cruel y homicida y esta dentro del corazón humano…Gabriel
Espigo y comento a mi manera de las visiones que en Boff (y no sólo en el) inducen el pesimismo:
“…la conpulsión oportunista… si podemos hacerlo, tambien nos es permitido hacerlo sin ninguna otra consideración ética“.
¡Descubrir ahora que somos unos oportunistas!. Lo somos de siempre, ya antes de la sedentarización que nos civilizó. Nuestro abuelo aún cazador-carroñero y recolector era ya un maestro del oportunismo cuando le birlaba la pieza cazada al leopardo, que la había dejado colgada de una pola durante un tiempo pq no le gusta la carne tan fresca.
Fijémonos en la ética de nuestro abuelo: aquel birle era bueno, ¡buenísimo! si conseguía burlar al leopardo. Y malo, ¡malísimo!, si se tropezaba con él: gutt war was nutz ( lo útil era bueno). Y gracias a Dios que fue así, pues sin ese oportunismo no habríamos sobrevivido.
Y la misma ética, ahora en presente, sigue activa y dominante: gutt ist was nutz (lo útil es bueno). Pero, ..¡ah..ah…! el leopardo ahora somos nosotros, sin dejar de ser los mismos monos curiosos que ¡ay, Dios, ay Dios! no resistiremos la curiosidad y apretaremos con el dedo “para ver que pasa”. ¿Acaso sabemos lo que pasa?. ¡No, mientras no apretemos!. ¡Pues aprieta!. Lo estamos haciendo.
Un problema de adaptación: ¿cómo ser leopardo y mono a la vez?. Ya no podemos seguir diciendo sólo que lo útil es bueno. Eso tenemos que matizarlo y, mejor aún, cambiarlo por lo bueno es útil.
Nos decimos “sapiens”. Ahora lo veremos. Sigue en vigor la Ley adaptarse o morir.
P.D.- Esto va largo. Es tarde. Mañana no podre seguir. Tampoco se si interesa o no. Si alguien protesta, entenderé.
Se me ocurre ahora acabar de esta manera, por seguir de alemanes: al no conseguir (de momento no conseguimos) ser leopardo y mono a la vez recitemos con Fausto: “dos almas habitan ¡ay! en mi pecho, la una quiere separarse de la otra” (que suena mejor en alemán: zwei seelen wohnen ¡ach! in meine brust, der eine will sich von der andere trenen, pronunciando fuertes las rrr hace temblarrr). Escribí de memoria y sin comprobar la ortografía. Perdón por anticipado.
J.I. Calleja. 14.I, 21:31
Perdón, perdón.
Hola Remedios:
Gracias por detenerte en mi comentario.
Pienso qué puede importar la denominación que demos o el calificativo que pongamos según los cánones por otros establecidos, cuando lo que realmente importa es la experiencia, ya que no dejan de ser meras interpretaciones de lo Ilimitado en lo que todo cabe en su desbordamiento. Lo que somos, la identidad compartida, en la Unidad de todo Lo Que Es, no nace ni muere, no se retorna a lo que ya es en nosotros. Lo que cambia permanentemente es la forma de su manifestación, el yo particular, y en el modo cómo se expresa. Pero nos agarramos a él, como si de ello dependiera todo lo que somos, queriendo perpetuarlo.
Y poco más puedo decir. En palabras sabias de Sarrionandia, Joxema, “solo sé que no sé”, porque en Ello la mente no puede penetrar elucubrando y menos permanecer. Se conoce si se es.
Un fuerte abrazo.
¡Jo!,entre teologos,filosofos etc,los que somos de apie,ni nos enteramos,ni sabemos por qué lado vienen los golpes,es como ir al médico y que este te hable en plan tecnico.
Sí, a los avances tecnicos,todo avance es bueno,Dios nos dió la inteligencia y la libertad para desarrollarnos,la iglesia romana que siempre ha estado en contra de todo avance,mas tarde se ha servido de ellas cuando le ha interesad.
Asun dice: “¿Quien no ha experimentado ese Dios que se hace Unidad en lo mejor de él, siendo más su mismidad, su más profunda intimidad, no siendo el o ella, pero sin dejar de ser en él o ella?”
(en éste último párrafo, creo que procuras no caer en el panteísmo, porque en ésa experiencia sólo existe el Uno)
Das por hecho el que muchas personas han tenido esa experiencia. ¿No crees que cuando alguien experimenta el Uno, tiene la certeza de que su verdadero origen es ese y que a el retornara?
X. Gundin, me gusta tu aportación, la veo perspicaz y fundamentada. (No creo, sin embargo, que “por aquí hay mucho cura, siempre pensando en lo mismo”. Me temo que te ha traicionado algún “instinto”). Saludos.
Leídos casi todos los comentarios me ronda la impresión de que queremos salir del pozo agarrándonos de las orejas.
No sé qué es mejor, si convertir lo útil en inútil o lo inútil en útil… ni siquiera sé cual es la diferencia.
Sólo sé que no sé-
La frase de M. Heidegger, puede tener varias traducciones. Una de ellas, por que no, podría ser “solo todavía un Dios puede salvarnos” o “solo un Dios puede seguir salvándonos”.
Dios, un Dios, qué importa. Todo aquello que nos sobrepasa, más allá o acá de la mente silenciada, es inalcanzable en su profundidad aún surgiendo, estando y siendo su fluir dentro de nosotros mismos. ¿Quién no ha experimentado ese Dios, que se hace Unidad en lo mejor de él, siendo más su mismidad, su más profunda intimidad, no siendo él o ella, pero sin dejar de ser en él o ella?
Lo que llamamos con asombro Dios, se manifiesta, se origina y se experimenta enraizado en el seno del hombre. Un Dios no inoculado y conceptualizado es el que viene para mí a significar “vivir como si Dios no existiera”. Considero esta frase una joya sobre el misterio que es y somos. Porque vivir como si ese Dios existiera, es difícil no inyectarle antropomorfismo, e interpretarle incluso como un antagonista, separado de quienes somos. Poniendo más voluntarismo que ser simplemente amor, ausencia en la presencia.
El ser humano es el de siempre, el que nos es familiar y conocido desde que pudo verbalizar, comunicarse, desde que, según la narración mítica del paraíso, quiso ser lo que no era. Pasó de percibirse integrado en la naturaleza a alejarse poco a poco del centro plenificador de su existencia, al querer acumular y “ser” lo que no es, en lugar de dejar ser lo que ya es en él con gratitud y desapropiación.
El mito sintetiza muy bien, la condición humana olvidada y su naturaleza extraviada. Es por una parte un despertar al yo que la mente individualiza, al llegar a creerse sólo eso, dejando atrás la fusión con la naturaleza, que es, en principio, un proceso de diferenciación necesario, pero que en su compleción está impulsado para ser trascendido armoniosamente a reintegrarse en el cosmos, reinsertarse con respeto en él, caminar con y en él, sin buscar afán de protagonismo ni explotación innecesaria.
No somos la naturaleza, pero estamos interconectados en interdependencia con ella y el cosmos. Olvidar esto ha sido y es nuestro deterioro. Antes domesticamos a la naturaleza cada vez más a nuestro antojo, cuando ella nunca ha dejado de ser lo que es, dando lo mejor de sí y siendo sencillamente no más de lo que es. Ahora lo hemos ido complicando más y más con la tecnología y la ciencia, que no deja de ser en su origen lo mismo, deseo de cúmulo y dominación separada, saliéndonos del espacio-fuente, obstruyendo el inagotable fluir de vida y amor. Nuestro centro de sentido y existencia más intimo y plenificante.
Sin embargo, esta pulsión hacia delante nos hizo creernos y nos seguimos creyendo, enajenados, el ombligo del universo ante los otros, ante las cosas y ante la dimensión profunda de lo Real. Ahora bien, imponer su existencia para hacer y actuar como si existiera, me parece muy empobrecedor para su trasparencia. La imagen de un Dios contabilizador, separador, calculador etc se nos puede colar con facilidad. Por eso encuentro profundidad y despliegue de consciencia en esta frase, “vivir como si Dios no existiera”: Dejando a Dios ser Dios, presencia, alegría, entusiasmo, entrega….en cada uno de nosotros, vivir con des-apego a méritos y recompensas, ser la donación que continuamente recibimos, sin apropiarnos del Misterio que nos envuelve y penetra. Ser su silencio.
Vuelvo.
Para dar fundamento a su visión pesimista del desarrollo de la civilización técnificada, Boff usa una frase (es decir, invoca la autoridad) de Heidegger.
Lo que quiere decir Boff lo sabemos leyendolo.
Los que no hemos leido a Heidegger no sabemos sus ideas en el año 66 y tendremos que conformarnos con lo que Boff nos informa que aquel pensaba : “…. la tecnología, como intervención en la dinámica natural del mundo para beneficio humano, ha penetrado de tal manera en nuestro modo de ser que se ha convertido en una segunda naturaleza”, dando lugar a esta civilización que según Boff (que implicitamente se lo supone a Heidegger) “…está dominada por una pulsión oportunista que se traduce en la fórmula si podemos hacerlo, también nos es permitido hacerlo sin ninguna otra consideración ética…”.
Pero todo lo que aqui sabemos de Heidegger es una frase (nadie ha aportado más pruebas):
“Nur noch ein Gott kann uns retten”,
que Boff traduce literalmente por
“Solo un Dios nos puede salvar”
pero yo leo, tambien literalmente, que
“Solo un Dios nos puede todavía salvar”,
y que, atendiendo al contexto, yo preferiría traducir libremente como:
“Solo un Dios podría todavía salvarnos”
Con lo que entiendo que Boff (que, tímido, se escuda en la autoridad de Heidegger) teme que nuestra civilización se nos ha escapado de las manos y, fuera de control, esta monstruosa creación acabe con su creador: nosotros.
Boff nos lo cuenta como una historia actual. Pero es muy vieja, pues ¿qué es el mito del pecado original?. Acompaña a nuestra especie desde los orígenes. Y puede que sea cierta y al final se realice. Puede ser. Pero no es actual . No es resultado de la actual civilización técnológica , sinó de la civilización a secas. Con ella nos hemos puesto a humanizar el mundo y, monos curiosos al fin, primates que se hacen preguntas y buscan respuestas, animales con capacidad de idear, seguimos apretando con el dedo “a ver que pasa”. Este comportamiento tiene riesgos, claro. Los riesgos aumentan con la potencia que el dedo mueve. Ya hace tiempo que los riesgos son altísimos. La voz de alarma está dada.
En otro orden. El “solo un Dios” no parece que hay que entenderlo como una llamada (in-vocación) a Dios para que nos resuelva el problema, (hay mucho cura por aquí, siempre pensando en lo mismo), sinó únicamente como una ilustración del tamaño (o de la calidad) del esfuerzo que será necesario para resolver el problema. Como si dijera que haría falta un nuevo Prometeo.
Después de haber leído un artículo de Fidel Castro en http://www.piensachile.com/secciones/opinion/9561-la-paz-mundial-pende-de-un-hilo la cita que Böff hace de Heidegger, sin entrar a dirimir a qué Dios se refiere, y sin entrar a cuestionar los aportes de la tecnología, me queda más que clara. Y es que hemos llegado a un grado de peligrosidad en nuestras relaciones entre nosotros y con la naturaleza, que organizar a 7.000 millones de personas para no dejar la hecatombe ,es una tarea que dado nuestro estado de conciencia, nos sobrepasa, y vemos con susto, miedo, y apretura de tripas, que vamos “cuesta abajo en la rodada” como diría el tango, en un tobogán que no manejamos y que nuestro destino es como una ruleta rusa. Y lo que necesitamos es liderazgo de personas inspiradas en el respeto por lo humano y que se la jueguen por el tema con una fe intensa, como esa que vemos en los poseídos por el espíritu al que algunos llaman Dios. Y no digo que esto sea la verdad, es lo que yo entendí. Saludos.
Y Gustavo, “vivir como si Dios existiera”, es una idea muy valiosa que viene extendiéndose por no pocos lugares de la cultura. Me interesa y me preocupa. Muchos de sus efectos “sociales” son muy benignos, pero sus dificultades también. Porque, ¿cómo vivir con esa fe si uno no es creyente? ¿Qué artificio es éste? ¿Qué fe será creíble si en muchos es una estrategia funcionalista, un instrumento de conservación social? Y, ¿se puede creer en algo o alguien “trascendente” por razones de interés social?
Por otro lado, y puesto que las religiones ven aquí un filón para su razón de ser, ¿no lo están transformando ya en el derecho a recuperar su posición social poderosa? La religión de Jesús, ¡voy a hablar así!, ¿qué no pagará en identidad samaritana y creyente, si se nutre de millones de miembros con una fe “cautelar y pragmática”, es decir, para no perecer socialmente? Debemos seguir pensado esto. Paz y bien.
Hola!
Dos cositas:
1.- Este Artículo es de Boff
que cita a don Martín,
que in-voca a Dios.
Cada nombrado aparece encapsulado en el anterior
(como las Mamushkas rusas).
Tal vez:
* no nos damos cuenta
* no prestamos atención
* no nos “fijamos”
que todas las Mamushkas visibles
las vemos en la repisa – contra la pared – de la casa – etc.
Para cada lector Boff se nos viene con toda la estantería
e.d. la de un católico ex-cura franciscano …
En ese con-texto, el vocalo Dios al que recurre Leonardo
es muy dificil que logre des-activar el pasado religioso”
con que se nos viene encima, aun cuando use la expresión de
“Energía poderosa y amorosa que sustenta a cada ser y a todo el universo”
Pero hay que hacer el esfuerzo por entenderlo.
Toda lectura comprensiva es una complicidad del Lector con el Escritor.
……………..
2.- Pareciera que mientras no hagamos el esfuerzo cómplice
de elucubro-visualizar algún nuevo Paradigma (nueva Re-velación)
acerca del Asunto Dios en la Vida humana
no adelantaremos mucho; o nada.
Mi búsqueda en el Proyecto “Taller de Teología” que prepara
consiste en ese intento.
En ese sentido es que pedí la colaboración de un Biólogo (juanel)
porque así como los Órganos y Funciones vitales
han recorrido el largo camino “conforme a plan” para ir formándose
podría ser que esa vía “comprensiva”
saltando al nivel “extraño e insólito” de la Vida humana
nos muestre más y más el proceso “histórico” de Dios
como función orgánica fabricado dentro de esa misma vida humana,
que -en última instancia- es el Dato más a mano y concret que tenemos.
Nadie puede saltar su propia sombra.
¿Podrá ser algo así?
Yo intento por ahí ¡ir todavía! – Oscar.
Estoy de acuerdo, Juanel. La ética es personal y social; no vale sólo con la conversión de las conciencias al bien y las buenas intenciones, (¡cuál es el bien en cada caso, es otra cuestión!), sino que también hablamos de leyes, instituciones y estructuras justas.
Y sí, comparto contigo que la ética tiene que mostrar normalmente alguna ventaja para la eficiencia técnica y hasta económica, pues de lo contrario, lo tiene crudo; de hecho, hoy se escribe y muestra la rentabilidad de la ética en los negocios; la ética siempre tiene un punto de interés propio, pues el propio interés no es un mal camino para pactar entre iguales y ser eficientes; pero sin esa igualdad mínima, una ética en función de la eficacia técnica y económica en todo supuesto y camino, es una ética raquítica, en el mejor de lo casos, y un sucedáneo del abuso de los poderosos, casi siempre.
Pero, sí, la ética personal y social, siempre es sabia para no callar y ver, y para calcular fuerzas y pactar; la ética como ideología de máximos, no; la ética como sabiduría de mínimos de justicia, sí. Saludos.
Supongo que será más fácil decir “Sólo un Dios nos puede salvar” que responsabilizarnos como personas.
En toda la historia de la humanidad ante la duda de algo siempre se ha hecho referencia a un Dios o Dioses. Si era muy complejo de conseguir, se decía: “que sea la voluntad delos Dioses”. Hoy en día sigo escuchando: “si dios quiere”.
En mi opinión, ya está bien. Y a está bien de responsabilizar a nadie de nuestro pasado, presente o futuro.
Yo me lo crio, yo me lo como.
Mª Luisa, lo último que escribes: “tomar la realidad como horizonte” me lleva a lo que yo tomo por Di*s o Realidad Omnicomprensiva, algo próximo al Tao contradictorio. Nunca hablo de ella, ni sé nada de ella, solo intuyo que está ahí y punto. Guardo ante ella un silencio expectante y respetuoso. Sin embargo, me parece que tú le das una estructura y dimensiones de la cual derivas un sin fin de cosas, incluso todo cuanto está siendo o existiendo o fue en el pasado. ¿Es así? Si lo es, yo te preguntaría ¿de dónde sacas dicha estructura y cómo lo sabes?
Oscar, sin duda hablar contigo por e-mail me sería muy positivo, estimulante y placentero. Me lo he pensado pero no creo que en estos momentos de dificultades personales pueda hacerlo, pues mi mujer salió el miércoles del hospital ingresada por una insuficiencia cardíaca. No tengo tiempo y por eso intervengo aquí en Atrio muy poco sólo un ratito por las mañanas temprano mientras ella duerme. Si quieres puedes enviarme un correo a terra. es, con el nombre o nick: camijorel. (no pongo la dirección por que Atrio no me lo permite pero con estos datos vale ¿no?).
Comparto la opinión de JICalleja de que sin la ética suficiente los avances tecnológicos pueden ser usados contra la humanidad, destruyendo todo lo importante hasta la extinción del género humano. Pero teniéndolo en cuenta, me resulta evidente que la humanidad a lo largo de la historia ha sabido superar las dificultades del azar y del medio en el que vivió y por eso tengo una fuerte esperanza que sepa cómo hacerlo ahora. Sin embargo, veo que la ética por necesaria que sea no tiene la fuerza suficiente para lograrlo. No basta concienciar a la gente de la destrucción de los ecosistemas, la contaminación de recursos, etc…. apelando a un sentido ético que los poderosos se saltan sin ningún escrúpulo. Hay que hacerles ver que esos comportamientos no son ni eficaces, ni productivos, ni rentables, que se están cargando la gallina de los huevos de oro. Quizás así lo entiendan y la humanidad pueda seguir adelante con una tecnología más eficaz y productiva, pero sostenible.
Dudo mucho que la solución esté en el cambio de mentalidad, atacando al positivismo, a la productividad, a la rentabilidad o a la eficacia. Con una mentalidad orientalista de un Todo común no veo el modo de que los avances de la humanidad en el campo científico- tecnológico que me importan muy mucho, puedan seguir su ritmo de crecimiento acelerado. Una investigación hay que financiarla y toda financiación busca rentabilidad, no precisamente tiene la ética como objetivo, es decir, la distribución igualitaria de bienes y recursos y su sostenibilidad ecológica, sino el beneficio. Hay que hacerla entrar en la rentabilidad, como entró en las empresas los recursos humanos, la capacidad humana de empatizar y formar equipos de trabajo colaborando entre sí, etc.., no por un altruísmo espontaneo de las buenas personas, sino por ser mucho más rentable y eficaz en la productividad de las empresas. La India, la China, el Japón, tuvieron esa mentalidad del Todo común durante milenios, sin embargo, sus avances científico-tecnológicos fueron más bien mediocres en comparación con el Occidente positivista. Tanto es así que se han pasado a nuestra mentalidad y de qué manera, pues este cambio les ha supuesto colocarse en la puntera de la Tecnología y en los primeros puestos del mundo político-económico.
Saludos cordiales
Siguiendo un poco lo que ayer ya te adelanté, Juanel, mil veces lo he dicho aquí, realidad no tiene nada que ver con la idea de una zona o clase de cosas aparte, como si fuera algo independiente de nuestra percepción, como si consistiera en pensar en aquella caduca idea de la realidad “en sí” lo cual, por otro lado, fijándome como te expresaste ayer diciendo de ella “como yo la entiendo” no puedo sino pensar que ahí si hay voluntad de entificarla, todo lo contrario del modo como yo la percibo y la expreso que no es sino hablando de ella sin explicarla ni definirla, a pesar de tu insistencia para que lo haga, sólo hablo de ella como horizonte.
Realidad designa tan sólo una formalidad, es decir como si se tratara de un proyecto a realizar. Este concepto filosófico de realidad como formalidad deja abierta la posibilidad de muchos tipos de realidad. No es lo mismo, por ejemplo, la realidad de una cosa material, a la realidad de una persona, a la realidad de la sociedad, a la realidad de lo moral, etc., no es idéntica tampoco la realidad de mi propia vida interior a la de otras realidades…
Con todo, tu explicación u opinión de la anterioridad de la realidad sobre el ser tampoco me satisface, puesto que a pesar de que no le privas a la realidad de su carácter dimensional me da la sensación que respecto a ella tu mirada es más bien positivista, reduces aquella dimensión que tu mismo mencionas simplemente a la medida del ser.
La anterioridad de la realidad sobre el ser se comprende mejor con ese “acontecer” acontecimiento en virtud del cual “nos movemos, existimos y somos”
Buenos días
He pasado encantado leyendo los valiosos comentarios de esta columna. Me permito compartir lo siguiente:
Yo no hubiese usado la frase de Heidegger “Sólo un Dios nos puede salvar”, sino la frase: “vivir como si Dios existiera” del filósofo alemán Robert Spaemann. En este sentido, nosotros debemos salvar a la humanidad. Leonardo Boff nos lanza “el guante” al interpretar lo que la sociedad actual nos dice: “si podemos hacerlo, también nos es permitido hacerlo sin ninguna otra consideración ética. Las armas de destrucción masiva surgieron de esta actitud. Si existen, ¿por qué no usarlas?”
Lo que está destruyendo la humanidad es la ola de positivismo y vivir como si Dios NO EXISTIERA. De allí mi llamado es a vivir como si Dios existiera. Digo, como si Dios existiera y no como si Dios existe, en el caso de que esté leyendo algún ateo. Lanzo la idea de Dios como hipótesis aritmética, no como hipotesis real. De otra parte las normas morales no se cumplen cuando se elimina la idea de Dios. Basta preguntarle a Kant, él había negado que Dios pudiese ser cognoscible en el ámbito de la razón pura, pero al mismo tiempo había presentado a Dios, la libertad y la inmortalidad como postulados de la razón práctica, sin la cual planteaba en forma coherente que para él no era posible ningún obrar moral.
De otra parte recordemos el desastre que ocurrió con el iluminismo que pensaba que desterrando a Dios las normas éticas y morales iban a subsistir, ocurrió todo lo contrario.
¿Y ahora qué es lo que pasa?. Tanto desbarajuste es porque hemos desterrado de nuestra vida a Dios. Recuerdo que el Dios de los cristianos es incomparablemente superior desde el punto de vista ético al dios musulmán, por ejemplo.
Apostamos a un cambio de vida. El mundo será mejor en la medida que vivamos como si Dios existiera, y mejor aún vivamos como Dios manda. “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Jesús.
Saludos
Gustavo Montesinos Saá.
Hola!
Las metáforas linguísticas a las que Heidegger es propenso como excelente filósofo,
estimo que la de “Horizonte de interpretación o comprensión”
sería la que acá estaría rondando el pensamiento de Boff.
Pero ni Heidegger, ni Boff, se han hecho cargo y cuestión
de que ese Dios u Horizonte
son secresiones funcionales de la Vida humana
en su andar histórico siempre vitalmente dudoso y peligroso.
Ese Dios u Horizonte es lo que más se parece
al Argumento de una Novela;
en la cual todos las cosas, hechos, escenarios y protagonistas
reciben la luz del sentido de qué son porqué y para qué están ahí
dentro de la Novela.
Casi lo insinuado por S. Pablo:
“en El nos movemos, existimos y somos”.
¡Voy todavía! – Oscar.
Dios ya ha puesto lo que de él dependía y depende para la salvación de la Humanidad dotándonos a los humanos de capacidad para apoyarnos en la VERDAD y no en la FALSEDAD como se está haciendo.
Con solo liberar de esa falsedad el concepto sobre la realidad natural de TODOS Y CADA UNO DE LOS SERES HUMANOS, en tanto tales. IGUALES en valor, dignidad, y finalidad LIBRE y RESPONSABLE, el resto sería, que emanaran las consecuencias teórico-prácticas concretadas en las relaciones sociales.
Esa es la fuerza de la razón, antítesis de la razón de la fuerza en la que se intenta estructurar y mantener la inhumanidad de la HUMANIDAD.
El fruto del árbol del poder que no es lo nuestro, es lo que nos pierde, si lo intentamos coger y comer.
Dejemos el PODER para DIOS y en el respeto a no desear ese PODER=SER DIOS, aviniéndonos a la realidad común del NO PODER, esa VERDAD=DIOS, nos hará LIBRES A TOD*S.
No entro en las interpretaciones de Heidegger. Solo digo que la traducción de “Nur noch ein Gott kann uns retten” por “sólo un Dios puede salvarnos” me deja poco sabor.
Esa frase yo la leo como “tan sólo un Dios puede salvarnos”, o “nada más que un Dios puede todavía salvarnos“, o “ya sólo un Dios puede salvarnos”.
Advirtiendo que no soy un experto en esa lengua.
Nos puede salvar el encuentro en lo profundo de lo que somos realmente, venir adentrándonos a lo que ya somos y es. En la interioridad que se vacía de ego está la respuesta de salvación. El ego no es la realidad que somos, aunque nos identifiquemos una y mil veces con él. La realidad se hace real sin su intervención. Es anterior a él, aunque él emerge con y en la mente y ésta se hace posible desde esa realidad-fuente de la que todo surge.
La tecnología tiene implicación transcendente en su razón de ser. Es manifestación de consciencia, creatividad, por su huella trascendente, que nos asombra. También puede ser ausencia de consciencia horrorizándonos. A partir de la ciencia, el hombre puede crear vida o su ausencia, y ambas cosas a la vez. Crea y recrea equivocándose, humildemente trascendiéndose.
Se reproduce, una y otra vez, por la fuerza camuflada del ego, el deseo incontrolado de querer ser como Dios, la idea que nos hemos hecho de él o lo que presentimos que es, como en el paraíso, escondiéndonos de su mirada, quedando velado y oculto al no mirarle cara a cara, a no querer descubrir el ser profundo, siempre inalcanzable que realmente somos.
No sabemos dónde estamos, lo que somos y quienes somos, no paramos de escondernos en la cavilación trepidante y el miedo subsiguiente, no queriendo venir al interior y detenernos, asombrarnos, darnos cuenta que ya estamos en el océano, somos la plenitud que anhelamos y añoramos. Nadamos en la competencia obsesiva-compulsiva en vez de hacerlo en la gratuidad. Ignoramos cómo hacer inmersión en la humildad, hacernos uno en ella, olvidando la individualidad que separa la mente, para poderse y dejarse abrazar, disfrutar en el continuo fluir de donación y vida. Trascender en amplitud y profundidad de Consciencia en la que todo es y nada queda fuera.
Buenas noches y feliz día a todos.
“Tomar los avances científico-tecnológicos como el mal o la causa que nos conduce a la catástrofe de nuestra especie es según mi punto de vista un error”. Pero Boff no dice eso, según yo leo. Dice que hacer eso sin alguna referencia ética absoluta (incondicional), nos pierde como civilización, y a su juicio, muchas veces, lo hacemos en la política y tambien en la ciencia. Esta es la discusión.
Otro dice, “El progreso es por definición progreso”. En línea con Boff diríamos, “no, no es cierto, puede ser retroceso; no lo sabemos previamente y desde su lógica científica; necesitamos saber de la dignidad humana integral, en comunidad de vida con todo lo creado, y discernirlo éticamente. Otra vez la ética. Nunca desde fuera y aparte; siempre desde dentro, como compañía en la interdisciplinariedad de los saberes; una ciencia humana más, que acompaña a todas ellas, con la pregunta, ¿qué es de lo humano, de la dignidad humana de todos, y especialmente de los más débiles, en esta conquista científico-técnica, y, por tanto, progreso? Esto es lo que os pregunto. Y ella añade, “y ayudadme a desvelar mejor que esa dignidad”. Es un diálogo crítico y una compañía.
El problema que plantea Boff, creo yo, que se refiere a cómo fundamentar esa ética de lo humano incondicional, (la dignidad), y compartirla todos, y respecto de todo lo creado, y hacerlo sin un fundamento absoluto como algún “Dios”. Esta es la discusión filosófica contemporánea, en plena crisis, que, a mi juicio, y a la medida de los humanos, puede responderse por una ética laica, (y no sólo por la religiosa, desde la fe), y que sectores de la teología católica, la mayoría, consideran que no; y dan, entonces, un paso más: se necesita de Dios y del Dios de Jesucristo; aquí está su Iglesia para hacerlo. Creo que es un abuso epistemológico. Y se presta al abuso real.
Pero no hay que despreciarlo en términos de “fundamentalismo”, sino en términos argumentados. No tengo clara por este texto, cuál es la respuesta de Boff sobre ese “Dios”. Lo creo así. Paz y bien.
P.D. Por cierto, me ha costado entrar a este hilo, pues el tenor de varias intervenciones en algunos de los últimos hilos de Atrio, por su tono innecesariamente bronco entre adversarios, me han inquietado sobre si sabemos respetarnos y, si falla esto, … (Disculpas por este sermón).
Bueno atea Carmen,
No creo que el Dios que has perdido al considerarte atea sea el causante de la crisis actual
Entiendo que el Dios que tú has perdido (o quizá nunca lo tuviste en realidad) es el del papa, el Dios que, según el papa, le ha elegido papa a él, a Ratzinger, el Dios elige-papas que le asiste, según dicen los papas, al papa para que sea infalible y para que gobierne (Dios) la ICR del papa, el Dios que según el papa le dice al papa cuál es la voluntad de Dios, que es la que el papa nos dice (o sea, la voluntad del papa).
Perder a ese Dios no es ser Atea, sino ser inteligente, amante de la verdad.
Aunque tú y yo nos conocemos poco (nos hemos visto un par de veces y las dos por aquí, no en tu territorio) estoy convencido de que no has perdido a la Diosa-Dios que merece la pena: una Diosa que no se hace notar porque no interfiere nunca en las vidas de las personas, lo que nos permite vivir como si Dios no existiera (etsi Deus non daretur, dice el libro de Juan Luis Herrero que tantas veces hemos comentado en el foro).
Una Diosa-Dios que es el amor humano. Un Dios al que sólo podemos amar amando a los humanos, siendo solidarios a tope con los demás humanos.
Estoy convencido de que este Dios no lo has perdido; de forma que no eres Atea de este Dios.
Ahí sí, la crisis se debe, no a la eliminación de esta Diosa-Dios amor humano: pues cuando no había crisis no se creía en esta Diosa amor humano más que ahora. No se puede eliminar lo que no se tenía.
La crisis se debe a, y se agudiza por, la falta de amor a esta Diosa-Dios amor humano: en suma a la falta de amor al prójimo, al cual la inmensa mayoría seguimos amando lo mismo que cuando no había crisis: o sea demasiado poco o nada.
El Dios al que hace referencia la frase que Boff pone en boca de Heidegger no es, a mi entender, el Dios monoteísta, al menos esto es lo que interpreto. Creo que se ha de fijar la atención en ese “un” que lo precede, el cual parece designar no “uno” en el sentido del único, sino que más bien quiere indicar la existencia de una realidad fundamento que, precisamente, hace posible este acontecer del que en su filosofía tardía se refiere Heidegger. Este es mi modo de interpretar a Boff en este su artículo.
No me sorprende nada que Leonardo Boff haya escrito esto. Nada, absolutamente nada. Parece bastante congruente con otras cosas que ha escrito, que se han publicado en Atrio y que yo criticaba desesperadamente y alguno y alguna me malmiraban por criticarlo.
Hoy he descubierto que soy Atea… Quizás la parte que como se dice en otro post, tenemos que buscar para encontrarnos con ¿ D*s, Alá…? o Jesús
Pero realmente concuerdo en que cada vez, me voy despojando más y más de divinidades, creencias en D*s en las mil formas que tengo sobre esta deidad, y voy siendo más consciente de mi pobre y mísera humanidad.
Pero con ello, me alegra aún así tener y disfrutar en todo lo bueno (…) o malignidad que contengo, no quiero prescindir de nada de cuanto ser humana me contiene, de ahí que observándome sea aún más permeable a mí misma y con las demás personas.
Disfruto de lo que tengo, lucho por aquellas personas que nada tienen sin crearme traumas, y por supuesto no me importa las críticas de quienes se creen dueñ*s de la verdad sobre un dios, que para mí y como yo fue Diosa, porque no hay más D*s que aquel que nos hace feliz, y para hacernos feliz nos tiene que conocer y nosotr*s reconocernos en El-Ella
Bueno, igual me lio más
Cuando leí esta columna de Boff para editarla, pensé que no iba a ser bien recibida por los comentarista de ATRIO. Incluso me sonó, como a Honorio, muy cercana a Ratzinger de quien el otro día citaba el arzobispo de Valencia estas palabras: “La eliminación de Dios es la causa de todos los problemas de nuestra sociedad… todo cambia dependiendo de si Dios existe o no existe, absolutamente todo”. (Me topé con una Catequesis en la JMJ y, por curiosidad quise ver por qué camino de huecas palabras andaba mi antiguo discípulo Carlos Osoro…).
Pero creo que no podemos leer a Boff, condenado por Ratzinger por su libro “Iglesia: carisma y poder” en esta clave confesionalista, en contra de todo lo escrito por él en tantos libros. No podemos interpretar lo que dice este artículo como una oposición entre razón y fe sino entre razón instrumental y una razón abierta a lo profundo de la humanidad y de lo creado, capaz de encontrar unos valores absolutos donde fundar una ética común a todos.
Mejor que citar a Heidegger le hubiera servido para expresar lo que creo que él realmente piensa acudir a alguna cita de Teilhard de Chardin sobre la evolución de la biosfera, de la noosfera y de la socioesfera hacia un punto Omega, desconocido por nosotros pero hacia el que podemos sentirnos atraídos. Esa esperanza en la superación de la entropía por la energía que ha llegado a organizar trillones de átomos en cada uno de los 7.000.000.000 de seres humanos vivos, vale más que mil alertas de catástrofe. ¿Cómo no va a ser capaz esa energía básica, aun con crisis, de organizar esos pocos millones de cerebros con el resto de seres vivos e elementos de nuestro sistema Tierra?
Pero, en fin, ¿no os parece muy bueno que entre nosotros no haya vacas sagradas, ni siquiera del progresismo, en contra de lo que algunos creen? ¡Cuánto me gustaría que el mismo Leonardo leyera estos comentarios y entrara en el “hilo”!
Todo ello me reasegura que estamos yendo…
El amigo Boff, en este caso, termina por encontrarse en la misma orilla que Ratzinger, y ese Heidegger nonagenario termina rindiéndose ante un “Deus ex machina” situado en el polo opuesto de Nietzsche o del santo mártir del nazismo Dietrichh Bonhoeffer, ese que decía que hay que vivir “como si Dios no existiese”.
Y tengo que dar mil gracias a Juanel y a Oscar Varela por
haberme ayudado en este hilo a desenredar ese galimatías del progreso que en el decir de algunos nos lleva a la autodestrucción y a la víspera del juicio final por la tarde.
Sigo con lo mío, Juanel, con mi lectura “particular” de vuestro hilo. No tenemos derecho a reclamar a Dios que intervenga “directamente” en trastocar el orden del mundo que creó. El progreso es por definición progreso, superación del pasado, mejoramiento del orden de la creación…En ese mundo creado existe en embrión la semilla de las soluciones a los problemas que el crecimiento y la evolución del mundo nos plantea.
Es hermoso y luminoso ese llamado de Juanel a que nos superemos, a que participemos todos los pueblos y todas las personas en la búsqueda de esa sostenibilidad que haga de la noche del futuro un día de luz.
Los problemas están ahí, los desastres se suceden sin solución de continuidad; pero las soluciones están a nuestro alcance, lamentarse y escupir al cielo es perder el tiempo y la energía que necesitamos para superar esos problemas.
Me sirven también las aportaciones de María Luisa, de Eduardo Ojeda, de Carmen, de Zubiri, en la medida en que me permiten situar el problema. Entre unos y otros, gracias porque me habéis subido la moral, me habéis reforzado la esperanza y me habéis ayudado a situar al Dios en el que creo en una proximidad y una distancia, creo que más precisas y verdaderas que antes de leeros.
¿Esta vez sí me replicas, Juanel? y esto sin haberte interpelado. Recuerda que el pasado mes de Diciembre, sin que yo tuviera noción de que me apartara (pues no suelo hacerlo) del tema del cual tratábamos, por creerlo tú así, no tuviste ningún reparo en desconsiderar mi comentario y dejarlo al margen. No obstante, ahora sí ¿me pides explicaciones?
No es que disponga de mucho tiempo ahora pues de madrugada es cuando me lo reservo para escribir los comentarios, pero en fin intentaré adelantar algo.
La Realidad con mayúscula que tú asimilas como metafísica no es la misma realidad a la que yo me refiero. Cuantas veces he dicho aquí que no se trata de “ultra -física” sino de la física misma en función trascendental. No hay por tanto separación. Es exactamente lo contrario, no es algo allende lo físico sino lo físico mismo como “trans”. Por tanto ahí ya se ve que se trata de la superación del dualismo entre inteligir y sentir lo cual siempre condujo en la filosofía griega y medieval al dualismo de la realidad.
Por otro lado, te diré que mi dificultad respecto a ti radica en que no logro entender cómo siendo científico necesitas para creer dar un salto en el vacío.
Yo creo que sí, que sólo Dios nos puede salvar. Yo creo en Dios, pero no se en que Dios creía Heidegger, sólo puedo decir que desde el mal “llamado Renacimiento” empezó el problema.
Cuando ponemos al hombre como el centro del Universo, lo ponemos en un lugar que no le corresponde. No digo que los hallazgos científicos no sean importantes, pero sin una ética que la guíe la Ciencia por si sola no pu ede hacer mejor la vida del ser humano. En el mundo hiper tecnológico de hoy, todavía hay mucha gente que pasa hambre, y la comunidad internacional lo pasa por alto.
En teoría todos se desvelan por cumplir los derechos humanos, pero no conocemos otra época como esta en la cual se hayan violado más.
Si abandonamos a Dios, no podemos esperar otra cosa. Concuerdo con Carmen que se dice atea, que no meremos ser salvados por Dios, tal como vivimos y menos cuando pensamos salirnos siempre con la nuestra sin asumir responsabilidades. De hecho como decía San Agustín: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti.” No se puede salvar a un ser creado libre sin su colaboración. Sólo accede a la salvación quien vive una vida humana, y que no pone la tecnología al servicio de causas egoístas y cínicas. Si no estamos dispuestos creyentes y ateos, a cambiar nuestra forma de comportarnos frente a nuestro mundo y a los seres humanos y no humanos que lo habitan, nos estaremos condenando a la destrucción, a pesar de Dios, y a pesar de su bondad y misericordia.
Juanel
si no tenés inconveniente:
escribime a olgoscar05yahoo.com.ar
y quedaremos comunicados sin molestar a los demás
¿te parece bien?
MªLuisa, tengo una enorme dificultad en entender tu lenguaje y comprender lo que quieres decir, ya lo sabes. ¿Puedes definirme y explicarme, cómo piensas o imaginas, cuál es la descripción más o menos comprensible que se ajuste a la Realidad o lo Real que sacas siempre a colación en los diálogos de Atrio? También podrías remitirme a un escrito tuyo anterior para que al menos intuya de qué estás hablando. Cuando yo asimilo la Realidad de la que hablas a la Realidad Física que yo entiendo me dices que no es eso, y entonces según mis pocas entendederas no veo más opción de que estás hablando de Realidad Meta-Física. Cuando lo hago me dices que no es metafísica sino real, y entonces dejo de entenderte por que lo real de lo que hablas yo lo interpreto como un constructo artificial del cerebro y del lenguaje a la que remite la experiencia personal en la que fundas su sostenimiento.
Lo que dices que lo real es anterior al ser se explica en mi opinión bastante bien mediante los procesos evolutivos físico-químicos, cosmológicos, geo-biológicos,…. propios de la estructura, constitución y dimensiones de la Realidad Fisica tal y como la conocemos. No veo ninguna necesidad de añadirle filosofías que en lugar de aclarar las cosas las complican innecesariamente sin añadir en mi opinión ningún conocimiento útil. Como juego no está mal si eso te entretiene y disfrutas con ello. Lo digo sin ninguna voluntad de herir susceptibilidades sino es que no entiendo la necesidad de explicar lo que ya está explicado en Ciencia. Queda mucho por resolver en Ciencia pero no veo en qué ayuda o colabora esta filosofía zubiriana a solucionarlos. Es que ni siquiera entiendo el problema de base que plantea, ¿la Realidad? ¿Dios? ¿el ser humano?….. ¿cuál es el problema que trata de explicar o comprender?
Saludos cordiales
De una profana en todo, a quienes saben de todo…
1ºNo creo que un solo D*s pueda salvar.
2º No creo que miles de dios*s nos puedan salvar
3º Nacimos para morir
4º Moriremos antes o depués, mejor o peor según estemos situad*s, mejores ciencias para paliar nuestro sufrimientos
El planete tiene una vida útil, y depende de nuestras incapacidades que estas aceleren esa utilidad más o menos.
Y como la vida es gratuita, se nos ha dado sin pedir permiso a la persona que la recibe, y sin el aviso de caducidad implicito en nuestra matería… Por lo tanto la muerte está es parte de esta misma vida, y no hay más cáscara.
La otra vida, salvación celestial, creo que no aprenderemos nunca, malgastamos esta vida, ¿Por qué nos deben regalar otra , en el supuesto que la hubiese?
Y tan solo un punto más. Tanto la filosofia, como la ciencia en mucho tienen que ver con la MORAL CASPOSA que contiene muchas religiones, porque han bebido estas de “esos grandes” filosofos, cienciologos” que acabarón olvidando de Vivir esta corta vida, o prolongar las miserias de males para cogarse muchas medallistas.
Sí, soy Dr. en Biología especializado en neurociencia, en particular en el desarrollo embrionario del sistema nervioso.
Pregunta Oscar cuanto quieras, yo trataré de responder con lo que dice la Ciencia al respecto si tengo disponible esa información, y si no, pues responderé según mi opinión personal incluso creencias y así te lo indicaré, porque no es lo mismo una cosa que otra. Hay algunos científicos que dan sus opiniones personales y creencias como si fuesen resultados probados de Ciencia. Además tendré en cuenta que estaré dialogando con un filósofo y también me gustaría hacerte unas cuantas preguntas. Todo un juego de placeres, nada serio ni importante.
Saludos cordiales
Pienso que Boff evocando aquí esta frase, ” Sólo un Dios nos puede salvar” lo que pretende es poner de manifiesto la evolución intelectual de Heidegger.
Como es sabido, el Ereignis (suceso, acontecimiento) “acontecimiento apropiatorio” o “evento” es el gran tema del último Heidegger el cual, con él, se refiere a algo que está más allá del ser entendido como presencia.
El Ereignis expresaría la máxima radicalización de la filosofía de Heidegger. Y ahí es donde tengo la oportunidad de hacer notar que no sólo Zubiri sino también Heidegger termina situando su pensamiento más allá del ser. Sin embargo es distinta la conceptuación que de ello tienen ambos. La radicalización zubiriana del tema del ser no es más que la actualidad ulterior de lo real en el mundo, como vengo señalando de continuo, es decir, a lo que siempre me remito; que la realidad se antepone al ser. Es la idea que subyace en lo expresado por Boff en este articulo y en innumerables escritos que presiden en Atrio.
Contando con la realidad es como las cosas acontecen. Ocurren potencialmente sí, (es de lo que se queja Boff) pero el acontecer se manifiesta de forma distinta, emerge no de una potencia, de un poder, de una fuerza, sino de una facultad que lo posibilita.
Ahora bien, esta visión que comparten ambos pensadores Heidegger y Zubiri la definen con dos vocablos distintos, como ya he señalado, para el primero es “Ereignis” y para el segundo es “Actualidad” término en constante presencia en sus últimos escritos.
Contando pues con la realidad es lo que explicaría el hecho de que Boff enfoque la cuestión hacia un problema metafísico, pero pensando no en un idealismo caduco, por supuesto, sino remitiéndose tan sólo a un modo de ver y de pensar la realidad.
Saludos cordiales
Hola juanel!
Veo la Tribuna de los entusiastas
hacer Olas y ¡Olé!
a tu comentario.
Si sos Biólogo necesitaría preguntarte algunas cosas.
Se trata de un “Taller de Teología” que tengo que preparar para fines de febrero.
Necesito de la Biología para averiguar:
el “Asunto Dios” en la Vida humana.
¿Ok? ¡Gracias y Vamos todavía! – Oscar.
Para sostener que “sólo Dios puede salvar” es necesario justificar primero que nuestro futuro más o menos próximo será catastrófico si continua avanzando nuestra civilización científica-tecnológica. Entiendo que esa catástrofe inminente se refiere a nuestra especie, y que catástrofe significa extinción del género humano, pues nosotros somos su única especie, y que la Tierra y la vida seguirán adelante sin nosotros. Cierto es que por lo que sabemos sobre la historia de la vida los mecanismos evolutivos no actúan en función de la “salvación” de una especie determinada sino quizás todo lo contrario sustituyendo unas especies por otras. La extinción es un hecho común incluso necesario para la evolución de la vida, aunque hay especies que se conservan casi sin cambios durante decenas de millones de años. No hay impedimentos biológicos para que nuestra especie alcance esa longevidad.
Tomar los avances científico-tecnológicos como el mal o la causa que nos conduce a la catástrofe de nuestra especie es según mi punto de vista un error. Nunca en la historia de la humanidad se ha dado la abundancia de recursos, el sostenimiento de una población tan grande, la disminución del sufrimiento y enfermedad de los individuos, etc……., tanto como lo tenemos ahora. Los avances científicos-tecnológicos no son un mal sino un bien que hay que potenciar, precisamente con la mentalidad que recrimina Leonardo, eficacia, mecanización, cálculo, explotación sostenible de recursos, y también por que queremos una sanidad eficaz tenemos la obligación de manipular más y mejor órganos y genes. Considero irresponsable dejar que un hijo padezca una enfermedad genética como la fibrosis quística o la esclerosis múltiple…., por oponerse a la manipulación genética, o dejar morir a mi mujer por oponerme a que manipulen su corazón o le hagan un trasplante. No seamos hipócritas en el uso de tecnología avanzada, la necesitamos en una sociedad cuyas redes sociales y de conocimiento e información van en crecimiento acelerado y haremos mal en mi opinión si prescindimos de ellas.
¿Problemas? Son numerosos y graves en particular de distribución muy desigual, y también de sostenibilidad. Las posibles soluciones no vienen de arremeter contra la mentalidad que sostiene una Ciencia y Tecnología eficaces, sino precisamente introducir la sostenibilidad en la eficacia. Y también entender como la participación de “todos” los humanos sin dejar a grandes masas de población excluida y empobrecida como se hace hoy, no favorece la eficacia sino todo lo contrario. Se pierden demasiadas inteligencias y capacidades. Habría que buscar el modo de hacerlo rentable, pues parece que mejorar los niveles éticos o de justicia no tiene la fuerza suficiente para hacerlo, y quizás la rentabilidad pueda conseguirlo.
Saludos cordiales
“Solo un Dios puede salvar” , afirmación dogmática de Heidegger, según Boff. Recuerdo que la ontología de Heidegger es falsa al estar subordinada al nazismo. En todo caso, aplaudo al teólogo ejercitarse aunque sin necesidad a ser filósofo.
Saludos
Gustavo Montesinos Saá
Hola!
Amigo Boff: ¡nequaquam! ¡de ninguna manera!
Te has equivocado de filósofo y filosofía.
Heidegger es el último Responso a la filosofía idealista.
Leonardo: haces bien lo que haces,
pero ya es un poco tarde para decirte
lo que podrías hacer mejor.
Nota humillante:
* disculpen los atrienses que le hable directa y solamente a Boff.
* sobre todo disculpen que le hable al pedo.
* porque Leonardo no es filósofo
* porque yo sí lo soy, me guste o no, y me las aguanto.