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Otra teología es posible y necesaria

El conocido teólogo Juan José Tamayo acaba de publicar un nuevo libro titulado Otra teología posible en Ed. Herder. Este encabezamiento no es el anuncio al uso de un libro, e incluso de un libro más, no es éste el caso.

Tamayo ha dedicado la mayor parte de su vida a estudiar teología cristiana, sin bien con el paso de los años se ha ido abriendo a otras realidades religiosas, otras espiritualidades y siempre, sin perder de vista el sentido ético dentro y fuera de las religiones.

Su inconformismo intelectual y su rebeldía ante lo establecido como sinónimo de inmovilismo, le ha puesto siempre en punto de mira de la ortodoxia tradicional católica, mientras ha sido muy bien recibido por sectores de base o laicos o incluso de otras religiones.

Hace casi 30 años que le conozco y he podido seguir su evolución constante hacia una racionalización del hecho religioso. Su punto de partida es el interrogante de porqué las religiones se empeñan tanto en responder a preguntas que a la sociedad actual no le interesan ni les preocupan. El desarrollo de esta inquietud, como es lógico, supone cuestionar la ortodoxia inamovible que mantiene la Jerarquía católica. La consecuencia derivada de esta actitud ha sido el conflicto continuo con dicha jerarquía, cada vez más agudizada, hasta el punto de que últimamente le han impedido hablar en cualquier lugar propiedad de la Iglesia o de órdenes religiosas.

Esto supone que la jerarquía, utilizando la estrategia del avestruz, prefiere no saber de otras realidades por si sus seguridades se tambalean.

En este nuevo libro, Tamayo lo que propone es el marco sociocultural en el que la teología tendría que realizarse para poder sintonizar con las inquietudes y anhelos de nuestra sociedad, para que no sea un cuerpo extraño, e incluso incómodo a tan amplios sectores sociales en todos los continentes.

El autor centra su análisis en tres aspectos concretos: el pluralismo religioso, la interculturalidad y el feminismo. Cada apartado mencionado está exhaustivamente documentado, estudiado y analizado. Si algo tiene Tamayo es su capacidad de retener y asimilar todo lo que lee, que es muchísimo. La documentación aportada a cada tema es enciclopédica. Lo que nos indica que sus propuestas no son ocurrencias individuales.

A partir de su ingente conocimiento sobre lo que escribe, él hace su muy enriquecedora aportación sobre la que construye un libro de 406 páginas, de doce capítulos en los que el lector sentirá la sensación de que se le abren puertas y ventanas por donde entra aire fresco y regenerador de ideas que nos sitúan en una realidad más acorde con nuestro tiempo y que las religiones deberían tomar como referencia. Lo contrario es lo que produce el divorcio que estamos constatando cada día entre una sociedad dinámica e innovadora, y una religión instalada en otra época que nada tiene que ver con la de hoy y a la que nada le dice.

195 comentarios

  • ana rodrigo

    Uf!, Oscar, ¡qué provocador eres! Con tu lenguaje encriptado eres capaz de llegar a lo más hondo de lo más sencillo que tenemos a mano, el propio ser humano, en su desnudez ante el sentido de la propia vida.
     
    Le escuché en una ocasión decir a Juan Antonio Estrada, teólogo jesuita y profesor de la universidad de Granada algo así: “Hay que ser hereje de las creencias para que las creencias no nos devoren”. Quizá estemos llegando a esto, quitarnos demasiadas escamas que nos cubren nuestro yo y lo dejan al desnudo.

  • oscar varela

    Hola ana!

    ¿creés que Juanjo tiene en cuenta esto de

    “dar vuelta la tortilla”

    en su Libro?

    Gracias – Oscar.

  • oscar varela

    Lo dicho, ana rodrigo, lo dicho!

    Mirá lo que está pasado en el Post de “La Familia de Jesús“: Un quilombito.

    En cuanto nombrás a Dios en refenrencia “religiosa” ¡sonáste! Hay bronca.

    Por eso me parecería probar “dando vuelta la tortilla”:

    Empezar por la Vida humana, que es la que tenemos a mano.

    “Ver-Darnos cuenta” ahí, en “mi vida”:

    1.- Dónde está
    2.- Qué hace.

    Es a ese Tribunal insobornable de la Profanidad
    al que tendrá que venir a justificar
    su Ubicación y Quehacer el Dios religioso;
    mismo el de Jesús.

    Nadie (es imposible) hacer uno, la vida por otro.
    Cada cual tiene que arremangarse y darle nomás.

    Nota tonta: No me vengan con: –¿y el prójimo; y los demás, etc.?
    Hablo de Vida humana, no de Yo.

  • Santiago

    Juanel, gracias por la amabilidad de tu comentario….Sin embargo,   Dios no es solo metafísica..sus huellas y su presencia en el universo son bien físicas y objetivas, es una realidad innegable ….Esta muy bien ver tanto valor en la plenitud humana pero hay que considerar que Dios ya existía antes de la creacion de “lo humano” y Cristo mismo  proclamando su misma eternidad como Hijo de Dios les dijo a los judíos: “En verdad, en verdad os digo: Antes que Abrahán naciese, existo yo” (Juan 8-58). Esta afirmación era para ellos tan enormemente blasfema  que dice Juan que los judíos “tomaron piedras para arrojarlas sobre Jesus; pero EL -sin retractarse- se ocultó y “salió del templo”..Lo excepcionalmente milagroso es que Dios se decidiera a crearnos como seres conscientes y pensantes en los ultimos minutos de la creacion y que nos diera esa capacidad en libertad, y nos rescatara asumiendo nuestra misma humanidad doliente para salvarnos…Eso es la suma locura un verdadero amor…abrazos   de Santiago Hernandez 

  • oscar varela

    Hola ana! Hola juanel!

    Gracias!

    ¿No tendrían algún otro Dios mas “baratito”

    como de uso diario

    que esté a mano cuando lo necesitamos;

    como p.e. el estómago, cuando necesitamos digerir

    el apetito, cuando necesitamos comer,

    el deseo sexual, cuando necesitamos placer y-o engendrar.

    No sé, algo más baratito para estas épocas de crisis.

    Porque los Dioses de la religiones son fenómenos, elegantes, poderosos
    y qué sé yo cuantas cosas m{as:

    pero son muy caros; escasean, no se los encuentra a la vuelta de la esquina,
    en el Bar, en la Calle …

    sólo en Templos, Universidades, Cursos teológico-Espirituales
    -sobre todo es: “espirituales”, exigitivo de “técnicas” muy, muy, muy costosas-

    En fin, ¿vaya uno a saber, no?

    Sin embargo, creo que pensando un poquito
    podrían llegar al “baratito”, como de “entrecasa”,
    uno que -además de la marca “made in china- diga:
    “Uso doméstico” – “Se puede dejar al alcance de los niños”.

    ¡Vamos Todavía! – Oscar.

    PS.: en cuanto a que se abra un Post ad hoc
    Antonio sabrá qué hacer
    (¿sabemos “dónde está y qué hace Antonio”?)
    que no se

  • Juanel

     
    Oscar, preguntas dónde está Dios y qué hace en donde está. Mi respuesta quizás es demasiado humana, pero es que yo no puedo hablar de Dios de otro modo sino en referencia a lo humano. Dios está en la plenitud humana y por tanto en el FUTURO de la humanidad nuestra y de todas las humanidades dispersas por el Universo. Dios inmanente está en nuestro mundo, quiero decir en todos los planetas que puedan ser habitados por el conjunto de las humanidades que han alcanzado su plenitud. Yo creo que nosotros en el futuro conseguiremos el control completo de nuestro entorno cumpliendo el mandato bíblico y primero de Dios a la humanidad de dominar la Tierra. Esto significa el control no sólo de la materia-energía sino también de su estructura y dimensiones como la espacio-temporal. Podremos estar en cualquier coordenada de tiempo y lugar que nos apetezca, incluso interviniendo en ella si evitamos producir paradojas temporales o incoherencias históricas, con el poder y sabiduría de Dios, pues poseeremos la plenitud, seremos sus “hijos”. Dios inmanente no es otra cosa que la humanidad/es en plenitud. ¿Qué hace Dios? Pues conducir la historia humana desde el futuro y en nuestro tiempo de ahora, hacia su plenitud.
     
     
    Sin embargo, la plenitud no es el fin último sino la condición necesaria para llevar todo a su culminación. Nuestro Universo tiene fecha de caducidad y si el final es la eternidad tenemos que salir de él necesariamente. Y para ello seremos transformados sin dejar nuestra identidad, biografía y memoria, para alcanzar el ámbito de lo trascendente por el Espíritu. De esto sólo me queda el silencio. Dios sabrá lo que hacer con todos nosotros, para introducirnos en su propio seno, pues ya lo hizo en su encarnación en el mundo, al asumir la plenitud humana desde su trascendencia.
     
     
    ¿Cómo me doy cuenta que está ahí y hace lo que digo que hace? Yo respondería que en todo aquello que apunta o se dirige en dirección hacia la plenitud humana, Dios está presente. Por ello en el amor, en el amor solidario, pacífico y paciente, en esos momentos de conexión con el otro/a de un modo fantástico, profundo e íntimo, en alegría o sufrimiento, es dónde yo veo mejor lo que Dios está haciendo y diciendo.
     
    Saludos cordiales

  • ana rodrigo

    Jaja, Oscar, ¡qué malito eres! Abres un boquete en las creencias, no sólo en la teología, en el que mucha gente creyente creerá caer en el abismo. Iconoclastia total!!!!.
     Tendríamos que volver a retomar el asunto desde las religiones, no tanto desde Dios, es decir qué han dicho y qué dicen las religiones de Dios. O qué queremos que digan las religiones. Pues la “fe” de las seres humanos es tan polisémico como sers humanos hay. Y eso que parece tan pensamiento único aglutinado en religiones, no es tal. Dentro de cada creyente siempre hay un heterodoxo con lo que dice creer.
     Te sugiero, querido Oscar, que propongas un hilo con este tema tan interesante.

  • oscar varela

    Hola!

    Solicitud de AYUDA:

    Ya comenté en Atrio.org que me comprometí a tratar el “Asunto Dios
    (tradicionalmente llamado “Teología“)

    * no en ámbito “religioso”, sino “profano
    (Centro Cultural en un Club de Remo)

    * no en modalidad “Curso”, sino “Taller“.
    (c.u. trae el Asunto cómo lo tiene; y todos metemos oreja y manos).

    * no largo, sino la breve hipoteca de tiempo de 4 encuentros (1,5 hs. c.u.)
    (como un cafecito: “Express” y me vuelvo a casa).
    …………………
    LA PREGUNTA: ¿Qué estrctura pedagógica convendría?

    Por ahora se me ocurre compendiar todo en estas Preguntas:

    1.- Dios ¿dónde está?

    2.- Dios ¿qué hace todo el día allí donde está?

    3.- Dios ¿cómo me doy cuenta (veo) que:
    — está ahí donde digo que está?
    — hace lo que digo que hace?
    ………………

    Gracias!
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Juanel

     
    El silencio ante la trascendencia no es ausencia de Dios, sino silencio expectante y perplejo donde cualquier palabra lo rompe y la razón se detiene. Todo cuanto decimos sobre Dios no roza en ningún punto su trascendencia, sino que cuando hablamos de Dios lo hacemos sobre lo humano maximalizándolo con conceptos, lenguaje, marco o universo del discurso humanos. Quita toda referencia humana y te quedarás sin nada que decir. Por eso cuando hablamos de Jesús, “camino, verdad y vida”, que siempre se refiere y dirige a los hombres y mujeres en proceso de plenificación, hablamos de PLENITUD HUMANA, y por ello podemos por Jesús hablar de Dios el Padre/Madre suyo y nuestro, porque también es Plenitud Humana como el Hijo. Sin referirnos a lo humano ¿qué sentido y significado pueden tener conceptos de plenitud como el Amor, la Verdad, el Bien, la Belleza….? ¿O quizás piensas que Dios no consiste en otra cosa que principios universales metafísicos, semejante a las Ideas platónicas?
     
    Ana ha cerrado y puesto un colofón brillante a este hilo y me parece bien, pues hay otros hilos en Atrio donde podemos seguir con este tema. Sin embargo, si tú u otros me interpelan directamente aquí pues yo me veo casi obligado y de mil amores a contestarlas.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Juanel,  por ser Dios el ser trascendente y único, la teología es una sola..la formulamos “en humano” bajo distintos aspectos…no es solo ética, sino como bien se ve es mística, y también moral, ascética, exegética, patrística, litúrgica etc. puesto lo que estamos tratando sobrepasa nuestra natural capacidad…Pero el “silencio” de Dios no significa su completa ausencia…dado que en ese silencio podemos encontrarle..dentro de nosotros…y tampoco significa que debamos callarnos pues Dios no nos hizo para pasar desapercibidos…sino que nos Dios la razon para que pudiéramos llegar a pensar en su posibilidad y en su misma  realidad…Dios nos muestra el camino…nos ilumina..nos deja en libertad de escogerlo o no…no quiso contradecir nuestro destino de seres libres…seremos de esta manera hasta nuestra muerte
    La profusión de comentarios sobre este interesante topico en este mismo foro nos dice que la Teologia en si no ha perdido su interes y su importancia…De hecho, ella fue la primera de todas las disciplinas universitarias, la mas importante, de las que han derivados todas las demas…  Y debido a que la teologia procede de Dios, trata de Dios y conduce a Dios, como dijo el célebre teólogo Alejandro de Ales, es porque despierta ese interés…ya que todo ser humano intenta encontrar su verdadero destino, su gol final
    Sin embargo, presentar esta Verdad ante el mundo actual es -por supuesto- un verdadero reto…Ya decia Juan XXIII que una cosa eran “las verdades eternas” y otra es como estas se expresaban….Esta teologia si es cristiana tiene que ser “cristologica” ya que Cristo no es mas que el reflejo perfecto del Padre..Coincido en que tiene que tener sus mismas caracteristicas…como dice JJ Tamayo “contra-hegemonica”…Jesus lo fue..pero tiene que tener tambien la misma claridad de EL..pues el que no esta con Cristo, esta contra EL…el que no recoge con EL, desparrama…porque EL es el camino, la verdad y la vida…Una teologia cristiana que no excluya a nadie de poder conocer al Padre a traves del Hijo….pues este fue el mismo pensamiento de Jesus…cuando dijo que vinieran a EL TODOS, sin exclusion alguna, pues EL habia venido para salvar al mundo…El pluralismo cultural no impide la evangelizacion cristiana…hay libertad para escogerle…EL ofrece el camino mas seguro hacia la salvacion del mundo…EL ha derrotado a la muerte..y ofrece la VIDA que perdura..La liberacion que propone Cristo es la liberacion del mal…y el triunfo del bien….En eso podemos coincidir todos..sin exclusion de nadie..El cristianismo debe ser un camino de inclusion..pues la LUZ esta dentro…intimamente y profundamente anclada en la fe de la iglesia….Un saludo a todos, deseandoles una AÑO NUEVO 2012 con mucha paz y alegria….de Santiago Hernandez

  • ana rodrigo

    Acabo de ver, con satisfacción, que Redes Cristianas ha publicado el espléndido comentario que Tamayo generosamente nos ofreció hace unos días. Ya le dije al autor personalmente que es de los escritos cortos suyos más brillante que le he leído, porque no se puede decir más en menos palabras. Me daba pena que quedase ahí casi escondido entre más de 180 comentarios sobre su libro.
     
    Creo que su publicación en otros medios ayudará a comprender mejor su último libro, objeto de un exhaustivo análisis por parte de la comunidad atriera.
     
    Es cierto que su nuevo escrito podría seguir sugiriéndonos infinidad de reflexiones, pero el post inicial está ya muy cargado.
    Yo personalmente os agradezco vuestra participación en un tema, la teología,  de enorme importancia para el fenómeno religioso hoy. También agradecer a Tamayo que haya puesto un colofón tan brillante a nuestro esfuerzo por profundizar en el tema.

  • Juanel

     
    JJ Tamayo, desde mi modesto punto de vista, (un exprofesor y Dr. en Biología con 64 años y jubilado, interesado desde hace ya muchos años en la Teología de modo autodidacta) me parece detectar una incoherencia en la definición de Dios, que tomas de Saramago: “Dios es el silencio del universo, y el ser humano la voz que da sentido a ese silencio”. Puede considerarse una licencia poética por su belleza, pero pasarla a definición es algo muy diferente. Si Dios es el silencio del universo (con minúscula), lo que corresponde es callar, y no el parloteo incesante de la voz humana para encontrarle un sentido que siempre se escapa. Por ello la encuadras bien en la Teología mística, la cual tiene pretensiones sublimes que no puedo compartir, pero éste es mi problema. Sin embargo, si defines de ésta manera a Dios no veo modo alguno de sostener la Teología ética que ciertamente no es sólo la primera teología sino condición previa para toda teología hoy.
     
     
    Te pregunto: ¿no sería más fácil ver el silencio de Dios en su trascendencia y callar al respecto, y ver la plenitud humana como perteneciente al ámbito de Dios en su inmanencia? Yo por mi deformación científica no encuentro nada de la inmanencia de Dios en nuestro Universo (con mayúsculas), sino exclusivamente en el ser humano, en lo humano de nuestra especie que llevado al límite, a su plenitud, sí puedo conectarlo con el ámbito de Dios y su inmanencia. Es aquí donde me parece que puede encontrarse apoyo suficiente para la Teología ética. No he encontrado aún información de ninguna teología que lo recoja. Quizás podrías ayudarme en ello, o bien, si te parece un error pues te agradecería me lo justificases, claro si te apetece.
     
    Saludos cordiales

  • Juanel

     
    Ana, gracias por puntualizar que el diálogo entre MªLuisa, Asun y yo se nos va por otros derroteros, quizás interesente para otro hilo pero aquí no cabe. Por tanto volveré a retomar el hilo del tema y dejar sin réplica el comentario de MªLuisa. Estoy sorprendido y agradecido a JJ Tamayo por haber intervenido aquí. Leeré con atención su comentario, pues al hacerlo por encima me pareció descubrir ciertas incoherencias y algunas discrepancias con él, aunque no estoy seguro. En su argumentación principal coincido completamente como no podía ser de otra forma, pues es uno de mis referentes.
     
    Saludos cordiales

  • ana rodrigo

    En primer lugar agradecerle a Tamayo su participación en nuestro debate y, especialmente, agradecerle las nuevas y esclarecedoras aportaciones, para poder ir centrando nuestras reflexiones sobre un tema, la teología, tan importante de clarificar como creyentes para quienes lo seamos, así como para no creyentes, a fin de que esta disciplina pueda ser considerada como algo que está ahí, de cómo está ahí y para qué. Así evitaremos, por un lado el desprestigio que padece en el momento actual así como la necesidad de purificarla de adherentes máculas de otros tiempos, en tanto en cuanto los dos mil millones de creyentes cristianos, más el altísimo porcentaje de creyentes de otras religiones, entremos en diálogo uregnte y necesario para ir humanizando la sociedad y los individuos, ya que, como muy bien dice Tamayo: No se olvide que la razón no es autista, sino dialógica.”.
     
    En segundo lugar, el interesantísimo debate que están llevando a cabo Juanel, María Luisa y Asun, pienso y opino, que debería ser objeto de otro hilo, de lo contrario, éste, que trata sobre la teología, se puede eternizar en derivas ajenas al mismo.

  • M.Luisa

    Juanel, al introducir mi comentario  seleccionado desde el Word no he visto hasta ahora mismo tu respuesta, ni la podré leer de momento pues me han pasado las horas volando…así que pueda lo haré con la atención que mereces.
     

  • M.Luisa

    A mí me da la impresión, Juanel, que tú como científico que eres, según nos has dicho, a la hora  de plantearte la fe  no has considerado  todo lo que de  positivo  la ciencia   te aportaba para ello. Y digo esto no   porque piense que para tener fe sea necesario la ciencia, ni mucho menos,  pero sí que para alguien  cuyo estudio entró en su proyecto de vida  puede efectivamente  servirle, ser aprovechada  como   medio para  razonarla. Como algo  valioso  a la hora de ponerte  no tanto a  pensar la fe como  sí a depurar las creencias.
     
    Admíteme una breve reflexión. La ciencia, como es sabido,  estudia el fenómeno, lo cósmico, lo sensible,  fenómeno es  por tanto lo que se manifiesta en la naturaleza  como acontecimientos reales. Pero,   la ciencia lo que se ha propuesto  de todo ello es  determinar  cuando, dónde y cómo aparecen. Ahora bien esto implica la alusión  a alguien  ante quien aparece el fenómeno sin el cual  habría ciertamente  existencia real, pero no un aparecer. No obstante , hay otra  dimensión contrapuesta   a esta en la cual como digo la ciencia se ha limitado a considerar nada más lo que aparece, es la que  a diferencia de ésta  toma la dimensión desde otra perspectiva y  considera en el fenómeno  la aparición no de aquel ante quien aparece sino de aquel que aparece.  ¿Qué es lo que aparece? ¿Quien es el que aparece? Sí ya sé lo que estás pensando,  pero yo no me pongo a vista de pájaro. Parece ser que para ti no hay otra salida que alinearte a una construcción teologica.
     
    En tu planteamiento depones lo formalmente sentido en la experiencia radical de la fe  a lo que de ella de forma conceptiva y por tanto meramente sensible en la historia  ha proporcionado  la teología. Es la realidad de Dios el objeto de la fe y no su concepto objetivo. Es lo que  en el día a día haciéndonos con  lo real de las cosas no con la superficialidad de ellas   nos sale al encuentro, lo cual  no necesitamos  para ello de ningún esfuerzo  adicional,  nos basta  con abrirnos a las posibilidades que las cosas en su profundidad nos ofrecen.
     
    Sería impensable  inscribir en el concepto  ese fluir del que tantas veces  Asun nos habla, ese fluir hay que inscribirlo en la propia fluencia humana del sentir.    

    Por éltimo, este yo que  dices se resiste  a vivir sin esperanza  es el  yo concebido   desde el cartesianismo. El Yo,  el Ego de Descartes  funciona en busca de seguridades, de garantías,  por lo que la unidad configuradora  de la  persona  se escinde de la misma manera como parece ser  a quedado en ti deslindada la fe de la ciencia.
     
    Buenos días

  • JUAN JOSÉ TAMAYO

    Deseo expresar mi agradecimiento a cuantas personas habéis participado en el debate sobre mi libro Otra teología es posible. Pluralismo religioso, interculturalidad  y feminismo -que me dicen ha batido el record de participación-, y muy especialmente a mi entrañable amiga Ana Rodrigo, que inició el debate con su atinado y lúcido comentario y lo ha mantenido y centrado con buen criterio. Me han invitado a intervenir en el diálogo con unas reflexiones finales al hilo de vuestros comentarios. Lo hago encantado al modo aforístico, centrándome en uno de los puntos del debate, la teología y su significación. En otro artículo profundizaré sobre el tema.

    1. Coincido con Gustavo Gutiérrez en que la teología es una teoría o reflexión crítica de la religión y de la sociedad desde la experiencia de la fe, animada por una intención emancipatoria e inseparable de la praxis histórica. Es teoría crítica de la religión y de sus patologías, así como de las afirmaciones religiosas legitimadoras del sistema religioso, político, económico. Por eso creo que debe ser contra-hegemónica.

    2. Es, a su vez, reflexión crítica de no pocas de las imágenes de Dios instaladas en el imaginario social que lo identifican como varón y lo vinculan con el poder absoluto, que desemboca en arbitrariedad. Volveré al final sobre ello. ¿Qué puede decir, entonces, la teología sobre Dios? Poco, muy poco, si no se le quiere manipular. Me quedo con la definición de Saramago, que se confesaba ateo: “Dios es el silencio del universo, y el ser humano la voz que da sentido a ese silencio”. Sé que para un teólogo dogmático quizá sea decir poco. Para mí es más que suficiente, que no soy nada ortodoxo. Esa definición se sitúa en la mejor tradición de la teología mística del Maestro Echkardt, Juan de la Cruz, Angelus Silesius.

    3. La teología tiene que hacerse al ritmo de la historia, de los quehaceres cotidianos, como pide -y me anima- con razón mi amigo Oscar Varela, y siguiendo el pálpito de la vida. Si no, se torna evasión, que con frecuencia desemboca en alienación propia y ajena. No hay teología sin vida, sin praxis y sin experiencia, que son el acto primero, Sin teología, las religiones desembocan fácilmente en el fundamentalismo, instalado con frecuencia en no pocas de las cúpulas de las religiones. 

    4. Comparto con Lévinas la afirmación de que la ética es la filosofía primera y la hago extensible a la teología: la ética es la teología primera. La ética se encuentra hoy bajo el asedio del mercado, dice Bautman, y la teología corre el mismo peligro. A los teólogos y las teólogas –a unos más que a otros- se nos puede aplicar la tesis XI de Marx dirigidas a los filósofos: hasta ahora nos hemos ocupado (solo) de interpretar el mundo. De lo que se trata es de transformarlo. Por eso junto, siguiendo a Kant, junto a las preguntas “¿qué puedo conocer?, ¿qué me cabe esperar?” la teología debe hacerse una tercera: “¿qué debo hacer?”. Sin ética, la teología es estéril.

    5. Vivimos en tiempos de diversidad cultural. Ninguna cultura puede considerarse mediación única o exclusiva para vivir, pensar y expresar conceptualmente la experiencia religiosa. Ninguna cultura tiene el monopolio de la verdad ni posee la cosmovisión más depurada. La verdad no es autista, sino dialógica. Por ello, la actitud ante ella es la búsqueda conjunta, como ya pidiera Antonio Machado: “¿Tu verdad? No, guárdatela. La verdad y vamos a buscarla junto.”. En consecuencia, hay que elaborar una teología intercultural.

    6. Vivimos en tiempos de pluriverso religioso. Ninguna religión puede erigirse con el trofeo de la salvación en exclusiva, ni creer que tiene la llave única de acceso al mundo de lo sagrado y del misterio, , ni considerarse la única elegida por la divinidad o las divinidades. En todas las religiones hay vetas de verdad y caminos de salvación, que es necesario descubrir y activar, pero hay también obstrucciones a la verdad, comportamientos poco ejemplares y actuaciones insolidarias, que es necesario desenmascarar. Por eso es necesaria una teología interreligiosa crítica y no apologética.

    7. No vivimos en el mejor de los mundo, como creyera Leibniz, sino en un mundo donde domina la negatividad en forma de injusticia, opresión, pobreza, corrupción, insolidaridad, insensibilidad hacia el sufrimiento humano. Ante esa situación estructural la teología no puede pasar de largo ante el sufrimiento eco-humano, sino que ha de guiarse por el principio-liberación, el principio-misericordia y el principio-compasión.  La teología ayuda a liberar de los mecanismos de opresión que operan en la sociedad y en la religión. Pero simultáneamente debe liberarse de los mecanismos de opresión a los que ella misma se ve sometida. Por eso junto a la  teología de la liberación es necesaria la liberación de la teología de toda forma de idealismo e ideologización.

    8. Una de las mayores opresiones a la que se ven sometidas las religiones y sus correspondientes teologías es a la patriarcal. Durante muchos siglos la teología se ha hecho, salvo honrosas excepciones desde la razón patriarcal -que era muy poco racional– al menos en las religiones monoteístas. Ha presentado a Dios con los atributos del varón, lo ha masculinizado y ha terminado por divinizar a los varones y por legitimar el patriarcado social. La alternativa está en la elaboración de una teología feminista hecha desde las experiencias de sufrimiento y de emancipación de las mujeres y en lucha contra las fantasías falocráticas y contra la adoración al poder. ¿Por qué los seres humanos adoran a un Dios cuya calidad más importante es el poder, cuyo interés es la sumisión, cuyo miedo es la igualdad de derechos?”. Es la pregunta clave de la teóloga alemana Dorothee Sölle a la que quiere responder la teología feminista. 

                Esa es, muy en síntesis,  la teología que desarrollo en el libro: reflexión sobre la sociedad y las religiones, desde la experiencia de la fe crítica, no crédula, al ritmo de la vida y de la historia, intercultural, interreligiosa, de la liberación y en perspectiva feminista. No se olvide que la razón no es autista, sino dialógica. Os invito a leerlo para continuar el debate, que hasta ahora me ha resultado muy enriquecedor y que seguro lo será en adelante. Muchas gracias de nuevo. Os deseo un 2012 con esperanza contra toda esperanza, que diría Pablo de Tarso. La vamos a necesitar.    

  • Juanel

     
    MªLuisa, en mi opinión evitar “juicios intencionales” cuando se trata de hablar sobre el futuro que espero y no sobre lo que estamos siendo, lo encuentro “casi” imposible porque se está en el discurso del “todavía-no” que no podemos conocer, sino que estoy hablando de aquello por lo que he “apostado” con toda intención y esperanza. Si digo que seremos dioses o que la plenitud ya es, no estoy hablando de realidades sino de lo que espero que realmente sea, completamente intencional. Por tanto de acuerdo.
     
     
    ¿La plenitud con sentido de ultimidad como fundamento del mundo? Esto no tienen nada que ver con mi proposición, ni puedo estar de acuerdo sigún mi punto de vista, ni siquiera cuando el mundo se refiere al mundo humano sin incluir al cosmos. El sentido de ultimidad como plenitud no es nada común entre los humanos, sólo en unos cuantos y además de un modo bastante confuso, velado. ¿Cómo es posible que pueda ser fundamento de lo humano? Más fundamento tienen los genes y la biología humana que la plenitud, que sí son comunes a todos. Para hacer a la plenitud fundamento de los seres humanos tendríamos que construir un concepto de lo humano genérico y teórico, fuertemente intencional de lo que significa lo humano, y encima darle solidez real que evidentemente para mí no tiene.
     
     
    Dices una frase muy significativa: “no tenemos plenitud pero somos constitutivamente plenarios, es decir somos reales siendo la plenitud de aquello que somos” Estuve tentado de preguntarte cómo sabes que somos constitutivamente plenarios, pero me di tu respuesta, lo haces deductivamente del concepto que tú tomas por lo real muy distinto del mío. Desde mi perspectiva no podemos ser aquello que no tenemos, es decir, no es real y menos constitutivamente para mí algo a lo que sólo unos cuantos aspiran ser. Asun lo explica maravillosamente bien en tu línea de pensamiento como flujo inagotable, inseparable, que lo abraza todo sin dejar nada ni nadie fuera, y de aquí deduce la empatía entre todos y todo. Esto es semejante a la idea de Plotino que describe a Dios como fuente inagotable de todo cuanto hay, que nada tiene que ver con mi idea de plenitud. Esta idea es un constructo intencional del lenguaje en un marco del discurso y de lo real muy diferente al mío. No acierto a ver zonas de confluencia entre ambos, aunque sus consecuencias en lo humano, sí están muy próximas entre sí.
     
     
    Mi idea de plenitud no es de estructura constitutiva sino una meta u objetivo, un ideal utópico, que se va extendiendo paso a paso por el género humano juntando voluntades, intenciones, esfuerzos. No es constitutivo, ni somos plenitud, porque una enorme multitud ni se lo plantea y si lo hacen alguna vez se desentienden, tienen otras opciones y a menudo contrapuestas a ella, y viven igual de felices y algunos más felices que los que tenemos esos ideales. ¿Todo termina en un ideal utópico? Pues para muchos sí, al creer y trabajar por una humanidad mejor y punto. Pero para mí no es suficiente. Javier, digo y resalto que PARA MÍ no lo es, aunque entiendo perfectamente que puede serlo. Creo que todo ese esfuerzo humano tiene una meta final, aunque pudiera ser que no la tenga, y que no acabará en nada ni será destruida sino todo lo contrario, que se alcanzará la utopía, la plenitud. Y esto lo creo por MI fe en la implicación de Dios en el proceso de plenificación humana. Y la teología que hay detrás para justificar esta implicación es en lo que llevo trabajando desde hace ya bastantes años sin concluirla, y aunque no llegue a conseguirlo no me desanimo, pues tal vez otros logren llevarla más lejos y mejor justificada.
     
    Saludos cordiales

  • Asun

    La vida en proceso es el anhelante de lo que llamamos Dios.  Va tomando diferentes representaciones a medida que nos abrimos a la consciencia  que somos, en un despliegue ilimitado de Realidad primera y última. La plenitud esta ahí fluyendo, ya es en nosotros en un fluir inagotable e inseparable, abraza todo, no deja nada ni nadie fuera.   
     
    Nuestras intervenciones ponen palabras al Misterio de  lo Innombrable e Inabarcable, a nuestra manera, hacemos también Teología convencional, cuando lo intentamos fijar en ideas, excluyendo como se ha hecho hasta ahora, otras. Esto ha dado hilo a la Teología durante milenios, querer apresar para sí, mentalmente, la Verdad, el anhelo de Absoluto, produciendo hermetismo, radicalismo e intolerancia.
     
    Creo que todo, la vida,  la palabra y el anhelo nace de esa Fuente que llamamos Dios. Pero sólo es el umbral para que se produzca un cambio de mirada en quien soy yo, tú, él, ella,.. …todo ello…La Teología  que no libera al ser humano en toda su dignidad, y no le  lleva a sentirse en Unidad con todo Lo Que Es,  volviendo compasivo, con humildad y gratitud  al  mercado y a la vida cotidiana, no es más que teoría teológica que se retroalimenta de conceptos, un más de lo mismo. En el Hoy  se hace imposible que sea confianza liberadora e integral en la vida del ser humano.
     
    Jesús vio en su hondura el yo universal que es, como en todo ser humano, la identidad profunda no separada de los demás ni del llamado Otro, des-identificándose del  yo superficial y sin quedarse retratado en su yo particular. Dio tal salto cualitativo en  Consciencia que  seguimos sin entender qué le impulsó a vivir con gente sencilla, a ayudar a otros  a despertar, a ser compasivos y a tener confianza en ellos mismos para dar paso a una sociedad alternativa. Se le fue divinizando al uso helenístico y romano, después y ahora se le diviniza a priori, poniendo barreras y abismos donde él nunca puso, tapiando y oscureciendo la luz que refleja, con nitidez , como en un espejo, quienes somos los seres humanos, sorprendiéndonos con él en nuestra vida, poniéndonos, como él, en la piel de todos.
     
    Buenas noches.

  • oscar varela

    Hola Javier!

    Un buen o mal día “espichamos” y “chau pichi”

    Dejamos pagando a más de uno
    aunque lo queramos y nos quiera.

    Lo que no tiene falla es lo perfecto; e.d., “terminado”

    El que se muere acaba, no termina;
    seguirá haciendo bien
    o hinchando las pelotas “p.o.s.s”
    (per omnia secula seculorum) }
    a la posteridad.

    para este último caso, lo mejor no es olvidar,
    pero sí integrarlo en una comprensión más amplia,
    donde aparezca bien remachada su indignidad.

    Sin ambargo no aconsejaría darle matraca en toda ocasión,
    venga al caso o no.

    Es un consejo re retro-alimentación “higiénica”.

    Tu esposa conocerá más que yo de estos asuntos.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • M.Luisa

    No, Juanel , yo no digo que la Plenitud sea el inicio  yo  decía  que la plenitud  nos está dada cosa muy distinta   y ahora añado que nos está dada como fundamento del mundo, por tanto  no es inicio sino ultimidad, y es esta experiencia radical  en nuestra vida  la que en definitiva, en ella,    nos permite  hablar   de  la trascendencia.
     
    Claro que no tenemos plenitud pero somos constitutivamente plenarios, es decir somos reales   siendo la plenitud de aquello que somos.  ¡Esta es la cuestión!
     
    Para simplificar  diré que estoy   de acuerdo con  casi todas las observaciones  que extrae Oscar de tu comentario.
     
    En cuanto a la mentalidad conceptista me refería  por supuesto a tus afirmaciones  o juicios gratuitos como por ejemplo cuando dices  “(…) que en definitiva lo está desde siempre por ser Dios, que también en definitiva lo es…”
    Otro ejemplo,  dices  “Porque seremos dioses con Dios, pero aún no para nosotros en el tiempo. Esto a mi pareces son juicios intencionales sin base real alguna.
     
    De todas maneras hay que reconocer que la cosa no es sencilla de exponer porque se nos abren  a la vez muchas vertientes…  déjame que te diga sin embargo  que leerte resulta agradable.
     
     

  • Javier Renobales Scheifler

    Venga ya Oscar, te puede fallar una persona en un momento dado, y otra en otro momento, pero ¿te van a fallar todas a la vez?
     
    NO. Y sin necesidad de recurrir a la madre (no la mal llamada SantaMadreIglesia, que no es santa ni madre), a nuestra querida madre, cada uno a la suya.
     
    Yo tengo una persona amiga en Atrio, sin ir más lejos, que no me ha fallado nunca.
     
    ¿Para qué tanto mito de Dios por aquí y Dios por allá? (el mito del Dios que nunca falla es imaginario)
     
     El amor del amigo se siente caliente (y mira que yo no hago muchos amigos que se diga, no me hago querer, soy así de zafio y torpe).
     
    Dios no se muestra, nadie la ha visto: evidentemente por que él no ha querido dejarse ver. Y eso por algo será ¿no?
     
    ¿Por qué es así? Evidentemente para no distraernos del prójimo ni de nosotros mismos.
     
    Dios, si existe, ha hecho esto así, sin aparecer ni mostrarse para nada ni intervenir para nada en nuestras vidas, porque con el prójimo y con nosotros mismos nos basta, nos bastamos nosotros solos, sin necesidad de Dios.

  • ana rodrigo

    Oscar, qué inspirado estás…Adelante! y un abrazo

  • Javier Renobales Scheifler

    Para esta fe en la humanidad y su futuro necesito a Dios como garantía”, dice mi amigo Juanel.
     
    NO, no Juanel, de ninguna manera.

    Necesitar un aval ‘bancario’ (o sea Dios, que garantizaría el pago al vencimiento del plazo futuro o presente) no es tener fe en el otro, el prójimo, ni en mí mismo, ni en Jesús, que somos los sujetos (no Dios) que cumpliremos el mensaje de amor de Jesús.
     
    Si no tengo fe en mí y en mi hermana, en tí mismo, no tengo fe en Dios.
     
    Tú eres mi garantía, catequista Juanel hermano, tú eres mi fe en la humanidad. Y yo mismo soy mi mejor fe. Yo mismo soy mi garantía, y las personas que me quieren son mi garantía.
     
    Porque tú y yo, Juanel, y la personas que nos quieren, somos humanos, lo mismo que Jesús. Somos la garantía, también con Jesús, porque somos personas, somos  la humanidad, lo mismo que Jesús.
     
    Dios no nos es necesario (puede parecerte duro, pero somos-manifestamos la existencia de Dios en el universo).

    Tú y yo sí somos necesarios para nuestra felicidad y la de los demás, para la vida.

    Lo mismo que la persona de Jesús, que era humano como nosotros, humano y nada más.

    Esa es la garantía, tu fe en la vida, en tí y en mí y en los demás del foro, y en tus personas queridas … Deliciosa garantía de ser feliz (salvación).

  • oscar varela

    Hola juanel!

    Felicito tu disposición y capacidad de comprensión.

    Algunas cositas:

    1.- Plenitud humana:

    * no es ni está más que “viviendo mi vida”, en los Quehaceres,
    los cuales llevan infartado el Proyecto vital.

    * no hay una Plenitud “después”.

    Esto relativiza la conocida tensión del “Ya – Todavía no”
    (la parafernalia de la 2da. venida de Cristo … y la mar en coche)

    Esa tensión es la vida misma. Por eso ésta es radicalmente un  gerundio (participio presente) “viviendo”.

    2.- Evolución del Kosmos:
    Sin nosotros (vida humana) simplemente no hay ni Evolución ni Kosmos ni un carajo.
    Todas esas cositas (carajo incluido) son productos del ser humano viviendo.
    Suprimí a las chicas y los chicos y se acabó el baile.

    3.- Falso Dios: en la vida humana (que es la de cada cual en su modalidad y edad) llega un momento en que algo o todo te falla ¿qué le vamos a hacer? Peor si nos empecinamos en no darnos cuenta que es así.

    4.- Esperanza: Ok.
    * No confundirla con Quimera.
    * Esperanza es fecundo engendro de Libertad.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Juanel

     
    Oscar, tu forma de expresarte me desconcierta, y me perece excelente que me deje descolocado sin saber exactamente por dónde vas, con un sabor agridulce. Me pasa lo mismo al leer poesía, que a menos que sea directa y diáfana no acierto a ver que quieren decir o simplemente comunicar. No sé si te he entendido pero lo que comentas sobre la plenitud o pléroma plotiniano como realidad dada o absoluta para explicar el mundo, no es lo que estoy tomando como significado de plenitud. Si que es una “aspiración” de absoluto como dices, una esperanza, pero no una entidad realizada sino que está haciéndose y que puede frustrarse. Exactamente lo que dices ¡ojo que puede que no sea así!
     
     
    Si el final de nuestra historia no fuese el triunfo del bien, sino que todo terminase en muerte y extinción de la especie humana con la destrucción de todo lo importante para nosotros, pues no pasaría nada importante en nuestro planeta Tierra y menos aún para el conjunto de nuestra galaxia. La evolución de la vida y del cosmos continuaría sin nosotros. Lo único que ocurre es que entonces mi elección de fe fue errónea y mi Dios, un falso Dios que no existe.
     
     
    Mi fe proviene de que yo me resisto por todos los medios a vivir sin esperanza. Me resisto a quitar un fuerte sentido positivo al esfuerzo humano, tanto individual como colectivamente en la historia, lo cual me da la fe en el estar construyendo la plenitud entre todos. Y para esta fe en la humanidad y su futuro necesito a Dios como garantía. Es una necesidad mía compartida por muchos, pero no por otros que no lo ven necesario y hacen otras elecciones igual de válidas.
     
    Saludos cordiales

  • ana rodrigo

     Querido Oscar, dice y dices bien: “Ana: estimo que el 98% del curerío teológico
    en especial la Jerarquía pastoralera
    no entiende un pito de teología …
    … esa cosa que han dejado en el desván de los recuerdos seminariles.
    (creo que Juanjo lo tiene más que claro)”.
     
    Efectivamente, este es uno de los grandes problemas que tiene la teología católica: por un lado la incompetencia de aquellos en cuyas manos está la “masa” de creyentes, el clero, y por otro lado, el condicionamiento de éste que, como miembros de una institución anquilosada, deben ser obedientes y sumisos, y seguir la rueda de la oficialidad.
     
     Lo mismo ocurre en aquellos lugares donde se estudia teología, las Facultades de ídem, cuyo férreo control por parte de la jerarquía les imposibilita cualquier ensayo sobre otros horizontes teológicos.
     
    Es curioso cómo, quienes tenemos otro tipo de inquietudes, nos alimentamos de teólogos y teólogas que se encuentran o que los han situado fuera de la institución, como el propio Tamayo, Castillo, Hans Küng, etc. etc. La institución iglesia es un corsé que asfixia porque considera que sobre teología ya se ha dicho la última palabra, y si hay algo más que decir la tienen que decir ellos, los jerarcas, en exclusividad total. En este caso diríamos aquello de “no se le puede poner puertas al campo”.
     
    Fijaros que a estos teólogos “malditos” ni siquiera les dejan hablar a la feligresía de las parroquias ni en locales adjuntos a las mismas. Así que, la curería, como dices Oscar, seguirá apacentado el rebaño y alimentando el borreguerío.

  • Juanel

     
    Como siempre MªLuisa tengo que leerte despacio porque tu base conceptual filosófica es distinta a la mía. El problema que entiendo que ves en mi proposición es que pones en el “inicio” la plenitud como ya hecha como condición para poder ser realizada y bajo mi perspectiva evolutiva me parecen términos contradictorios. El inicio no es plenitud. Un ejemplo: en nuestro planeta de hace 2.000 millones de años en que que sólo habían seres vivos del tipo de las bacterias, no estaban de ningún modo ni en perspectiva ni en potencia los elefantes. No hay ninguna finalidad en el proceso evolutivo y menos la de dar elefantes. Lo que hace diversificarse el proceso evolutivo son las posibilidades que se generan autónomamente en el sistema, que cambian a lo largo del tiempo. No podemos prescindir del tiempo y mezclar a nuestro capricho lo que había en la Tierra hace millones de años con lo que hay ahora. Estamos atrapados en el tiempo (a pesar de que a nivel cuántico subyacente el espacio-tiempo sea incoherente, lo digo por lo de Newton). Nosotros estamos incluidos en ese proceso evolutivo. La biología está en nuestro inicio y la plenitud humana la vamos haciendo nosotros los humanos paso a paso, en libertad, pues no está previamente determinada, y por esto no puede ser dada al hombre porque no está hecha, aún no. Y por no estar previamente determinada Dios está profundamente implicado en su proceso de hechura. Es como si Dios se estuviese haciendo a sí mismo con todos nosotros, sus hijos. No tenemos aún plenitud, todavía no, pues no es plenitud sin llegar a su término, sin estar completa. Y mi esperanza me dice que culminará al final de nuestra historia.
     
     
    Es evidente a mi modo de ver, que el espacio-tiempo no condiciona a Dios por no pertenecer a nuestro sistema como Absoluto que es, y en este sistema de referencia atemporal pues sin duda la plenitud ya es desde siempre. Por lo cual dije que la Plenitud ya es. Pero esta referencia atemporal no es la nuestra de ningún modo y por ello la teología tradicional montada desde arriba, desde Dios, se nos deshace. Pero si Dios asume la condición relativa de nuestro mundo por su inmanencia, entonces el tiempo y el proceso de formación de la plenitud también tendrá que asumirla e implicarse (¡y de qué modo en Jesús de Nazaret!) si pretende llevarla a su término.
     
     
    ¿Mentalidad conceptista? No sé el razonamiento que te ha llevado a decir tal cosa. No veo en mi proposición ningún concepto al que le dé entidad real, si es a esto a lo que te refieres. Los conceptos para mí son artilugios de nuestro cerebro que utiliza en el lenguaje y punto.
     
    Si JICalleja nos daba un toque de atención en la expresiones opacas y áridas usadas, en este comentario no sé lo que diría pero me temo que nada bueno. Es que al dialogar con MªLuisa no consigo expresarme de modo más claro y ameno, al ver yo sus objeciones complicadas.
     
    Saludos cordiales

  • oscar varela

    Hola, de nuevo!

    1.- Ana: estimo que el 98% del curerío teológico
    en especial la Jerarquía pastoralera
    no entiende un pito de teología …
    … esa cosa que han dejado en el desván de los recuerdos seminariles.
    (creo que Juanjo lo tiene más que claro)
    …………
    2.- En cuanto al concepto de PLENITUD:

    El “Pléroma” es asunto interesantísimo y de antigua data.
    es una “aspiración” del humano por algo absoluto.

    El siglo pasado lo fue sofrenando y llamando a sosiego.

    Las consideraciones de “relatividad” en todos los ámbitos del quehacer humano
    son consecuencia de haber ido cayendo en la cuenta
    de que el Observador interviene en lo observado:
    Todo Mundo es sólo el “Mundo perceptible”.

    Es una lección de humildad aprendida por los humanos.

    Si consideramos el ramaje del “Árbol evolutivo” vemos aparecer, estancarse  y desaparecer Formas de vida.

    Nada asegura que la “Vida humana” esté asegurada.

    Tal pretensión la tuvo la filosofía del Ser, que dice que es Uno y Bueno,
    fundando, así, una Teleo-logía (e tarde o temprano todo terminará Bien)

    Sin embargo, el siglo pasado entró en la cautela de ¡ojo que puede que no sea así!
    Todavía no se ha elaborado su correspondiente “Dis-teleología”.

    El creyente cristiano al uso vive en la trampa (toda fe es una trampa imprescindible)
    en la trampa de que nuestros anhelos tendrán plena satis-facción.

    De esa trampita no pudo salir Julián Marías frente al concepto de Felicidad de Ortega.
    (ver, si interesara, Comentario a “Geometría sentimental”).

    ¿Vamos todavía? – Oscar.

  • ana rodrigo

    Como veo que entre vosotros os vais dando la réplica, solamente voy a detenerme en la pregunta que formula Calleja, sobre la opacidad y aridez de la teología, y él lo aplica tanto a la teología convencional como a las nuevas teologías.
     
    Pienso, querido José Ignacio, que estos temas, así como la filosofía no son ciencias al alcance de cualquiera de cultura media, cierto, pero hago unas observaciones:
    Una, con toda su aridez, la teología, y tú lo sabes bien, es necesaria para poder sustentar unas creencias medianamente razonables, así como para “humanizar” la teología.
    Dos, A mí me da cierto “miedo” el que la mayoría de los creyentes, tengan ell nivel cultural que tengan, no se formulen preguntas sobre creencias absurdas, arracionales e irracionales.
    Y finalmente, tú mismo lo afirmas en forma de pregunta a Oscar, de que las nuevas teologías son más asequibles a la razón y al entendimiento porque se incrustan más en la experiencia humana desde Dios, en concreto las teologías liberadoras. Claro que podemos caer en una fe utilitaria, pero es que un dios ajeno a lo humano, ¿para qué? Y el Dios de Jesús, nuestro referente, va por ahí.

    Tenemos muchos peligros a la hora de hacer teología, como ha sido el individualismo de la propia salvación, tradicional en la historia del cristianismo. Creo que las nuevas teologías se van abriendo paso con un sentido más solidario de la salvación, y, por supuesto dejando atrás el infierno, el cielo y cosas semejantes. Y esto sí es más entendible. Lo que ocurre, como acabo de decir, es que el desinterés de los creyentes de apié o el considerarla como cosa exclusivamente de expertos, hace que no avancemos a la velicdad que sería necesaria. Mientras no se implique “el pueblo”, las nuevas teologías seguirán en los despachos. ¿O será que no interesan porque comprometen más que la creencia en la virgindad de María?

  • oscar varela

    Hola M.Luisa!

    Veo tu comentario.
    Muy inteligente buscando comprender. OK.

    ¿Qué te parece si nos decidimos por una “Vida-fanía“?

    Gracias y ¡Vamos! que falta menos que antes – Oscar.

  • oscar varela

    Hola Ignacio!

    A mi modo de ver, las variopintas Teologías que van apareciendo
    (incluida la “de la Liberación”)
    son geniales e históricos esfuerzos propedéuticos,
    que empujan hacia una seria Teología “de y en” la Vida humana.

    Quiero decir:
    El esforzado avance de la libertad sobre los ámbitos de la vida humana (eso es la historia)
    va produciendo un decrecimiento en las sujeciones y dependencias a un “Ser Superior TodoPoder”.

    Dicho en los duros y poco “históricos” términos aristotélico-tomistas:
    La aparición de una nueva Especie
    gracias y a través de la “diferencia específica
    debe re-fluir (retro-alimentar; feedback)
    sobre el Género

    NOTA: poco y nada se ha tenido en cuenta el cambio “significativo” de nombrarse a la Teología que tú refieres:
    de “Teología DE LA liberación” pasó a llamarse “Teología Y liberación”.

    No es la Teología el Tribunal ante el que se ha de justificar la Liberación
    sino la Libertad de la Vida humana ante quien se ha justificar toda “Logía” y todo “Teo” pretencioso.
    …………….
    Reitero:
    Lo que se está haciendo es modificar las “Relaciones entre” dos Entes: Dios y el Ser Humano,
    que más o menos y a los tumbos van queriendo explicar lo que nos pasa a los humanos de hoy.

    No se accede a descubrir a un Dios como función humoral erótica (entusiasta) de la Vida humana (histórica).
    Entonces se recurre a Espirtualidades y Misterios “miorelajantes” … hasta el próximo tropiezo, distensión o quebradura.

    NOTA: Cabría decir que la concepción hebrea de “Misterio” nada tiene que ver con el “No-Conocimiento
    sino con “lo-que-hay-que-hacer” (PRAXIS) para que haya “mañana” o Futuro.
    Se trata de una concepción radical del Tiempo,
    que no es cíclico (eterno retorno) sino histórico (kairós; “temo al Señor que pasa” porque nadie asegura que volverá a pasar; tal vez haya sido el “último tren“)
    ……………
    Estas cositas, creo que tambien están pensadas en vista de las amistosas diferencias entre Juanel y Asun.
    ……………
    Referente a lo que decís sobre Salvador: totalmente de acuerdo.
    Su talento no tiene que estar obligado a tenerlo también en la especulación filosófica.
    Aunque -como decía el Principito de Exupery: “Uno nunca sabe“. Un día de estos se nos destapa y “…agarrate Catalina“.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • M.Luisa

    Os vengo leyendo pero  por causas ajenas a mi voluntad,  sin poder intervenir. Son muchas las sugerencias que me habéis suscitado pero me limitaré a hacer un breve comentario al amigo  Juanel.

     
    Dices que tu enfoque lo colocas en el proceso de plenificación, es decir  desde nosotros a Dios y le dices a Asun que ella se coloca como si la plenitud estuviera realizada que, en definitiva dices lo está desde siempre por ser Dios y por ello,  sigues diciéndole: hablas de despliegue  o encarnación que también en definitiva, reconoces,  lo es,  y  continuas diciéndole: porque seremos, afirmas,  dioses con Dios. (…)  Razonas que para ello tendríamos que poder colocarnos  en el punto de mira de Dios y observar desde esta atalaya etc., etc., pero esto queda muy antiguo amigo mío  es lo que pretendía Newton y desde entonces ahora ha llovido cantidad… Ahora no tengo tiempo pero creo que confundes las cosas… La Plenitud está dada,  si no,  ¿de dónde partiría,  cual sería el inicio de este proceso de plenificación al que te refieres?   Acaso  ¿vendría de una mera intencionalidad?  La plenitud en su proceso de realización, de acuerdo, pero  la plenitud  está dada a los seres humanos para, precisamente, sea realizada    desde el mundo. Tus anteriores afirmaciones, hablando con Asun,   si que revelan  la procedencia  de una mentalidad  conceptista de Dios.
     
    A Oscar
     
    “¿Teo?-Logías”  ¿Por qué  no Teo- Fanías?  Como ya señalé en mi primer comentario.
     
    Un cordial saludo

  • José Ignacio Calleja

    Ya pasaron las primeras fiestas, buen momento para desconectar del debate que nos traíamos entre manos; he leído a la vuelta todas las aportaciones; se agradece el buen nivel; hay algo en lo que podemos ser autocríticos. ¿No creéis que las nuevas formas de pensar la teología, o de ser críticos con la más convencional, son especialmente áridas y opacas? No hay un cristiano con preparación media que entienda de qué hablamos. Por supuesto, un lector menos acostumbrado, ni lo intenta. Pasa siempre, a medida que avanzamos en un tema; la jerga se vuelve más precisa y para iniciados. Merece la pena pensarlo. Repetimos el mismo vicio que criticamos. (Yo el primero). Salvador Santos es quien consigue un estilo más depurado en lo suyo. Lo pongo como ejemplo “en lo suyo”. No sé cómo haría teología, ni si le interesa propiamente.

    Y amigo Óscar Varela, ¿de verdad que no ves nada nuevo sobre Dios en las teologías de la liberación? No digo que cuestiones la mayor, ¡cómo hablar de Dios con sentido en cualquier versión! Esto sí lo entiendo; pero que no veas nada nuevo en el Dios del que hablan las teologías de la liberación, es como decir que no ves nada nuevo en el habla de Jesús sobre Dios. Quizá no te entiendo bien.

    Hoy estoy interpelante. Mañana será otro día. Paz y bien.
     

  • Juanel

     
    Asun, la escueta frase tuya: “es tu historia la que va posibilitando a la consciencia que es y somos en despliegue continuo, la encarnación de lo que llamamos Dios. El Misterio y su experiencia no van por separado. Está presente allá donde estemos y con quien estemos”, no contradice lo que voy diciendo pero invierte la perspectiva teológica. Mi punto de enfoque coloca el acento en el proceso de plenificación, la mía, la de mis próximos y la de los más lejanos, y en el conjunto de la humanidad o humanidades. Desde nosotros a Dios, en el proceso que nos lleva a la plenitud. Tu te colocas como si la plenitud ya estuviese realizada, que en definitiva lo está desde siempre por ser Dios, y por ello hablas de despliegue o encarnación que también en definitiva lo es, porque seremos dioses con Dios, pero aún no para nosotros en el tiempo. No obstante, una cosa es que pueda intuir que lo sea y otra cosa bien distinta es que pueda hablar con soltura y conocimiento de esa encarnación o despliegue, con conocimiento real del proceso. Para ello tendríamos que poder colocarnos en el punto de mira de Dios y observar desde esa atalaya su despliegue en la humanidad encarnándose en ella incluida la nuestra. Nadie tiene la condición de plenitud necesaria para ello, la tendremos pero aún no. Esta perspectiva está velada y en mi opinión es bueno que lo esté, para no engolfarnos creyéndonos dioses antes de tiempo por sus desastrosas consecuencias.
     
     
    Pues sí, separo el Misterio de la experiencia humana completamente porque coloco entre ambos la condición de plenitud. En mi opinión, toda nuestra experiencia es humana, incluida toda espiritualidad hasta en los más elevados éxtasis místicos. La fusión del yo con el entorno que se produce en esas experiencias no tiene nada de divino sino justo lo que es, tomar conciencia profunda del entorno, del mundo natural y humano en el que estamos incluidos. Pero Dios no se identifica con el entorno sino al contrario es lo totalmente distinto, lo Otro Incognoscible. El Misterio no deja de ser incognoscible a pesar de esas experiencias sublimes. El Misterio no se desvela ni poco ni mucho y lo que se nos va revelando de Dios en la historia personal y colectiva, no es otra cosa que plenitud HUMANA que también pertenece a Dios.
     
    Saludos cordiales

  • Santiago

    Hector,  en tu comentario afirmas que no podemos hablar de Dios porque no lo conocemos…Sin embargo, yo creo que precisasmente porque no lo conocemos “totalmente” es porque hablamos de EL…Es por la trascendencia del QUE ES y ESTA perennemente por lo que no podemos prescindir de querer descubrirle cada vez mas
    A la teología debemos darle al menos el mismo lugar que le damos a todas las demas ramas del saber y  de lo que hablamos sin cesar.      ¿Por qué vamos a restringirnos y limitarnos sobre esta materia que ya existió desde la prehistoria del ser humano y ha sido la primera disciplina universitaria de la que derivaron todas las demas y que estan interconectadas con ella?
    No sabemos demasiado de la física cuántica -al menos no completamente- y sin embargo hay enormes volúmenes para tratar de hacerla comprensible y asequible…no sabemos mucho de los OVNIS y de la posible vida en planetas de otras galaxias y la documentación sobre esto es cada vez  mas profusa….Sin embargo, la nueva moda es el axioma que como a Dios no lo podemos entender en su totalidad, NO DEBEMOS hablar, es decir, debemos silenciar lo que por definición nos trasciende a todos y es la causa perenne y fundamento de TODO lo que comenzó a existir..YA que solo EL ser puede tener la misma vida en SI mismo  ¿No te parece que si solamente existe una ligera posibilidad de su existencia es mas lógico usar todo lo que poseemos por tratar de entenderlo un poco mejor?  Y si no es por seguridad será mas bien por curiosidad…pero intelectualmente es mas provechoso la satisfacción      de   que  por lo menos intentamos llenar ese vacío que Agustín de Hipona sintió como omnipresente en el corazón humano..El entendimiento tiene una sed infinita de satisfacción pero solo algo igual puede llenarlo totalmente…DE ahi la necesidad de tenemos de la teología de un Dios personal….un abrazo…y te deseo un mejor AÑO 2012     de Santiago Hernández

  • oscar varela

    Hola ana!

    Las “-logías” que atienden las vicisitudes históricas de la vida humana
    son algo nuevo desde la aparición del “sentido histórico”,
    aprox. finales del siglo XIX y principios del XX.

    Valedero el esfuerzo compendioso de Juanjo
    sobre los Sistemas Cultu-religiosos

    No veo qué haya de “Otro-TEO”
    ni en la propuesta de Tamayo,
    ni en la “T. de la Liberación”,
    ni en tantas otras novedosas “¿Teo?-Logías” 

    Tal vez Juanjo se anime a una Teología
    de los Quehaceres de la vida de cualumque bicho implume que somos.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

    Efectivamente, querida Asun, de eso trata el libro en cuestión, de que la teología tiene que responder a los retos, a los anhelos y a las necesitadesde la gente de cada época, y por tanto, de la nuestra.
     Es cierto que cada post que se publica en atrio me lo tomo muy en serio a la hora de centrar el debate y de coordinarlo, pero el mérito ha estado en vuestras aportaciones. Otra vez manifiesto mi agradecimiento.

  • ana rodrigo

    No seré yo quien dé por tenimado este hilo, si bien pienso que ha sido tan intenso y extenso que da la impresión que el tema está agotado. Pero si alguien desea seguir interviniendo, es lógico que puede hacerlo. Gracias una vez más.

  • Asun

     Querida Ana,
     
    Permíteme intervenir para decir lo siguiente, no sin agradecerte lo mucho que has aportado y que has hecho que aporten todos.
     
    La teología heredada tiene carencia de respuestas a los  cuestionamientos del hombre y mujer de hoy. Lo cual no quiere decir que sea falsa,  sino que es más bien respuesta a cómo el hombre del clero o educado en él y a su través ha interpretado a Dios, con un lenguaje coherente al mundo conceptual del que parte y del que bebe sus formas. En este sentido la teología debería ser reinterpretada, por ser siempre situada y condicionada a un espacio y tiempo, y  para hacerse cada vez más coherente con el hombre y la mujer, el ser humano que somos, hoy y siempre, sí,  qué duda cabe, a través de la historia, pero también a pesar  de ella.
     
    Juanel, es tu historia la que va posibilitando a la consciencia que es y somos en despliegue continuo, la encarnación de lo que llamamos Dios. El Misterio y su  experiencia no van por separado. Está presente allá donde estemos y con quien estemos. 
     
    Un abrazo a todos.

  • Juanel

     
    Gracias Ana por corregirme, siempre me sale el fondo educativo, a pesar de que pongo todo el cuidado, aún me sale. Pero vuelvo a decirlo: Dios Padre /Madre es un “hombre/mujer” una persona completamente humana en plenitud (ya que en la plenitud creo que el sexo no puede diferenciarnos o separarnos), el cual además añade lo Absoluto Trascendente por lo cual es Dios desde siempre; y lo Absoluto de Dios sigue siendo misterio incomprensible, pero no lo humano de Dios. El Amor, el Bien…. lo conocemos, es humano. También todos nosotros hombres y mujeres sin ninguna exclusión seremos lo que Dios es, sus hijos en igualdad y semejanza, pues estamos en proceso hacia Él. ¿Aberración contra toda la teología tradicional? Pues yo creo que no, mi trabajo está siendo contrastarlo con los dogmas de la ICAR, estoy en ello. Lo cierto es que en ninguna parte de la Biblia aparece Dios comportándose como “algo” sin ninguna relación con lo humano, sino todo lo contrario. Si los judíos rompieron con las iglesias cristianas primitivas fue por la idea de Dios tan humana que tenían, tanto que pensaron que se trataba de otro Dios distinto, una blasfemia sobre Dios. Y en el fondo resulta que no, que es el mismo de siempre.
     
    Ana pensaba dejar este hilo aquí, pero si me provocas …. Gracias por este hilo, para mí ha sido formidable, si quieres e insistes pues lo seguirá siendo, pero es que es muy largo ¿te parece bien que vayamos a otro?
     
    Saludos cordiales
     

  • ana rodrigo

    Y, antes de dar por terminado este interesantísmo debate, quiero agradeceros el interés que habéis manifestado por el tema y la altura que le habéis dado al debate.

    Un saludo cordial a cada participante.

  • ana rodrigo

    Juanel, me parece muy bien que dejemos ya este hilo, pero antes de que te vayas quiero decirte que casi me ha escandalizado el que hayas dicho lo siguiente “Dios es un hombre al que llamo Padre,”. Es decir casi tendríamos que empezar de nuevo. Y te digo que debes pensar urgentemente en otra teología, no sólo porque identifiques a Dios con una persona humana, como dices a través de Jesús, que realmente fue un hombre. Pero de eso a poner a Dios como hombre, hay un abismo, no ya por cuestiones estrictamente de teología tradicional, sino porque es una aberración que atenta contra la razón puesto que quedamos excluidas las mujeres. Uf, qué fuerte!.

  • Juanel

    Fico, formidable lo que me cuentas. Me gustó eso de la Iglesia que a pasar de sentirte excluido sigues siendo Iglesia. Para los que excluyen a mí me gusta la frase de Jesús: “ni entran en el Reino ni dejan entrar a nadie”. Si hoy cambiar el mundo significa ir poco a poco sembrando pequeñas alternativas sociales no sólo en África, Sudamérica o en la India…. sino aquí en UE, en nuestro entorno, y no cambiar los sistemas y estructuras de poder,  exactamente lo mismo pienso de la ICAR. Hay que formar en ella pequeñas comunidades alternativas en la Iglesia que funcionen de otro modo, sin excluir a nadie. Todos cuantos “intentan” seguir a Jesús son Iglesia dentro o fuera de las instituciones, en mi modesta opinión.

    Me alegra mucho que mis comentarios te sirvan.

    Quizás debamos dejar este larguísimo hilo y retomar la conversación en otro. Intentaré intervenir en alguno que esté empezando. Gracias.

    Saludos cordiales

  • Fico Sánchez Peral

    Pues ¡amen! Juanel. Ha sido una gozada leerte. Tú dirás que tu religiosidad es diferente de la mía, que lo es, aunque me parece que sólo en la cáscara, porque el meollo –la sustancia- creo que son la misma. Lo que pasa es que yo estoy en un momento de madurez (o mejor decir de verdez) un tanto más “crudo” que tú, que te explicas muy requetebién y lo tienes bastante más depurado que yo; pero yo me siento identificadísimo, esperanzadoramente enriquecido, y poderosamente atraído a seguir profundizando en la búsqueda con lo que nos explicas.
     
    Ah, y lo de Rodolfo Plata, que va en la misma línea, también interesantísimo; me lo he leído entero, aunque un poco deprisa, tendré que releerlo y rumiarlo con más calma.
     
    Lo que pasa es que, como la teología ha estado siempre mangoneada por la jerarquía religiosa (¡y no te digo nada en el ámbito de la católica!), a medida que se abre el panorama desde la perspectiva laica, ella se va quedando cada vez más desubicada. Cosa que en el fondo no sé si considerar relevante o no, pues en realidad no sería más que un dato más del irremediable declive general de la iglesia; lo relevante sería la aparición de una teología práctica valiosa para el desarrollo integral de la fe de los creyentes.
     
    Yo, aunque necesité salir a buscar fuera de la iglesia lo que no encontraba dentro de ella y eso hizo (porque a ella, para disuadir, le gusta que el que tiene la osadía de intentarlo se sienta excluido de ella) que me sintiera fuera de ella; con el tiempo (y no sin una buen dosis de sufrimiento) entendí que nunca había dejado de ser iglesia. Primero porque entendí que mi crisis no había sido de fe sino de creencias, y segundo porque constaté que la iglesia no es sólo la institución y su comunidad de creyentes en comunión, sino que también está formada (y con una intensidad de fe que la institución haría bien en tener en mejor consideración) por la comunión de aquellos que se alejaron de ella por distintos motivos y desde fuera de ella prosiguen en su búsqueda desde el exilio al que ella los forzó por ser más fieles a Dios que a ella.
     
    Lo cual me ha dado un sentido de pertenencia a la iglesia, de estar en comunión con ella, de estar en tradición, mucho más amplio y más rico que el que tenía cuando era simplemente obediente. Quizá una labor inicial que podría aportar la nueva teología (de hecho es lo que ya hacen algunos como Queiruga, Tamallo y otros) sea precisamente esa, la del apoyo liberador de cargas inútiles y frenos absurdos a tanta gente de buena fe, que se ha visto aplastada por el peso de la teología convencional que ha trabajado más al servicio de fundamentar una religión que al de iluminar la fe los creyentes que la profesaban. Bueno y muchas más cosas, pero se me ocurre que un buen comienzo sería empezar por sanar tanta ceguera y tanto agotamiento y desesperación como se ha ocasionado antes.