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Relativismo papal

Ya no se trata de seguir dándole vueltas a la Jornada Mundial de la Juventud. Pero la doctrina papal allí proclamada merece ser reflexionada y discutida por creyentes y no creyentes. Este artículo de Augusto Klappenbach, filósofo y escritor –Público, 15-09-2011- apunta a un tema crucial que sigue enfrentando la concepción teológica que quiere imponer Benedicto XVI con la misma raíz de la modernidad: la autonomía de la persona humana.

La visita del papa ha generado numerosos comentarios sobre su financiación con dinero público, la desmesura de sus celebraciones y, en general, sobre la oportunidad de la implicación del Estado en un acto religioso realizado en un país aconfesional. Sobre estos temas creo que está todo dicho.
Pero, terminada la visita y felizmente recuperada la vida normal de Madrid, quizás sea el momento de reflexionar acerca de algunos de los temas que el papa ha tratado en sus discursos.

Una de sus ideas más repetidas es la contraposición que denuncia entre “el relativismo moral” que impera en las sociedades que han abandonado las creencias religiosas y la “radicalidad evangélica” que predica la Iglesia y que fundamenta una ética solidaria basada en valores firmes. La idea no es nueva y antes de esta visita había sido uno de los ejes de su enfoque pastoral.
Supone por lo tanto el papa que la religión constituye una garantía para la conducta moral y, más aún, que sin ella la moralidad corre el peligro de caer en un relativismo en el que “todo vale” y prevalecen los intereses particulares sobre el bien común.
Dos argumentos pueden oponerse a esta doctrina papal.

El primero es de tipo histórico. Es verdad que el cristianismo, en su mensaje original, inaugura unos principios morales novedosos que abren el camino para una ética de fraternidad universal. Pero este mensaje cristiano poco tiene que ver con la moral que impone la Iglesia cuando se convierte en un poder hegemónico. Durante los siglos en los que ha prevalecido la religión como ideología dominante, la moral pública no pasa por sus mejores momentos: ¿habrá que recordar la intolerancia religiosa, los crímenes de la Inquisición, la sumisión de la mujer, la bendición a los opresores? Hay que esperar a la Modernidad, un movimiento que no es precisamente religioso y al cual la Iglesia se opuso con todas sus fuerzas, para que surjan trabajosamente y con muchas contradicciones algunos valores morales coherentes con lo que el cristianismo predicó en sus orígenes, como la aspiración a una fraternidad universal, la tolerancia religiosa y los derechos humanos. Muchos de esos valores, como la libertad religiosa y la separación de Iglesia y Estado, fueron condenados explícitamente por la Iglesia. “Pestilente error” llamaba un papa a la libertad de conciencia.

Pero existe también una razón filosófica contra ese argumento que defiende la dependencia religiosa de la moral. Benedicto XVI tiene fama de teólogo ilustrado y supongo que conoce la postura de Kant sobre el tema. El pensador alemán sostiene que toda moral que no se fundamente en la decisión autónoma, libre y responsable del ser humano se reduce a obedecer normas impuestas desde fuera y carece de valor ético. Y eso, aun cuando el origen de tales normas sea un mandato divino. Dicho en otras palabras: la mera obediencia a los mandamientos de Dios no implica ningún mérito moral. Los valores morales, para ser auténticos, deber surgir de una decisión autónoma del hombre y no de la obediencia a un mandato externo, cualquiera que sea su origen. Y en este sentido la moral es anterior a la religión: aunque Dios no existiera, los deberes morales no perderían nada de su fuerza.
Desde luego, Kant era cristiano y creía en Dios, aun cuando la Iglesia incluyó sus obras en el Índice de libros prohibidos. Pero para él Dios no era un legislador que impone sus mandatos, sino la coronación del orden moral, el que hace posible que la felicidad sea el resultado –no el premio– de la vida buena. Y desde este punto de vista la religión no constituye ninguna garantía de moralidad. Tampoco, por supuesto, de lo contrario. Muchos creyentes adoptan, quizás sin saberlo, la concepción kantiana y concilian sus valores morales con sus creencias religiosas sin necesidad de utilizar esta últimas como un instrumento para controlar su conducta.

Pero queda por resolver el segundo término del argumento papal. ¿Una moral sin Dios es necesariamente relativista, de modo que sus decisiones dependen de la conveniencia de cada momento y carecen de valores absolutos?

También aquí pueden aducirse dos tipos de argumentos.

El primero se basa en la experiencia: no parece que el ejercicio de la religión tenga alguna influencia en la calidad ética de la conducta de los seres humanos. Buenas y malas personas, relativistas y no relativistas, las hay equitativamente repartidas entre diversas creencias e ideologías. Pero, además, suponer que una moral laica renuncia a valores absolutos y cae necesariamente en el relativismo implica, como mínimo, una total ignorancia sobre el tema. Volvamos a Kant: según él, el criterio moral por excelencia consiste en considerar a toda persona –también la propia– como un fin en sí misma. Es decir, en valorarse a sí mismo y a todos los demás no como meros instrumentos que pueden ser utilizados según la conveniencia del momento sino como poseedores de un valor absoluto, un valor que no depende de su utilidad sino que descansa solamente en su condición de seres humanos y que por lo tanto merece respeto. Nada más lejos del relativismo moral que el papa condena, y que está presente, es verdad, en algunas versiones de éticas posmodernas, pero que de ninguna manera puede extenderse a la moral laica en general. Una moral sin Dios no carece de absolutos, entendiendo por tal aquello que vale por sí mismo: sólo que el absoluto no está situado más allá del mundo, sino en la misma tierra. Son los seres humanos de carne y hueso y no un código moral que proviene del más allá.
Creo que la radicalidad ética que postula el papa resulta mucho mejor asegurada por el respeto a todos los seres humanos que por la obediencia a mandatos cuyo supuesto origen divino le ha costado el cuello a más de una persona.

86 comentarios

  • Rodrigo Olvera

    Ratzinger ha dicho en el avión rumbo a Alemania: ““Voy con mucha alegría a mi Alemania para llevar a Cristo a mi tierra
    ¿Y éste es el gran intelectual y gran teólogo que quieren vendernos? ¿Ni siquiera se dió cuenta que su afirmación implica que Cristo no está (o no ha estado) en Alemania?   Vaya teología y vaya ‘altura’ intelectual!

  • Santiago

    Se equivoca Kant, Toni, si piensa que el ser humano es el UNICO artífice de sus valores, y que por ende, no EXISTE nada por encima el/ella….Porque en realidad nosotros los humanos recibimos el ser -nos fue dado- no somos creadores del ser….y con el ser, o sea junto con esa vida biológica recibida, tambien recibimos la vida del espíritu, que aunque invisible, sabemos que existe, ya que esperimentamos operaciones no materiales “dentro” de nosotros mismos..POR LO TANTO, la REALIDAD ES QUE EXISTE algo por encima de nosotros…porque nosotros no poseemos la vida per se..solamente la tenemos como en usufructo, prestada y ademas dada, recibida…SOLAMENTE trabajamos sobre vida que es pre-existente, y tenemos que recibir una información continua para mantener -al menos- nuestras constantes vitales activas….para que no regresemos a la nada, de donde partimos..Y sobre esta vida pasivamente recibida, si que tenemos la capacidad de decidir….por un privilegio especial, que es la de la libertad humana-…que por supuesto, tampoco es de nuestra “hechura”….PERO a pesar de nuestras grandes limitaciones -de cierta manera- con todas las atenuantes a la libertad, podemos decidir sobre nuestro destino y sobre la moralidad de nuestras acciones.. Y eso,aun admitiendo que Freud todavia puso el ego, o sea la esencia nuestra,  como ahogado entre el “id” u el “superego”..Para el padre del psicoanálisis nosotros todavia somos mucho mas limitados que el concepto de la pura filosofía clásica…..
    Yo creo que Benedicto XVI, aludiendo a la prevalente tendencia al relativismo de la sociedad actual, habla en general, pero estoy de acuerdo que el problema mas acuciante es cuando la moral es la que se vuelve relativa…porque entonces desaparecen las normas objetivas, para convertirse en meros caprichos subjetivos “a lo que mas me conviene”, en un momento dado, de mi vida actual
    Por otro lado, tambien en este mismo foro se ha discutido la confusión que impera en la filosofía existencial sobre la experiencia….Los existencialistas (mas bien experimentalistas) no distinguen entre la experiencia subjetiva y la experiencia objetiva….pues para ellos las dos son igualmente válidas como método de conocimiento….y tampoco importa para ellos el orden de estas variantes…Sin embargo, es evidente que no somos SOLAMENTE experiencia PORQUE aun en confuso, antes de decidirnos a actuar ante un problema moral, primero -como seres racionales- pensamos lo que tenemos ante nosotros, Y si lo que tenemos ante nosotros esta bien o esta mal, y entonces lo ponemos en práctica, …esta sería entonces la praxis del bien o del mal…SIN EMBARGO, nuestra razón está por encima de la praxis..puesto que con ELLA podemos decidir cual será la mejor decisión en nuestro caso….En el caso de seres irracionales, el poder decidir entre el bien o el mal, no existe, por lo tanto, la moralidad en ellos esta ausente, y esta  se refiere solamente a nuestra especie de seres privilegiadamente pensantes y capaz de una decisión por medio de nuestra voluntad…
    EN el caso del pueblo de Israel las tablas de la ley tienen un doble aspecto: el religioso y el moral, puesto que Israel siempre se constituyó como una “teocracia” en donde Yawe era el que tenía la primera y la última palabra en todo, por eso, es imposible separar la palabra de Yawe, de sus preceptos, de su moralidad, de su sociedad, de sus negocios, de su vida…todo está permeado por el Alfa y el Omega, principio y fin de todo..QUERER separar todo esto es no comprender la historia de este Pueblo que ha mantenido todas sus tradiciones esencialmente intactas y vivas hasta el día de hoy…muchas gracias por vuestros interesantes comentarios….con un saludo cordial   de Santiago Hernández 

  • Antonio Vicedo

    Gracias, Jonás, por tu aportación que ayuda a bajar a nuestro fundo humano y encontrarnos con ese concepto infantil del bien identificado con nuestro propio interés, prescindiendo de los aportes de la razón y de las vivencias prácticas de relación consciente e ineludible con l*s demás.
    Por esos niveles nos podemos reconocer semejantes y también empujados a remontar peldaños de realismo circunstancial.
    Primero, porque cuando el motivo u origen de enemistad parte de sujetos a los que nos unen especiales lazos de verdadero amor y estima, esa consideración de ENEMIGOS queda muy relativizada o del todo anulada.
    Segundo, porque cuando así se dan las circunstancias, entonces nos cuesta mucho atribuir la motivación o causalidad de lo que tiene visos de provocar enemistad, a causalidad consciente y responsable, y  atribuimos a posibles motivaciones sin  esa carga  el concreto motivo de todo.
    Teniendo en cuenta este contexto humano, de seres siempre deficientes, considero explicitada la postura de Jesús desde la cruz, exponiéndole al Padre :-  … PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.”
    La parábolas de los dos deudores y la de los viñadores envidiosos del plus comparativo recibido por sus compañeros; y la del Padre con dos hijos ante la postura del mayor, puede ilustrar mucho ese proceder  hacia  la más generosa donación para la que sentimos instintivo rechazo.
    Creo que es problema de retraso en el proceso de llegar a la adultez humana y,  por ello, tenemos que reforzar las motivaciones verdaderas de nuestro empeño: “TRATAR A L*S DEMÁS COMO QUEREMOS SER TRATADOS” – ¡Cosas del AMOR PRÁCTICO!

  • Toni Costa

    El relativismo, visto por el Papa, no es nada nuevo. La Iglesia lleva mucho tiempo acusando a la sociedad de relativista y la culpa de todos los males por dicha causa. Realmente cuando se abusa desmedidamente de una palabra, ésta acaba por perder su auténtico significado. Supongo que el relativismo al que alude el Papa tiene que ver con el bien y el mal, asunto que pertenece a la etica. Estoy con Kant cuando dice que el hombre es el propio artífice de sus valores y que se construye en base a sus propias elecciones. Nada por lo tanto, por encima del hombre. Cada uno es libre de ser como quiere ser y de comportarse según sus propias normas éticas. Más le vale al Papa y a la Iglesia “aprender” humildemente de quienes la critican con razón y no arrogarse siempre el derecho de “enseñar”.

  • David

    Es preciso tener cuidado con la definición del relativismo, así, por ejemplo, no es relativismo aceptar que existen muchas opiniones acerca de las mismas cosas, esto es obvio y nadie lo ha negado. El relativismo aparece cuando a continuación decimos que dichas opi- niones son verdaderas si a las personas que las defienden les parecen verdaderas. El relativismo mantiene que existen muchas verdades acerca de las cosas, al menos tantas como personas creen tener un conocimiento de ellas. Por tanto, se podría definir como una forma mitigada de escepticismo, a lo más se podría hablar de las preferencias de cada uno, de opiniones, pero no de verdades. Si el individualismo crea una ética que pone en manos de cada cual la definición de lo que es bueno o malo, el relativismo moral, en las sociedades, es una ampliación del mismo concepto que se tiene para el individuo. En este caso, las sociedades alteran sus códigos de comportamiento en función de sus necesidades. Los relativistas y los escépticos consideran que aceptar cualquier verdad es algo servil, una torpe esclavitud que coarta la libertad de pensamiento e impide una forma de pensar elevada e independiente. Rechazar la existencia de verdades y defender que todo es opinable, que todo depende del punto de vista, frena la búsqueda de la verdad, si da lo mismo una teoría u otra, se deja de investigar. Si se desea aprender o compartir conocimientos, también el relativismo es una dificultad, pues los conocimientos son verdades adquiridas. Si no hay verdades tampoco el relativismo es verdadero.

  • Asun

    Aceptar y comprender la relatividad, por estar situados y condicionados a un tiempo y espacio no presupone que es relativismo ni tampoco se pone del lado del relativismo, sino más bien evitar caer en el extremo, es decir en la radicalidad absoluta de apropiarse de la verdad, de donde surge el fundamentalismo pragmático y el fanatismo.  Es lucidez y humildad  reconocer que la verdad no se deja poseer ni delimitar.
     
     
    No queramos engañarnos, sin embargo, y caer en la permisividad del relativismo del todo vale, tratar todas las cosas por igual, porque unas, efectivamente, son más ciertas y menos engañosas que otras, como la que propone Rodrigo, por ejemplo: “lo único que no cambia es que todo cambia”. Y para algunos todo cambia para que nada cambie.

  • Héctor

    Y sigue Ratzinger R con R, Radicalismo evangelio contra el Relativismo imperante. Todo está o en valorar los logros de la historia humana de los últimos trescientos años o en renunciar a ellos para volver al oscurantismo de la edad media.
    Antonio resumió muy bien ese radicalismo: “la decisión autónoma, libre y responsable del ser humano se reduce a obedecer normas impuestas desde fuera y carece de valor ético” o sea que para ser más humanos hay que echar por tierra todas las relaciones en que el hom­bre sea un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable como diría Marx.
    A mí me parecer que los radicalismos de tipo religioso y la lucha entre querer ser uno mismo o ser manejado desde fuera son mucho más antiguos que Ratzinger y que la misma Iglesia.
    Yo me quiero imaginar a los primeros homínidos descubriendo su maravillosa capacidad de razonar. Ponerse de pie fue el primer paso, la única manera de dar una paso adelante. Las manos libres para meterle mano a todo, para luchar. La mandíbula inferior se corrió hacia atrás pues ya no hacía falta como arma de defensa, mayor capacidad para el cráneo y aumentaron por millones la células del cerebro. Las neuronas se unían unas a otras rápidamente y aparecían continuas relaciones: peligro—defensa adecuada, frio — fuego, comida cruda — fuego y comida caliente, desastres ecológicos, enfermedad, muerte — el Ser Supremo.
    Los años se contaban por decenas de miles, había tiempo para todo y fueron apareciendo los que querían aprovecharse para ellos mismos de lo que habían conseguido, ser como el Ser Supremo e imponer su sabiduría. Construir una torre tan alta que por mucho que lloviera no les alcanzaría. Babel. Al Ser supremo ya le pusieron nombre y lo llamaban Yahveh. Cuando Yaveh no aparecía por ninguna parte y se ocultaba detrás de las nubes construyeron un becerro de oro para tenerlo cerca y así obtener de él todo su poder. Más tarde pensaron que si se apoderaban de los libros sagrados y los declaraban palabra del Ser Supremo ellos pasarían a ser los dueños de la palabra y podrían imponerla a los demás.
    Apareció el hombre que más cerca estaba de Yahve y que hablaba del Reino de Dios. Como a Dios tampoco se le veía por ninguna parte se apoderaron de aquel hombre y de lo que estaba escrito sobre él, y le hicieron fundador de su iglesia, la Iglesia de Dios y ya está: “fuera de la Iglesia no hay salvación”.
    Así es como yo lo veo y os lo cuento tal como lo veo. Alguien me dirá que le parece más radical todavía. Bueno, es que yo no se lo impongo a nadie ni lo llamo palabra de Dios. Lo que sí veo difícil para un papa es ser Sumo Pontífice y no ser radical.
    Abrazos a todos Héctor.

  • jonás díaz ramos

    Antonio Vicedo:

    Es cierto lo que apuntas: la ética de Jesús de Nazaret, el Cristo, el Mesías para los cristianos, incluye el amor a los enemigos, rezar por todos, por quienes  incluso nos persiguen, porque DIOS es padre de todos, de buenos y de malos y hace salir el sol y hace llover para todos. No hay vuelta de hoja ni más tutía. Es así.

    Sin embargo, permíteme,es una confesión, que acaso importe poco pero que expresa la forma en que suelo razonar,a saber, no incluir en mis reflexione experiencias que no soy muy capaz de asumir. Esto es: no es que no supiera que la ética de Cristo Jesús en efecto implica perdonar a todos, incluso a quienes nos odian, nos quieren mal o nos persiguen; es que como me cuesta sudor y lágrimas vivirlo a mí mismo, la pasé por alto.

    Reconozco que la mía no es una forma de proceder muy científica, pero es así, es esa, lo siento. Por lo demás, reconozco mis miserias, que me interesan o incumben principalmente a mí y a los míos, no tanto a los lectores y foristas de Atrio. Con todo, si se me permite añadiré lo que sigue: ya he reconocido que me cuesta sangre, sudor y lágrimas perdonar las ofensas -aunque más que rencoroso, que no creo serlo, soy vulnerable-, pero qué sorprendente: si algunas personas rencorosas, envidiosas, jodelonas, hipócritas y hasta cínicas he conocido, he de reconocer que las he conocido en elseno de la Iglesia católica. 

    Admito que me estoy saliendo un poco del tema y que puede que esté viendo la paja en el ojo ajeno más que la viga en el propio -por más que ya he reconocido que me cuesta perdonar a los enemigos-, sólo que acaso “por el bien de la Iglesia” no quiero dejar pasar por alto esto mismo que acabo de reconocer: en la Iglesia misma me parece haber conocido a algunas de las personas más matraquillentas, jodelonas, envidiosas e hipócritas que he conocido en mi vida. Igual algunas de esas personas han contribuido lo suyo a que en la actualidad quien estas líneas escribe sea menos “gen ingenuo” y sí más “gen rencoroso” que hace 10 años, pongamos. 

    Pero en fin, valga esta confesión para poner el dedo en la llaga del que es uno de los más graves problemas a los que se enfrenta en la actualidad la Iglesia católica a escala mundial: la crisis de fe de muchos de sus hijos e hijas, la falta de credibilidad de sus estructuras de gobierno, la secularización interna (secularización en el sentido de pobreza de fe).  

  • M. Luisa

    Es que, si se empieza  por aceptar así sin más  la existencia del bien en abstracto es lógico que luego se necesite  una norma común   que conduzca mis acciones hacia el bien. Sin embargo, y lo digo para ir  acotando, recuerdo que aquí mismo no hace mucho  se convino   en   determinar que no existe el bien,  sino que lo que existe es la experiencia de lo bueno. Y  será  precisamente en el ejercicio de aquellas, es decir,  de mis acciones   en reciprocidad con las de los demás  cuando se realizará esta  experiencia de lo bueno.
     
    La experiencia moral se basa siempre en el concepto de reciprocidad, de equidad, de justicia.  Y si se quiere hablar de los mandamientos  de la ley, esto  se ve  claro  analizando  los  de la segunda tabla. Se distinguen de los de  la primera  porque es evidente  que  en ellos  no puede hablarse de reciprocidad, pero  es precisamente porque  no son  mandatos directamente morales  sino estrictamente  religiosos. De ahí el carácter irreductible de ambas experiencias.

  • Santiago

    gracias Rodrigo por recordarme que lo de “la piedra” es solo un símil y ES que solo   lo usé para expresar la estabilidad de la moral…que además es necesaria para el orden social…Sin embargo, lo que “cambian” son las circunstancias….los principios permanecen…Siempre sera malo calumniar…pero las circunstancias pueden transformar el hecho en algo “no virulento” y por lo tanto perderá su carácter de pecado….lo mismo se diga de la muerte del inocente…de la defraudación injusta del salario…PORQUE si no nos guíamos por principios no podremos convivir en paz con nuestra conciencia y con los demás…todo entonces será lo mas conveniente, pero, para nosotros….y sera por tanto relativo..la relatividad no garantizará el orden, ni la paz……un abrazo     de Santiago Hernandez

  • Rodrigo Olvera

    Quitándole un poco de seriedad, va un chiste típico de abogados:
    Baja Moisés con las tablas de la ley, y empieza a explicarlas al pueblo. Con cada mandamiento, crece la incomodidad y los murmullos: no robarás, no matarás, no mentirás…. Pero bueno, se acetaba con tal de tener la protección de Don Jeová. Hasta que Moisés dijo: “no fornicarás“. Entonces, se alzó la rebelión de aquel pueblo patriarcal.
    Moisés estuvo a punto de ser linchado, y las tablas destruídas. Entonces  intervino Arón (que pocos saben que era abogado) para sacarle las castañas a su hermano:
    -Bueno, traquilos… eso dice la ley, hay que esperar a ver que dice la interpretación del Constitucional
    [Fuera de chiste. Un muy querido amigo mío me decía que con la Biblia y con la Jurisprudencia, se puede demostrar cualquier cosa y su contraria. No le faltaba razón, como muestra ampliamente este blog]

  • Rodrigo Olvera

    Por cierto… eso de que los 10 mandamientos fueron revelados en las tablas no corresponde con lo que dice el texto. El texto dice que la ley fue revelada oralmente por Jeová (que cubre del capítulo 20 al 31, e incluye cómo debe hacerse el altar… y quiero ver que se diga que eso es ley universal que obliga permanentemente) y sólo después se dice que sería puesta en piedra. Y textualmente dice que las tablas estaban escritas por los dos lados (demasiado para la longitud que requiere escribir los “10 mandamientos”).  La verdad es que, más allá del relato, nadie tiene conocimiento de qué es lo que estaba realmente escrito (suponiendo que es un dato histórico la existencia de tales tablas)

  • Rodrigo Olvera

    Hasta la piedra se erosiona y termina en arenisca. Ya el Yijing reconocía, varios siglos antes de Cristo, que lo único que no cambia es que todo cambia.

  • Santiago

    EL CAOS moral se inicia con el relativismo, no es necesario ser moralista para caer en la cuenta….porque si la única norma que cuenta es “mi particular situación” entonces no existe una norma común que conduzca mis acciones hacia el bien, que es la verdad…porque el bien no es propiedad mía, de una sola persona, sino de muchos…y mis derechos terminarán de hecho cuando los de mi vecino comienzan…no existirá, en la moral relativa,  por lo tanto la distribución justa de nada..ya que nada existe fuera de mi y de mi propio ego personal…sino mi propio y unico subjetivismo intelectual
    Sin embargo, Cristo no fue moralmente relativista…en su famoso encuentro con el joven rico ESTE le preguntó directamente: “Maestro….que he de hacer para poseer la vida eterna?….Y Cristo le contestó escuetamente: “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos”……..Cristo se refería a la proclamación del Sinaí, la regla universal de moralidad…Esta esta lejos de ser relativa…pues fue revelada en la piedra para que existiera permanentemente como la norma suprema de la conducta humana….que absolutamente nos obliga siempre a realizar el bien y evitar el mal….un saludo   de Santiago Hernandez

  • Antonio Vicedo

    Jonás, te quedas muy corto con esto: “-cuya continuación “revelada” es: “No hay mayor amigo que aquél que es capaz de entregar su vida por los amigos”, pues, si te has fijado bien en como termina “lo revelado” por Jesús, pasa del amor con y por los amigos, hasta lo característico suyo y de los suyos que es la total inclusión en el AMOR a  aquellos  a los que nos podamos atrever a considerarlos ENEMIGOS.
    ¿Por qué al recurrir a Dios (al que ni vemos, ni podemos ver) y a lo suyo, va costando tanto acercarse a Jesús (Mesías y Teofanía Divina: HIJO DEL HOMBRE) y desde Él, (testimonio y mensaje) aclararnos sobre cómo quiere al SER HUMANO NUEVO, que ya era IMAGEN y SEMEJANZA DIVINAS?
    ¡Tan CLARO y HUMANO que nos lo pone!
    ¿O es el estar tan claro que no nos permite elucubrar sobre modos y comportamientos del DIOS IMPERCEPTIBLE, lo que nos molesta para aceptar LO CONSTATABLE e INMUTABLE de JESÚS?
    ¿Para qué intentar, aunque sea inconscientemente o por fanatismo tradicional, mantener sobre Él la consideración de BLASFEMO, porque nos cambia  nuestra interesada idea o concepción de Dios?

  • h.cadarso

      Me hace gracia lo del dichoso relativismo, y me quedo con Marga Durán y Olga Larrazabal, que no se andan por las ramas ni con florituras de cátedra universitaria…
      O sea que se carga el Vaticano II, se vuelve a las misas en latín, bloquea la puesta a punto y en hora siglo XXI del culto y de los servidores del altar, bloquea el debate sobre el celibato, se deleita en un baño de masas, vivas y banderas por las calles de Madrid, convive más que amistosamente con los de la burbuja inmobiliaria y los mercados traganiños, y acusa a sus oponentes de relativistas?
      Una de dos, o ser relativista es ser un tío legal, y Jesús era también relativista, o el relativista es él, o ya no está en condiciones normales…
      Por favor, déjense de lenguajes de estilo universitario y hablen como se habla en las plazas, en el mercado, en los bares…Llamen al pan pan y al vino vino. Jesús no hablaba el lenguaje de las altas escuelas de fariseos y publicanos, se expresaba en parábolas. Dejen de una puñetera vez las cátedras y el lenguaje engolado, solemne y críptico, que es justamente el que utilizan los del Vaticano. Bájense de tronos y cátedras, por favor…Hagan caso de Olga Larrazabal y Marga Durán…

  • M. Luisa

    Gracias,  Rodrigo, la neuroética  dentro de las neurociencias,  para una futura ética universal  parte, como tú dices,  precisamente de esa moral como estructura… pero ahora estoy metida en harina ( estoy trabajando) y no me es posible decir nada más
     
    Desde el otro lado del Océano, te envío un saludo

  • Rodrigo Olvera

    Por cierto… muy pertinente el recordatorio de María Luisa sobre la distinción zubiriana entre moral como estructura y moral como contenido.  El problema del iusnaturalismo es que del hecho de que existe esa moral como estructura derivan que es posible describir una moral universal como contenido.  Les convendría leer más sobre esta distinción.

  • Rodrigo Olvera

    Dice Ludovico “Quien miente pudiendo decir la verdad, odia a ésta. No es ignorancia, opinión, punto de vista o interpretación”  Supongo que también lo aplicará a quien afirmó que nadie debate la objeción de conciencia; lo cual podría haberse pensado que era ignorancia de los múltiples debates a que me referí, opinión o punto de vista… pero a partir de Ludovico no es más que odio a la verdad. [Ah, no… solo aplica al resto que no concuerda con él]
     
    ¿Por qué será que siempre que el debate sobre Ley Natural llega al punto de la demostración de que exista alguna norma que sea aceptada por toda persona por el sólo hecho de ser racional, sus defensores se abalanzan a proponer uno o dos, y cuando fallan, dicen que no merece la pena seguir? ¿Quizá por seguir haría que se caiga el castillo de naipes?

  • francisco asensi

    Extra ecclesia nulla salus“, proclaman,  ensoberbecidos,  hombres de Iglesia.  Vemos, por otra parte, que la simiente del Sembrador fructifica fuera de sus muros. ¿Será la Iglesia (episcoporum numerus) ese pedregal, baldío, yermo, del que hablaba Jesus?  Artículos, como el presente, hacen reflexionar, recapacitar. Quizá la gloria de Dios haya abandonado ese templo…

  • olga Larrazabal (Chile)

    Ay Marga Durán, que gusto leer tu opinión con la cual concuerdo plenamente.

  • pepe sala

    ¡¡ Aleluya!!, por fin me identifico plenamente con el mensaje de Mª Luisa. ( siempre he tenidos mis reparos, precisamente por mi lejanía a la filosofía y mi poca cercanía a Zubiri)
     
    Y como me encanta hacer de ” abogado del diablo” y hay por aquí un “diablo” llamado Javier de Ronovales Cheifler a quien se les está juzgando sin tener ni puta idea de cómo es y COMO SE COMPORTA en su vida diaria, me apetece contar una reseña reciente, al hilo de la praxis ( teológica-filosófica o como la quieran ustedes llamar.)
     
    La cerveza que invité a Javier por su excelente mensaje ( según mi criterio NO HUMILDE) acabó en comida ( ABUNDANTE), bebida razonable y algo de cante. ( Victor Manuel fué el protagonista de nuestra corta tarde y Mentxu tuvo a bien deleitarnos con alguna de sus canciones.)
     
    Mentxu tenía la consigna de que Javier estaba invitado y cuando alguien está invitado no hay más que hablar. La camarera ( peruana y ya contaré las condiciones en el hilo que corresponda para callar ciertas insinuaciones de ciertos creyentes) tenía la orden expresa de no cobrar a Javier y le habíamos prevenido de que tuviese cuidado especial porque Javier nos la suele liar sin enterarnos.
     
    La señora peruana se llevó una sorpresa cuando hizo la caja ( tiene la confianza y potestad de hacerlo desde la primera semana y no nos ha defraudado) se encontró con un billete de 50 euros que no le cuadraba. Se dió cuenta de las intenciones del tipo aquel barbudo y pesado que solicitaba dar propina.
     
    Ante la insistencia del jodido barbudo ( Javier) le presentó una caja donde suelen admitir las propinas. ( normalmente muy pocas y muy reducidas). El cabronazo de Javier había simulado meter unas monedas… y doblado, entre las monedas, había metido el billete de 50 euros.
     
    La honradez de la muchacha es para ejemplarizar algunas opiniones sobre las pèrsonas sudamericanas ( los ” sudacas”), y se lo contó a Mentxu. ( las propinas se las reparten entre las empleadas y Mentxu no participa de ellas). La señora peruana se empeñaba en devolver lo que consideraba que no era suyo.
     
    la buena señora manda algún dinero mensual para ayudar a ” sus papás” ( así les llama) y a una hermana que está estudiando una carrera en Lima. Mentxu ( otro ” diablo” a quien yo no defenderé, puesto que ella se defiende sobradamente) ya había premiado el interés en el trabajo de nuestra admirada colaboradora y, cuando ha visto un interés especial en trabajos que podría haber obviado y no lo ha hecho, se lo ha premiado con algún billete extra:
    –Toma, XXXX, te has esmerado tanto en  ” tal trabajo” que tu hermana se merece un libro nuevo. ( estas jodidas andaluzas son más retorcidas aún que los lebaniegos.)
     
    Y la señora enseña un poco la lagrimilla, pero estamos seguros de que el libro para su hermana universitaria  será una gran ayuda para todos-as en nuestro empeño por la solidaridad.
     
    El billete del jodido Javier cumplirá un cometido similar y, aunque todos los comentaristas de ATRIO ( y del coño de la Bernarda) traten injustamente a quien me consta que no es injusto ( desde su privilegiadísima situación social) aquí estaré haciendo de ” abogado de los diablos y diablesas”. Y lo haré porque creo que la PRAXIS de vida vale infinitamente más que todas las teologías y filosofías que las plumas ilustres puedan escribir.
     
    A ver si hay suerte esta vez…
     

  • M. Luisa

    Como siempre me suele suceder,  esta mañana me he quedado con ganas de continuar mis reflexiones. Digo esto porque aunque me he leído  todos los comentarios, sólo el  tiempo del que dispongo me dará para ampliar un poco  más el mío.
     
    Yo no sé si alguien leyó en su día  La Ética  de Aranguren,   pero en ella hay un capítulo en el que divide  la moral  en estructura y contenido, es decir,   en forma y contenido, una división claramente zubiriana. Una cosa es la condición moral del ser humano, la cual es de lo único que habla Zubiri, y otra es la moral concreta.
     
    Pues bien, Aranguren es un autor que  en su fundamentación moral, precisamente,  utiliza a Zubiri  partiendo del análisis zubiriano  de la experiencia moral,  de la  estructura constitutivamente  moral  del ser humano, es decir,  del hecho  de  “tener que realizarse”, pero no de una moral  de contenido teológico  sino  de  la  misma condición real  que religa y obliga. No se trata de una “moral pensada”  en expresión de Aranguren sino de una “moral vivida”.

  • Carmen (Almendralejo)

    Yo tampoco digo santo al hombre que a  ha pasado del dolor de la víctimas que fueron abusadas por quienes estaban a su cargo.
    Yo tampoco digo santo a quién ocultó a delicuentes, y pagarón para oscurecer y tapar causas y delitos, eso tiene un feo nombre en mi país.
    Yo tampoco digo santo a ese hombre qua antepone un magisterio a las persona sin que le importe el dolor y el sufrimiento de ellas.
    Yo tampoco llamo santo hombre a quienes prefiere que mueran personas ante decir que utilicen preservativos.
    Yo tampoco digo santo hombre a quien da la pildora del día después a religiosas violadas por monseñores.
    Yo tampoco digo santo hombre a quien con artimañas ha pasado por encima de otras buenas personas para colocarse la mitra papal.
    YO NO DIGO SANTO PADRE A NINGÚN MORTAL, PORQUE SANTO EN LA TIERRA NO EXISTEN Y AÚN MENOS QUIENES DICEN ESTAR POR LAS FAMILIAS Y SON CÉLIBES,  ¡NO TIENEN HIJ*S! (aunque tengan sobrinitos, o secretarios… PRIMOS DIRÍA YO)
    Estos se creen que están aún en la JMJ,  vaya panda de catetos, cultos pero catetos… y esto no es ofender porque ofender es lo que intentan estos con tanto documentos y tanto latín, que al final lo están metiendo y al cuadrado, muy sibilinamente

  • Querido Antonio: Muchas gracias por tus palabras. La Doignitatis personae no es en efecto una encíclica, sino una Instrucción de la Congregación de la Fe, cuyo Presidente es el Romano Pontífice, a diferencia de los demás dicasterios, lo que refleja el valor del documento. Porque emanaba de esa dicasterio señalé el papel del entonces cardenal Ratzinger en la redacción del mismo.  Cuando se habla de cortar cuellos a modo de remate de una exposición, la mala baba e intención aviesa resulta, a mí al menos, me resulta patente. Y así concluye el autor de marras. No tengo miedo a las palabras. Si el escritor hubiera leído los documentos no atribuiría al Pontífice lo que le agtribuye. Miente. Lo siento.  No soy de los que llaman interrupción del embarazo al aborto, sino homicidio.  No tengo miedo de las palabras. Quien miente pudiendo decir la verdad, odia a ésta. No es ignorancia, opinión, punto de vista o interpretación. No creo que vuelve a aparecer por aquí, a menos que el insulto al Pontífice sea del calibre del que he leído en este post. Por cierto, ni soy vaticanista, ni milito entre los ricos. Inmigrante e hijo de bracero anarquista campesino, nadie me va a dar lecciones de solidaridad con los menesterosos, aunque alguno lo ha pretendido más abajo. He sufrido, quizá menos que otros, la agresión socialista y sindicalista por ir por libre. Es lo único que tengo. Mi libertad de expresión.  Dejo sin comentar el contenido de otros apartados: a modo de resumen: no hay razón sin cerebro, ni religión sin evolución. Por ahí iba lo de la neurociencia, por ahí lo llevan los teóricos de la teoría de la cognición. A eso me refería. Ha sido un placer, Antonio.

  • Antonio Duato

    Querido Ludovico:
    Te diriges a mí en tu comentario, aunque sean otros los que te han contestado. La polémica con Rodrigo Olvera (que te escribe desde el continente americano, hasta altas horas de la madrugada de allí) me la he encontrado esta mañana cuando me disponía a contestarte. No voy a entrar en ella, aunque reconozco que lo de la ley natural es un tema trascendental entre los que buscan una fundamentación última a la moral. Y más aún el contenido de la ley natural. Y el pretendido monopolio del Magisterio de la Iglesia católica para interpretarla y deducir de ella normas éticas “innegociables” que se pueden exigir a todos.
    Sobre tu comentario dirigido a mí, me limito a decir:
    1. Efectivamente soy el responsable de haber propuesto a discusión el artículo de Klappenbach y el redactor de la entradilla.
    2. En esa entradilla no resumo el artículo ni digo que “Benedicto XVI [que] contrapone la visión teológica a la autonomía de la persona” , sino que el artículo “apunta a un tema crucial que sigue enfrentando la concepción teológica que quiere imponer Benedicto XVI con la misma raíz de la modernidad: la autonomía de la persona”. El “tema” está ahí. Se sigue y se seguirá discutiendo. Yo tengo mi opinión, pero precisamente en esa entradilla no la expongo.  ¿A qué viene hablar de mentira?
    3. No conozco ninguna “encíclica de la dignidad de la persona de su antecesor”. No sé a qué documento te refieres.  Y, por tanto, no puedo entender cómo de él sacas esta dura conclusión: “Sólo desde la inquina a la Iglesia, desde la mala fe, desde el odio a la verdad, puede mentirse a doble carrillo afirmando semejante, por otro lado, necedad. Jamás un teólogo de raza contrapone los argumentos de fe a los de razón. Sólo los progres caen en ese craso error.”
    4. Es evidente que jamás un papa o un “teólogo de raza” (¿de dónde has sacado esta expresión con la que alguien quiere desprestigiar a los teólogos de la “segunda etapa” de Iglesia Viva?) va a contraponer la fe a los argumentos de razón. Pero porque cree que la sana razón es la que está iluminada por la fe /”ancilla theologiae”) y no podemos fiarnos de la razón o las razones de quienes prescinden de Dios. Esos y sólo esos, aunque sean muchos,  son los que ven problemas entre fe y razón. La verdad es que yo no veo problema entre fe y razón, aunque sean accesos distintos al conocimiento. Sino entre fe y “creencias”  que se quieren presentar como contenidos esenciales de la fe, como la creencia en la constitución divina de la Iglesia Católica Romana, que es la única verdadera religión.
    5. Todo lo demás de que hablas, sobre neurociencias y religión, es muy interesante, pero no vienen al tema.
    6. Gracias por seguir este humilde portal de encuentro, Ludovico. Puedes aportar tus opiniones cuando quieras, pero mejor si no acusas a otros de mentir o de tener inquina y odio a la verdad.

  • Antonio Vicedo

    -Ludovico 20-Septiembre-2011 – 9:30 am
    “….., corto, es decir, no pienso seguir por ese camino.  De nominibus non est disputandum. Cuando un páís niega el derecho natural evidentemente rompe la universalidad de su aceptación. No hace falta mencionar el Islam. Le he hablado de los socialistas y los progres de mi país que tampoco lo aceptan.”
    Es un recurso popular el dicho:”-Por la boca muere el pez (cuando pica la carnaza y se traga el anzuelo)”
    Y me da la impresión, leyendo sus aportaciones sobre derecho a la vida, aborto, permisión de crimen, socialistas, progres, aceptación universal, etc.,  que  aquí el “De nominibus —“, salta a la evidencia como sustento del “disputandum”.
    Porque, si no se tratara de eso, y se abordara el espectáculo real que ofrece la HUMANIDAD en lo que respecta a la clasificación de las personas y lo que su valoración equivalente prioritaria supone, efectivamente queda justificada su actitud ante el realismo de la esclavitud en tiempos romanos, paulinos y actuales.
    Porque escorar la acusación de no respeto al valor y dignidad de TODA PERSONA  a corrientes ideológicas progres y socialistas, sin tocar el campo del liberalismo conservador del imperio del poder acumulado y el funcionamiento de la RAZÓN DE LA FUERZA entre los seres humanos, es para echarse a temblar.
    He estado siempre y lo sigo estando por el RESPETO AL VALOR SUPREMO DE LA VIDA HUMANA, pero sin aceptar ese “de nominibus” ( aborto; carencias de toda clase de medios para la supervivencia física, para la realización esencial de la Persona como sujeto consciente, libre y responsable, para el real ejercicio de esa primaria e inalienable condición)
    ¿O es que la VIOLENTA IMPOSICIÓN de cualquier CONDICIÓN DESPERSONALIZANTE no tiene contenido de ataque mortal a lo que  ES ESENCIAL EN TODA PERSONA?
    Qué ES una PERSONA  violentamente DESPERSONALIZADA por la ACCIÓN u OMISIÓN  de cualquier OTR* que se considere con derecho de poner en práctica, desde su condición de  cualquier  posición de ventaja, tal actitud de manipulación o violencia?
    ¿Por qué enredar tanto ALGO tan claro y sencillo como: “TRATA A L*S DEMÁS COMO QUIERES  SER TRATADO TU”; O “-NO HAGAS  A  L*S  OTR*S  LO QUE NO QUIERAS QUE TE HAGAN A TÍ”; O  “AMA A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO, pues es lo SEMEJANTE  e inmediatamente secundario al AMOR INCONDICIONAL A DIOS”?
    Y desde la fe en Jesús ¿Qué tal, si le escuchamos ese : “ERA CONMIGO CON QUIEN LO HICISTÉIS o DEJASTÉIS DE HACERLO? (Mt. XXV)

  • David

    Evidentemente en las sociedades actuales existe un dualismo jurídico, el monismo de una de las dos teorías es escaso, aunque sí existe en algunas sociedades. Que se le pueda conferir una universalidad a uno de ellos puede ser cuestionable, lo que no lo es que el origen del Derecho Natural se inicia en Grecia tras el paso del Mito al Logos.

  • Carmen (Almendralejo)

    Me confundo de lugar, es ATRIO, o el Vaticano y sus latín? ¡Qué Nivel de gente curta, como dicen en mu pueblo!

  • David

    El discurso intelectual de Benedicto XVI se ha centrado en criticar una ética relativista que es consecuencia de la postmodernidad y del relativismo epistemológico, y no le falta razón, también es muy cierto que ignora todo el pensamiento neokantiano, confundiendo, en ocasiones, el idealismo filosófico con el meramente político. Por otro lado difícilmente se puede combatir ese relativismo con un seguimiento a un dogma que no se puede cuestionar.

  • Marga Durán

    ?Por qué no nos olvidamos de una vez de todo el magisterio de la iglesia y nos quedamos únicamente con el Evangelio? Se supone que los discípulos de Jesús intentaron explicar lo que él explicaba y practicaba.
    Si suprimimos las referencias que Jesús hacía sobre su Padre, las acciones y las palabras del “Maestro” son unos preceptos, ideas, pensamientos, llámense como se quieran llamar, que sirven a cualquier persona: ayudar en todo lo que se pueda a los demás y “amarse los unos a los otros.” Y  los que lo deseen, que gocen con las Bienaventuranzas.
    Los que crean en Dios, se sentirán muy bien y los que no crean en Dios pero sí en el hombre Jesus y sus enseñanzas,  podrán vivir en paz y  ayudando a quien se pueda ayudar.  Y no se necesita para nada toda esa parafernalia  de esa iglesia millonaria, ni viajes de papas, ni falsos milagros para hacer más papas santos, etc. etc. etc.
    Cuando la iglesia se vuelque en los pobres del mundo, y se deje de edificios, joyas y millones… a lo mejor se acuerdan de quién era Jesús , el crucificado, al que mataron los “sumos  sacerdotes”  por decir lo que decía y practicar lo que predicaba.
    Marga Durán

  • jonás díaz ramos

    Gracias, Antonio Vicedo, muy atento y amable el comentario. Un saludo. A decir verdad, ahora me doy cuenta de que en mi reflexión me faltó aludir de manera más directa a una cuestión esencial, a saber, para el pensamiento filosófico-teológico del papa Benedicto XVI toda entrega de la vida por fidelidad a unos valores absolutos trascendentes, metafísicos o religiosos (el caso de Maximiliano Kolbe y el de otros miles de mártires cristianos), otorga a esos gestos heroicos consistentes en entregar la propia vida una plenitud de la que carecen los gestos de entrega heroica de la vida desde una perspectiva meramente inmanentista, humanista, secular.

    Porque quien se abre a la trascendencia -para un cristiano, el Dios que nos manifiesta Jesucristo- se plenifica como persona. Perfectamente agustiniana esta consideración, por ser perfectamente evangélica, aparece ampliamente recogida en los documentos del Concilio Vaticano II.

    Consideremos que quien es capaz de entregar su propia vida hasta la muerte por fidelidad a un corpus de absolutos que proceden de Dios, lo que manifiesta es total obediencia a la voluntad de Dios, sabiéndose criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. Quien, por contra, es también capaz de entregar su vida hasta la muerte, pero no por fidelidad a valores trascendentes, religiosos, metafísicos o revelados -de todas estas maneras podríamos denominarlos-, en cierta medida con su gesto está desafiando a Dios.

    Entiéndaseme. Admiro la ética prometeica, a muchos de cuyos protagonistas no soy capaz de desatarles las sandalias, pero sí que me parece comprender fácilmente que en el gesto de inmolar la propia vida en la lucha guerrillera, como protagonizara Che Guevara, por ejemplo, sin entrar a juzgar su conciencia, territorio privado, sí me parece aprehender un gesto de rebeldía prometeica contra Dios. Porque a decir verdad, más allá de los móviles y las justificaciones de la lucha guerrillera en pro de la justicia y la revolución sociales, una ética prometeica llevada hasta las últimas consecuencias lo que plantea es que el hombre, no Dios, es la medida de todas las cosas. Esto es, el heroísmo ético meramente humanista, inmanentista, es una plenificación de la ética prometeica sin Dios. Mientras que la entrega de la vida hasta la muerte motivada por fidelidades a valores absolutos que no nacen del concenso humano sino que pretenden remitirse a la voluntad del mismo Dios, son justamente la más elevada expresión de la ley moral de entronque religioso: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”, cuya continuación “revelada” es: “No hay mayor amigo que aquél que es capaz de entregar su vida por los amigos”.

       

  • M. Luisa

    Desde luego si  es porque Benedicto XVI  entiende que el hombre tiene un componente religioso  y es esto lo que  le lleva a imponer  su concepción dogmática y teológica en asuntos de moralidad, es fácil  entonces extraer la razón por la cual  el autor de este escrito  la crítica y por supuesto yo misma    a pesar de  que llevo estudiando durante diez años el pensamiento antiescolástico  de   X. Zubiri.  

    Es al hecho de la  religación,  al que hay que prestar atención, es decir, el hecho de sentirnos reatados a lo real   el que nos aporta,   no el componente religioso  entendido  como producto de una teoría,  sino  que,  como digo,  es el poder  de lo real  el que nos abre  a nuestra propia  dimensión de ultimidad.

    Es un campo abierto  primero a lo laico,  a lo secular y en última instancia, si se acepta, a lo religioso.  

    Los valores no son hechos,  pero la naturaleza se somete a un proceso de valoración   constituyendo,  sin embargo,  así  una dimensión fundamental e irrenunciable de nuestras vidas.  

  • Olvera, corto, es decir, no pienso seguir por ese camino.  De nominibus non est disputandum. Cuando un páís niega el derecho natural evidentemente rompe la universalidad de su aceptación. No hace falta mencionar el Islam. Le he hablado de los socialistas y los progres de mi país que tampoco lo aceptan. Usted mismo escribió en una intervención anterior que podría objetarse ese rechazo, pues eso.  No voy a discutir en ese terreno.  Ni le responderé a lo de Gayo y Pablo, entre otras razones porque éste pide la liberación de un esclavo y que se le considere como a él mismo.  Usted sabe muy bien lo de Distingue tempora et concordabis iura. Con Dios, hermano.

  • Rodrigo Olvera

    Por cierto… si fuera cierto que existe tal universalidad, la consecuencia es que sería imposible que existiera norma positiva en contrario. Afirmar que la universalidad de la ley natural es lo que hace que tenga prioridad sobre cualquier derecho positivo es un contradicción en términos. Pues si la norma de derecho positivo es la misma que la de la ley natural, entonces no hay una relación de prioridad sino de identidad. Y si la norma de derecho positivo contradice a la ley natural, entonces ya no hay universalidad en el postulado de la ley natural. Así de sencillo

  • Rodrigo Olvera

    ¿Objeción de conciencia reconocida universalmente?  ¿No habíamos quedado en no mentir?
     
    A menos que consideres que el aborto no implica matar, no existe aceptación universal; pues se sigue debatiendo (no sólo en filósofos del derecho sino en decisiones judiciales) el conflicto entre objeción de conciencia a practicar un aborto y el derecho de una mujer a que se le practique un aborto en ciertas circunstancias. Jurídicamente, no es ni universalmente aceptado; ni siquiera la mayoría de países que garantizan la objeción de conciencia a no practicar un aborto en tales circunstancias. No se diga, sigamos, el tema de objeción de conciencia a aplicar la pena de lapidación por adulterio de acuerdo a la Sharia en Pakistán. Donde tiene capacidad de intervención el ejército nacional, se evita. Pero donde rige exclusivamente la Sharia, no hay aceptación de tal objeción de conciencia.
     
    Ahora yo te propongo una norma de derecho natural presente en Gayo y Cicerón: la legitimidad de la esclavitud. Hasta Pablo la acepta.
     

  • Olvera, no voy a discutir, por respeto a Duato que generosamente recoge mi disonante opinión, sobre si Cicerón es o no derecho romano. No entro en esas disquisiciones bizantinas ni siquiera en filosofía. Ni a decirle que donde yo pongo intermedio (en Cicerón)  al ius gentium entre derecho natural y derecho positivo, usted repite con otras palabras que distingue entre derecho natural y derecho de gentes. Más grave es el lío que se arma, o quiere armar, entre derecho natural y derechos humanos. Dice que el primero no es universal, ni evidente. No es evidente para el niño que no tiene uso de razón, pero sí tiene derecho a la vida. ¿Que lo puede suspender un poder político? Qué me va contar. Aquí tenemos un gobierno socialista que ha decretado el derecho a matar a cualquier creatura en el seno materno, vulgo aborto libre.  Porque el derecho natural es universal es por lo que nadie discute la objeción de conciencia, salvo, una vez más, los progres de mi país. Una objeción de conciencia a matar, me refiero.  Esa universalidad es lo que le da al derecho natural su carácter de prioridad sobre cualquier drecho positivo de cualquier país. Así de sencillo.

  • Rodrigo Olvera

    Ludovico
    De acuerdo en no mentir ni enredar.
     
    Por ejemplo, confundir las obras de filosofía de juristas (como la que mencionas de Cicerón) con el Derecho Romano, que es el conjunto de normas que realmente rigieron.  Incluso Cicerón distingue (es decir, no se confunde) derecho de gentes con derecho natural.
     
    Tampoco digo yo que haya surgido en la época de salamanca. Digo que no es de extrañar que cuando en esa época resurge el tema de la moral cristiana frente a los paganos, se desarrolla enormemente el tema.
     
    En lo que tienes razón, es que el tema de la ley natural no lo pensaron únicamente los teólogos cristianos, sino también filósofos no cristianos.
     
    En todo caso, la existencia misma de una Ley Natural, ya no digamos su contenido, no es algo que pueda darse como un hecho evidente y aceptado.
     
    Pensemos en Derechos Humanos. Si los Derechos Humanos es una expresión de Ley Natural, entonces los Estados no tienen legitimidad para restringirla. Pero todos los instrumentos y organismos de Derechos Humanos reconocen legitimidad a los Estados para restringir e incluso suspender temporalmente Derechos Humanos.
     
    Por otro lado, si los Derechos Humanos fuera una expresión de derecho positivo, dificilmente podría argumentarse que los estados carecen de legitimidad para abrogar absolutamente alguno de tales derechos. Y todos los instrumentos y organismos de Derechos Humanos niegan que los estados tengan tal legitimidad. Aunque claro, no falta quien afirma que tal falta de legitimidad deviene del acto positivo de los propios estados al convenir y suscribir semejantes instrumentos.
     
    Filosóficamente, hay un problema muy serio en la incapacidad de encontrar normas universales que den contenido a la supuesta ley natural.

  • Olvera, vaya a Saulchoir y leerá tesis doctorales sobre la ley natural… en la Edad Media.  No creo que sea el lugar para debatir la relación entre ius gentium y bius naturale. Este último reconocido por los juristas romanos. De hecho Ciicerón reconocía que el ius gentium se hallaba a medio camino entre el  natural y el positivo.  No enredemos, ni mintamos.

  • Rodrigo Olvera

    Estimado Justiniano.
    Si hemos de ser sinceros, Gaudium et Spes no dice lo que interpretaste.
    El número 10 insiste en que el fundamento de toda la realidad es Cristo. No la persona humana, sino Cristo imagen de Dios
    El número 12 dice -casi- los mismo que Ratzinger: cuando el ser humano se exalta a sí mismo como regla absoluta, la consecuencia es la duda y la ansiedad
    El número 13 considera cegar el estúpido corazón (frase textual) pretender alcanzar el propio fin al margen de Dios (y no veo que quienes defienden el Concilio Vaticano II se rasguen las vestiduras, como se hace con Ratzinger cuando proclama lo mismo)
    El número 18 dice que para todo hombre que reflexione, la fe responde satisfactoriamente al interrogante del destino futuro después de la muerte; de modo que quienes no queden satisfechos con la respuesta de la fe… no son personas que reflexionen. Al menos, no reflexionan correctamente, pues sería un caso de conciencia afectada por error invencible de acuerdo con el número 16
    El 19 insiste en que la razón más alta de la dignidad de la persona no es ser persona, sino ser llamada a la unión con Dios. Textualmente se afirma que únicamente vive la plenitud de la verdad cuando “se confía por entero a su Creador”. Textualmente se descalifica a quienes exaltan tanto al hombre que dejan sin contenido la fe en Dios. Otra perla: quien voluntariamente pretende soslayar las cuestiones religiosas desoye su procpiaonsciencia (lo que hay que leer!!!) y no carece de culpa (sic!!!)
    El número 20 descalifica al ateísmo sistemático que reclama la autonomía humana hasta negar su dependencia respecto de Dios. (De modo que no puede ser la persona el valor último, pues está subordinado a Dios)
    El número 21 es claro en señalar que la posición del Concilio Vaticano II es condenar tales pretensi0nes. Afirma que cuando no se tiene esperanza en la vida eterna, la dignidad humana sufre lesiones gravísimas.
     
    A partir del 23 ya no se habla de la persona, sino de la Comunidad humana.
     
    El número 26 dice que todo el orden social (no todo el cosmos) debe orientarse al bien común y al respeto de la superioridad de la persona sobre las cosas (pero esto no nontradice que el hombre no sea superior sino subordinado a Dios). Es el orden social (no la Iglesia ni el orden eclesial, los textos conciliares siempre mantienen esta distinción entre orden social o temporal y orden eclesial; de modo que por ejemplo los valores democráticos se piden para el orden temporal pero no se aceptan en el orden eclesial) el que debe subordinarse a la persona. No todo el cosmos.
     
    saludos
     
     

  • Antonio Vicedo

    -Pues sí, Jonás, puede servir para debate, pero  a mí, principal y casi exclusivamente ahora, me sirve para constatar más claramente la diferencia que hay entre tomar postura decisiva y permanente respecto a la estructuración de causa o causas de la falta de Justicia  para que esta sea una realidad y no un deseo o proyecto, y respecto a los comportamientos que oportunamente se toman para  remediar concretas y circunstanciales consecuencias.
    En actitud de Helder Cámara, lo de ser considerado bondadoso al remediar necesidades de marginados y marxista revolucionario al plantearse la causa de aquellas necesidades y poner el blanco de su compromiso en remediar la INJUSTICIA o BUSCAR PRIMERO LA JUSTICIA DEL REINO, como después llevó a la práctica hasta recibir muerte el obispo Romero.
    Y en actitudes y comportamientos de Jesús, sus actos concretos de asistencia a necesidades circunstanciales y su proyecto de NOVEDAD sobre la JUSTICIA PATERNAL DIVINA, cuya ausencia está en el origen del desequilibrio relacional humano causa de todos los males evitables:
    1. Poniendo en claro la referencia a DIOS (por nadie visto ni oído) destacando su PATERNIDAD AMOROSA y nuestra UNIVERSAL FILIACIÓN, desenmascarando cualquier concepción idolátrica de Poder con exigencias de REPRESENTATIVIDAD.
    2.-Aclarando la HERMANDAD HUMANA UNIVERSAL y lo que de ella se deriva respecto a la JUSTICIA DISTRIBUTIVA real en relación a cualesquiera finalidades de remedio de necesidades en los bienes del mundo y capacidades humanas.
    3.-Poniendo en claro que  pellejos viejos o remiendos no valen para el fin de conservar el VINO NUEVO, ni el cometido del TRAJE.
    Y 4.- UNIVERSALIZANDO la situación de JUSTICIA a nivel de HUMANIDAD, cuando Él espera SER JUSTAMENTE CONSIDERADO y TRATADO en CADA UNO  CUALQUIERA DE ESOS SUS MÁS PEQUEÑOS HERMANOS. (Mt. XXV)
    ¿Y no es por su vital compromiso con este PROYECTO o MISIÓN MESIÁNICA confiada por EL PADRE por lo que lo condenaron por BLASFEMO  y lo CRUCIFICARON por  rebeldía al Imperio?
    ¿Es este testimonio de Jesús el que normalmente entreteje los procesos de beatificación y canonización, sobre todo en sujetos que no han apostado claramente por la PRIORIDAD DE LA JUSTICIA DEL REINO, estando en su capacidad el comprometerse contra cualquier complicidad con las estructuras de poder?
    ¿Por qué escorarse tan fácilmente hacia motivaciones de violencia cuando se trata de BÚSQUEDA PRIORITARIA DE DEFENSAS CONTRA OPRESIONES AJENAS o DE JUSTICIA ESTRUCTURAL, como se aduce al referirse a revolucionarios anarquistas o izquierdistas?
    ¿Cuanto tiempo permanecería la estructura eclesial de poder, desde un mínimo de coherencia con el compromiso por la JUSTICIA DEL PADRE por parte de Jesús?
    ¿Y qué es lo que prometió  Jesús, en profecía, respecto a la sal que no sala y la luz que no ilumina?
    ¿No es muy significativo y elocuente que coincidan tanto las formas de las cruces y las espadas?¿No será que también en los contenidos  mediáticos e instrumentales mantienen ese parecido?


  • Ni filósofo ni teólogo yo estaba muy feliz bajo la impresión de que después del “Gaudium et Spes” #26, la persona humana por fin hasta en la ICAR llegó a ser reconocida como el último valor en nuestro cosmo.

    Justiniano de Managua

  • Asun

     
    Choca que pase desapercibido que al otro extremo del “todo vale” esté pleno de su verdad, no admitiendo ningún tipo de contradicción, el absolutismo digamos dogmático. Cuando   con honestidad lúcida y humildad se comprende y se asume que la relatividad subyace en todo modo de conocer, porque estamos situados en un tiempo, en un espacio concretos  y múltiples circunstancias que nos condicionan, a todos sin excepción,  en la manera de interpretar la Realidad.
     
    Si el ser humano sano, feliz, libre y responsable  en toda su dignidad NO es el centro de nuestras miras y anhelos como lo era en Jesús, ni tampoco el territorio en el que nos movemos la humanidad, por mucho que hablemos de Dios, del Misterio de Lo Que Es, y por más que construyamos “verdades” con él y a partir de él, estamos poniendo nuestros deseos, esfuerzos, nuestra verdadera identidad  en lo más hondo que somos, en un terreno fuera de él, estrictamente mental y egocéntrico,  que nos separa y desune y que nada tiene que ver con Jesús y su propuesta de vida.

  • Rodrigo Olvera

    Ley Natural es un concepto que crearon los teólogos cuando se planetaron el problema de la aplicación de la moral cristiana entre pueblos paganos. (No debe confundirse con Derecho de Gentes, que es lo que existía en el Derecho Romano). Por éso, el llamado derecho natural se desarrolló tanto en la época de los teólogos y canonistas de la escuela de Salamanca, en que la ampliación de la influencia de las naciones cristianas en tierra de paganos volvió a poner como tema relevante este asunto. En concreto, fue utilizado para justificar la obligatoriedad de la sumisión de pueblos no católicos a las autoridades católicas. Pues sin esta apelación a la “ley natural”, ninguna de las doctrinas jurídicas ni teológicas justificaba que se declarara la guerra a las naciones paganas que no estaban sometidas ni a soberanos europeos ni a autoridad eclesiástica papal… por no ser católicos.  En base a la ley natural, como las conductas religiosas de los pueblos conquistados “violaban” tal ley natural (que era descrita y definida por los conquitastadores, pero pretendiendo que cualquier persona racional debía sentirse obligada a cumplirla), significaba que eran culpables y se justificaba hacer la guerra en su contra.
     
    Sobre Derechos Humanos, es claro que se ha pretendido fundamentarlos en el iusnaturalismo. Pero también en el iuspositivismo. Y en el contractualismo.   La Declaración Universal, y los subsiguientes tratados, han EVITADO asumir su fundamentación en una u otra, pues pretender incluir tal fundamentación hubiera llevado a que no se aprobaran. Por tanto, si bien es cierto que los iusnaturalistas fundamentan los Derechos Humanos en el iusnaturalismo (parece una tauotología), es falso y manipulador afirmar como un hecho  demostrado y no contestado que la declaración de los derechos humanos sea expresión del derecho natural.
     
    Digo… si hablamos de no tergiversar.

  • Querido Antonio, he de pensar que la entradilla es tuya. Tuya la idea de un Benedicto XVI que contrapone la visión teológica a la autonomía de la persona (humana, por supuesto, pues no hay otra, aunque en biología del comportamiento se plantea la posibilidad de atribuirle ese carácter a otros organismos).  Es el resumen que haces del artículo de Klappenbach. A mí la frontera, el atrio de los gentiles o como quieras llamarlo, no me inquieta. Acostumbrado a la promoción de la ciencia, la frontera es justamente lo más vivo y sugestivo. Pero nada tiene que ver la frontera con la mentira. En ningún lado Benedicto XVI contrapone la moral teológica a la autonomía de la persona. Afirmarlo es literalmente mendaz. La autonomía constituye uno de los pilares de la dignidad de la persona en la bioética.  Como supongo imaginarás fue Ratzinger uno de los redactores de la encíclica de la dignidad de la persona de su antecesor. Sólo desde la inquina a la Iglesia, desde la mala fe, desde el odio a la verdad, puede mentirse a doble carrillo afirmando semejante, por otro lado, necedad. Jamás un teólogo de raza contrapone los argumentos de fe a los de razón. Sólo los progres caen en ese craso error. El articulista desconoce la ley natural. En ella basa su tesis Benedicto XVI para asimilar relativismo a falta de moral sin Dios. Una ética filosófica, no teológica. Además, como bien sabes, el articulista retuerce el pensamiento de Kant. El filósofo quiere convertir en imperativo categórico su decisión, actuar como si uno quisiera que todos los demás actuaran así. nada que ver con ningún relativismo. Y, por supuesto, no faltan los tópicos y latiguillos al uso sobre la modernidad. Conozco de lejos ese discurso falto de saberes. No suelen conocer el inicio de la ciencia. Asocian Luces con Voltaire, un escritor brillante cuyas lecturas de Newton, demostrado está, se las “tradujo” su amante.  Las Luces son otra cosa. Un movimiento en el que no faltaban creyentes sólidos como Lavoisier (por cierto guillotinado por la Revolución y de quien dijo un gran matemático y astrónomo contemporáneo, padre del determinismo, “ha bastado un minuto para cortar la mejor cabeza de Francia, pasarán cien años hasta que aparezca otra igual”). Eso por lo de la cabeza.  El autor no conoce la ley natural y su cristalización en el derecho natural, cuya expresión reciente es la declaración de los derechos humanos. El primero, el derecho a la vida. Es un principio que niegan los del diario donde escribe su sarta de enredos el articulsta. [A mí las palabras no me  dan miedo] El derecho a la vida es un derecho objetivo, universal.  Del ser humano de carne y hueso. Eso lo afirma el Papa; negarlo o retorcer sus palabras, es mala fe. Lo que el Papa hace es dar un paso más. Y entiende que el hombre tiene un componente reloigioso, raíz última de esos principios objetivos y universales que residen en el hombre. Como bien, sabes Duato, eso lo afirma incluso una persona cuya formación da sopas con honda a tu articulista, Xavier Zubiri. Pero no voy a fijarme en él, no me llames escolástico u otras descalificaciones. Existe lo que se llama teoría cognitiva de la religión, que se apoya en nla neurociencia, arqueología, filosofía, antropología, etcétera, con un aluvión de libros y artículos. Basa la religión no en un texto sagrado, sino en la pura entraña del hombre. Asimilar la frontera a la mentira, el engaño y la tergiversación es saña. Frontera es The end of discovery, de Russell Stannard, o sobre los límites de la ciencia del conocimiento. 

  • jonás díaz ramos

    Tomemos dos ejemplos de fidelidad a sendos códigos de valores absolutos: la entrega que de su vida hizo el sacerdote polaco Maximiliano Kolbe en un campo de concentración nazi (pidió que lo ajusticiaran a él  en vez de a un padre de familia, al parecer albañil, en principio condenado a muerte como represalia porque varios presos acababan de huir del campo de concentración), la injusta condena a muerte que sufrieron los famosos anarquistas italoamericanos Sacco y Vanzetti.

    San Maximiliano Kolbe es un preclaro ejemplo de fidelidad a una serie o suerte de valores absolutos provenientes de Dios, la fuente de los valores absolutos para creyentes como Kolbe. Por su parte, Sacco y Vanzetti son dos ejemplos igual de preclaros de fidelidad a los valores absolutos de prodedencia meramente inmanentista, secular, humanista, en principio sin referencias a la trascendencia, a Dios.

    Pues bien, veamos. Estoy persuadido de que la “apuesta” del papa Benedicto XVI no es sino por lo que podríamos denominar como especificidad de la entrega de la vida en el caso de la ética cristiana, tan heroicamente puesta de manifiesto por alguien como Maximiliano Kolbe. Tanto el sacerdote franciscano polaco, de ascendentes judíos, como los anarquistas italoamericanos Sacco y Vanzetti son injustamente condenados a muerte; por tanto, estamos ante tres muertes que responden a la misma fidelidad a valores que,como dijera Emmanuel Mounier, “valen más que la propia vida”. Sin embargo, la vida del religioso polaco siempre se movió dentro de los derroteros del pacifismo evangélico; por ende, la entrega de su vida de forma completamente desinteresada, gratuita, ha de entenderse, justamente desde ese marco de “pureza” de vida, como un ofrecimiento que desconcierta cualquier tipo de razonamiento meramente humano. Sacco y Vanzetti, por el contrario, sin duda arbitraria e injustamente condenados a muerte, se movieron en un escenario ideológico caracterizado por las legítimas reivindicaciones del movimiento libertario o anarquista en Norteamérica, pero también se movieron inmersos en ciertas corrientes anarquistas auspiciadoras de la violencia, el atentado terrorista y el sabotaje. De manera que el gesto de entrega de sus vidas, sin duda también ejemplar, heroico, parte de motivaciones distintas, distintas a las de Maximiliano Kolbe.

    Por lo tanto, esa especificidad de la gratuidad en la entrega de la vida protagonizada por personas creyentes que fundamentan lo absoluto de sus valores y convicciones en la fuente que es Dios, es lo que tratan de poner de relieve los papas, me parece, sobre todo, por lo que sé, Juan Pablo II y Benedicto XVI.

    De todas formas, los límites entre la capacidad de entrega desinteresada y heroica protagonizada por los que fundamentan la incondicionalidad de los valores en Dios, a menudo se confunden con los límites que respectan a las personas que fundamentan la incondicionalidad de los valores absolutos no en Dios sino en instancias meramente seculares, inmanentistas. Pensemos, si no, en tantas personas que solo en los dos últimos siglos de historia de la humanidad han sido fieles, fieles hasta la entrega de la propia vida, a sus convicciones no precisamente fundadas en absolutos metafísicos o trascendentes, y que sobre todo se caracterizaron por llevar una vida pacífica, solidaria, honesta a carta cabal.

    Espero que al menos mi reflexión sirva para alimentar el debate.

  • Antonio Vicedo

    Si lo realmente ABSOLUTO (siempre con relación a lo RELATIVO) no es, ni puede ser alcanzado, ni menos asimilado desde lo RELATIVO y la ética como norma o como concreción práctica de la ACCIÓN inexcusablemente RELATIVA ¿Como se puede afirmar que, sin aceptación de LO ABSOLUTO, concepto al que designamos DIOS, no puede existir verdadera ética y, en consecuencia, verdadera moral práctica que nunca podrá tener otra dimensión que la RELATIVIDAD,  por no ser propia del ABSOLUTO y sí de quienes, siendo relativos son sujetos capaces de optar y actuar libre y responsablemente en grado relativo?
     
    La ÉTICA HUMANA ( MODO ADECUADO DE EXISTIR Y ACTUAR, COMO SERES ESPECÍFICAMENTE HUMANOS)  no es INSTINTIVA, ni debe ser MOLDEADA por ningún agente externo al MISMO SUJETO.
    Otra cosa serán las consecuencias que de ello necesariamente se derivan por la misma condición de RELATIVIDAD,  igual y universalmente COMPARTIDA, como el respeto a las OTRAS PERSONAS,  en tanto SUJETOS, y a las RELACIONES DE COMPLEMENTARIEDAD con ellas.
    Parece mentira que, desde el Magisterio Eclesial, se recurra a satanizar el RELATIVISMO HUMANO, cuando , si algo proclama el testimonio y el mensaje de Jesús es la  RELACIÓN CONCRETADA EN Y POR EL AMOR HUMANO, acto el más RELATIVO ESENCIALMENTE por libre y responsable, porque sin esta condición, NO PUEDE SER AMOR.
    ¿Por qué el empeño y la contumacia de enmendarle la página a Jesús que  simplifica y sublima para la HUMANIDAD  la ética de HERMANDAD, elevándola a la categoría de AMISTAD?
    Tal vez por aquí iba el RELATIVISMO de Agustín: ” ¡AMA, y … HAZ LO QUE QUIERAS!” Tan alejado de los Códigos Civiles o Eclesiásticos, con los que se pretende falsamente mantener las relaciones humanas bajo el absolutismo de los PODERES que, para mayor aberración, los consideran y hacen considerar como REPRESENTATIVOS del PUEBLO o DEL MISMO DIOS OMNIPOTENTE.

  • mª pilar garcía

    ¡¡¡Extraordinario!!!
    ¡¡¡Gracias Atrio por este regalo!!!
    mª pilar

  • oscar varela

    Fotocopio!

    ¡Vamos todavía! – Oscar

  • Rodrigo Olvera

    Una verdadera perla. Gracias, equipo Atrio.