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RELEYENDO A JUAN LUIS HERRERO DEL POZO 3

FE Y SECULARIDAD
         Fe es confianza
Se puede confiar en que alguien no se va a morir tan pronto e, igualmente, en que seguirá viviendo después de muerto o en que no. La confianza es depositable en todo aquello que ofrece alguna probabilidad y el mayor o menor grado de probabilidad es lo que confiere mayor o menor seguridad de que las cosas van a reaccionar como se prevé.

          Los motivos para despertar la fe y la confianza son múltiples, desde la resistencia de los materiales hasta la expansión de los gases, desde la regularidad de comportamientos humanos hasta los cambios más imprevisibles. Para pasar de la hipotética probabilidad a la certeza se recurre a la ciencia y este paso ya implica fe en la razón que, al descubrir la regularidad de comportamientos, establece leyes físicas o síquicas.

         Para entender la fe en la secularidad o en el secularismo ya se precisa indagar con más sutileza. Aquí se entra a jugar con el tiempo: realidad escurridiza si las hay. Siglo es la duración de cien años y un año es la duración del giro de la tierra alrededor del sol. Así, pues, secularidad es vivir según lo que sucede o puede suceder durante un siglo y secularismo es la convicción de que todo lo que puede suceder sucede en el siglo y fuera de él no hay nada. El secularismo se opone, generalmente, a las religiones y a sus creencias que apelan a realidades trascendentes al tiempo. Con lo cual ya hemos entrado en la fe que da o resta consistencia a las diversas creencias en las que se vive.

         La fe nace, primero, en la sensibilidad. El niño cree en la madre porque le satisface sus necesidades. A medida que se desarrolla cree que puede dominar el pequeño mundo que le rodea hasta chocar con su invencible resistencia y verse en la necesidad de replantearse lo que creía.  Estos procesos de ilusión y desilusión van forjando las costumbres con las que, mejor o peor, logramos sobrevivir.

         La espiritualidad trascendente

         Es posible creer en otra vida o en la misma vida pero obviando el tiempo; no es posible entenderlo pero es posible creerlo. El hecho de que no pueda ser entendido hace que los racionalistas descalifiquen y ataquen las creencias que trascienden la razón. Esta oposición de racionalismo y fideísmo convive en todas las culturas humanas; Junto a las muchas mitologías, origen de todas las religiones preceptivas, sobrenada la sabiduría de maestros de espiritualidad que buscan la verdad limpia de errores y todos ellos encuentran seguidores a lo largo de los siglos.

         El desarrollo humano empieza en la sensibilidad, pasa a la racionalidad y se abre a la espiritualidad. El proceso es muy complejo y reclama fina observación para hacerse una idea coherente del mismo, debido al distinto grado de madurez evolutiva en los individuos y en los grupos sociales. La sensación se resiste al imperio del concepto y el concepto se resiste a la dialéctica del ser, terminando en una algarabía de opiniones que aun no se ha encontrado la forma de compatibilizarlas.

         Juan Luis, en sus artículos y en su libro «Religión sin Magia» hace un análisis  impecable de las pretensiones del poder religioso en contra de la secularidad. Con ello depura muchos rasgos de la fe popular que, evidentemente, tendrán que ir abandonándose y ateniéndose con mayor decisión vital  a las pautas evangélicas.

* * *

 SECULARIDAD VERSUS CREDULIDAD 2

 (Segunda parte del capítulo VI de Religión sin Magia)

  • VI. 5. Hablar de Dios de modo antropomórfico.

Al hablar del desencuentro entre iglesia y mundo de hoy, más allá de problemas menores, he mencionado dos racionalidades distintas y he situado su punto de ruptura y discrepancia en el elemento radical que sustenta y de donde arranca todo el imaginario religioso. Este punto radical de partida de una concepción religiosa determinada es el modo cómo entendemos la relación entre la persona y la divinidad. ¿Cómo solemos entender esa relación concreta? En términos de elección: atribuímos a Dios una decisión sobre una persona que es independiente y anterior a la libre determinación de ésta. Éste es el punto clave de arranque en la relación Dios-criatura, al menos en las llamadas religiones del Libro. Cuando un judío, un cristiano o un musulmán asegura que Dios le ha hablado está diciendo que Dios ha tomado la iniciativa de dirigirse a él concretamente y no a otro. Es decir, Dios lo ha elegido. Intentemos desentrañar lo que implica el concepto religioso de elección.

La elección divina es ya un modo muy peculiar de entender la relación Dios-criatura. En primer lugar Dios detenta la iniciativa. Nada sospechoso aún si con ello afirmamos la primacía del Trascendente: en la relación Dios-persona, Dios es fuente de ser y don acordado mientras que la persona es receptora de ser, beneficiaria del don de Dios. Hasta este instante estamos situados a nivel del ser aunque en una dualidad básica, Ser y ser, Ser absoluto y ser contingente o relativo. Lo único que hemos afirmado es una primacía que se suele llamar ontológica porque afecta al ser en sí y no a su modo de ser. Sin embargo, al hablar de elección divina hemos introducido inconscientemente en la consideración de ese ser, el de Dios y el de la criatura, el factor tiempo: Dios ha elegido a una persona antes de que ésta abriese la boca. Y aquí es donde se nos ha ‘colado’ un factor insospechado, el tiempo: afirmar que una realidad es no implica afirmar que es antes de o después de otra. Esto lo entiende, en principio, cualquiera con un mínimo esfuerzo de abstracción. Pero este esfuerzo consiste despegar del suelo para recaer inmediatamente en él por la ley de la gravedad. Y, en filosofía, el factor tiempo es como la ley de la gravedad que nos impidiese considerar el ser sin inmediatamente introducirlo en el tiempo. Ésta es la condición de nuestro conocimiento.

Todo nuestro conocimiento arranca de la experiencia de los sentidos y las realidades que los sentidos alcanzan se hallan todas inmersas en los parámetros del tiempo y del espacio: toco un libro que está encima de la mesa, veo un corredor que llega antes o después. De tal guisa que esta ley de la gravedad filosófica, el factor tiempo, impregna todo nuestro conocimiento, incluida cualquier percepción que tengamos de Dios y la distorsiona apenas nos descuidamos. Por ejemplo, la afirmación de que Dios conoce desde toda la eternidad lo que una persona va a hacer es válida, pero se presta a deslizarse por un barrizal en plena niebla. Porque de ordinario ¿cómo va a entender cualquier persona tal afirmación? Dentro de la categoría tiempo: Dios conoce tal acto histórico antes de que éste se produzca.

Y exactamente éste es el equívoco que afecta al concepto de elección que estamos manejando como modo de concreción primordial de la relación Dios-persona. El factor tiempo condiciona el conocimiento humano y es lógico que los textos sagrados hablen de esa relación dentro de este parámetro. El concepto de elección como el de providencia ha sido entendidos por los cristianos y por la misma teología de modo antropomórfico. Pero sin el correctivo de la reflexión, la teología entera y la religión se resienten y se adulteran. Carece, pues, estrictamente de sentido válido decir que ‘Dios conoce antes de…’ o elige a alguien para una vocación determinada antes de…Semejante pre-determinación o pre-destinación divina además de anular la libertad implica una selección arbitraria y caprichosa de unas personas o pueblos sobre otros.

Introducir, pues, las coordenadas de espacio y tiempo a la hora de entender y formular nuestra relación con Dios es un modo antropomórfico de hablar que no tiene mayor importancia negativa si somos conscientes de ello. Esta reflexión nos ayuda a entender por qué los teólogos serios hablan de teología negativa: más que decir lo que es Dios insistamos en lo que no es y cómo no es.

Dios no está en el tiempo, ni siquiera en relación a sus criaturas. Dios conoce mi decisión mas no antes de que sea tomada sino dentro de la entraña de mi devenir temporal. Dios conoce mi acto libre porque lo está creando y habitando como tal acto libre. Dios es y actúa, pero no como nosotros somos y actuamos. En nuestro acto libre hay, pues, dos actores, Dios y nuestra voluntad ¿Cómo se preservan en él los dos factores intervinientes sin anularse el uno al otro, la fuerza de Dios que fundamenta el ser y la libertad humana responsable de su decisión? En un lenguaje humano tan precario como el nuestro debemos proceder dialécticamente, afirmando a la vez los dos extremos, acción de Dios y acción humana, sin prioridad temporal de uno sobre el otro, de tal modo a no definir el contenido del uno sin incluir el del otro. Es decir, la acción de Dios que me empuja a hacer el bien no está pre-definida en el sentido de ésta o aquella dirección o bondad, sino que sólo existe en cuanto es acogida por mi libre decisión. Tal vez esta reflexión metafísica pueda ilustrarse ejemplificada concretamente, aunque artificialmente, con el caso de una ‘vocación´ a la vida religiosa. En definitiva se trata de la convergencia de una elección de Dios y de la persona. Expongamos el caso desde los dos paradigmas mentales a los que aludimos con frecuencia, el tradicional y el nuevo.

  • VI. 6. Dios actúa ‘como si no existiese’[10]

El título mismo sugiere la dialéctica metafísica que nos ocupa.

A Paradigma tradicional

Marco, muchacho sensato y maduro, ha terminado medicina y un buen día dice a su confesor que siente la llamada de Dios a ir a misiones. Ambos analizan la situación, el contexto humano, los pros y los contras. Marco se resiste un momento a abandonar su carrera y profesión en el mundo en el que ha vivido siempre. Pese a ello, o tal vez por ello, cree que la llamada de Dios es auténtica y se decide a seguirla. Toda su vida ha estado convencido de que esta vocación le llegó de lo alto, según ha comentado a veces, precisamente porque hubo de abrirse paso contra corriente. La llamada de Dios pudo más que su inercia humana y ese pensamiento le reconforta.

Sin embargo, apenas ordenado presbítero, su salud se resquebraja. Una cierta tristeza y atonía le invaden. Se recupera y vuelve a recaer. La medicina diagnostica una depresión, en apariencia sin causa exógena, dado que su trabajo le gratifica. Conforme han ido pasando los años, la depresión se ha instalado en permanencia y Marco sobrevive angustiado, siempre ayudado por medicación casi desesperando de poder salir del negro agujero. No tiene más remedio que someterse a psicoanálisis. La experiencia no puede ser más dura, con altibajos, resistencias, opacidades, destellos de luz… Ir hurgando en su pasado le descubre perspectivas de su vida de las que ni confesor, ni psicólogos, ni médicos, ni, por supuesto, él mismo habían sospechado. Por abreviar, llega un momento en que descubre algo con meridiana nitidez: su vocación le había sido transferida desde la psicología materna; lo que explica la protesta y rebelión del subconsciente hasta el punto de hacerle enfermar. Y así, el día que cayó en la cuenta de su errónea decisión, sintió como una liberación desde la raíz íntima de su ser. Curiosamente, también esta vez creyó ser voluntad de Dios que se secularizara. ¿Cuándo existió verdadera llamada de Dios, la primera vez, la segunda, ambas veces, ninguna? Marco es incapaz de decirlo.

B. Nuevo paradigma.

La lectura es totalmente diferente: no se da ninguna vocación, ninguna llamada de Dios pre-existente al proceso estrictamente humano de la decisión de Marco. Cuando una lectura hizo surgir en él la idea de ir a misiones, Marco no pensó en una gracia divina previa y unidireccional hacia esa vocación. Sopesó en el silencio de la oración los pros y los contras y decidió marchar a misiones. La decisión fue honesta y moralmente irreprochable. Nada hacía presagiar que se revelaría errónea. Marco conocía aquello de Ignacio de Loyola: “confía en Dios como si todo dependiese de él y actúa como si todo dependiese de ti mismo“, es decir “como si Dios no existiese“. Marco no esperaba ninguna voz divina, ni siquiera una inclinación interior poderosa. Confiaba en Dios pero ponía los medios para actuar honestamente. Nunca, sin embargo, imaginó que Dios le preservaba del error: el “como si todo dependiese de ti mismo” de Ignacio encierra una profunda espiritualidad cargada del mejor sentido común. Hizo bien Marco, antes de cada una de sus dos importantes decisiones, en orar, vivir evangélicamente, pero sobre todo en consultar, analizar sus motivaciones, su contexto vital y posibilidades, sopesar los pros y los contras y… decidir en soledad, como siempre ocurre y es inevitable. Dios, máximo presente en su interior, estaba ausente en la valoración definitiva de los parámetros de su decisión. Entiéndase bien -estamos en el clímax de la dialéctica-: Dios estaba presente-ausente. Como presente estaba confiriendo el ser a aquel acto libre en su decisiva y generosa determinación, mas no en el sentido de existir, pre-definido en Dios, el objetivo o la diana de una decisión unidireccional, con lo cual habría suprimido su libertad. Marco obró honestamente en todo su trabajo previo de discernimiento, aunque se equivocó objetivamente (si el diagnóstico de secularización fue certero). Este planteamiento que no cuesta ver en qué paradigma de pensamiento se inscribe, facilitó a Marco vivir sin soberbia religiosa su ‘vocación’ y con serenidad el proceso de doloroso discernimiento que le llevó a abandonarla. Y a nosotros nos permite tomar con la máxima precaución el concepto religioso de “elección”.

Creo que este ejemplo ficticio –exponente de la autonomía de lo humano ante la acción de Dios–, si lo entendemos correctamente, puede ayudar a vislumbrar dónde se sitúa el planteamiento metafísico que estudiamos, no para resolver el enigma que es verdadero misterio –en la medida en que está interesado el ser misterioso de Dios–, sino para evitar un planteamiento falso, que es el que subyacía, por ejemplo, en la antes mencionada controversia de auxiliis. Resumiendo: no existe para el creyente un ápice de ser que no sea ser-desde Dios pero, al mismo tiempo, no existe ninguna acción de Dios pre-definida en sí misma, que no sea toda ella solamente definible como ser-en la realidad intramundana. Es decir, ambos factores, Dios y el ser, no son definibles aisladamente. De lo cual se podrá deducir que nunca pueden entenderse como con-causas, causas concurrentes o competitivas. Y, por eso mismo, no tiene sentido pensar que la oración humana de súplica puede modificar la acción de Dios, ni que la gratuidad del don de Dios está preestablecida con anterioridad a la acogida del gratificado ni, por consiguiente, que un don de Dios privilegia a unos sobre otros (¡la elección, de nuevo!).

Soy consciente de la dificultad del tema, pero cualquier lector habrá cuando menos atisbado su alcance, su sustancial repercusión en el ámbito religioso. Al menos en un planteamiento sistemático –que, sin duda, no es imprescindible para la vida– es algo decisivo en cuanto que su ausencia avala y refuerza el pensamiento mágico de la religión mientras que su clarificación desbarata la magia y sanea lo religioso.

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NOTAS


[10] El ‘etsi Deus non daretur(aunque Dios no existiese) de Bonhoeffer lo utilizo casi siempre con el matiz de ‘ut si Deus non daretur’ (como si Dios no existiese)

53 comentarios

  • M. Luisa

    Sigo, ahí, Oscar porque no me has convencido y porque todavía tengo cosas que decir.
     
    Suena muy bien la manera de plantear la cuestión y en principio la acepto. Es más, me parece extraño  que no veas coincidencia conmigo en esas expresiones tuyas: NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA “REALIDAD” fuera de MI VIDA, LA TUYA, LA DE ÉL, LA NUESTRA, pues nunca  me he dirigido  a ninguna extraña realidad fuera de la que nos encontramos. Sin embargo,  no estaría demás añadir que, esta visión  tuya   se adquiere no de partida sino de llegada. El libro de Juan Luis cuyo contenido estamos reflexionando  es buena prueba de ello.
     
    Lo que  en esencia se extrae  del libro es que, en definitiva,  Juan Luis se percibe como autor de su propia vida. Ha dejado atrás la de ser  agente y actor. Son tres dimensiones de la vida de todo ser humano y es en esta última  cuando halla  su  realización plena. Es cuando  el ser humano se  percibe  implicado pero no en las cosas sino en lo real de ellas.  Por eso la vida es compleja, porque las cosas en ella son reales.
     
    Las cosas pueden sernos  útiles para nuestra vida, en este sentido son manejables y la experiencia nos dice  que también nos las pueden  manejar, en cambio  lo real de ellas  siempre aparece intocable  siendo esta  la razón por la cual  se alejan del  medio y  constituyen un mundo de cosas reales  en donde  la persona se encuentra.
     
    Por otro lado, he de decirte  que entre las muchas cosas en las que estoy de acuerdo contigo,  coincido con una  de  tu último comentario,  es  en el punto   2)  en donde dices que “Toda esa Ciencia Física (neutoniana, relativa, cuántica … y las -quizás- que vendrán) como “todo lo que el ser humano hace y le pasa” son erupciones volcánicas del fuego creador, devorador e incontenible que lleva dentro”. Ahí sí digo yo también que la física  no tiene  sino más que un sentido humano. Para Dios, no sólo no hay física, sino  si me apuras ni tan sólo  naturaleza. Pero precisamente por ser la física …un hacer humano  hay que estar atentos  a estos cuadrantes orientativos.
     
    También te doy las gracias a ti, por atenderme.

  • Asun

    Me gusta la visión estimulante y de sentido de Oscar que se encuadra en la vida de cada cual.
    Yo y las Cosas encuentran ambas su REALIDAD radical en el “concreto” vivir.
    NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA “REALIDAD” fuera de MI VIDA, LA TUYA, LA DE ÉL, LA NUESTRA.
    Ni YO ni las COSAS tienen alguna Realidad concreta sino la abs-traida de “estar viviendo-las”.

    Ahora bien, el nuevo modo de conocer lo real, a lo que apunta aquí M. Luisa, y que aún no se hace “tangible”  a la consciencia en nuestro vivir, y por tanto deja fuera, lo excluye singularmente la mente, en su sentirse bloqueada,  por la indeterminación que la atribuye, al no poder delimitarla y asirla en su forma unidimensional excluyente y representativa de  conocer.
     
    No deja espacio de luz fuera,  ni contenido sin contemplar observando en interconexión para que Un leve cambio en la veleta del viento y se orientará hacia otros cuadrantes”.  Se trataría, en cambio, de más expansión multidimensional en las interrelaciones continuas y constantes presentes y ausentes a la consciencia. Pero sobre todo en lo espiritual su indeterminación abierta se vería  reflejada en el ser que se sustenta y hace tandem con el conocer no-dual hasta confundirse  con él.
     
     En el vivir concreto de cada día,  creo que las nuevas generaciones van a saber integrar  bien lo que vislumbran  desde los hombros de sus ancestros, en su conocer y ser, es decir, no rechazando de plano nada de lo que les hace ser y ha llevado hasta ahí, pero   trascendiendo en interrelaciones de profundidad y de amplitud  su cosmovisión anterior.
     
    Gracias por la paciencia y buenas noches  a todos.

  • mªpilar garcía

    ¡Gracias Oscar!
     
    Siempre es estimulante leerte, porque “despiertas” la verdadera realidad  que significa:
     
    “Vivir e intentar hacerlo lo mejor posible”
     
    ¡Gracias! Un abracito entrañable.
    mª pilar

  • oscar varela

    Hola M. Luisa!

    Gracias por seguir atenta.

    1- “complicar“:

    A veces escuchamos decir: -“No me compliques la vida con tus cosas“.
    ¿Está bien eso?
    Muchas veces sí (cuando “tus” cosas no me interesan, e.d. cuando no son “mis” cosas);
    pero siempre es un error.
    Porque VIVIR es estar Yo implicado con las cosas, circunstancia o mundo.

    Vivir es:
    – lo que hago y me pasa a mí
    – lo que a las cosas les pasa y hacen con-migo.

    Yo y las Cosas encuentran ambas su REALIDAD radical en el “concreto” vivir.
    NO HAY ABSOLUTAMENTE NINGUNA “REALIDAD” fuera de MI VIDA, LA TUYA, LA DE ÉL, LA NUESTRA.

    Ni YO ni las COSAS tienen alguna Realidad concreta sino la abs-traida de “estar viviendo-las”.

    Nada ES (vaya para Asun) sino lo que nos haya pasado;
    pero no “lo que nos vaya a pasar”.
    Eso NO ES, sino “lo que hay que hacer” y a su gerundio lo llevamos en el portafolio, en la billetera o en la cabezota: LA AGENDA.

    2- Toda esa Ciencia Física (neutoniana, relativa, cuántica … y las -quizás- que vendrán)
    como “todo lo que el ser humano hace y le pasa” son erupciones volcánicas del fuego creador, devorador e incontenible que lleva dentro.

    Un leve cambio en la veleta del viento y se orientará hacia otros cuadrantes.

    Las Generaciones y Épocas son esos cambios;
    y las verdades de hoy serán imborrablemente eternas
    pero a ella le sucederán otras con la misma pretención y eficacia:
    PORQUE DE “OTRAS” VIDAS HUMANAS SE TRATA.
    …………..
    Gracias por estar ahí, que ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • M. Luisa

    Claro,  si uno se  sale por la tangente  pierde el hilo  de cohesión  sobre  lo que se habla. En mis comentarios no he hecho otra cosa que intentar  hacer ver la importancia que la física tiene en filosofía y del salto que hay  que hacer  de la mecánica a la cuántica
     
    Independientemente de lo que queráis  o no decir o si preferís pronunciaros a modo de consigna, da igual, yo por lo pronto   voy a   decir algo más respecto a lo por mí  comentado.
     
    Antes quisiera detenerme  en el tándem   entre Oscar y Sarri, que  al parecer y aunque  Oscar le  hace alguna precisión  coinciden en efecto en  el  método fenomenológico. Ahora bien yo pienso que no se trata ni de alterar lo observado  ni  tampoco que sea el observador quien complique lo observado más bien  creo que se trata de intelección, es decir  de un “quedar”  lo observado en la inteligencia. Cuando he usado este concepto “intelección” a pesar de que se entendía como  una obsesión  de la inteligencia por conocer, siempre advertía que intelección no es conocimiento sino  tan sólo un modo de conocer.
     
    ¿Puedes explicarte un poco  m. luisa? Claro, faltaría más…
     
    En la física de Einstein, la matemática es todavía la estructura formal de la Naturaleza. La matemática y la materia se han fundido en un mundo, pero los humanos quedamos fuera de él.
     
    El paso decisivo lo dio la física cuántica , que aunque en ella la naturaleza es mensurabilidad real, aquí real no significa simplemente cósmico como en Einstein, sino observable efectivamente. De igual modo la medida no significa solamente existencia  de una relación, sino  yo puedo hacer una medición
     
    Sin duda que para Heisenberg, observable significa concretamente “visible” pues los lugares y las velocidades  no pueden ser efectivamente medidos  sin ser vistos. Con lo cual ahí la visibilidad  no se refiere a las condiciones  subjetivas  sino a la presencia  de las cosas en la luz.
     
    Sin embargo ahora al hablar de la luz se hace en dos sentidos  radicalmente diferentes. Uno como algo que actúa sobre las cosas, y en este sentido es una parte de lo que la naturaleza es. Pero si esta acción ha de dar lugar a un principio de indeterminación, entonces la luz ha de considerarse desde un segundo punto de vista. Es decir, no como algo que actúa sobre las cosas, sino como algo que las hace visibles, las hace patentes. Son dos sentidos totalmente distintos. En el primero, la luz es una parte de la naturaleza, un fenómeno electricomagnético que acontece en la naturaleza. En el segundo la luz la envuelve totalmente y es lo que constituye  el sentido mismo de lo que ha de entenderse por naturaleza. Ahí la luz es simplemente claridad. No es tanto un fenómeno, sino lo que constituye la fenomenalidad en cuanto tal.
    De la coincidencia  de ambos puntos de vista nace el principio de indeterminación  y esta coincidencia es puramente humana. La indeterminación surge  porque la luz posee ambas funciones. Es una parte de la naturaleza y su envolvente.
     
    De ahí que, mientras para la física clásica la luz enuncia  la articulación de un fenómeno con la estructura espacio- tiempo, para la nueva física la ley enuncia  la articulación de un fenómeno en el campo de claridad en que es visible  y gracias al cual es observable. Pero esta nueva perspectiva envuelve la primera y por esta implicación se produce inexorablemente la indeterminación de Heisemberg.

  • Gabriel Sánchez

    Que si de salir se trata Sorri, yo prefiero de farra …Gabriel

  • Sarrionandia

    Nos salimos por peteneras? Adjunto el significado del “palabro”

    f. Cante flamenco popular, semejante a la malagueña, formado por coplas de cuatro versos octosílabos. 

    salir o salirse por peteneras loc. col. Decir algo que no tiene nada que ver con lo anterior: cada vez que le piden dinero sale por peteneras.

  • M. Luisa

    Me pregunto,  cómo  es posible  todavía la vigencia  de aquella sencilla  frase la cual  expresa que la profundidad del bosque  queda intacta  ante nuestros ojos  al haberlos   dejado  éstos posar en la individualidad de los  árboles.
     
    Lo que siento de veras, pero no me extraña, es que  en todo ello no se apreciara lo que yo,  recurriendo  de pasada   a  la ciencia,  quería  detenerme y prestar atención no tanto como si de un examen estuviese yo sujeta,   sino  en cuanto hacer notar  lo que para la filosofía supuso  el indeterminismo. A decir verdad,    parte de la importancia  que supuso  el principio de indeterminación, se la llevo luego el hecho de que algunos físicos se resistían.  Ya lo dije en un anterior comentario,  la indeterminación para ellos era cosa de nuestra limitación cognitiva y no de una fundamentación real.
     
    Mientras no  extraigamos  la importancia que supuso la nueva física  para la filosofía y de ésta a la teología no acabaremos de entender el problema que subyace en el libro “religión sin magia”
     
    Muy buenos días

  • M. Luisa

    Esto mismo digo yo, Pepe, lo he pasado tan mal  hoy al querer responder  esta mañana  y juntárseme al mismo tiempo  trabajos de encargos  pendientes,  que me era difícil  resumir  todo  cuanto  hubiera querido  en un simple  comentario.
     
    En fin… da igual…estoy muy cansada,,,buenas noches

  • pepe blanco

    Es que, Mª, Luisa, después de leer, primero el comentario de Gabriel Sánchez, y después el tuyo me he quedado completamente bloqueado. No sabría por dónde empezar a contaros cosas. Además, pienso que necesitaría no uno sino unos cuantos comentarios largos, para acercaros un poco al mundo de la Física. Y el caso es que ni tengo tiempo para escribirlos, en este momento, ni, en este lugar,  se ajustarían al debate sobre el texto de Juan Luis, al menos directamente. En otro momento…

    Un saludo cordial, de verdad.

  • M. Luisa

    …Y te quedas tan ancho…

  • pepe blanco

    ¡Pobre Newton, pobre Maxwell, pobre Einstein, pobre Heisenberg, pobre Planck!  Se tienen que estar revolviendo en sus tumbas…

    Con cariño.

  • MARIANA NUÑEZ

    María Pilar García: estamos en común-unión.
    Abrazo
    Mariana

  • M. Luisa

    Hola Pepe, ¿qué tal? A mí,  más que  señalar exhaustivamente   fechas y periodos en que situar  a los distintos autores que nos abrieron a la nueva ciencia,  me interesaba para los efectos que me proponía,  señalar lo que supuso para la filosofía  el  paso del cambio de una mentalidad conjuntual   a otra mentalidad campal  y,  también, cómo no,  la de un cambio de    mentalidad  sobre la  causalidad unidireccional  entre sustancias,  por  la funcionalidad  entre sistemas más o menos  coherentes y estables, siendo    uno de ellos, justamente, el de  la realidad  de los seres humanos.
     
    El ser humano, por su inteligencia tiene la capacidad  de  hacerse cuestión  de todo el universo pero  ese pensar en general  es a su vez  algo que se realiza  en el universo y en respectividad con todo él. Por lo tanto, si se recuerda lo ya mencionado por mí   en otros comentarios la consecuencia de todo ello viene dado por el principio de indeterminación, que para que luego  no sea dicho,  tal principio, añado, ahora, es  de Heisenberg. Yo soy un elemento del universo y en mi propio pensar estoy  ya en él  interactuando. De ahí  como decía  Ortega cada ser humano  es un punto de vista esencial sobre el universo, aquí el observador forma parte del experimento y por tanto lo modifica queriéndolo o sin querer.
     
    Me metí en estos vericuetos  para dar a entender de algún modo, ya que lo mencioné, lo que significa  el concepto de respectividad  como  categoría     de aplicación muy válida   para  una filosofía actualizada. Si la respectividad  en la nueva física no concerniera al carácter de realidad de las cosas reales lo que tendríamos  es, o bien el mero “medio” de los seres vivos o bien  el mero“entorno cósmico” como campo de acción y reacción. Pero ni medio ni entorno forman el “mundo” en el que nos encontramos los humanos.
     
    Por lo tanto sin ánimo de afinar  lo que me proponía no era sino  hacer notar lo que vino a representar   el cambio de la física clásica a la física moderna. En la primera, para decirlo escuetamente la experiencia se subordinó a la teoría mientras que  la física  moderna   ha obligado a cambiar este orden, es decir, en la física  cuántica, ahora,  es la teoría la que se subordina a la experiencia.
     
    Finalmente,  Pepe, ya puedes ver   que no confundí campo por estructura, aunque  es verdad que recurro a ella con frecuencia  en mis planteamientos.

  • Gabriel Sánchez

    En primer lugar perdona Pepe, fue una humorada, para que repensaras tu comentario, pero nada más… a ver…la teoría clásica de los campos, habla a nivel macro…la explicación valedera de campo que Einstein complementado con la Teoría cuántica de los campos, explica…nos revela la causalidad de los campos, su comportamiento e interacciones…a través de las partículas atómicas y subatomicas en un modelo que aplica la mecánica  cuántica a los campos, es interesante ver como  se habla hoy de campos, en donde las partículas, que son energías, con diferentes condiciones cambia a diferentes estados (auto-estados de vector), esa diversidad, explicaría el comportamiento dual de las partículas en determinadas condiciones…Pero la discusión aquí es que estos diferentes estados, inclusive, el espacio que se ha descubierto que es materia oscura, cuyo naturaleza aún nos es desconocida…Esto podría  graficar como en un mismo  universo, puede tener tiempos diferentes…Más los campos que las estructuras…hasta un energía, subyacente y universal que rodea todas las cosas…cuyas propiedades no conocemos, cuya naturaleza se nos escapa…y que nos muestra como en un mundo conviven un todo integrado, en el que Dios actúa…obra y esta presente…sin ninguna magia…Es decir, se intenta usar una imagen…para dejar claro lo que se quiere decir…Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    En perdón lugar perdona Pepe, fue una humorada, para que repensaras tu comentario, pero nada más… a ver…la teoría clásica de los campos, habla a nivel macro…la explicación valedera de campo que Einstein complementado con la Teoría cuántica de los campos, explica…no revela la casualidad de los campos…a través de las partículas atómicas y subatomicas en un modelo que aplica la física cuántica a los campos, es interesante ver como en se habla hoy de campos, en donde las partículas, que son energías, con diferentes condiciones cambia a diferentes estados (auto-estados de vector), esa diversidad, explicaría el comportamiento dual de las partículas en determinadas condiciones…Pero la discusión aquí es que estos diferentes estados, inclusivo, el espacio que se ha descubierto que es materia oscura, cuyo naturaleza aún nos es desconocida…Esto se pone para graficar como en un mismo  universo, puede tener tiempos diferentes…Gabriel

  • oscar varela

    Hola Sarrionandia!
     
    Gracias por atenderme.
     
    1º) Mi comentario no es “analítico”;
    tampoco su correlativo “sintético”; ni tampoco “experimental”;
    sino “fenomenológico”.
     
    Vos mismo te en-caminás por ese Método cuando decís que “la observación altera lo observado”.
     
    A lo cual habría que precisar mejor diciendo:
     
    a) No “la observación” sino  “el observador
    b) No que “altera” lo observado, sino que lo “complica” (lo hace cómplice).
     
    Resultando, según mi entender: “el observador complica lo observado”.
     
    NOTA: en Biológía animal (también y en otro nivel la del ser humano; que es Biografía) estos mundos observados se los llama “mundos perceptibles”; y dicen algo así:
     
    – “La araña no se diferencia ante todo del ser humano porque reacciona de manera distinta ante las cosas, sino porque ve otro mundo distinto que el ser humano; y es ella tan perfecta o imperfecta dentro de su muindo, con sus hábitos crueles de cazadora, como el pobrecito de Asís en el suyo besando las llagas de los apestados”.
    ················
    2º) Mi comentario no margina en “abstracción”;
    porque, precisamente, son ellos: “el observador” y “lo observado” abs-tracciones del concreto acto de observar,
    cuyo método inteligente de comprensión es un enamorado rodeo (flirteo) del “fenómeno”; es decir, des-scribirlo en su “ir apareciendo” (aparecer = griego: fainoo).
    ·················
    3º)  Mi comentario no secuestra la realidad;
    sino todo lo contrario; porque –desde mi punto de vista- el “ser de las cosas” no lo tienen ellas en sí ni por sí, sino que surge en el concreto con-vivirlas: ellas conmigo y yo con ellas.
     
    NOTA: el “ser de las cosas” en su aspecto “intelectual o científico” surge no cuando las vivencio, sino cuando “me fallan”. La luz vivencial es “lo que me ilumina”. Cuando la necesito y no la tengo, entonces me pregunto por el ser de ella: ¿qué es la luz?
    ·················
    4º) Mi comentario ha sido extenso, pero no poético (en el sentido de “no rigoroso ni preciso” que –con razón- hoy damos al vocablo “poético”.
    porque “lo observado” del que acá tratamos es “la Vida humana” o sus cosas: que-haceres y padeceres.
    Y el tratamiento de Asuntos distintos obliga a instrumental y “modos de decir” adecuados.
    Pues bien, el de La Vida Humana es casi el de las viejas chismosas: Contar: “Dar cuenta y razón” según la consagrada definición de J. Marías. Esta Ciencia (aun no constituida ni enseñada) no se ocupa de la cantidad de pulsaciones ni de porqué a cierta gente se les cae el cabello.
    ·················
    NOTA promisoria:
    Si no te molestara (ya que sos el Autor introductorio de este Post) trataría de mostrar (sólo mostrar; no demostrar) cómo la tendencia de una “espiritualidad” basada en lo NO-DUAL (de lo UNO y LO MÚLTIPLE; guerra a muerte a lo “EGÓICO”) no es la única ni –a mi parecer- la mejor SALIDA y SALVACIÓN para la felicidad.
     
    Estimo que se adapta mejor a la comprensión del fenómeno de la vida humana otro juego interpretativo: los de PROFUNDIDAD Y SUPERFICIE.
     
    ¿Podrá ser?
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.
     

  • pepe blanco

    ¡Jesús! Había leído cosas extravagantes en Atrio. Sin ir más lejos, en este mismo debate, alguna que otra. Pero la desconcertante pregunta ¿Newtoncentrismo- o Eurocentrismo? es una seria candidata a llevarse la palma…

  • Gabriel Sánchez

    ¿Newtoncentrismo- o Eurocentrismo? …vaya uno saber, las cosas que hay sobre esos campos de Dios.- Gabriel

  • mªpilar garcía

    Mariana nos dice: ¿cuál es tu dios?

    No sé si es “Dios” su nombre; en el mundo se nombra de distintas maneras, a esa como “fuerza superior” que siente el ser humano en su interior, ante todo aquello que le deslumbra por su fuerza y hermosura.

    El proyecto que Jesús nos ofreció, para mí es tan atrayente, que no necesito de ningún dios para que venga a solucionar ninguna de esas preguntas con “pega”.

    Todas las personas con una sensibilidad normal, y una humanidad con sed de justicia, sabemos que no existe ningún dios que arregle los tremendos desaguisados, injusticias, esclavitudes, que el mismo ser humano ha creado.

    Si cada cual, no se preocupara solo de engordar sus “barrigas” (siempre insaciables) a cualquier precio.

    No habría hambrientos extremos en ningún lugar del mundo; con seguridad, habría personas más capaces de hacer más provechoso su caminar, y otras,  en espera de que “alguien” soluciones sus necesidades.

    Ese proyecto de una manera de vivir, totalmente novedosa; me impulsa a intentar cada día llevarlo a cabo; me interpela, a que me importe el dolor de las personas castigadas sin descanso, por los poderes de parte de esta humanidad, que ¡nada! sino solo ellas, les importa; sin preocuparles lo más mínimo, el precio que cuesta a las personas que acogotan con su mal hacer.

    Lo que no hagamos cada cual, por estricta justicia, trabajando sin descanso en la medida de nuestras fuerzas (en todas las áreas…)  para hacer de este mundo un lugar, que pueden (sin dudarlo) tener todas las personas que habitamos este hermoso mundo.

    Solo e nuestras manos, están los remedios que se necesitan para llevarlo a cabo.
    Aa mí personalmente: me ayuda contemplar a Jesús, en su decir, vivir y morir.

    mª pilar

  • Sarrionandia

    Oscar:
    Tan extensa observación, más poética que analítica, merece una amable réplica.
    Veo que confirmas el dicho de que «la observación altera lo observado» pero marjinas el que tal alteración más que interpretación es abstracción, que secuestra la sensación y con ello pretende entender la realidad. olvidando que la realidad consiste en ser, no entendible sino vivenciable.

  • pepe blanco

    Hola Mª Luisa,

    ¿No te estarás equivocando, usando la palabra campo con el significado de otra palabra?¿Tal vez la palabra estructura?

     Es que, en mi opinión, la teoría clásica de campos no justifica los comentarios que tú haces. Además, no la formuló Einstein. El primero que matematizó un campo fue Newton, en el siglo XVII, que formuló la Ley de gravitación universal y estudió el campo gravitatorio, rompiendo drásticamente con la física aristotélica. Un par de siglos más tarde, Maxwell dejó bien establecida la teoría de campos electromagnéticos. Maxwell murio en 1879, precisamente el año que nació Einstein, que ya tuvo a su disposición la teoría clásica de campos tal como la conocemos hoy. Hasta donde sé, Einstein no descubrió ningún campo nuevo. Solamente “los amplió en una dimensión”. (Por decirlo de alguna manera…)

  • oscar varela

    Hola Sarionandia!
     
    Dices en tu introducción:
     
    – “La sensación se resiste al imperio del concepto
    y el concepto se resiste a la dialéctica del ser,
     
    terminando en una algarabía de opiniones
    que aun no se ha encontrado la forma de compatibilizarlas.”-
    ···············
    ¿Te parece que es así?
     
    Yo no lo creo porque en 1914 apareció el primer Libro de José Ortega y Gasset “Meditaciones del Quijote”;
    del que en 1950 decía Julián Marías:
     
    – “ Pienso que todavía no ha sido leído en serio por más allá de media docena de personas.
    – “ … es posible que provoque algún rubor al mundo intelectual de lengua española.”
     
    Te doy una pauta de mi creencia:
     
    Arroyos y oropéndolas.(OCT1,333/5)
     
    Es ahora el pensamiento un dialéctico fauno que persigue, como a una ninfa fugaz, la esencia del bosque. El  pensamiento siente una fruición muy parecida a la amorosa cuando palpa el cuerpo desnudo de una idea.
     
    Con haber reconocido en el bosque su naturaleza fugitiva, siempre ausente, siempre oculta— un conjunto de posibilidades—, no tenemos entera la idea del bosque. Si lo profundo y latente ha de existir para nosotros, habrá de presentársenos y al presentársenos ha de ser en tal forma que no pierda su calidad de profundidad y latencia.
     
    Según decía, la profundidad padece el sino irrevocable de manifestarse en caracteres superficiales. Veamos cómo lo realiza.
     
    Este agua que corre a mis pies hace una blanda quejumbre al tropezar con las guijas y forma un curvo brazo de cristal que ciñe la raíz de este roble. En el roble ha entrado ahora poco una oropéndola como en un palacio la hija de un rey. La oropéndola da un denso grito de su garganta, la musical que parece una esquirla arrancada al canto del ruiseñor, un son breve y súbito que un instante llena por completo el volumen perceptible del bosque. De la misma manera llena súbitamente el volumen de nuestra conciencia un 1atido de dolor.
     
    Tengo ahora delante de mí estos dos sonidos pero no están ellos solos. Son meramente líneas o puntos de sonoridad que destacan por su genuina plenitud y su peculiar brillo sobre una muchedumbre de otros rumores y sones con ellos entretejidos.
     
    Si del canto de la oropéndola posada sobre mi cabeza y del son del agua que fluye a mis pies, hago resbalar la atención a otros sonidos, me encuentro de nuevo con un canto de oropéndola un rumorear de agua que se afana en su áspero cauce. Pero ¿qué acontece a estos nuevos sones? Reconozco uno de ellos sin vacilar como el canto de una oropéndola, pero le falta brillo, intensión: no da en el aire su puñalada de sonoridad con la misma energía, no llena el ámbito de la manera que el otro, más bien se desliza subrepticiamente, medrosamente. También reconozco el nuevo clamor de fontana: pero ¡ay! da pena oírlo. ¿Es una fuente valetudinaria? Es un sonido como el otro, pero más entrecortado, más sollozante, menos rico de sones interiores, como apagado, como borroso: a veces no tiene fuerza para llegar a mi oído: es un pobre rumor débil que se cae en el camino.
     
    Tal es la presencia de estos nuevos sonidos, tales son como meras impresiones. Pero yo, al escucharlos, no me he detenido a describir—según aquí he hecho—, su simple presencia. Sin necesidad de deliberar, apenas los oigo los envuelvo en un acto de interpretación ideal y los lanzo lejos de mí: los oigo como lejanos.
     
    Si me limito a recibirlas pasivamente en mi audición, estas dos parejas de sonidos son igualmente presentes y próximas. Pero la diferente calidad sonora de ambas parejas me invita a que las distancie, atribuyéndoles distinta calidad espacial.
    Soy yo, pues, por un acto mío, quien las mantiene en una distensión virtual; si este acto faltara, la distancia desaparecería y todo ocuparía indistintamente un solo plano.
     
    Resulta de aquí que es la lejanía una cualidad virtual de ciertas cosas presentes, cualidad que sólo adquieren en virtud de un acto del sujeto. El sonido no es lejano, lo hago yo lejano.
     
    Análogas reflexiones cabe hacer sobre la lejanía visual de los árboles, sobre las veredas que avanzan buscando el corazón del bosque. Toda esta profundidad de lontananza existe en virtud de mí colaboración, nace de una estructura de relaciones que mi mente interpone entre unas sensaciones y otras.
     
    Hay, pues, toda una parte de la realidad que se nos ofrece sin más esfuerzo que abrir ojos y oídos—el mundo de las puras impresiones—. Bien que le llamemos mundo patente. Pero hay un trasmundo constituido por estructuras de impresiones, que si es latente con relación a aquél no es, por ello, menos real. Necesitamos, es cierto, para que este mundo superior exista ante nosotros, abrir algo más que los ojos, ejercitar actos de mayor esfuerzo, pero la medida de este esfuerzo no quita ni pone realidad a aquél. El mundo profundo es tan claro como el superficial, sólo que exige más de nosotros.”-
    ·····················
    Julián Marías comenta el Texto en 1957:
     
    “El pensamiento siente una fruición muy parecida a la amorosa cuando palpa el cuerpo desnudo de una idea”.
     
    – Ortega aproxima la intelección filosófica a la fruición amorosa sexual-
     
    “los sonidos cercanos y lejanos”.
     
    – Este análisis del sonido del agua y el canto de la oropéndola muestra la intervención mía en la constitución de su propia realidad perceptiva:
    “Sin necesidad de deliberar, apenas los oigo, los envuelvo en un acto de interpretación mía y los lanzo lejos de mí: los oigo como lejanos.”
     
    – Mientras pasivamente el sonido lejano y el próximo son iguales —igualmente “presentes”—, mi interpretación, es decir, un acto mío, les atribuye distinta calidad espacial, los mantiene en distensión, en distancia, que sin mí desaparecería.
     
    “La lejanía es una cualidad virtual de ciertas cosas presentes, que adquieren en virtud de un acto del sujeto. El sonido no es lejano, lo hago yo lejano.”
     
    – Aquí se formula netamente, por primera vez en forma madura, la teoría orteguiana de la interpretación de lo real como manera efectiva en que lo real es vivido, es decir, como realidad vital, que reclama e incluye mi cooperación.
    ·················
    Estimo que las consecuencias de este des-conocimiento (o no uso, aun de Juan Luis)
    no son nada positivas para “ir p’alante” en este Atrio secular.
     
    ¿Estoy , acaso con la mía, colaborando a lo que llamas “algarabía” de opiniones?
     
    Pero igual ¡Voy todavía! – Oscar.

  • M. Luisa

    Hablaba en general,  no en especial mi comentario iba dirigido a ti, querida Carmen, además,  siempre he visto en ti mucho filosofar en tus maravillosos poemas…
    Un abrazo

  • Carmen (Almendralejo)

    Lazo de sangre en la Macarena…
    Lo más abominables de las personas, sirve para ensalzar “lo más sagrado” para cierto arte o culto popular.

    http://www.radiocable.com/el-fajin-de-queipo-de-llano-lo-luce-la-macarena-en-la-procesion-del-viernes-santo.html

    M. Luisa si es por mi escrito, para nada particularmente me repele la Filosofía, pero personalmente también sé cuanto ella ha influido en mi vida como persona y como mujer, porque siempres han sido Varones con poco trabajo y de clase muy alta los que se dedicaban a “filosofar” sobre todo l*s demás..
    Y cuando no había palabras, se inventan y ahí queda todo metido en ciertos vocabularios en codigo para que nadie más pueda acceder a ellos.
    Y tambien huelga a decir, que ciertas personas escribien textos compresibles al cien por cien, y somos nosotros quienes escribimos a esos textos cerrando la  accesibilidad a estos.

    Vulgarmenten, es eso de “rizar el rizo” y tú sabes, como yo sé, que l*s buen*s filósof*s hablan de la filosofía y se entiende al cien por cien, otra cosa es que se quieran escuchar ell*s mism*s, porque así nadie les puede rabatir nada.

  • M. Luisa

    Para quienes les repele la filosofía, les diría, primero, que ella subyace en todo en la vida, hasta en lo más  insignificante  y segundo  ¿acaso este texto de Juan Luis no es un canto al filosofar? Y no,  desde luego, por lo primero sino  que  recurre  a ella por su extraordinaria experiencia de vida   para,  de algún modo, encauzarla.
     
    En este sentido, yo en mi propia experiencia, cuando leí su libro  iba   identificando mis esfuerzos de búsqueda con los suyos,  aunque, siempre  por supuesto guardando las distancias.
     
    ¿Acaso  la diferencia  entre los dos modos que expuse  de entender la naturaleza  no ofrece una explicación al problema de fondo?  Entre muchas cosas que resuelve esta diferenciación  se encuentra el factor espacio-tiempo   que,  en el viejo paradigma  lo incluye y en cambio desaparece en el nuevo.
     
    Juan Luis, inicia un parágrafo diciendo: “Todo   nuestro conocimiento arranca de la experiencia de los sentidos…”  cualquiera que me conozca un poco no le costará mucho ver en ello algo a lo que yo constantemente  aludo. En la primera parte de su frase  estoy totalmente de acuerdo, y es por supuesto lo que hay que salvar  incluso con fuerza en el nuevo paradigma. Ahora bien,  en la segunda parte de la frase que dice:,,, “y las realidades que los sentidos  alcanzan se hallan todas inmersas en los parámetros del tiempo y del espacio”. Yo ahí diría una cosa que pienso tiene suma  importancia, y es que, no es que sean  las realidades  las que están inmersas en los parámetros del tiempo y del espacio sino sus modos de presentársenos. Fue lo que provocó en la filosofía antigua el dualismo entre sentir y inteligir. Estos modos de presentación no satisfizo  a la filosofía antigua frente a sus ansias de conocimiento y opto por situar la realidad en el más allá,  con lo cual   la inteligencia independizada  así de la sensibilidad humana  quedó individualmente facultada, haciendo de ella una potencia de poder y no de posibilidad. Luego, con Kant   se produjo una síntesis, pero no se trata ni de una cosa ni de otra sino de la unidad de  estas  dos notas específicamente humanas, de la sensibilidad y de la inteligencia siendo  en este sentido que se puede hablar  propiamente de facultad.
     
    Si atendemos pues a los modos  no es necesario situar en un allende la realidad que así se nos presenta. Y  con ello lo  primero que hacemos  es concederle a los sentidos su  plena razón de ser. Y segundo  esa plenitud le viene concedida por la realidad que siente  que por ser real  sus propiedades sentidas no las agota el  mero sentir orgánico. (no me puedo entretener más en esto)
     
    Sólo decir a Joxema  que fijándome en lo que dice  en el párrafo:
    “La fe nace, primero, en la sensibilidad. El niño cree en la madre porque le satisface sus necesidades. A medida que se desarrolla cree que puede dominar el pequeño mundo que le rodea hasta chocar con su invencible resistencia y verse en la necesidad de replantearse lo que creía.  Estos procesos de ilusión y desilusión van forjando las costumbres con las que, mejor o peor, logramos sobrevivir”
     
    Al respecto he de decir que, en efecto,  estoy de acuerdo, la fe nace en la sensibilidad. El niño cree  en la madre porque le satisface sus necesidades… pero en lo que ya no estoy tan de acuerdo es que  junto a la necesidad de replantearse  posteriormente lo que creía,  lo que a mi parecer  no puede incluir en ello, es lo real dado por la madre en su primera experiencia sensible.

  • MARIANA NUÑEZ

    Vuelvo a escribir, a pedido de mi amigo Gabriel:
    Mil millones de hambrientos en el mundo.
    ¿Cuál es tu dios?

    [Esto que sigie lo había aportado Mariana para el tablón de ATRIO, donde no era el sitio y lo trasladamos aquí. Excepto las palabras anteriores, el resto de sus comentarios aparecen sólo como códigos ininteligibles. Nota de ATRIO]

    PALABRAS PARA SEGUIR HILANDO (Para animarnos a desplegar una fe adulta)

    Lo cierto es que las crisis limpian y despejan, sobre todo eliminan una serie de actitudes fosilizadas de las que hace tiempo escapó la vida. También las crisis eliminan el miedo arraigado y muy desproporcionado “al desajuste, al desorden” y crean individuos frescos y poderosos.

    El libro Die Auferstehung Jesu. Historie, Erfahrung, Theologie de Gerd Lüdemann, publicado en 1994, no solo tuvo un gran eco en la opinión pública sino también encontró buena acogida en los círculos especializados. Al fin y al cabo hablaba de lo que ya se sabía, sólo que Lüdemann supo expresarlo con claridad y profundidad, sin miedo al castigo y bravatas de su Iglesia y de su obispo. El libro de este extraordinario exégeta e investigador valiente tenía como objetivo analizar sin miramientos, a calzón quitado y con honradez, la verdad histórica del hecho de la no-resurrección de Jesús y sacar consecuencias de futuro.

    Eran muchos los estudiosos que venían apuntando desde el siglo XVIII en este sentido: los textos neotestamentarios como panfleto de visiones, éxtasis o experiencias subjetivas, fundamentalmente en dos: en las apariciones a Pedro y a Pablo. Hoy ya nadie versado sostiene la resurrección como hecho histórico, ni la de Jesús ni la de nadie. Del “si Jesucristo no ha resucitado vana es nuestra fe” que se venía predicando, se ha pasado a una “resurrección en espíritu”, “comunión de fe”, que equivale a preguntar ¿cómo te sientes en la vida? O, expresado con palabras de Juan Ramón Jiménez: “Yo me iré y se quedarán los pájaros cantando, y se quedará mi huerto con su verde árbol y su pozo blanco…”. Al carecer de base real, de la resurrección se hace poesía, también de la nuestra, pero sobre todo de la de Jesús. El “Dios resucitó a Jesús de los muertos” es, a la luz de la ciencia, frase huera y fórmula teológica fosilizada, quizá vago deseo en alguien.

    “La tradición de las apariciones de Jesús y del sepulcro vacío originariamente no tuvieron nada que ver entre sí. En cualquier caso la aparición más antigua no se localiza en el sepulcro, y la tradición del sepulcro persigue dos intenciones, una interna y otra externa. Frente a las objeciones internas del cristianismo resalta la resurrección corporal de Jesús, frente a la demandas judías da un respuesta al paradero del cadáver (“¡Jesús ha sido resucitado!”) y, al mismo tiempo, ubica correctamente la leyenda judía del robo del cadáver, que entre tanto había crecido con fuerza. Luego la tradición del sepulcro y la de las apariciones se van juntando cada vez más de modo que casi deja de conocerse la manera en que se dio la aparición primigenia. Por Pablo podemos hacernos una idea del hecho primigenio.” El que padece el luto oye los pasos del muerto en la escalera, oye el crepitar del grijo ante su casa y cree que se abre la puerta: “Vi a Kay, cómo estaba dentro de la puerta de la casa. Se mostraba como era cuando regresaba del trabajo. Sonreía, y me abalancé a sus brazos extendidos como siempre lo hacía y él me apretó contra su pecho. Abrí los ojos y la imagen había desaparecido”. Una madre, que había perdido a un niño, era capaz de oírle llorar en el semisueño y desplomarse en la cama antes de darse cuenta de que todo era sólo una ilusión. Los niños, que han perdido al padre o la madre, cuentan a menudo cómo de modo gráfico éstos se sientan en el borde de la cama y hablan con el niño.

    Al inicio de la fe pascual del cristianismo existían visiones del resucitado. De ellas desarrollan y derivan los testigos del inicio del cristianismo y el mismo Pablo, muy pronto, afirmaciones sobre el contenido histórico, como el estar vacío el sepulcro.

    Si la resurrección de Jesús no se dio, por tanto si Jesús no revivió ni fue transformado, de poco nos sirve la revivificación de mitos. La fe cristiana está igual de muerta que Jesús, y sólo puede mantenerse con vida mediante el autoengaño. A diario los clérigos consuelan a los atribulados indicando y apuntalando la resurrección de los muertos y el premio en la vida futura; y la Iglesia deriva su derecho a existir, según propia confesión, del Cristo resucitado, pues éste –y no el Jesús histórico- le ha concedido a ella el poder de perdonar los pecados y le ha enviado por el mundo. La resurrección de Jesús es además la garantía de que los mismos cristianos resucitarán: “Si él no, tampoco los demás”.

    La cruz, que llegó a Bilbao, es una cruz de fracaso y muerte de Jesús. De acabose. Tras ella no hay resurrección y vida, la investigación lúcida enseña que tras ella no está el Cristo resucitado, proclamado por la Iglesia, si acaso ignorancia en unos y manipulación interesada en otros. El gran autoengaño renovado de cada semana santa con el que nos ilustran obispos, cardenales y políticos rancios y medievales, como los enunciados al principio.

    El gran autoengaño | Mikel Arizaleta | Rebelión | 13.04.2011

  • Santiago

    Sarrionandia,   la fe y razon no deben ser antagonicas, sino complementarias….es la razon la que me hace preguntar el origen y destino de mi existencia…la fe y la confianza han de iluminar mas alla de lo que la razon puede llegar…es debido a nuestra limitacion de comprehender el Misterio…porque esas dos facultades se complementan..En cuanto Dios, es verdad que la accion de Dios que me empuja a ejecutar el bien solo existe en cuanto es acogida por mi libre decision..pero estamos entonces hablando con referencia al tiempo…Dios precede al tiempo..existe antes de la creacion de nuestro tiempo y antes de la creacion de nuestra libertad…Por lo tanto Dios no es solo un companero nuestro en la creacion, sino es el Creador capaz de determinarse a crear y el autor de la libertad puede condicionar las reglas que el establecio primero..Por lo tanto, nuestra oracion de suplica puede ser vista por Dios desde “antes” desde “siempre” y acceder a no permitir lo que pudo ser malo…no puede modificar la accion de Dios en “nuestro presente” pero SI en el eterno presente de Dios….Tenemos que alejarnos del Dios antropomorfico como  super-humano,pero tampoco podemos reconocer a un Dios panteista…No todo es Dios, no todos somos Dios…existe un universo objetivo que impresiona nuestros sentidos…es por eso que con nuestro destello de inteligencia podemos “pensar”..ypodemos hablar en  sentido metafisico para poder captar esta luz que va a iluminar el camino y que nos conduzca a la verdad que buscamos que solo reside en Dios….un saludo   de Santiago Hernandez

  • Gabriel Sánchez

    Ah y postdata, me hubiera gustado leer a Mariana pero me llegan palabras incompresibles, seré sólo yo¿¿¿???. Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    Bueno me corto, ahi sigo, fraude asupiciado por Francia, la OTAN Y SUS ESTRATEGAS, decidieron que no que el ganador era el aristocrata, para ellos el tiempo parece no ser igual, sigue pensando que se puede esclavizar a los pueblos con invasiones y golpes de Estado, claro que para que tu te enteres, o lees un medio alternativo, o te lo pongo yo…aunque sospecho que un hombre como tu, ya la debe conocer lejos….Para vivir en el futuro, deberemos, creer que Dios nos pide salir a la calle a liberarnos, terminaremos en Egipto la casa de la esclavitud…A y querida hermanita, los que creemos en Jesús, decimos que todo lo humano es sagrado, porque todo lo sagrado se hizo hombre en Ël…perdonen si trasluzco un tono irónico o algo así, no es mi voluntad, simplemente aclarar nuestra concepción, que no es más que eso…Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    Esto se esta poniendo interesante, si Pepe, haz descubierto la diferencia entre percepción y realidad… Las mayorías de la cosas que percibimos, esta determinados por cuestiones culturales, que no hacen a la realidad, sino a nuestra cultura, incluso el tiempo… Si estuviera en nave espacial, durante quince años Luz, a la velocidad de la Luz, tu no habrías envejecido y aquí en la tierra habría pasado 15 años…
    A ver por ejemplo hablando de Costa de Marfil, en donde la ONU Y LA OTAN, se mandaron una faena de toro y oreja…en estos momentos, están poniendo en el poder a un aristócrata sanguinario, el tiempo se ha detenido para el pueblo pueblo a los que las tropas francesas dispararon, estando la multitud desarmado y los esbirros de Quatara titere del imperio belico-capitalista, que no le perdono a Laurent Gbagbo, ser socialista y nacionalizador del CACAO…y fijate tu a pesar de que el tribunal constitucional de Costa de Marfil anulo por grandes irregularidades (traduzcase fraudes auspiciados por Francia)

  • Carmen (Almendralejo)

    No solo hay un lenguaje oral, sino corporal y ritual que es quienes “nos pone” en cada momento a quel lugar que “Nos corresponde” sin que “Nosotr*s” podamos Corresponder.

    Porque cuando se despierta aquello en nuestro interior D*s no pone ningún acento, ninguna tilde y ningún nombre para decir quienes son sacros o profanos, en la dualidad y en esa resposambilidad que por cierto solo la persona tiene ante ella misma, y por consiguiente ante toda las interrogancias que pueden devenir en nuestras dudas ante quien no queda indentificad* bajo ningún paradigma o bajo ninguna religión.
    Sin ánimo de ser o pretender nada hay muchas ocasiones que  hasta cuanto “sabemos” hay veces que parece “nada, huevo y vacio…” incluido el propio Jesús y cuanto sabemos por la falsedad que hay en toda su historia pública y oculta.

    Sobre los aspecto filosóficos, me basta con saber que soy a veces como la mantequilla en día de verano fuera de la nevera, y otras veces como el granito 
     
    También decir que abtraerse en filosofar en demasiadas ocasiones nos impide ver la realidad de la vida y las circustancia que rodea a las personas que es como el tocino herido por el cuchillo.

    Y casi siempre me recuerda a los grandes folósofos que descubireron tanto con sus inteligencia, pero que pocas veces fueron capaces de traspasar aquella “cultura” que les apresaba y esposaba más de lo que ellos mismo eran capaces de ver y saber.

    El problema de hoy, sigue siendo que seguimos en aquella dualidad filosófica de estos, porque en definitiva poco se ha evoluccionado sobre la conciencia y la moral, nuestras sobre los demás y muy de manera especial sobre lo que traspolamos de nosotro*s a otr*s sin que se nos pida, vía imposición, en fín que hemos hecho de la filosofía un maremandun de palabrejas arropada con una capa para acompañarnos de la parte que nos interesa

  • pepe sala

    Ahora sí que me habéis liado una buena…
     
    A ver, pregunto:
     
    El Sábado ( por ejemplo) estuve en el monte Umbe con la familia y con unos amigos. Ya no sé muy bien si estuve en el campo, en el monte o en el conjunto. Puedo asegurar que no estuve en la playa.
     
    Lo del tiempo me despista aún más, puesto que ya no se si tardé mucho o poco en asar  ( con brasa preparada “in situ”) los 5 kg de chueltas y otros tantos de costilla.
     
    Sí creo haber cumplido perfectamente con los ” tiempos” de hacer desaparecer la parrillada. La carne hay que comerla en caliente y aún me queman los dedos . No creo que pasó  media hora y ya no quedaba en la mesa más que la jodida lechuga que suelen llevar las mujeres para adelgazar, pero no se la come ni dios.
     
    Bueno, supongo que el asunto filosófico no vaya por el camino de Umbe; pero como ando un tanto despistado en los asuntos filosóficos. ¿ podría alguien indicarme si estuve en el campo, en el monte o en algún conjunto de ésos que no se enseñaban en mis tiempos de escuela?.
     
    Agradecido por las respuestas, quedan ustedes invitados a un churrasco en Umbe. ( hasta ahora se llama MONTE , mañana, Dios dirá)

  • M. Luisa

    ..quería decir espaciosas y temporales…

  • M. Luisa

    Es que,  a mi modo de ver no es lo mismo conjunto que campo es  la confusión  de Oscar  de  la  cual   me he dado cuenta  tras  introducir mi comentario anterior y que el trabajo no me ha permitido  hasta ahora mostrar mi discrepancia.
     
    Ya lo dije,  hay dos modos de entender la naturaleza,  el   aristotélico  el  cual  la naturaleza  es un conjunto de elementos que interactúan entre sí por relaciones de tipo causal.  Pero, hay otro,  como ya dije,   a partir de la nueva física, y sobre todo,  a partir de Einstein,  como muy bien  apunta  el amigo  Gabriel   que,  con sus  aportaciones,   la  idea de conjunto hay que sustituirla por    la idea de campo,  la cual ya  la  dejé expresada en un anterior comentario mío. Por lo tanto no  es lo mismo  conjunto que campo. En esta nueva idea de naturaleza,  todo es un campo donde funcionalmente todas  las cosas están  formando una unidad e interactúan continuamente unas con otras.  Ahí también el concepto tiempo cambia,    pues no existe el tiempo como tal   sino que son las cosas  reales las que son espaciosas, de ahí el campo… Bueno lo dejo pero que conste que no sé Joxema  porque me atribuyes elucubraciones….

  • MARIANA NUÑEZ

    Venimos a Atrio para compartir nuestar experiencia de fe. He aquí el paso más reciente de mi camino, en palabras del poeta cubano Cintio Vitier (1921-2009):
    No me pidas falsas
    colaboraciones, juegos
    del equívoco y la confusión:
    pídeme que a mi ser
    lo lleve hasta su sol sangrando.

    No hagamos otro mundo de mentiras.

    Vamos a hacer un mundo de verdad, con la verdad partida
    como un pan terrible para todos.

  • Gabriel Sánchez

          
     
     
     
     
    La primera cuestión, es un deseo ferviente de que Juan Luis se encuentre bien…la segunda una aclaración previa…que para mi es muy importante, discrepando o coincidiendo con Juan Luis, lo hago con el mayor respecto por un hombre sabio…que él lo es…
     
    El tiempo…Un tema central en el planteo de Juan Luis…el maestro uso un ejemplo…la historia de Marco, para referenciar su lenguaje y conclusiones…Yo me voy a permitir, usar conceptos de la ciencia, para clarificar lo que intento decir-escribir…
     
    El concepto de tiempo en la ciencia ha ido evolucionando, a tal punto que hoy se plantea, con modelos matemáticos, la posibilidad que en determinado lugar de los agujeros negros, la energía-materia-tiempo, no tengan el mismo comportamiento, que el que se tiene fuera del horizonte fáctico de los mismos…Esto avala  las conclusiones de la teoría General de la Relatividad de Einstein,  (recomendamos leer y vamos a consignar, pegando algún fragmento en este intervención, del  un excelente y muy pedagógico trabajo de Antonio Dobado del Departamento de Física Teórica de la Universidad Complutense de Madrid… http://www.exploralaciencia.profes.net/ver_noticia.aspx?id=5739
    En su Ley de la relatividad especial, Einstein, nos propone uno de los conceptos que estimamos sería bueno tener en cuenta…que es que el tiempo depende del observador…  “En particular el Tiempo transcurre a distinto ritmo para diferentes observadores inerciales dependiendo de su velocidad relativa. Las señales entre puntos diferentes deben propagarse a velocidades inferiores o iguales a la de la luz pero nunca más deprisa que ésta”* podríamos extender el concepto, a la velocidad mayor que la luz, la materia de vuelve energía y sus comportamientos y naturaleza, son aún uno de los grandes temas de investigación de la ciencia…Ergo…El tiempo es algo relativo, dependiendo del observador, pero el brillante profesor Debato, nos dice más… “Unos diez años después de proponer la Relatividad Especial, Einstein volvió a conmover los cimientos de la Física con la introducción de la Teoría General la Relatividad. En dicha teoría el campo gravitacional se interpreta como una curvatura del continuo espacio temporal. El Tiempo no solo pasa a un ritmo diferente para diferentes observadores sino que en cada punto del espacio-tiempo transcurre de forma diferente en función de la intensidad del campo gravitacional en dicho punto”… Esto coincide con una concepto introducido por Juan Luis…nuestra experiencia de Dios…esta prederminada por nuestro ubicación (coordenadas temporales, culturales etc), pero en este caso, además por nuestra naturaleza, …y que queda claro que desconocemos más de Dios que lo que conocemos…o mejor incluso podríamos ser más claro, al decir…entendemos menos de Dios que lo que  podemos entender…Sin embargo, personalmente y afiliándome a una afirmación de Ana Rodrigo. Creo que Dios, por su voluntad y AMOR por su creación…esto incluye especialmente al hombre…decidió mostrársenos, sobrepasando nuestras  limitaciones estructurales …Entonces, se hizo hombre en Jesús…desde un cultura concreta, desde un  tiempo concreto, Dios se nos revelo, este inmenso acto de AMOR…aún estamos tratando de comprenderlo en cabalidad,  sin embargo, la claridad de su vida y su palabra…no hizo comprender… y al tomar la forma humana, al, Él mismo, situarse en nuestro espacio tiempo…nos revelo cuestiones que tienen que ver, no con el Dios inalcanzable de los filosofo, sino con un Padre-Madre …cercano, humano, solidario y amoroso…cercano y ese Dios que se hizo hombre y se revelo en Jesús…interviene constantemente en nuestra vida…pero no desde arriba, como un absoluto que nos aplasta, ni como un ser prescindente de nuestro devenir, el personal y el de la humanidad…Sino profundamente solidario y amoroso, es un Dios que actúa desde adentro y desde abajo…un Dios que asume la Cruz, por amor…aún hoy en los Crucificados de la historia, por eso la lucha por la vida, la justicia y la paz…Por desterrar la explotación y la injusticia, podríamos decir que es algo que Jesús de Nazaret nos encomendó y sostiene… no como un Dios mágico y triunfante, sino como un Dios que sufre, es torturado y muere con Nosotros…
     
    NO LO HACE MAGICAMENTE, QUIENES ASÍ LO CREEN NO CREEN EN EL DIOS  QUE REVELO JESUS, EL NOS PROPONE RESPETANDO NUESTRA LIBERTAD…A PARTIR DE LOS ACONTECIMIENTOS, LOS OTROS Y EN NUESTRA INTERIORIDAD…NO PARA DETERMINARNOS, SINO PARA HACERNOS MÁS LIBRES…
    Con un enorme cariño para todos…les abrazo en Cristo… ¿Joxema, como haces para sintetizar tanto, en tan pocas palabras?…desde un precioso Montevideo otoñal…Gabriel
      

  • Sarrionandia

    Oscar: conjuntos o campos, concretando, si la célula es conjunto de moléculas, la molécula de átomos y los átomos -en niveles simbióticamente asintóticos- de partículos (u ondulaciones) subatómicas, cuál es el conjunto o campo o ciclo orbital del ojo y del intelecto? Sin entrar en el detalle numérico de los fractales que componen el ciclo entiendo que es mejor simplificar lo concreto con la abstracción y lamentar lo mucho de concreto que se pierde con la operación y sufrir los adjetivos y adverbios con que arropamos nuestra docta ignorancia,
    Sirva esta «boutade» igualmente para M.Luisa y sus congéneres elucubrativos. je je je,,,,

  • oscar varela

    Hola Héctor!

    El “ciclo” que has trazado es fabulso!

    Precisamente un “ciclo” es lo que hacemos para entender lo que pasa;
    tratando de que esa circunferencia abarque todos los elementos que se nos presentan.

    Así formamos “Conjuntos” o “Campos” (M. Luisa),
    en los que lo “Multiple” están comprehendidos en el “Todo” de su “Horizonte” de interpretación.

    Pero, además de formar un Ciclo, dije que era “fabuloso“, que se “fabla”.

    Y así tenemos el MITO (Cuento = se “fabla”)

    ¿De qué habla?

    De Materia original y arquetípica (etiologías) en la formación de Mundos nuevos.
    Esta tarea (anterior) de “crear” Mundos es lo que se entiendió por POESÍA (verbo poiein = crear).

    NOTA: lo que hoy llamamos Poesía (y todo el Arte “Moderno”) casi nada tiene que ver con aquella “antigualla”, sino con cierta “futuralla”.

    Fijate en una de las “explicaciones”de S.Santos acerca del “ciclo” creado (siempre por algún interés vital) que originó el cuentito magistral de la Creación (extraordinariamente “intelectual” de la Tradición del curerío judío Prister codex), Génesis 1,1 – 2,4a.
    …………….
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • M. Luisa

    Agradezco las   importantes  observaciones de Joxema,   las veo precisamente  como  aspectos  que ayudan a entender  lo que  a propósito del indeterminismo dije en el hilo anterior de Juan Luis.
     
    Ahora bien, no te parece joxema que entre el mapa y el territorio hay que contar  con la realidad  del terreno   y por supuesto  con la nuestra?  Quiero decir que no hagamos  de ambos,   término objetual de nuestro conocimiento. Por eso  creo que  el problema no es  de abstracción   y esto porque pienso que, en efecto,   al ser   tan espeluznantes  los engaños que sufrimos,    como tales éstos no pueden provenir  como consecuencia de una mera  abstracción sino como resultado  flagrante de haber objetivado la realidad.
     
    Es errónea, en efecto, la adecuación como postulado en el indeterminismo porque, como  ya expresé,  la indeterminación  no es sólo cuestión de nuestra incapacidad sino también  y fundamentalmente  viene dada  por  la realidad misma. Por ser, por tanto, de realidad  lo que altera la observación no es en primera instancia algo mental  sino que afecta  primordialmente a nuestro sentir. Gracias a ella, a la realidad observada,  nuestro   sentir se hace intelectivo,  no es, pues, que la observación altere el objeto, lo que altera es nuestro modo de  sentir porque  aquello que observamos  es real.
     
    Un ejemplo que explicaría  el hecho de que no es sólo nuestra incapacidad intelectual, digámoslo así,  lo podemos ver en el caso de las matemáticas. Y es que cuando se postula una postulación matemática al final lo que se construye acaba teniendo más propiedades  que las previstas en la postulación  y que por tanto  las supera (teorema de Gödel) y esto desde la noción de campo,    sucede porque al postular desde la realidad  no lineal sino compleja  lo que se construye es algo que  en tanto de suyo tiene más propiedades que la postuladas, es decir hay un plus de realidad y  naturalmente este plus de realidad,  no puede venir de los postulados.

     
    Inmersos en la postmodernidad no podemos dejarnos llevar por sustitutivo alguno que nos resuelva aquella insuficiencia.
    El modo  equivocado  hasta ahora de resolverla,   como en muchos comentarios  he manifestado ha sido por   el hecho de haber  sensibilizado   la realidad en nuestro sentir, es decir por haberla acomodado a nuestro gusto y  con ello se ha objetivado la realidad,  nos hemos complacido  quedándonos meramente en el concepto y esto ha representado   una fuente  de acceso hasta para lo ininteligible  que ha sido    aprovechado  desde arriba.

    Con todo, pienso que lo que hace inalcanzable la realidad es precisamente lo que de sentiente tiene  nuestro sentir intelectivo, esto por lo dicho anteriormente parece  que apunta a algo negativo (he ahí los sustitutivos)   pero lo que  tiene  de positivo  este aspecto  es que por ser precisamente  nuestra intelección sentiente, es decir no sensible, no nos deja en la abstracción sino que nos  abre  de lleno  a la realidad.   El tomar el fenómeno de la insuficiencia  como  algo debido a una abstracción  forzada, ha sido,  pienso,  la causa  por la que se han colado las nefastas mediaciones para que,  con ellas, poder  salvar  precisamente las insuficiencias del conocimiento.
     
    Gracias ,Joxema, un abrazo

  • ana rodrigo

     
    Yo me sigo considerando cristiana porque entre los muchos seres humanos que han hablado de Dios, Jesús de Nazaret me da fiabilidad,  (la confianza de la que habla MARMedina) no sólo por lo que nos han transmitido de lo que dijo, sino por lo que hizo. Y aquí viene al caso la frase de M Pilar: el amor a los demás será el distintivo de mis seguidores. Y aquí ya caben pocas filosofías y pocas abstracciones, el otro está ahí, es algo real y tangible. “Lo que hicieseis con uno de estos pequeños, conmigo lo hicisteis”…..
     
    Si bien es cierto que desde que se tienen “noticias”, aunque sean arqueológicas, de los seres humanos sobre el planeta, en todas la épocas y lugares, nos han dejado evidencias de que no se conformaban sólo con la vida de aquí, y por tanto buscaban algo que la trascendiese, y todas las culturas se crearon a sus propios dioses, casi todos desde el miedo y la inseguridad, también es cierto que en la medida en que ha ido avanzado el conocimiento científico, han ido decreciendo estas creencias sombrías y envueltas en magias diversas. En la cultura occidental, la Ilustración fue la responsable de una buena limpieza de magias y miedos a los dioses.
     
    En cambio, la persona de Jesús y su mensaje, sigue vigente en millones de creyentes, creyentes muy ilustrados y cualificados, nada sospechosos de manipular la conciencia humana con creencias deshumanizadoras. Y aquí está la clave de lo que para mí sigue siendo válido del mensaje de Jesús: él habla de un Dios que nos lanza hacia nuestra propia realización, hacia la liberación de nuestras miserias, de forma autónoma, desde un Dios que lo define como Amor, como Padre-Madre, y el amor en sí mismo ya es un resorte válido per se, sin más aditivos. Y cuando alguien ama, pone en marcha las mejores de sus energías que lo llevan hacia lo mejor del ser humano. Creo que este concepto (no deja de ser un concepto) de Dios, es útil, es válido, no distorsiona la realidad sino que la valida y la promueve hacia su realización, y, por tanto, a mi me vale la pena poner esa confianza en él, puesto que la salvación no es exógena, sino endógena al propio ser humano.

  • ana rodrigo

    “Las corrientes modernas de la sicología postulan que la observación altera el objeto de la observación. Y esa alteración que queda en la mente es la que hace inalcanzable la realidad. Cuál es esa alteración? La abstracción!….La abstracción es la realidad mental que se extrae de la concreción real:”
     
    “Ante una seria determinación en la vida; estudiar sus consecuencias para las otras personas, según se decida una u otra decisión”.
     
     
    Me quedo en este momento con los dos párrafos anteriores, el primero de Sarri y el segundo de Mª Pilar. Quizá parezcan contradictorios, pero creo que el segundo es la prueba del nueve del primero.
     
    Me explico. Acudimos siempre a la tópica frase de “A Dios nadie le ha visto” y por tanto nadie sabe nada de él. Muchos seres humanos a lo largo de la historia han dejado huella por su manera de ser y estar, algunos ponían su razón de ser en una divinidad concreta o en varias, creando filosofías o teologías acerca de esa fuerza o energía que nos sostiene, que tira de nosotros/as hacia un fin en sí mismo válido, dando sentido a nuestras vidas. También ha habido pueblos, como el de Israel que no sólo se creyeron ser el pueblo elegido por Dios, sino que lo que algunos de ellos, siempre varones, decían, afirmaban ser palabra de Dios. Quienes así lo creyeron, asimilaron ese concepto de Dios: un Dios todopoderoso, omnipotente, misericordioso, cruel, belicoso, misógino y cruel con las mujeres cuando el que escribía afirmaba ser lo que Dios le había ordenado, lo mismo que hacían con los enemigos, etc. etc.  Las otras religiones no se diferencian mucho de la religión judía, recordemos los sacrificios humanos para aplacar la ira de su dios.
     
    Por tanto, la alteración de la que habla Sarri no puede ser más acertada. También es constatable, que estas alteraciones han llevado a la mayor parte de la humanidad creyente en algún dios, a convertirse en un ser dependiente de él, ponerse a su disposición (ahí los equívocos de las vocaciones y cosas por el estilo), a pedirle cosas, a anonadarse ante la divinidad. El anverso de esta moneda lo tenemos en que el ser humano entregado a este tipo de dios, queda anulada, pierda su autonomía y su libertad, con el consiguiente nivel de toxicidad para llegar a su realización personal.
     
    Aclaración, para no hacer este comentario demasiado extenso, sigo en otro.

  • Héctor

    Mapas, fotos, famosas pinturas e imágenes de museos, religiones, dogmas, procesiones, creencias y sobre todo la llamada ‘fe’. Representaciones de la realidad: lo malo está que en algún momento creemos que es la misma realidad total. Gracias Joxema y gracias a todos por ayudarnos a penetrar por ese camino en la lectura de Juan Luis. El tema de la elección es formidable.
    Atribuimos a Dios una decisión sobre una persona. Antes que esa persona se de cuenta ya Dios le está diciéndo lo que quiere que sea. Ha desaparecido su libre determinación.
    Éste es el punto clave de arranque en la relación Dios-criatura, la relación entre la persona y la divinidad.

    ¿Como era todo antes de las religiones? Un Dios sin religión aparece en los escritos más antiguos de la humanidad. En ellos se recogen historias y leyendas que e refieren a una búsqueda de alguien o algo que dé sentido a todo. Según parece, antes de que llegaran las religiones el hombre primitivo se entendía con Dios de forma directa, sin ritos, ni fórmulas, ni lugares especiales, ni templos. Se sentía cerca de él desde la naturaleza en la que se encontraba. Le llegaba a imaginar como”El Que Soy”. Se expresaba por medio de preciosas metáforas. Imaginaban: un Dios que se paseaba por el jardín al caer de la tarde para hablar con los primeros humanos, un Dios que le dice a Abrahán que cuente las estrellas si puede y que le habla a Moisés desde una zarza. Pero sin saber quien era, sin idolatrías, era “El Que Soy”.
    En esos momentos no existían poderes ni instituciones que declararan aquellos textos como revelados por Dios. ¡Estaríamos buenos! La idea de sacralizar los libros vino después cuando se vio la necesidad de usarlos como autoridad, ley, poder, norma y nos decían que todo era ‘normal’.
    Hasta entonces la relación entre las persona y la divinidad había sido tan natural como la de los humanos entre sí y con la naturaleza.
    Juan Luis nos explica que todo se echo a perder cuando se empezó a atribuir a Dios una decisión de predilección sobre una persona, institución, religión, libro, creencia, lugar, templo, el santo, el cura, el obispo,  el papa. 

     Esta contaminación de la realidad parece estar en la raíz de todo el mundo de lo sagrado, de lo sacralizado. Para volver a la realidad habría que desacralizar y eso equivaldría a dar al hombre lo que es del hombre,  sería  humanizar y en consecuencia sería divinizar y así volver a encontrar al Uno en lo múltiple, sin dualismos, volver a la naturaleza, a la realidad sin fracturaciones.

    Saludos de Héctor

  • Asun

    Me gusta, Joxema , lo que dices sobre el mapa y el territorio. Éste se puede llegar a conocer  aventurándose sin “mapas” (abstracciones) en él, andando y des-andando caminos que creíamos certeros, haciendo tabla rasa e introspección en cada hito y vericueto del camino, que sólo se puede hacer por uno mismo. Ésa, creo, es la concreción que devela.

    Gracias por tu trabajo. Un abrazo.

  • Un par de observaciones para entendernos mejor-
    La dimensión espacio-temporal funciona como un velo que, debido a nuesra naturaleza contingente, nos impide ver, entender y comprender el misterio de la Realidad Divina.
    De hecho la adecuación del conocimiento a la realidad es totaliter aliter, es decir completamente diversa, tanto que la adecuación es un postulado inexistente. Las corrientes modernas de la sicología postulan que la observación altera el objeto de la observación. Y esa alteración que queda en la mente es la que hace inalcanzable la realidad. Cuál es esa alteración? La abstracción!
    La abstracción es la realidad mental que se extrae de la concreción real: es como un mapa que se extrae del territorio: el mapa es válido para orientar e indicar las peculiaridades del terreno pero no sirve para caminar sobre el miemo; no sirve ni en fotografía ni en maqueta de relieve!
    Algo así acontece con nuestros conocimientos respecto de la realidad. Es espeluznante los engaños que sufrimos por olvidar las diferencias entre mapa y territorio, entre abstracción y concreción

  • MAR Medina

    Claro, Carmen. Bueno y malo, sagrado y profano, clérigo y seglar… Todo muy clarito y cada cosa en su sitio. Así han ido siendo estas cosas. Entiendo que se agarren con uñas y dientes a los tiempos preconciliares, porque desde el mismo momento que los cristianos dejen de necesitar que les digan qué es verdad y a supuestos mediadores para lo que no necesita mediación, se van a quedar sin “fieles”.

    La oración de la estola representa el pilar que les sostiene: estamos “manchados” por elpecado, necesitamos redención y ellos son los mediadores. Y si hay mucha gente que se cree eso es porque nos han enseñando ellos mismos. Una pescadilla que se muerde la cola… cada vez menos.

    Un abrazo 

  • mªpilar garcía

    Mi experiencia personal es:
     
    Ante una seria determinación en la vida; estudiar sus consecuencias para las otras personas, según se decida una u otra decisión.
     
    Sopesadas todas las posibilidades; no siempre el camino a tomar es un lecho de rosas; pero parece con cierta claridad ser la mejor.
     
    Ante la dureza (en ese momento concreto) de la decisión; cuando intentas caminar desde el proyecto de Jesús; digo desde lo más profundo de mí ser:
     
    ¡Sola no puedo con esto…! Sé que estás… Adelante.
     
    Sin mirar atrás; unos días mejor, otros más duros; se va caminando, siempre teniendo muy presente la determinación primera.
     
    Lo que parecía imposible, va sucediendo con naturalidad.
    Mirar constantemente hacia adelante, y agradecer esa “presencia” que da vida, cuando la propia parece zozobrar.
     
    Lo he vivido, y sé, que es un camino sin magia, solo, reconocer que algo mayor que yo misma está (no sé como) llevando esta creación adelante.
     
    mª pilar
     

  • MAR Medina

    Fe no es certeza. Fe es confianza. Expresada así la frase choca con lo que se ha venido entendido la fe, pues la confianza deja siempre un resquicio a la duda, a la probabilidad, aunque sea pequeña, de que no se dé aquello en lo que confiamos. Y no sólo en la dimensión temporal, tal como lo plantea Joxema, de que aquello en lo que confiamos ocurra en un futuro, sino que sea una realidad (espero que él también me ame, puede desear la adolescente enamorada, ahora ya, no mañana).

    Así pues, la fe no es esa certeza ciega en la verdad de los dogmas, sino confianza en que la realidad es tal como se siente, se entiende y se percibe desde la propia dimensión espiritual. Completamente de acuerdo. Confianza que se consolida con la de los otros, claro.

    Desde esa confianza en la propia percepción (sensible, intelectiva, espiritual) se entiende mucho mejor la diferencia entre los dos paradigmas distintos que plantea Juan Luis.

    La vocación, para cualquier misión para la que alguien se sienta llamado, no es tanto la respuesta a una llamada como una orientación del alma, una cualidad personal que nos impele a dedicarnos a tal o cual cosa. Es muy poética la Biblia cuando habla de que Dios llamaba a sus siervos ya en el seno de su madre, una bella manera de decir lo mismo, si somos como somos en función de la propia naturaleza y poéticamente puede decirse que todo sale de las manos de Dios. Pero no es una verdad literal. Dios no llama ni habla a nadie.
    Por eso Marco en el segundo ejemplo podía enfrentarse mejor a la rectificación de una decisión erróneamente tomada, pues sabía que su confianza no era una certeza, que en el primero, donde además tiene que encajar que, o su certeza no era tal, o si lo era, su abandono del sacerdocio es una traición a la llamada de Dios. En el segundo ejemplo Marco sabía desde el principio que en su confianza había un margen para la duda y podía asumir ese riesgo; en el primero difícilmente cabía esa posibilidad y se encontró con demasiadas cosas que resolver de manera inesperada.

    Decía Ana Rodrigo en el capítulo anterior, creo, que esta confianza en la propia percepción es más arriesgada que la fe del viejo paradigma, en que otro piensa y decide qué es verdad por ti. Claro, pero eso es precisamente lo que diferencia a los adultos de los niños, ¿y quién quiere ser eternamente infantil? Cada ser humano tiene todo lo que necesita para comprender el mundo y tomar sus propias decisiones con responsabilidad, es autónomo, libre. El riesgo es el precio de la libertad.

    Saludos cordiales

  • Carmen (Almendralejo)

    Por desgracia la dualidad se da, se mantiene y se perdura hasta en la retina y nuestra memoria…
    Conversando con una amiga, esta dualidad de sagrado, profano y todo a raíz de la misa de la 2 en la  TV pública el domingo pasado. Esta se llevó a cabo desde una parroquia de Cáceres capital, con el monseñor de turno de esta diócesis y el cortejo de sacerdote pertinente, que aunque no hay, o son pocos y viejos, allí hubo por lo menos diez acompañándole.
    Toda esta estuvo de lo más sacro y sin apenas profanidad porque la feligresía estuvo para contestar y poco más.
    Hasta ese diacono, que hizo la introducción a las lecturas de ese domingo estaba con su estola cruzada, sin que le faltase el cleriman como signo de hombre con poder sagrado y consagrado gracias a que hay un dios, que sabe elegir también entre esa dualidad, de mundo profano y sacro.
    Es imposible que como bien dice siempre J.Luis Herrero esta carcoma no termine recomiendo a la más dura de las columnas donde la persona apuesta por su dignidad, porque sacro y profano están dividendo en cada instante o momento de acercamiento de la persona en esos rituales que como las termitas rompe ese vinculo entre ambas, porque en cada parte de la religión o donde la liturgia implanta sus costumbres o leyes solo queda la simple sumisión y la subordinación.
    Si recogemos la oración donde el diácono mientra se coloca la estola volvemos a ese momento donde se sigue persiguiendo a la humanidad bajo el manido y dualista “pecado” de aquellos primeros seres que poblaron la tierra.
    Si ya reconozco que soy parte de aquel primer pecado, y del segundo de padres-madres propios ¿Qué me queda por hacer? Si no revestirme aún más con palabrejas que ni ellos entienden porque para decir que D*s quien es, no se han descubiertos fonemas nuevos…
    Dejo ahí la oración que supuestamente los diáconos rezan cada vez que se colocan la estola… ¡obres ilusos! que para hacerse ellos sacros profanan lo más sagrado que han recibido ser hijos de su padre y madre y herederos de aquellos otros primeros seres.
     
    Duélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres; y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno.
     

  • Sergio Zalba

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    ¡Gracias Joxema por traernos este texto de Juan Luis!, texto que pertenece al núcleo más duro del ‘nuevo paradigma’.
    Coincido plenamente con el contenido de estos párrafos y no podría presentarlo mejor. De todas formas, vuelvo sobre una cuestión tantas veces conversada en Atrio y por mi con el propio Juan Luis: la legitimidad de las expresiones simbólicas que suplen –en lo coloquial, popular- la dureza y complejidad de las fórmulas metafísicas.