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Criticar las religiones para bien de la “religación”

Juan Masiá nos ha enviado este resumen de su participación en el Coloquio sobre Diálogo Interreligioso celebrado en la Universidad de Coimbra el 18 de noviembre de 2010. Se lo agradecemos especialmente pues coincide con el punto de vista que ATRIO ha propuesto desde su Proyecto ATRIO  2007: una reflexión crítica de las religiones desde la laicidad abierta a la mística.

 

Las religiones son expresiones concretas en la historia de la relación humana con lo sagrado.

La “religación” es el despertar conscidente, crítico e interpretativo de la vinculación entre los interrogantes planteados por el enigma humano y el misterio de lo divino que responde a ellos con donación última de sentido.

¿Hay lugar en una mesa redonda de diálogo entre religiones para la participación de quien se dedica a la filosofía? Sí, desde una postura de mediación, para facilitar críticamente el debate.

La filosofía es crítica de la vida, ya sea con la mayéutica socrática, o con la cuchilla afilada del medieval Ockham, o con la negación de negaciones del indio Nagarjuna (siglo II). La filosofía critica a la vida para bien de la misma vida. Una vida no examinada no merece la pena, diría Sócrates. La filosofía critica a las religiones, para bien de la “religación”, con lo que se beneficia la religiosidad. La filosofía critica a las iglesias, con lo que se beneficia la fe. La filosofía critica las supersticiones, con lo que se depuran las creencias. La filosofía critica los excesivos entusiasmos de la mística, el peligro de fanatismo en la profecía y la hybris de autoritarismo dogmático de los sacerdocios.

Cuando el pensador Nagarjuna introduce su bisturí crítico en el cuerpo de las tradiciones budistas para operar los tumores acumulados a lo largo de su historia, había que depurar la espiritualidad budista, que tiene su fuente en la práctica y mensaje de Siddharta Gautama, el sabio de los Shaka o Shakamuni, llamado el Buda, No es un mero juego de palabras lo que hace Nagarjuna cuando repite paradójicamente: “No digo que sí, ni digo que no; no digo que sí y que no; no digo ni que sí, ni que no; tampoco digo que no ni al sí, ni al no”.  Nagarjuna no está jugando con las palabras para desconcertarnos. Está practicando microcirugía sobre la tradición que hereda. Hacía falta ese examen de conciencia histórica y esa depuración de ganga y mena dentro de la tradición budista.

Tras la muerte del Buda se sucedieron corrientes de transmisión de su enseñanza. A nivel de predicación divulgadora se multiplicaron las leyendas, parábolas y florecillas pedagógicas. A nivel monástico e institucional se multiplicaron las regulaciones, preceptos y ritos. A nivel de religiosidad popular, se produjeron sincretismos prodigiosos con tradiciones politeístas. A nivel especulativo se desarrolló toda una escolástica tan complicada como la del Abhidharma, que deja pequeñas a las teorizaciones del cristianismo medieval. A nivel místico, surgió una inmensa literatura sapiencial, los sutras de la sabiduría.

Frente a todos esos desarrollos en diversos los niveles, tenía que levantarse la voz y el pensamiento crítico de Nagarjuna para criticarlos a todos, porque en todos hay un exceso, una exageración y una hybris. Diversas expresiones de la religión, populares o intelectuales, interiorizaciones místico-sapienciales o proyecciones sociales compasivas y liberadoras, moldes institucionalizados o libertades carismáticas, etcétera, ninguna está libre de exageraciones y, por eso, a todas apunta el disparo de la crítica de Nagarjuna. Ya sean monjes y monjas o laicos y laicas, ya sean reyes, sacerdotes o profetas, tanto de Oriente como de Occidente, no tienen derecho a patente de corso para navegar por los mares de la espiritualidad sin pasar por el control aduanero de la filosofía. Esta es la tesis aprendida de las negaciones de Nagarjuna y las preguntas de Sócrates, de los silencios del Buda y las parábolas de Jesús.

 Tanto las religiones etiquetadas convencionalmente como místicas, así como las clasificadas con el letrero de proféticas, u otras que no encajen en dichas tipologías, todas sin excepción necesitan hoy día redescubrir la autenticidad mística (interioridad) y la genuina praxis profética (socialidad) como tarea urgente del presente siglo, más allá del mero diálogo interreligioso. Todas las religiones heredan tradiciones de paz, pero todas ellas a lo largo de la historia se han desviado de sus raíces y han caído en la violencia: violencia en el interior de la propia religión, violencia entre las religiones y violencia entre las religiones y la sociedad. Está por resolver el problema de si las causas de estas violencias son meramente coyunturales o se insertan estructuralmente en la religión misma. Habrá que continuar la tarea de dilucidar esta cuestión en el lugar privilegiado del encuentro intercultural e intercosmobvisional de las religiones, oportunidad para su transformación mutua en beneficio del redescubrimiento de la ”religación”.

 

Tres propuestas desde la filosofía sobre el diálogo interreligioso: 

 1. El encuentro interreligioso no es suficiente. El encuentro interreligioso entre religiones con predominio del aspecto místico y de religiones que acentúan los rasgos proféticos no parece suficiente para superar las desviaciones fanáticas, exclusivistas o intolerantes que se han dado en la historia de casi todas ellas.

2. Hace falta reflexión autocrítica en el seno de cada religión. Hay que decir que es necesario un pensamiento autocrítico y hermenéutico para discernir en el interior de cada religión sus desviaciones y autoengaños. No propongo que absoluticemos la crítica de la modernidad, ni tampoco que nos quedemos en ella; solamente pretendo constatar que las religiones que no pasen por esa etapa crítica, seguirán sin aprobar la asignatura pendiente: la tolerancia, la apertura al pluralismo y a dejarse transformar por lo diferente, atreviéndose a “renegociar” psicológica y sociológicamente su identidad.

3. La filosofía ayuda a discernir las ideologías dentro de las religiones. Convendrá para esta tarea que la filosofía discierna a las llamadas “religiones monoteístas del libro” y a las religiones incluidas bajo el común denominador de “espiritualidades no-teistas”. Ambas se pueden influir y fecundar mutuamente. La reflexión crítica de la filosofía será un reto para ambas y, a la vez, una ayuda para explorar el futuro de las religiones o, en su caso, el futuro de nuevas formas de espiritualidad, religiosidad o “religación” más allá de las religiones.

 

Religiones monoteístas y religiosidades no-teistas en debate interactivo

 Reproduzco brevemente, simplificanda y estereotipando, una experiencia repetida en diálogos interreligiosos en Japón. Tras la intervención de un budista, pide la palabra un teólogo cristiano para decir que le ha producido la impresión de panteísmo. Un filósofo occidental levanta la mano para preguntar al mismo ponente si su noción de la Nada y el Vacío son formas de nihilismo. El budista responde que no le han entendido. A continuación, hablan representantes del judaismo, cristianismo e islam. Voces budistas dicen que “las tres religiones del libro” les parecen dualistas, muy personalistas y proclives al exclusivismo y la intolerancia. Ahora son estas últimas quienes dicen “no nos han entendido”.

Esta escena exagerada acentúa como toda caricatura rasgos típicos de la realidad.

Ante el reto del encuentro con religiosidades orientales, a las tres religiones monoteistas abrahámicas se les plantea la revision de lo que, visto desde fuera, produce la impresión (desmentida por sus apologetas)de ser un personalismo demasiado antropomórfico y un moralismo demasiado preceptista en las formas de vivir y expresar su fe.

Ante el reto del encuentro con las tres religiones monoteistas abrahámicas, a las llamadas religiones orientales se les plantea la revision de lo que, visto desde fuera, produce la impresión (desmentida por sus apologetas) de nihilismo metafísico y relativismo moral.

Al compartir y reflexionar en común sobre la historia de unas y otras religiones, tanto las de tradición abrahámica monoteista como las de tradición budista, se ven obligadas a reconocer la traición histórica de las religiones a la religiosidad, sobre todo por lo que se refiere a los problemas de la manipulación política de la religión o la manipulación religiosa de la política, con la consiguiente repercusión en la práctica de la violencia. Sería demasiado simplista vincular la violencia con la esencia de los monoteismos y seria ingenuo idealizar las tradiciones orientales como prototipos de no violencia. Desde una ética laica acompañada de crítica histórica habría que criticar las desviaciones violentas de unas y otras religiones cada vez que han traicionado el llamado religioso a la paz interior y a la pacificación social.

Decía un interlocutor budista que los cristianos parecemos demasiado tajantes en dogma y moral y demasiado antropomórficos al hablar de la divinidad y sus relaciones con el mundo y la sociedad. Pero, por otra parte, en conferencias de divulgación sobre budismo en paises occidentales, nos preguntan a menudo si el budismo es panteista o nihilista, y también nos preguntan sobre la impresión de relativismo y sincretismo. Reconozco que, en el primer caso, brota una reacción espontánea de hacer apologética, tratando de corregir la impresión producida por el monoteismo entre los orientales. También hay que admitir que, en el segundo caso, en cambio, surge una reacción espontánea de simpatizar con lo oriental y hacer igualmente apologética en su favor.

Sin embargo, en un segundo momento, frenando estas tentaciones apologéticas de uno y otro lado, uno reconoce que ambos cuestionamientos obligan a la autocrítica y la revisión a ambas partes. En estos debates interculturales e interreligiosos tenemos todos que renunciar a decir la ultima palabra y dejarnos más bien influenciar y transformar mutuamente para seguir creciendo humana y religiosamente. 

Diré como conclusión que, para evitar la tergiversación violenta de las tradiciones de paz, las religiones necesitan redescubrir el presupuesto místico y el acompañamiento crítico: en el budismo, iluminación y compasión conjugadas; en el cristianismo, conversión y discernimiento hermanados. Para el monje chino Chi-I (538-597), la receptividad de la iluminación y la crítica que descubre un nuevo modo de mirar son complementarias. En japonés, shi-kan, shi: pararse, y kan: mirar, es decir, detenerse a respirar y a contemplar o mirar de otro modo, el momento contemplativo y crítico respectivamente.

Esta conjugación de mística y crítica evitará que las religiones se conviertan en ideologías y, por consiguiente, justifiquen las violencias.

El peligro de desvirtuarse la religiosidad y convertirse en violencia acecha cuando se olvida el presupuesto místico y cuando falta el acompañamiento crítico. En el caso de la fe cristiana a lo largo de la historia occidental, cuando se ha convertido en ideología ha dado lugar a justificaciones de la violencia. También en Oriente, la religiosidad budista ha caído en semejante trampa cuando se ha convertido en ideología. Ambas tradiciones religiosas han sido manipuladas en esos casos por las instancias del poder fáctico y han acabado por ceder a compromisos que entraban en contradicción con su propia espiritualidad. Sin renunciar a la propia tradición espiritual, pero dejándose transformar mutuamente en contacto con otras espiritualidades, unas y otras tendrán que evitar convertirse en ideologías. Para ello quisiera contribuir la aportación de la filosofía como crítica de las ideologías.

92 comentarios

  • Quizá sea como dices Rodrigo, y que los padres del desierto y madres del desierto no fueran para nada gnosticos, mejor, mas misticismo.
    Lo que si es indiscutible, es que con el concilio de Nicea y Constantino. Cuando la iglesia se unió al poder politico, se le dió carpetazo a la autenticidad espiritual, y los maestros se convirtieron en sacerdotes funcionarios aglutinadores del imperio. El vaticano es una reminiscencia del poder romano. En la Edad Media, aún La iglesia les servia a los Estados que nacieron de la descomposición del Imperio. Pero ya no, solo les sirve la iglesia cristiana romana, a un determinado tipo de creyente, que incautamente entra a formar parte de su estructura asfixiante para la libertad. Por eso hay tantos colegios catolicos, los quieren poder adoctrinar desde la tierna infancia, es mas efectivo.

  • Rodrigo Olvera

    Misticismo hubo en el cristianismo gnostico, pero también en las corrientes del cristianismo que rechazaron el gnosticismo, por ejemploen siglo IV las madres y los padres del desierto, en Egipto y Siria
    Ojo, que no dego que sean mejores quienes rechazaron al gnosticismo.
    Solo digo que la distinción entre misticismo y voluntarismo, como si misticismo sólo hubiera en el gnosticismo, no corresponde a la realidad.
    Saludos

  • MAR Medina

    Bueno, querido amigo Luis Troyano, yo no he dicho en ningún momento que el budismo no es tan compasivo como el cristianismo, he hablado  del proceso de cada uno de los caminos, de puntos de partida, de posibles salidas por la tangente o quedarse a mitad de camino… Pero de ningún modo podría decir de sus primeros maestros, si los tomamos como modelo y canon, que Jesús fuera más compasivo que el  Buda. Es un juicio subjetivo en que no puedo entrar, y si nos atenemos a sus hechos, la propuesta de Jesús para reducir el sufrimiento es transformar la sociedad, y la del buda transformar al ser humano.  Ambos caminos, llevados a su cumplimiento perfecto llegarían al mismo punto: una sociedad transformada formada por seres humanos transformados.
     
    Quizá ha llegado el tiempo de que ambos caminos comienzan a converger, como de hecho creo que está pasando por el interés que despierta entre cristianos la práctica del zen –y otras prácticas orientales-, con lo que como bien dices, a medida que nos transformamos, ganamos en sabiduría y compasión, y podremos transformar la sociedad.
     
    Muchas gracias por tu reflexión.

    Saludos cordiales

  • ana rodrigo

    Discernir lo que en ocasiones podemos imaginar que es mística, es tarea harto difícil. Los seres humanos somos bastante complejos y podemos activar otros recursos sicológicos de carencias afectivas y compensación de las mismas autoengañándonos, con ilusionismos, e incluso a través de sicopatologías más o menos conscientes, etc. etc.
    Aquí viene muy bien aquello del evangelio de “por sus obras les conoceréis”. Por eso hay que ser muy auténtico y muy auténtica en lo que se dice ser, de lo contrario puede haber autoengaño hacia adentro y engaño hacia fuera, es decir, convertir la vida en una falsedad.

  • Rodrigo Olvera:
    El fuego que encendieron los gnosticos cristianos, con las deficiencias que vemos desde estas fechas contemporaneas, fué un fuego mistico, a eso me refiero. No se si me he explicado mal, o tu lo has entendido mal. Por otra parte, ya se que como todos, tengo mis deficiencias. Lo que ocurre es que creo en lo que digo, porque es mi particular verdad, que quizá a otro le sirva.

  • M. Luisa

    Querida Mar Medina, deseaba decirte hace ya algún rato, antes de  leer tu pregunta, que estoy muy de acuerdo contigo con la  respuesta que le das   al amigo Luis Troyano. No   podía dejar pasar por alto  este reconocimiento mío  aunque tan sólo  fuese     para compensar mi inconveniencia  de ayer.
     
    En cuanto a tu pregunta, Mar,  van por ahí los tiros pero  déjame que piense  cómo podría  de forma breve  enfocarla  de manera que se comprenda  bien. ¡Hoy hasta Pepe  Sala me ha leído!
     
    Un abrazo

  • Rodrigo Olvera

    Es una distorsion de la realidad afirmar que la compasion en el cristianismo haya sido un fuego encendido por los cristianos gnosticos.
    Compasion huba, ha habido y sigue habiendo tanto en los cristianismos gnosticos, como en otros cristianismos que rechazaron el gnosticismo, entre otras cosas por su falta de compasion (como movimiento, no en casos individuales que siempre hubo) hacia los pobres.
    Como sucede en otros debates (progresistas/conservadores; creyentes/ateos) congruencia e incongruencia se encuentran en ambos lados, y no son exclusivos de uno de ellos.
     
    Saludos

  • MAR Medina
     
     
    Lo que yo entiendo es que, a medida que nos transformamos, ganamos en sabiduría y compasión. Ganar en sabiduría es estar mas próximos a esa Realidad que escribes con mayúscula. Y ganando en sabiduría, ganamos en compasión. Pero esto, desde dentro, sin impostura alguna.
    Que el budismo no es tan compasivo como el cristianismo, es un mito. Si escribes en Google, o quizá también en Wikipedia, la palabra. Bodhisattva, te aparecerá una información, de que significa ser budista Mahayana. Te resumo que un bodhisattva perfecto, es “lomismito” “lomismito”, que un cristiano perfecto.
    El mismo Buda, si se dedicó a enseñar, fue por compasión, hacia la humanidad sufriente.
    En el cristianismo efectivamente, y ya lo digo… siempre ha existido un rescoldo del fuego que encendieron los cristianos gnósticos. Es la excepción que confirma la regla. Y siempre hay héroes del voluntarismo, como Vicente Ferrer etc.
    Le hubiésemos debido preguntar, si no se lo preguntaron, que se cocía en su interior, (a Vicente Ferrer) seguramente estaría despierto, pero esto es algo muy amplio que no puede equipararse a la Realización, Moksa, Iluminación, Satori, y hay mas definiciones para lo mismo. Porque lo que anuncia cualquiera de las palabras que apunto, significa que desde nuestra personalidad, que es única e irrepetible, podamos llegar al mismo estadio evolutivo que el Buda o Jesús. O sea, son palabras mayores.
    Comprenderá que si digo que el zen es una gimnasia espiritual, lo digo como ejemplo metafórico. Yo practico Zen desde hace muchos años. Me lo tomo todo lo seriamente que soy capaz, y me llena el espíritu. Dejé de buscar, porque encontré. Ahora solamente me ilustro.
    “Creo que es conocido el riesgo de que el anonadamiento alcanzado por la iluminación atrape al practicante budista, y se olvide de volver al mercado, que es lo que hace el practicante cristiano desde el primer momento.”
    Si desde el primer momento, acudimos a la plaza del mercado, acudimos con las manos vacías, y nos hacemos iguales que los que lo pueblan. En palabras cristianas seria “que nos ha ganado el mundo”. Mi máxima es “a Dios rogando y con el mazo dando”, esa es la que tengo puesta en mi perfil de Facebook. ¿Qué quiero decir?. Lo que dicen los maestros budistas Zen. Que al mismo tiempo que progresamos en todos los ordenes individualmente, lo hemos de hacer colectivamente. Luego, “hay que arrimar el hombro”.
    La compasión sin sabiduría: puede ser compasión idiota.
    Bueno, ya acabo, ante todo amigos, perdona mi vehemencia.

  • mªpilar garcía

    La experiencia mística o conocimiento interno, de ese “algo que bulle ” dentro del ser, todo persona puede alcanzarlo allá donde esté.
     
     
    Los diferentes  “seguimientos” a proyectos existentes en el mundo, tienen un mismo camino:
     
     
    ¡¡¡La búsqueda constante!!!


     
    Solo así, se pueden ir soltando ataduras, ritos vacíos, obediencias ciegas…  Dentro de movimientos, o fuera de ellos.
     
     
    Necesario: tener una mente- corazón abierta/o, sencilla/o, transparente, buena/o, desprendida/o, y una mirada que éste corazón implantará en cada ser humano, que decide buscar, laborar, entregarse…


     
    ¡Puede conseguirlo!
     
     
    Así vivirá en armonía con toda la creación.
     
    ¡Gracias!  Luis González Morán, cuando habla  desde su corazón… ¡es un gozo escucharle!
     
    mª pilar

  • MAR Medina

    Luis Gonzalez Morán:

    Muchas gracias por tu comentario, saludos cordiales 

  • MAR Medina

    M. Luisa, ¿la verdad se piensa y la realidad se percibe, de la misma forma que la la verdad pertenece al mundo de las ideas y la realidad es lo que es? 

    Si es así, gracias de nuevo por la puntualización, que comparto. Un abrazo

  • MAR Medina

    Maddi, me parece acertada tu puntualización:

     Pero volviendo a la objeción que le hago al artículo (desde mi más profundo respeto y cariño a su autor) hay un núcleo que nunca cambia, y que no tiene tanto que ver con la verdad que se revela como con la cualidad del corazón que la recibe y a través del cual se expresa: la sinceridad y la pureza… que puede tener que ver o no con que alguien sea filósofo o agente comercial. Si la intención no es pura la filosofía no servirá más que para agrandar el ego… Si el diálogo interreligioso –en el que los jesuitas juegan una buena baza– no funciona no es por falta de filosofía, sino porque en muchas ocasiones falta pureza de intención en los objetivos que se pretenden.

     
    Pureza de corazón es la clave para el diálogo interreligioso, pero en realidad y fundamentalmente para la búsqueda de la verdad. La pureza de corazón es otra forma de referirse al desapego –despego escribían los místicos castellanos- , igual que se recomienda al practicante budista no apegarse al ego, que es lo mismo que no centrar la atención y la dedicación en ese pequeño personaje que también somos…
    Desde la pureza de corazón es posible ver el rostro de dios, la naturaleza esencial de todo cuanto existe, sea cual sea la religión que se practique, así como saber reconocer la verdad que hay en las demás religiones.   
     
    La alusión que haces a que no basta la sabiduría para lograr una sociedad más justa es otro modo de decir lo que dije en un comentario anterior de que un paso más allá de la sabiduría-iluminación- es la vuelta al mercado, el último cuadro del cuento del boyero, ese paso más desde la iluminación a la compasión
    http://wwwhojasdehierba.blogspot.com/2009/01/el-camino-del-zen-los-diez-cuadros-del.html
    http://www.nematollahi.org/revistasufi/leertex.php?articulo=18
     
    Y claro que no, tampoco el budismo es perfecto, de ahí mi certeza sobre la necesidad de aprender unas religiones de otras
     
    Gracias por el enlace, ejemplo de esa verdad que se ve desde un corazón puro, sin distinción de raza, religión o tiempo.
    Un abrazo

  • pepe sala

    He de reconocer la mejoría dialéctica de Luis G. M.  Por ésa senda dejaré de tirarle piedras cuando pase.
     
    Pero mi asombro mayor ha sido el párrafo de Mª Luisa:
     
    “”Por otro lado  no  nos fijemos  tan sólo  en el aspecto elitista de la filosofía, es decir  pensarla  como algo   que sólo  concerniera al sabio,  sino  pensarla como  aquella capacidad fruitiva   que poseemos   para saborear las cosas. Es ese momento  preciso de la fruición donde las cosas nos dan verdad.  La verdad, ciertamente se da en nosotros, pero dándose en nosotros/as la verdad no es nuestra sino de las cosas reales.””
     
    Suelo tener dificultades para entenderla, sin embargo creo haber captado su idea en esta ocasión.
     
    Me ha llevado a mi  hoby de restaurar cosa viejas. Y es exacto lo que dice Mª Luisa. Cuanto más frotas el cobre, bronce, plata, etc mejor resultado se obtiene y más belleza muestra la pieza.
     
    Se nota mucho mejor en la madera noble. A medida que se va lijando la pintura vieja o los barnices, las preciosas vetas de la madera se resaltan con todo su explendor. Es  una satisfacción enorme contemplar la belleza escondida por capas de barnices o pinturas.
     
    Cuanto más esfuerzo requiere frotar ( lijar) más satisfacción se obtiene por los resultados. La VERDAD ( belleza real) suele estar bastante escondida.
     
    ¡¡ Toma filosofía fontaneril!!… Esta ni Aristóteles la hubiera descubierto y menos aún Diógenes ( que se lavaba más bien poco y tenía poco costumbre de frotar-se)

  • ana rodrigo

    Qué interesantes aportaciones estáis haciendo (Luis GM, enhorabuena. Te vigilaré para que no vuelvas por malos caminos, jajaja).
     

    Esta mañana cuando leí el comentario de Troyano, me quedé con la siguiente frase, “El misticismo no necesita de sacerdotes, necesita de maestros”. Creo que ese ha sido el error de todas las religiones y lo sigue siendo en el cristianismo. Una casta sacerdotal orientada a enseñar normas y dogmas, a rezar oraciones preelaboradas, a celebrar ritos y sacramentos ininteligibles, convierte en sujetos pasivos a todos los creyentes. Todo termina siendo algo exterior a la propia experiencia íntima y personal, los ritos terminan siendo objeto de obligado cumplimiento, los sacramentos terminan en rutinarias prácticas mágicas, los sacerdotes terminan siendo un obstáculo en tanto en cuanto acaparan todo el protagonismo del hecho religioso, desde un poder que sólo ellos poseen (uf, el poder…)
     
    Si a esto le añadimos que, además del sacerdocio, la vida religiosa, llamada vida consagrada supone estar o pertenecer a la primera división (perdón por la comparación con el deporte), el resto de los fieles quedan como una tercera categoría, como la tropa de infantería para quienes la mística es cosa de profesionales y la religión en una mera práctica religiosa….De hecho cuando preguntan a la gente si es cristiana suele contestar, soy creyente pero no practicante, es decir, que no voy a misa los domingos. ¡A ese absurdo ha llegado el hecho religioso!.
     
      Mientras que el hecho religioso debería ser algo intrínseco al sujeto religioso. Una religión de prácticas y obligaciones, nunca puede llevar a ninguna vida interior en la que el sujeto sea, a su vez, sujeto activo de sus propias experiencias, sus descubrimientos, sus avances o retrocesos en la vía espiritual en relación con algún Dios o con ninguno. La vida espiritual tiene entidad en sí misma independientemente de la religión.
     
    Efectivamente en un mundo occidental materialista, con un cristianismo mayoritario que no dice nada a la gente, llegaremos a la conclusión de que la experiencia mística sea cosa de minorías.

  • MAR Medina

    Hola Eugenio. Gracias por tus palabras y por tu sintonía, aunque sin duda haya también discrepancias, tan naturales como saludables.
     
    Estoy de acuerdo con lo que dices. Los cristianos que aspiran al conocimiento no lo encontrarán en el cristianismo, que hasta donde sé ni en las órdenes religiosas contemplativas se practica nada parecido, así que buscan en prácticas orientales de (mal llamada) meditación lo que no encuentran ya en su propia tradición cristiana, pues es una vía de conocimiento poco desarrollada en nuestra cultura.
     
    Pero al meditar (ahora sí: meditar) estos días en mi conversación con M. Luisa, Maddi, Luis y contigo, reconozco que quizá muchos cristianos excepcionales han hallado la misma sabiduría simplemente por la práctica, por la acción. Pienso concretamente en Vicente Ferrer, de quien creo que puedo pensar alcanzó el estado de despierto a través de su entrega desinteresada a los dalits de Anantapur, ¿acaso no vio en ellos el rostro de dios?
     
    En fin, cada cual debe buscar su propio camino, y en eso andamos…
     
    Saludos cordiales

  • MAR Medina

    Yo no lo veo así, Luis Troyano.
    La transformación del cristiano no es voluntarista, sino resultado del mismo mecanismo que transforma al budista: la conciencia de la Realidad, eso es lo que transforma, independientemente del camino recorrido para adquirir esa conciencia, del mismo modo que a Jesús le transformó la conciencia del dolor y la necesidad de los desheredados de su tiempo.
     
    Yo creo que en el seno del cristianismo ha habido ejemplos de personas transformadas, de quienes no se podría decir que son como cantos rodados. Pienso en Maestro Eckhart,  Hildegard Von Bingen, Teresa de Ávila o Juan de la Cruz, que profundizaron en el conocimiento místico, o en Monseñor Romero, Pedro Casaldáliga, Teresa de Calcuta o Vicente Ferrer, que profundizaron en el amor. Los cristianos que buscan caminos de conocimiento en tradiciones orientales buscan lo que actualmente el cristianismo ha olvidado, pero si siguen siendo cristianos es porque valoran lo que en el cristianismo han aprendido.
     
    Dices que la compasión está implícita en la sabiduría, pero no es el primer -o último, según se mire- objetivo budista, y al fin y al cabo, no todos los budistas alcanzarán el estado de despierto.
    Creo que es conocido el riesgo de que el anonadamiento alcanzado por la iluminación atrape al practicante budista, y se olvide de volver al mercado, que es lo que hace el practicante cristiano desde el primer momento.
     
    El budismo aspira a la liberación del dolor por el camino de la sabiduría, su punto de partida empieza en sí mismo.
    El cristianismo aspira a lo mismo, pero por el camino de la acción, su punto de partida son los demás.
    El practicante budista se transforma por la sabiduría, el cristiano por la acción. Y cualquiera de ellos que alcance el mayor avance estarán en el mismo grado de sabiduría-compasión independientemente del camino elegido, como lo alcanzaron el príncipe Siddharta y el carpintero Jesús.
     
     
    Pienso que se puede perfectamente ser cristiano y practicar zen, yoga o cualquier otra práctica que profundice en el conocimiento místico, sin dejar de ser cristiano, como se puede ser budista o ateo y trabajar desinteresadamente por mejorar el mundo, que no otra cosa es buscar el Reino.
    Pero no denomines gimnasia al zen, por favor, que es algo cualitativamente distinto de un mero ejercicio espiritual.
     
    Ahora bien, estoy de acuerdo contigo en que seamos cristianos o budistas, lo que necesitamos son maestr*s, no sacerdotes.
     
    Saludos cordiales

  • Luís González Morán:

    En pretender salvar la estatua deteriorada de la piedad, y con todo el tema, del valle de los caídos, no nos entenderemos, pero en esto ultimo que has escrito en este hilo, creo que si.
    Hay muchas tecnologías espirituales. Tu te refieres a lo que se conoce como la oración contemplativa, y añades comunión. Si por comunión te refieres a estar vinculado activamente en lo cultural y social humano, me parece perfecto. Si te refieres a la eucaristía, entonces matizo. Puede ser valida la eucaristía, para un determinado sector social (cada vez mas minoritario…) que no quiero calificar ni cualificar, para no ofender. Y la oración contemplativa, puede ser valida para otro sector dentro del cristianismo, mas evolucionado.
    Pero…, no existe frontera alguna, que marque, que para ser cristiano y evolucionar espiritualmente, nos hemos de limitar a la oración contemplativa. Porque puede ser también, por ejemplo, el Zen, o el Yoga. Además, que yo sepa, no está prohibido por la iglesia, ¿no es así?.
    Como todas las tecnologías, unas son mas efectivas que otras. Es potestad de la libertad del individuo, elegir la que mejor le cuadre; y no por ello deja de ser cristiano, por ejemplo. En cierta manera yo mismo soy cristiano. Pero también soy budista, taoista, sifi, etc. Es decir, sigo la espiritualidad autentica allá donde se de. Busco el grano y desecho la paja.
    Vosotros los sacerdotes, sois todavía en gran medida, los profesionales del mundo del espíritu que tenemos. Si yo fuese sacerdote (Dios me libre), pugnaría por abrirle al creyente, el horizonte de la contemplación. Sin exclusividad. Igual que los sacerdotes hasta ahora, han llevado a muchos pueblos, desde la magia, a la adoración de un solo Dios, vosotros sacerdotes debéis ser los pioneros que nos alejen del mito, y del materialismo chato que ahoga en espíritu.
    Se me puede decir, que hoy tenemos los psiquiatras, y es cierto. Pero estos profesionales, se especializan en el ego y su sombra. Pero lo que hay mas allá del ego, en términos generales, hasta ahora, solo los maestros orientales, han sido los que lo han conocido y entendido.

    Un cordial saludo. (Si quieres, enterramos el hacha de guerra…, y otra cosa…, Déjate seducir por los cantos de sirena…, no todo lo que existe fuera de la Iglesia es perverso. Hay sirenas buenas…)

  • M. Luisa

    Es que la intención, y  lo digo  también respetuosamente, nunca es pura. Sobra el condicional. Siempre es intención-de, de algo objetivo  subjetivado. Por eso, luego,   con razón se dice   que bien pudiera servir sólo  para agrandar el ego.

    El problema, pues,  no se resuelve reclamando pureza a las intenciones sino más bien preguntándonos  por qué esa pretensión de objetivar la realidad.

  • Luis González Morán

    Agradezco mucho la alusión que hace mi tocayo Luis Troyano a una frase del Mahatma Gandhi referida a los cristianos, porque la usado muchas veces en charlas y predicaciones y suscita en mí rumor de muchos torrentes. Es del siguiente tenor literal: “¿Ves este canto rodado? Pues los cristianos son como él: llevan siglos en el agua, pero si lo rompes, está seco por dentro”.
    Digo que he utilizado esta expresión de Gandhi en muchas ocasiones para intentar explicar a mis interlocutores y amigos algo que a mí como creyente y seguidor de Jesús me ha preocupado siempre: hemos trocado una religión plena de espiritualidad en un intercambio de actividad cultual. Efectivamente, estamos inmersos en el río de la vida y la fecundidad del espíritu y muchas veces, trágicamente, nos ha parecido suficiente el mero cumplimiento ritual, eso que se llama “cumplir”.
    Siempre me ha parecido de una veracidad trágica aquella expresión de Paul Claudel antes de su conversión, viendo a los fieles salir de las celebraciones eucarísticas de Notre Dame, en París: “Bajan del Calvario y bajan hablando del tiempo”. Me parece absolutamente necesaria una vuelta a la “contemplación”, es decir, a una vida de oración y comunión con Dios, que nos haga ir directamente a lo esencial: si no hay una vivencia profunda de la religiosidad, la propia predicación se convierte en publicidad y el apostolado en propaganda. Efectivamente, la oración/contemplación/comunión te llevará a la esencial conversión hacia los “criterios del Reino” y te librará de las seducciones del poder y de la tentación de la dominación. Y la conversión te llevará al compromiso fraternal y liberador, que no sea solo programa de seminarios y encuentros, sino norma de vida. Si  cambiamos la dirección, hacia lo hondo y hacia dentro, “el Reino de Dios está dentro de vosotros”, ahí encontraremos la fuerza y las claves para la solidaridad y el servicio.
    Y mantener siempre el sentido de vigilancia: nos acechan miles de sortilegios y cantos de sirena para olvidar los orígenes y las líneas matrices del proyecto de Jesús. Y esto hay que decirlo no también, sino precisamente, dentro de la Iglesia: este sí que será un buen tema para el Adviento que hemos comenzado.

  • M. Luisa

    Una reflexión a raíz de lo que se comenta. Lo que  a los humanos se nos revela no es la verdad sino la realidad. Comenzar por la verdad ha sido el gran error que  ahora mueve a las religiones  a reunirse en diálogo.
     
    Si  nada más  contactar con la realidad tuviéramos verdad no hallaría la razón motivos para su búsqueda.
     
    Las religiones han  prescindido  de ese momento   y se han situado a nivel de la verdad,  sin más pretenden ya  poseer la verdad. De ahí que  este esplendido artículo proponga hacer mediante la filosofía una retrospección hacia aquel primer momento de la religación  como punto de partida.
     
    Por otro lado  no  nos fijemos  tan sólo  en el aspecto elitista de la filosofía, es decir  pensarla  como algo   que sólo  concerniera al sabio,  sino  pensarla como  aquella capacidad fruitiva   que poseemos   para saborear las cosas. Es ese momento  preciso de la fruición donde las cosas nos dan verdad.  La verdad, ciertamente se da en nosotros, pero dándose en nosotros/as la verdad no es nuestra sino de las cosas reales.
     
    Saludos

  • MAR,
    lo que tú expones es el primer principio bahá’í, la relatividad de la verdad religiosa. Lo que llamamos revelación progresiva, es decir, que la verdad revelada lo es conforme a la capacidad de comprensión de la sociedad a la que va destinada. Por ello es necesario que se renueve de época en época, porque como tú dices la religión (en tanto que estructura religiosa) se ideologiza, se convierte en un conjunto de dogmas y ritos vacios de la esencia viva primitiva (a nivel personal siempre hay quien la sigue manteniendo) y se esclerotiza, se endurece como el hielo con los frios del invierno… y ahí, cuando parece que ya no hay esperanza, aparece una nueva primavera, y así una y otra vez.

    Pero volviendo a la objeción que le hago al artículo (desde mi más profundo respeto y cariño a su autor) hay un núcleo que nunca cambia, y que no tiene tanto que ver con la verdad que se revela como con la cualidad del corazón que la recibe y a través del cual se expresa: la sinceridad y la pureza… que puede tener que ver o no con que alguien sea filósofo o agente comercial. Si la intención no es pura la filosofía no servirá más que para agrandar el ego… Si el diálogo interreligioso –en el que los jesuitas juegan una buena baza– no funciona no es por falta de filosofía, sino porque en muchas ocasiones falta pureza de intención en los objetivos que se pretenden.

    En ciertos ámbitos suena bien lo de diálogo interreligioso, diálogo, tolerancia… no como esos carcas vaticanos que creen tener la exclusiva de la verdad. Vale, pero la verdad es que muy poca gente llega al verdadero diálogo, no porque sea difícil sino porque lo que buscan es otra cosa (y lo que buscan hallan)  pero no se cuestionan el núcleo de la cuestión, las relaciones de poder. Y así van surgiendo nuevos gurús, los que saben (filosofía, hermenéutica o astronáutica) que sientan cátedra sobre lo que es una u otra religión, si religa o no religa, las diseccionan y clasifican según sus categorías, heterodesignaciones consensuadas entre los que se erigen en autoridad, pero ajenas a las cosmovisiones a las que hacen referencia, sin tener en cuenta que en todas ellas hay quien liga y quien no liga… lo que se ve claramente cuando se está en diálogo…

    Me resulta curiosa esa diferenciación entre mística y profética, me pregunto en qué punto del binomio me colocan al nazareno… en fin…

    Pero no creas que no me ha gustado el artículo, me ha parecido muy interesante lo que cuenta sobre el budismo, realmente Masiá es un hombre erudito. El budismo está muy idealizado en nuestra sociedad, pero a poco que conozcamos su historia veremos que ha sufrido las mismas enfermedades que el cristianismo… cambia imperio Romano por imperio Mongol… de nuevo poder político y religioso juntos, por no hablar del estado feudal del Tíbet hasta 1949 donde el Dalai Lama era la máxima autoridad tanto política como religiosa y donde, por cierto, las mujeres no tenían mejor consideración que en el más rancio catolicismo… Que a mí me parece genial que los monjes budistas tengan el cerebro funcionando de maravilla y que sean super felices, pero eso es como la filosofía, que puede dar mucha satisfacción personal, pero que si no fructifica en una sociedad más justa no pasa de ser otro engaño del ego. Porque como decía aquel: la sabiduría queda demostrada justa por sus hechos.

    Por cierto, hace un tiempo preparamos una pequeña presentación para un encuentro interreligioso, en el que por cierto estaba Masiá, que puedes ver aquí: http://www.gunee.org/2010/03/foro-religioso-popular-gasteiz-video.html

    Espero que te guste… lo del cafelito no se me olvida 😉

  • eugenio

    Mar: me identifico mucho con tu forma de pensar y creo que Luis tiene mucha razón en la busqueda de espiritualidad que hacemos los cristianos sobretodo en el budismo, que en efecto nos conecta con el universo de manera natural, yo creo que conectando ambos hemisferios cerebrales, dicha espiritualidad dificilmente es encontrada en el catolicismo, con algunas excepciones, por lo que quien encuentra el camino de espiritualidad en practicas orientales dificilmente regresa a buscarla en su religion materna.

  • MAR Medina

    Hola Maddi:
     
    Leo tu comentario con interés, y no discrepo… del todo.
     
    Tienes razón en cuanto a que cada religión es un sistema completo en sí mismo (aunque estarás conmigo en que no perfecto), y naturalmente adecuado a los valores y la mentalidad –la cosmovisión, palabra que aprendí de Rigoberta Menchú- de la civilización en la que ha nacido.
    Y desde luego, ni Jesús ni el buda se necesitan para completarse.
    Hasta aquí, de acuerdo contigo.
     
    Pero nosotros no somos ni Jesús ni buda, ni vivimos en su tiempo y su realidad social. Con el paso del tiempo cambian los valores, los sistemas religiosos se ideologizan (en el mismo sentido que precisamente explica M. Luisa en el comentario anterior al tuyo) incluso se deterioran, como toda obra humana, empiezan a aparecer desajustes y la distancia entre la religión y la sociedad puede ser inmensa, hasta la ruptura. Si el sistema de desarrollo que es una religión deja de ser útil, la religión desaparecerá antes que la cultura en que ha tenido lugar. De hecho, no dejan de aparecer nuevas religiones, tú lo sabes bien.
     
    En el caso concreto del cristianismo y el budismo, las dos que más conozco (no lo suficiente quizá para seguir profundizando en esto, perdón por el atrevimiento si me equivoco), las carencias que puedan tener aumentan con el tiempo.
     
    Para poner ejemplos concretos:
    El cristianismo pone el acento en la caridad, aprecia la dimensión humana de dios.
    El budismo ahonda en la sabiduría, aprecia la dimensión divina  de todo cuanto existe. Me permito usar ese término, aunque en el budismo no se habla de divinidad como algo separado de lo que existe.
    Ambas ven lo mismo, pero desde puntos de vista distintos, de forma que aquello en lo que menos inciden puede quedar en segundo plano, incluso olvidado.
    Así que el tiempo –y sin duda la ideologización- ha enterrado la dimensión mística del cristianismo, la misma que le permitió a Jesús conocer al Padre y que es imprescindible para el ser consciente que es el ser humano.
    Igualmente, en el budismo se corre el riesgo de quedarse atrapado en la felicidad de saber que todo está bien como está, y olvidarse del dolor y la necesidad de los demás.
     
    Yo creo que el cristianismo puede aprender del budismo a profundizar en la sabiduría, y el budismo puede aprender del cristianismo a profundizar en la compasión.
    Pero, bueno, todo esto no es sino una opinión más, un punto de vista como tantos otros.
     
    En fin, amiga, ¿para cuándo ese cafelito? Un abrazo

  • MAR Medina:
     
    Fue Gandhi, el que refiriéndose a los cristianos, los comparaba con cantos rodados de un río, pulidos por fuera, pero duros en su interior.
     
    El cristianismo, por mas que propugna el amor al hermano, está intrínsecamente impedido para convertirse en herramienta útil que nos transforme y nos haga menos egoístas. Porque este cristianismo, no transforma, se limita a espolearnos a ser caritativos y amorosos, de forma voluntarista. No nos da medios para una practica espiritual que nos haga menos egocentricos y egoístas. ¿Por qué sino?. Hoy existen cristianos que encuentran en el Zen “algo”. Si en el cristianismo lo tuvieran, no recurrirían a otra tradición.
     
    No creo que el concepto de compasión se hubiere añadido al budismo tardiamente, porque sabiduría y compasión son simbioticas. No puede existir Iluminación sin compasión.Personalmente, no combato religión alguna, (si acaso, denuncio patologías sociales) porque todas tiene un lugar al Sol. Simplemente plasmo en mis comentarios lo que pienso. Las religiones abrahamicas están tocadas de muerte, es cuestión de tiempo. Pero la evolucion de la conciencia humana, marcha en contra de estas religiones. Lo que ocurre es que en su interior tiene la semilla de un renacimiento acorde con nuestro actual y futuro nivel medio de conciencia, y es su vertiente mística. Sojuzgada esta vertiente por la casta sacerdotal de las tres religiones.
    El misticismo no necesita de sacerdotes, necesita de maestros. Pero estas tradiciones abrahamicas estan incrustadas todavía en nuestras culturas, y son un vehículo muy valido, para transportar al creyente desde una adoración mítica, a una practica espiritual transformativa. Quiero decir, por ejemplo: que un creyente cristiano, si practica Zen, que es como una gimnasia espiritual, por añadidura está transformando el cristianismo, y haciéndolo valido para nuestros tiempos. Siempre habrá quien se quede solo con lo mítico prerracional, pero otros encontraran lo que necesitan en el mismo cristianismo, por ejemplo, que como digo, está incrustado en su propia cultura.
     
    Con todo, la espiritualidad oriental está muy bien, para transformar al individuo y hacerlo mas sabio y compasivo. Pero desconoce el campo intersubjetivo de la cultura y la sociedad. Ahí, habria que añadir la visión, del enfoque Integral, de Ken Wilber, y los integrantes de su Instituto y seguidores, entre los que me cuento. Es decir, El budismo, por ejemplo, como maximo exponente del espiritu de Oriente, desconoce el porqué el postmodernismo, combate el “mito de lo dado”. Es fundamental, que la mente pensante este alineada con la practica espiritual, de lo contrario seriamos gigantes en un aspecto, pero pigmeos en otro.
     
    Un cordial saludo

  • Carmen (Almendralejo)

    Si Maddi, y sobre todo que cada religión lleva la imposición cultural y antropólogica de quienes han nacido bajo ese imperio que la mayoría de las religiones han ido cimentando bajo los paradigmas de ciertos criterios o de muchos que los filósofos pusieron sobre el mantel.
    Hoy seguimos sufriendo en nuestras carnes muchos de ellos, y por desgracia para la misma realidad de la persona frente a su religiosidad, que no le han permitido despojarla de la ojaracas seca y muerta, y con el único fin de que sigamos prendidas a esa rama que pueblan los árboles de las religiones.
    Somos un número, para sus líderes que bajo los millones intentan imponer ese encuentro suyo y personal, que para nada o casi nunca es generador y fructíero a titulo personal y libertad del Yo más humano y más sagrado en correspondecia sin dualidades

  • Os leo con atención  y discrepo. No creo que las religiones tengan que aprender unas de otras, cada religión es un sistema de desarrollo espiritual completo en sí mismo, no necesita de otros sistemas para ser comprendido. El mensaje de Jesús es completo en sí mismo, no necesita del de Buda para completarse.
     
    Somos los creyentes de las diferentes religiones, las personas en general, las que necesitamos conocer otras religiones, dialogar con los que las pactican para comprender mejor nuestra propia religión, para comprender aspectos de nuestra propia tradición religiosa de las que no eramos conscientes, para distinguir lo religioso (lo que re-liga) de lo cultural (tradiciones, costumbres…), para evitar actitudes exclusivistas, para darnos cuenta de que nuestra verdad y la de los demás no son dos verdades diferentes… si es que dialogamos con el corazón.
     
    Si pretendemos que el diálogo es cosa de “las religiones”, es decir, los “expertos”, “intelectuales” y que se haga de forma “seria”, es decir, a nivel puramente académico, llegaremos a la misma conclusión que expone Masiá, que ni nos entienden ni nos pueden entender… Por otra parte, respecto a que sea la filosofía la que mida la religión, me preguntaría ¿está la filosofía reservada a los académicos? ¿no existe capacidad crítica en la gente común?  ¿sabe más de religión (está más re-ligado) un teólogo o un  filósofo que un carpintero?
     
    Pues eso 🙂

  • M. Luisa

    Quisiera aportar una  reflexión que  viene a cuento sobre algo  de lo que hablé ayer  con  excesiva  brevedad. Y es clarificar de algún modo   el sentido afirmativo que le doy a la frase   cuando recuerdo, sobre todo,   al estar hablando de la trascendencia,  aquello  tan remarcable que digo de que,    en dónde  realmente estamos los seres humanos, es precisa y formalmente   en la realidad.
     
    La Religación como fundamento nos da la clave de la felicidad porque  para el ser humano  lo fundamental  no es el mero estar en un medio, por ejemplo,  sino el saber   estar en la realidad
     
    La religión ha incidio sin escrúpulos  sobre el objeto del saber como presencia y como tal  nos ha remitido  a la idea. La    consecuencia de  esta transposición de valores  ha sido la ideología  como dominancia. Mientras que la religación  incide sobre el saber no de una presencia que estuviera más allá sino un saber  propio del estar mismo  que se hace presente. Y repito, como  en donde se está es en la realidad ésta fuerza al ser humano a entrar en sí mismo y a partir de ahí  conocerse y penetrar con luz  en las cosas y en el mundo.

  • eugenio

    “Pero cada ser humano, cada cristiano, cada católico, y la comunidad que conforman, es el territorio en que vive la religión. Cada uno de nosotros somos los que podemos hacer real nuestra dimensión más auténtica, profundizar en el propio corazón.”  Mar M.
     Soy  nuevo en esto y todos los comentarios me han enriquecido sobre todo por el acervo cultural y el dominio del lenguaje y los terminos, reconozco en ustedes a verdaderos conocedores del tema y agentes de cambio lo que fortalece mi optimismo en esta tarea, que no se como empezar, de encontrar la escencia de la espiritualidad de cada religión, para enlazarlas y enriquecerlas. Gracias por compartirse, gracias por su luz.

  • MAR Medina:
     
    Muchas gracias por tu cordialidad. Quizá mañana pueda decirte algo al respecto de tu ultimo comentario, que quiero decirte.

  • MAR Medina

    Está bien tu observación,  Luis Troyano. Permíteme algunas puntualizaciones necesarias a mi comentario, para lo que recuerdo cómo terminé el primero, al que te refieres.
    Sin necesidad de apelar al sincretismo, sino, por el contrario, respetando lo que a cada una de las religiones caracteriza, considerando sus hallazgos y cualidades, es necesario y enriquecedor el diálogo, hay mucho que aprender de las demás, y un buen punto de partida es la mística, porque ese es el punto común –con sus matices propios- de toda religión auténtica.
     Es cierto que me he referido a toda religión, pero pensaba en las grandes tradiciones que conozco que han descubierto la dimensión mística, a cada una de ellas considero como religión auténtica, porque la mística es el punto de contacto con la Realidad que las hace verdaderas religiones. Me refería, pues, al hinduismo, budismo, taoísmo, judaísmo, cristianismo e islam. No conozco lo suficiente las tradiciones amerindias y africanas (mucho menos las australianas…) como para ponerlas al mismo nivel que las citadas, y carezco de criterio para valorarlas, pero se me ocurre que una buena vara de medir la autenticidad de cualquier religión es lo alejada que esté de la magia, si bien creo que todas las grandes tradiciones religiosas que he citado adolecen a su vez de una versión popular que, me parece a mí, sigue impregnada de esa magia que denuncia Juan Luis Herrero del Pozo como algo a depurar.
     
    Tú estableces grado de valor a las diferentes tradiciones, parece que entiendo que consideras el budismo como la más elevada, de lo que deduzco que ponderas sobre todo su desarrollo de la mística. Estaría de acuerdo contigo con ese criterio de valor, pero creo que no hay que olvidar lo que cada una de ellas aporta a la humanidad. Así, en cuanto al aspecto humano, opino que la consideración de igualdad y valor del buscar el bien del otro, el cristianismo lleva la delantera. La compasión budista, equivalente del amor cristiano, apareció tardíamente en el budismo.  
     
    Al fin, el valor que cada tradición tiene se lo da lo que a cada persona le aporta esa tradición, lo que le facilite avanzar hacia la Realidad, por eso toda religión auténtica me parece válida, es una cuestión de perspectiva y de identidad.
    Como cristiana creo que esa Realidad no está separada de los demás seres humanos, y me debo a ellos en la misma medida que en la busca de la verdad. Pero puedo aprender del budismo, concretamente del zen,  el excelente camino de conocimiento –sabiduría, mejor dicho- que apunta directamente al corazón.
     
    Por eso pienso que en el mundo actual, en este momento evolutivo,  estas grandes tradiciones tienen mucho que darse, enseñar y aprender  unas y otras.
     
    Muchas gracias por tu comentario. Un saludo cordial.

  • MAR Medina:
    “El diálogo interreligioso es necesario, y debe ser especialmente cuidado, en un mundo globalizado, sin olvidar que cada religión no es sino la aproximación a la misma Realidad desde las diferentes culturas a que ha dado lugar la humanidad, por eso no hay unas más válidas que otras.”
    Estoy de acuerdo, en que cada religión es obviamente valida para la cultura donde se ha dado. Pero, el mundo no es chatamente plano, existen alturas de valor. Si aplicamos altura de perspectiva; el cristianismo está mas alto que el animismo, el budu. Y el budismo mas alto que el cristianismo el islam y el judaismo que conocemos, no el cristianismo ideal, ni el islam ideal, ni el judaismo ideal.
    El punto mas alto, es el de Jesús o el Buda. las instrucciones mas altas que da una religión, son aquellas mas exactas y claras para llegar al lugar donde han llegado los pioneros. Y en esto, opino…, que el budismo las da, las instrucciones, meridianamente claras.
    Hoy tenemos acceso a todas las religiones y todas las culturas, y podemos comparar. Ygual que existen culturas mas evolucionadas que otras, existen religiones. Esto sin perjuicio de que todas son legitimas.
    Cada cual con su opinión…, la mia repito. Es la de que existen alturas de valor y autenticidad.
    Admito, no obstante, el que, es posible que el paradigma que pinta el budismo, no le valga a según que persona, y tal como digo, sea igual de legitimo que el budista, el de esta persona.
     

  • M. Luisa

    Uff!! Querida Ana tocas una cantidad de cuestiones  en las que precisamente  en torno a ellas  iba referido  mi comentario anterior. Es verdad  que  la idea la  he simplificado mucho  pero es porque  tengo  la atención puesta en otro hilo.  No obstante  déjame añadir algo con respecto a lo que dices. Pienso   que  una cosa hay que tener clara y es que  tanto esa gente que  dices busca otra cosa distinta a lo que ve y toca,  como  también  los místicos,   todos ellos/as,   repito y   todos nosotros/as en definitiva   en donde estamos   es en la realidad  lo que ocurre  Ana es que  los primeros   a quienes  nombras como  gente, sociedad, etc.,  sitúan la realidad    fuera de su alcance, es decir,  no la perciben en aquello que ven y tocan, en cambio  para los místicos todo  es gracia  (religación).

    PD. Hace ya un buen rato que intentaba, sin que me fuera posible,   introducir este comentario mucho antes de  leer la reflexión  de Mar Medina…por lo que aprovecho para enviarte un abrazo.

  • MAR Medina

    Querida Luisa, no solo no pasas una…¡¡además hilas fino!!
     
    Ahora me veo obligada a explicar que he sacrificado la precisión al estilo, pues efectivamente, tal como tú consideras, el término correcto para la mística en la religión es dimensión, y fue lo primero que escribí: dimensión mística de la religión.
    Dimensión, porque es algo que hay que recorrer, y no aspecto, una simple apariencia perceptiva, visual en este caso.
     
    Si cambié la palabra -tan apresurada como inadecuadamente- fue por no repetir dimensión, empleada un renglón más abajo, y varias veces más en el resto del comentario, siempre con referencia a la mística.
     
    Gracias, en todo caso, por la aclaración y tu cuidadosa atención.
     
    Un abrazo

  • Carmen (Almendralejo)

    Malos tiempos para filosofar, peores para intentar que se busque aquello que no está en el primer peldaño de la pirámide social.

    Si vemos que la posturas yargumentos filosóficos de aquellos “Grandes Hombres de la filofía”  en los Atrios de Atenas podemos ver que de espalda a la sociedad intetaban dar forma o vestigio a D*s, y sus argumentos y razones estaban por encima de cualquier de las primeras lógicas
    Que no era otra que no imponer con argumentos e  imposiciones sus vaguedades sobre aquello que era llamado el bien y el mal

    ¿Pero para quien o para qué parte de la sociedad?

    Unir a la persona con aquella esperanza o fe de nacida sin contaminación alguna, era imposible como lo es hoy, y para comprobar, solo falta mirar como eran aquellas gentes que se acercaban al Galileo, no buscaban doctrinas, simplemente buscaban consuelo aquello que les lastimaba de una u otra forma.
    Porque solo la persona consolada puede subir al otro peldaño que le permita vislubrar la pirámide, es decir plantearse algo más que solo sea curar su salud, comer, o quitarse el frio.

    Los filósofos griegos acogieron aquella frase a la entrada de sus templos a “Ese Dios desconocido” que tambien le vino a Pablo para adoctrinar sobre su fe en Grecia, creo que esa frase de los templo o atrios atenienses siguen estando más vigente que nunca, porque de aquella filosofía se hizo un revuelto para que la torre fuese maziza, sin mortivos y lugar a que aquella frase del dios desconocido se pudiese dar.
    Sin embargo, cada vez, compruebo más y más que mientras más intentan desvelarme a D*s, en cualquier religión más lo alejan de mi…

    Y quizás sea, que no supe aceptar ese bautismo de rio, y dejar que se abriese ese tercer ojo que nos permite descifrar que D*s no está fuera de nosotr*s.

  • ana rodrigo

    Poco a poco van saliendo cuestiones en los comentarios de mucha envergadura y de difícil respuesta, quizá sea éste el motivo por el que este hilo está un poco paralizado.
     
    Cada sociedad, desde el principio de la humanidad, ha buscado otra cosa distinta a lo que ve y toca, es decir a la inmanencia. Es como una necesidad de inmortalidad que se ha proyectado sobre la idea de que esto no se termina con la muerte. A esta búsqueda del “antes de” y el “después de” mi existencia los seres humanos le han dado autoría, lo ha llamado DIOS. Esto nos llevaría a la conclusión de que Dios es un ser creado por los humanos. Después vendrán los místicos que experimentan esa otra dimensión que está fuera del alcance de la mayoría de las gentes y que dicen constatan de que Dios existe, o bien de que viven otras experiencias intangibles pero reales.
     
    Hasta aquí estamos hablando de trascendencia a la que no tenemos acceso, pero sí lo tenemos a la fenomenología de las religiones. Con el dios de cada religión, la clase sacerdotal (diríamos en tono familiar, los listillos) han ido creando un organigrama de creencias, de dogmas y de obligaciones que, por un lado es muy útil para unir y compactar sociedades uniformes (cada vez menos) y, por otro lado crean un ética (hasta hace poco, casi exclusivamente religiosa) que mantiene el orden en nombre de Dios.
     
    El problema se plantea en las sociedades modernas, racionalistas, increyentes, con ética civil autónoma, y sin necesidad de otra vida en el más allá. A partir de aquí, habrá que ir purificando todas las religiones desde estos parámetros nuevos a escala histórica, y en la línea que dice MAR de autentificar el sentido de la religión, de lo contrario las religiones serán una ideología más, unas más perversas que otras en cuanto a las imposiciones a sus seguidores con el chantaje de promesas de salvación y más o menos perversas en las relaciones mutuas que conllevan los enfrentamientos o el coque de civilizaciones, es decir, de religiones.

  • Luciano Vazquez

    ¿Al fin y al cabo que diferencia hay entre un animista, un judio, un islamista, induista, budista,etc.?
    Todos ellos, ejercitan la cultura donde se han realizado, viven su vida acorde su religión, sus principios, su desarrollo, estan orientados a la busqueda de la felicidad propia y del conjunto, así, como a una preparación para el  más alla que ha de venir.
    No hay ninguna religión que prometa cataclismos para el ser humano que la practique, ni por supuesto infelicidades, ni imperfecciones.
    La busqueda interior esta en todas ellas, de un modo u otro y al fin y al cabo, todas buscan la perfección del ser humano.
    Dentro de cada una de ellas hay diferencias culturales, de pensamiento, de un sin fin de cosas, que hacen imposible que el dialogo sea unificador.
    Respetemos la religión de cada cual, entendamos que de algún modo busca lo mismo y que Dios, como dice el dicho en la casa de todos y yo en la mía.
    Paz para todos

  • M. Luisa

    Desde mi experiencia personal pienso que en el ejercicio  crítico  filosófico  de  la religión,  ante todo se requiere  cierta    disponibilidad  para  replantearse o a preguntarse de nuevo por la veracidad de los conceptos que hasta el momento hemos manejado.  Porque si las religiones, o mejor la religión católica  que es la que yo he profundizado  ha derivado en ideología, ha sido en gran parte   porque hemos  reducido la verdad   a algo que meramente lo hemos definido por  auténtico. Mar Medina me ha hecho pensar en ello al referirse  al aspecto místico de la religión, que si me permites Mar,  por lo que acabo de decir sobre los conceptos,  yo no hablaría de  aspecto sino de  dimensión mística. Haciendo esta pequeña rectificación nos lleva a resultados sorprendentes pues  se comprueba ciertamente que el aspecto de las cosas nos pueden dar en apariencia autenticidad sin embargo en su dimensión real lo que nos dan las cosas es su verdad.  Ésta verdad ya habita en la religación lo que ocurre es que, en la sin espera  la afirmamos como auténtica  perdiéndonos  en categorías que las religiones nos dan ya masticadas  privándonos por todo ello  consciente o inconscientemente de  su  dimensión real. Es  por tanto desde esta nueva perspectiva donde  en actitud de búsqueda será  la verdad la que  nos saldrá al encuentro posibilitando su ratificación.
    Un cordial saludo

  • MAR Medina

    Me parece muy interesante la síntesis que hace Juan Masiá de la evolución de la mayoría de las religiones hacia ideología, con lo que a partir de ese momento se esclerosan y se blindan para perpetuarse, y ese mismo hecho, creo yo, es lo que hace que se alejen cada vez más del objetivo que dio lugar a su aparición.
     
    Lo que autentifica a una religión es precisamente su aspecto místico, que posibilita la vivencia de la dimensión más sagrada del ser humano, aquélla en la que es posible el encuentro con su más auténtica y primigenia esencia.
    Y diría que cuando más se desvía hacia la ideología, y a todos sus intereses y servidumbres, más se olvidan sus aspectos místicos. Así ha ocurrido con el cristianismo.
     
    La propuesta de Masiá de recurrir a la filosofía como ciencia aplicada a la crítica de la religión me parece genial. La filosofía para validar la religión. Porque la crítica es necesaria como en cualquier empresa humana. Es algo así como el control de calidad, sin el cual cualquier obra degenera y decae.
    Me pregunto si el catolicismo, que es la religión que más conozco por haber sido educada en su seno, no lleva demasiado tiempo dominado por la ideología, por los intereses del aparato vaticano; costará vencer esa inercia de siglos.
     
    Pero cada ser humano, cada cristiano, cada católico, y la comunidad que conforman, es el territorio en que vive la religión. Cada uno de nosotros somos los que podemos hacer real nuestra dimensión más auténtica, profundizar en el propio corazón, y juzgar seriamente qué hay de falso en lo que llaman religión –y acaso contenga demasiada ideología- y mejorar entre todos la capacidad humana y social  de crecimiento personal y aproximación a la verdad que puede ser promovido por ella.
     
    El diálogo interreligioso es necesario, y debe ser especialmente cuidado, en un mundo globalizado, sin olvidar que cada religión no es sino la aproximación a la misma Realidad desde las diferentes culturas a que ha dado lugar la humanidad, por eso no hay unas más válidas que otras. Son tan relativas como la propia humanidad, y el proselitismo religioso no solo no tiene sentido, sino que es un aspecto más de ese perverso dominio de una población sobre otra llamado colonización.
    Sin necesidad de apelar al sincretismo, sino, por el contrario, respetando lo que a cada una de las religiones caracteriza, considerando sus hallazgos y cualidades, es necesario y enriquecedor el diálogo, hay mucho que aprender de las demás, y un buen punto de partida es la mística, porque ese es el punto común –con sus matices propios- de toda religión auténtica.
     
    Muchas gracias por el artículo. Saludos cordiales

  • M. Luisa

    Vaya,  con la”religación”,  me satisface  que esta vez  no sea  yo quien trate de aproximar  el texto a mi  pensamiento para hablar de su contenido,  sino que por la inclusión del concepto “religación” en él sea, esta vez digo,  el texto el que se aproxima a mi modo de pensar.
     
    Pienso que  toda  crítica a la religión que en un momento posterior, pero determinante,  podamos   hacer sin caernos por ello     en el vacío,   lo  posibilita precisamente este momento previo,   el hecho mismo de la religación. Es decir,  el  hecho de sentirnos religados con el poder de lo real de las cosas  mediante las cuales no sólo hacemos nuestra vida sino  que con ellas nos realizamos.
     
    Esta doble condición es la que nos hace ser más que simples sujetos. Las cosas nos tienen sujetos pero lo real de ellas nos abren a la  responsabilidad haciéndonos, al mismo tiempo,  libres en la realidad  consciente que somos.
     
    Lo descrito así, pues,  es lo que queda, que es mucho por no decir todo,   tras la depuración  religiosa. Por tanto las relaciones humanas con lo sagrado son previas a la concreción de éstas expresadas  históricamente en  las religiones. Es  esta anterioridad, precisamente    lo que posibilitará más tarde  la marcha atrás en la búsqueda de la verdad. De ahí que brinde  la filosofía,  exenta de todo elemento religioso, el apoyo  necesario para esta búsqueda.
     
    Con todo,  yo no diría como  en  un punto dice el artículo  que la filosofía critica  a las religiones  para bien de la religación, sino todo lo contrario ésta a mi modo de ver no le afecta en absoluto la crítica. La religación queda intacta precisamente, primero porque no se trata de una teoría sino de un hecho real.  Y segundo,  también por lo que he dicho antes,  porque después de toda  crítica realizada no nos deja en el vacío sino que nos conecta  precisa y formalmente  con la espiritualidad,  fin último al que debería apuntar toda religión
     
    Gracias J. Masiá, un cordial  saludo

  • Antonio Vicedo

    .- Si por filosofía entendemos aprecio, estima, amor a la sabiduría que se concreta en buscar, estimar y valorar la verdad que se nos ofrece en la realidad en general y, sobre todo en nuestra propia realidad, sobre ella ejerceremos la principal crítica con el fin de constatar, si nuestra racionalidad y nuestra práctica se ocupan verdadera o falsamente de esa nuestra realidad  personal común y universal, con sus características  identificativas de consciencia, libertad y responsabilidad,  constitutivas de nuestra condición inalienable de SUJETOS.
    Esta condición de SUJETO, propia de toda persona,  es la materia prima auténtica que no puede ser sustituida por nada,  y cuya cualidad,  tiene que asegurar, tanto el reconocimiento de la identidad y calidad valorativa  de cada individuo, como la  de ajustada interrelación social de los mismos,  y aún la relación optativa con la REALIDAD TRASCENDENTE o religiosidad.
    Todo lo humano tiene que  concretarse  en que no se frustre o falsee esa identidad PERSONAL a lo que me refiero como materia prima en tanto SUJETO INALIENABLE.
    Cuando tratamos de religiones y de su autenticidad o desviaciones por las que las comparamos o relacionamos entre sí, hemos de tener esto muy presente, pues cualquiera de ellas,  o todas, si  consideran a la PERSONA como SUJETO y a sus relaciones interpersonales o con la Realidad Trascendente, como tales, estarán mostrando autenticidad real, o desviación falsificadora por violentar la realidad más fundamental de la PERSONALIDAD.
    Nos llama la atención el comportamiento de las distintas religiones tanto de oriente como de occidente, monoteístas o espiritualistas, cuando se excluyen por criterios de más o menos verdad o autenticidad, de lo que derivan sus proselitismos fanáticos  interesados, o sus exclusivismos violentos incluso mortales.
    Pero donde hay que aplicar esa crítica filosófica para descubrir las reales desviaciones de cada una de las actitudes religiosas  y las consecuencias que de ello se derivan es,  en si se plantean reconocer, alentar y defender el carácter de SUJETOS PERSONAS de sus propios miembros y de los que lo son de otras, o de ninguna.
    El arquetípico ancestral -“Hagamos al SER HUMANO a  NUESTRA IMAGEN y SEMEJANZA; pasando por los intentos de promoción humana individuales y colectivas que en la Humanidad se han suscitado y desarrollado desde concepciones  simplemente  filosóficas, espiritistas, politeístas o monoteístas, marcan una línea de humanismo no siempre conseguido por fallar en la consideración PERSONALISTA UNIVERSAL de TODO SER HUMANO.
    El AMOR a  SABER LA VERDAD y la tarea CRÍTICA de descubrir y rechazar la ignorancia, el error o la MENTIRA sobre el SER HUMANO y sobre la HUMANIDAD, es lo que nos hará verdaderamente  RELIGIOSOS explícita o implícitamente en la práctica. (Mt.  XXV)

  • Veo que me hablas tambien del taoismo y del induismo. Digo igual que para el budismo. nada es blanco del todo, ni negro del todo. pero hay lo que es proximo al blanco, y lo que es proximo al negro.
    A ver quien es el guapo, que me dice que la historia del cristianismo y del islam, ha sido blanca…
    Un saludo, Rodrigo

  • Gracias Rodrigo, el budismo que se impone ya no es budismo. Si acaso será budismo degenerado, creo que estaras de acuerdo con esto.
    La historia del budismo es mas antigua que la del cristianismo incluso. Seria necio por mi parte pretender que el budismo como marca, se ha mantenido puro por milenios. Pero no tiene comparación con las “guerras santas” del cristianismo y del islam. Y tambien del judaismo, antes de Jesús. De no ser por la diaspora del pueblo judio. Seguramente tambien se hubiese convertido el judaismo, en la religión del Estado,como en los tiempos que narra el A.T..
    Con la Ilustración, se comenzó a diferenciar y a cobrar autonomia, la Verdad, la Bondad y la Belleza. con todo lo que ello significa. Antes estaba indiferenciada, por ejemplo. La ciencia empirica, de la teologia. Era un mundo donde se construian catedrales al todo sin autonomia de las partes. Y pobre del disidente, porque le esperaba la hoguera.
    Esto es lo que el Vaticano aún no ha digerido. De ahi su fobia al modernismo. Y no hablemos del islam, porque aún es peor.
    La religión del Estado o del imperio, quizá fuere necesaria en su tiempo. Lo que está claro es que ya no…
     

  • Rodrigo Olvera

    En el caso del taoismo (el vivido por el pueblo, no el enseñado en los libros) los casos son más abundantes que en el budismo.. sobre todo en el llamado taoismo religioso, a diferencia del taoismo primigenio. Se necesitaron al menos 2 centurias para que en China finalmente se arribara a la denominada escuela de las tres montañas (que reconocía la legitimidad de estudiar lo mejor del ruismo, del budismo y del taoismo).
     
    Y todavía más abundantes los conflictos y violencia en el hinduismo.

  • Rodrigo Olvera

    Luis Troyano
    Me gustaria saber, donde ha degenerado el budismo.
    El único caso contemporáneo que yo conozco, es el de una secta budista que ha degenerado en violencia en Sri Lanka. Hay que agregar en honor a la verdad que ninguna de las escuelas budistas reconocen a esa secta como auténtico budismo, precisamente por el uso a la violencia.
    Pero también hay casos documentados de imposición del budismo mediante el recurso al poder político -y persecución a los ruistas- en la historia de China imperial.
    Saludos

  • h.cadarso

      A Benedicto XVI se le llena la boca cuando habla de que Europa y cristianismo son inseparables; pero baja la voz o se calla si hay que hablar de que el cristianismo fue impuesto al imperio romano entero por Constantino, y luego el rey Clodoveo convirtió a los francos a. cristianismo, y Recaredo a los godos de España, y así sucesivamente con toda Europa. O sea que somos cristianos en Europa, mayormente por imposición del poder político. Y en España somos católicos mayormente porque los Reyes Católicos echaron a musulmanes y judíos, y persiguieron a los protestantes…Y no hablemos de la religión que nos impuso la Guerra de 1936 en España…O en los países americanos de habla española y portuguesa…
      Y en los países árabes pasa algo parecido, fueron los poderes civiles y militares los que impusieron el Islam a los pueblos…Los poderes fácticos, o sea las armas y el dinero, deciden la religión que debe prevalecer en cada país…y los dogmas que deben prevalecer en cada una de ellas.
      Hace bien Masiá en invitarnos a  purgar nuestras respectivas religiones de la escoria que hayan podido incrustar en sus contenidos las  armas y los dineros. Haremos bien en no endosarle a la cultura europea o  española o  árabe con posturas religiosas influídas por las presiones que unas y otras han recibido de los poderosos y acaudalados. Y ese distanciamiento y purga de esas escorias nos permitirán un acercamiento y una comprensión mutua que ahora nos falta.
      Cuando esas escorias son eliminadas, se producen testimonios como los de los monjes de Myanmar frente a la dictadura militar de ese país, como los de tantos misioneros al servicio de los pobres en todos los países del mundo, como el del obispo  Oscar Romero o el jesuíta Ellacuria y sus colegas  fusilados en El Salvador, como el de Martin Luther King en USA, o el de Dietrich Von Hoefer ahorcado por Hitler…Yo qué sé? O como Gandhi y tantos otros…
      Las religiones, cuando son manipuladas por el poder político y el dinero, se convierten en opio del pueblo. Cuando se liberan de esas manipulaciones, ayudan al pueblo a liberarse. Creo yo…
      Y no hace falta llegar a estos extremos de heroísmo y riesgo, uno cree que hay muchos creyentes que viven su religiosidad en un clima de libertad y de independencia que les garantiza un mejor conocimiento y una mayor cercanía al Dios verdadero.

  • También en Oriente, la religiosidad budista ha caído en semejante trampa cuando se ha convertido en ideología. “


    Me gustaria saber, donde ha degenerado el budismo.
     
    He leido el articulo, y me indigna que se iguale por el mismo rasero al budismo y las religiones del libro. El budismo es paradigma de mansedumbre y tolerancia, no ha dado lugar a guerra alguna por su causa. Y frente a las religiones abrahamicas, este budismo tiene la ventaja evolutiva de que se asienta sobre lo racional, y apunta a lo transracional. Las religiones abrahamicas se asientan sobre el mito prerracional, aunque en su seno se haya desarrollado un timido misticismo ahogado por los dogmas y el hacer de la casta sacerdotal.
    Las tres religiones del libro, tiene la asignatura pendiente del modernismo y postmodernismo. De momento suspenden las tres, y con el budismo, este problema no existe, porque aprueba con nota, y no solo eso, sino que enseña a filosofos modernos y postmodernos. Filosofos, teologos y sobre todo clerigos de las religiones “profeticas” tienen donde aprender con el budismo. Asi que por favor, apliquemos alturas de autenticidad, al valorar las religiones.
     
    En algún lugar he leido, que con el transcurso del tiempo, las tres religiones del libro, desaparecerian, pero el budismo permaneceria en pie. Esto con el tiempo, pero un siglo de nuestra epoca, no es un siglo de la edad media, por ejemplo. Ahora todo va mas rapido.
    Creo que no obstante, salvable del examen, no solo esta el budismo. Está tambien al menos y grosso modo, el taoismo y el induismo. Es decir la espiritualidad oriental. Los orientales pueden aprender de nosotros, ciencia y tecnologia (no se por cuanto tiempo) y nosotros podemos aprender de su espiritualidad. Porque esta espiritualidad se sostiene sobre experimentos misticos reproducibles. No sobre dormas estupidos y metafisica estupida.
     

  • Gabriel Sánchez

    Juan brillantisimo como siempre, su socegada y reflexiva palabra es siempre un placer…

      Cada etapa de la historia, genero y ultimamente en forma vertiginosa cambios historicos, que nos muestran otros planos de la filosofia, aspectos de la realidad que nos estaban ocultos…con cambios revolucionarios o radicales como se quiera, esto obliga a reeler, desde nuestra realidad…en una relaciòn biunivoca y sobre, lo que entendemos de la realidad y de Dios y por supuesto del lente que nosotros llamamos filosofia…No existe un algo inmutable, si una caracteristica tiene El Espíritu ser como el viento movimiento, cambio, evolución …lo permanentemente nuevo…Por eso, el ejercicio, es levanarse y descubrir cada día como todo se hizo nuevo, incluso nosotros…Gabriel

  • ana rodrigo

    Yo personalmente suelo tener una práctica que me da buenos resultados y es la siguiente: cuando alguien me recrimina alguna conducta, la tendencia es a la autodefensa y a la justificación; pasado ese momento de impulso, me hago la siguiente pregunta ¿Qué motivos le han llevado a esta persona para decirme lo que dice? Y comienza mi autoanálisis, a partir del cual puedo llegar a la conclusión de que realmente tengo algo que corregir, o bien, creo que tienen una percepción equivocada de mí.
     
    Con las religiones pasa lo mismo, la tentación es, como dice Masiá, la apologética, los representantes de cada religión no sólo se defienden sino que están tan seguros que son ellos los que tienen la única verdad verdadera, que no vale la pena perder el tiempo en el diálogo con otras religiones. Todo lo más a lo que llegan es a aceptar principios éticos comunes, pero la dogmática imposibilita cualquier otro tipo de aproximación.
     
    Otro capítulo aparte y, no menos importante, es el de las religiones como instituciones estructuradas en dogmas, ritos, creencias, jerarquía o intereses, y todo ello alejadísimo del origen y corazón de determinada religión. Ese bagaje histórico, condicionado por las mediaciones sociales y culturales, ha dado como resultado auténticos monolitos religiosos impenetrables e inamovibles e incapaces de comunicarse con otras religiones.

  • Margarita Aguirre

    “…….cuando se olvida el presupuesto místico y cuando falta el acompañamiento crítico”
    Pienso,-dudando de la calidad de mi pensamiento-, que el presupuesto místico, hay que cuidarlo, hasta el punto de que “mi”conciencia religiosa”, necesita una continua conversión, algo que no me angustia, porque Abba, cuida a todos sus hijos. Me refugio en la confianza que ofrece un padre a sus hijos ,aunque sean rebeldes y desobedientes, para perdonar y ayudar a no cometer más errores.
    Lo que me parece más difícil, es que mi acompañamiento crítico, sea certero. Para ello necesito mi discernimiento, apoyado y matizado por una comunidad -iglesia-, que tengo que buscar aquí y allá; porque la Iglesia, no me sirve.