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Por una espiritualidad más auténtica, con rabia

El artículo-carta que sigue a continuación, con sangría, lo escribí el domingo pasado, para ponerlo como un comentario tras la avalancha conservadora que suscitó la entrevista al redactor de Golías. Pero lo dejé en suspenso para decidir si era mejor publicarlo como comentario o artículo.17434_106685199344071_100000077755303_183297_3562122_n

Poco después me ocurrió un percance al que he hecho alusión en algún comentario de ayer. Pero quiero contar los detalles de cómo fue. Como hago muchos domingos, hacia las diez y media encendí la televisión para ver desde dónde retransmitían la Misa y el estilo de la misma. Es un poco de deformación profesional, querer recoger la impresión personal de esas ceremonias.

Y el pasado domingo me encontré con la entrada procesional de una multitud de celebrantes, muchos de ellos mitrados, en la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona para una beatificación. Podéis ver la crónica de El Periódico. Yo sé que en este caso Bertone significa un contrapeso a la línea más integrista de Rouco y un apoyo al discutido cardenal de Barcelona. Pero el “espectáculo” montado en torno al capuchino, José Pons del siglo XIX, que es beato gracias al tesón de las monjitas de la congregación que fundó, me fue indignando progresivamente. Al final de la procesión desde la calle, bien protegido por mossos y guardaespaldas, un sonriente Bertone, él solo vestido de oro, iba saludando a la gente a derecha e izquierda, como si fuese la entrada triunfal del emperador aclamado (aunque no se veía que la gente le aplaudiera). Resultaba patética la escena, sobre todo si desnudabas al supuesto emperador de sus vestidos y te quedabas en la gris personalidad de este salesiano, reconocido como incapaz de regir la iglesia, incluso como segundo del Papa. Pero también resultaba ridícula la presencia de tanto político catalán en las primeras filas, obsequiosísimos con el delegado papal que había iniciado la ceremonia leyendo en catalán. ¡Parece que traía la promesa del Papa, trabajada por Sistach, de venir a Barcelona antes que a Madrid, gracias al templo de la Sagrada Familia!

Mi sentido crítico y mi indignación creciente me hizo apagar la tele antes de llegar al Evangelio. Y al hacer el esfuerzo de levantarme, distraído por la furia, me olvidé de  mi prótesis y de los precisos movimientos con los que debía cuidarla; debí apoyarme demasiado en la pierna derecha y se me salió el fémur artificial de su cazuela en la cadera. Lo mismo que en la primera caída fui víctima unos jóvenes cuyas caras sonrientes e hipócritas antes del atraco no podré olvidar, esta vez me acompañó de nuevo al quirófano el rostro sonriente y triunfal de Bertone. Sé que no es él quien me produjo la luxación. Pero sí que la rabia que me provocó tuvo que ver con ella. Me sentí otra vez víctima. Pero de nuevo, todo el sufrimiento que me comporta esta situación me provocan una mayor voluntad de trabajo por una sociedad mejor y una iglesia renovada

Cada vez siento más solidaridad con todas las víctimas, no sólo las de la violencia de todo tipo que existe en nuestra sociedad, sino con la víctimas de todo un sistema de poder sagrado que domina en casi todas las iglesias y organizaciones religiosas, que con su culto a las doctrinas y normas supuestamente reveladas, a las personalidades consagradas, con su consecuente tendencia a la hipocresía farisaica, no dejan a las personas ser libres, pensar y decidir por sí mismas. Y eso cuando no abusan de ellas, basándose en ese poder atribuido. El otro día me decía un amigo que le gustaría fundar una ONG que fuera por todos los conventos de hombres y de mujeres a proclamar el derecho sagrado a la libertad y a dar posibilidades reales para ejercerla en la práctica, cualquiera que fuese la edad y el grado de dependencia adquirida con la institución. Hay más víctimas que esos niños de los que hoy se habla. ¡Cuánto sufrimiento y neurosis en personas íntegras que siguen culpabilizándose de no seguir a pie juntillas lo que antes creían! Y otros les dicen que sus evidencias son “tentaciones” de soberbia o pruebas de noche oscura…

Y animado con esos sentimientos, con la pierna ya luxada y antes de llamar a urgencias, quise que quedaran publicados en ATRIO los textos de Pablo Richard y de José Ignacio Calleja.

Y lo que sigue es lo que había escrito un momento antes y estaba en espera. Hoy lo reafirmo como un grito programático, agradeciendo a todos los que estáis contribuyendo con vuestros artículos, comentarios y aportaciones económicas a mantener libre y fuerte este portal que ha ido creando una comunidad virtual de “buscadores de sentido en libertad”. Somos muchos, más de los que intervienen. Este mes de abril estamos batiendo el record absoluto y llegando a la media de 3.200 visitas diarias.

 Como una carta del promotor de ATRIO

Queridos amigos:

ATRIO acepta discrepancias, pero no es neutral. En primer lugar no es un portal confesionalmente cristiano y, menos, católico. Su finalidad es abrir las cuestiones sobre el sentido último de la vida y sobre la ética a toda persona que piense por sí misma y que sea capaz de superar los dogmatismos de sus tradiciones religiosas por la búsqueda de lo más profundo de ellas. Esa búsqueda debería llevarles a la comunión con creyentes de otras religiones y con no creyentes en lo más profundo de la humanidad y de la realidad global. La justicia social y la solidaridad universal debería ser el campo donde encontrarnos para trabajar unidos y mostrar el espíritu que anima. 

Respecto del cristianismo, y sobre todo del catolicismo, de la  ICAR, la organización religiosa más poderosa en nuestro país, es indudable que estaremos siempre a favor de que aumente en su seno una actitud crítica liberadora, como la manifestada en las cartas de Boulad y de Küng y de esta entrevista al redactor jefe de Golias. Seguiremos proponiendo este tipo de propuestas para que cada persona que busca en lo profundo opte: o por liberarse de esa institución o por seguir desde dentro la lucha por su transformación.

Por eso, aunque respetamos el que se manifiesten otras opiniones, no podemos seguir aguantando que documentos como el que inicia este hilo de comentarios (la referida entrevista) sea “copado” por quienes sólo saben ridiculizarlo. Por favor, que busquen otros blogs para estas descalificaciones generales que no aportan nada concreto.

Si quieren hacer de ATRIO un campo de apostolado para convertir a desviados, que pierdan su esperanza. La mayoría no les vamos a leer y acabaremos no aguantándolos. Su camino es contrario al propuesto por ATRIO. Avanzar de creencias recibidas a la fe revivida desde lo más profundo, auténtica, real, vital, que estuvo en el origen de esas tradiciones y que en la actualidad debe expresarse en otros paradigmas y actitudes. Alguien, para hacer creer que nos entendía, ha dicho (mas o menos): “yo también fui progre y del Vaticano II, pero me desengañé”.  Como don Luigi Guissani, el fundador de Comunión y Liberación, que primero formaba a estudiantes cristianos en un espíritu de compromiso sociopolítico y justicia social, en la línea de la Acción Católica especializada. Como muchos de “sus chicos” más entregados se fueron a Brasil o Perú y se integraron en luchas de liberación, decidió “dar marcha atrás” y hacer de las creencias católicas lo principal, evitando el contagio con otras ideologías y la pérdida de conciencia de grupo católico. Hacer más “castillo bien amurallado” que “levadura para la masa” que riende a perder su identidad. Muchos de estos católicos serán muy majos. Pero son integristas. Ven el mundo desde la iglesia o la comunidad cristiana.

A otros muchos cristianos hoy, no por modas de los sesenta sino por profundización en la auténtica fe, nos interesa más ver a las Iglesia y a la comunidad cristiana desde el mundo, desde la laicidad, aunque parezca que perdemos identidad y nos parezcamos demasiado a simples hombres que viven su entrega a valores humanos “como si” Dios no existiera. Y con este espíritu nos damos cita en ATRIO.

¿Es esto lo que piensa y quiere la mayor parte de los visitantes de ATRIO? Me gustaría que os expresarais para ir viendo cómo se plantea la relación entre lo sagrado y lo profano en esta comunidad virtual de ATRIO (más amplia pero más “intangible” que el “equipo ATRIO” o que el grupo de comentarista habituales). Si coincidimos, iremos estando todos cada vez más seguros del camino que tenemos que recorrer, en el que los temas de justicia social, solidaridad y espiritualidad se irán entrecruzando.

¡Y vamos todavía, aunque sea cojeando!

Antonio

75 comentarios

  • ana rodrigo

    Como veo que ya se ha solucionado el problema de que este post admita mis comentarios, copio y pego el mensaje que ayer quise transmitirle a Lali, que puse en otro post y que, como su sitio es éste, lo taspaso aquí.

    ana rodrigo
    04-Mayo-2010 – 10:55 am
    …. desde aquí, le doy la bienvenida al regreso de Lali y la animo a que nos obsquie con eso mismo que ella nos sugiere.
    Yo lo intenté en 2007 y en 2008 desde mis limitados conocimientos, y fue mejor lo que aportó el animado debate (152 y 119 comentarios respectivamente) que los post en sí mismos.
    Un abrazo

  • ana rodrigo

    Pues sí, querido Fico, yo tuve la misma experiencia que tú cuando descubrí atrio. Tenía otros atrios más pequeñitos donde nos encontrábamos buscadores y buscadoras de nuevos horizontes, pero nunca pude imaginar un atrio como éste en el que gentes de todo el planeta nos encontramos cada día para compartir inquietudes y desasosiegos, al mismo tiempo que experiencias enriquecedoras.
    Hemos tenido una gran suerte de haberte encontrado  a ti “dando un vuelta” y el que te hayas quedado.

    Respecto a Antonio y a su equipo, nunca valoraremos lo suficiente el trabajo que le damos, el tiempo que le dedican y, especialmente, la generosidad y paciencia que derrochan para que, a juzgar, por los datos, tantos miles de personas nos beneficiemos mutuamente.

    Aprovecho este momento (en el que hablamos de atrio) para recordar que esto también tiene un coste económico y que no nos olvidemos de la pestaña en la que pone “HACER UNA  APORTACIÓN A  ATRIO”.  Desgraciadamente la vida tiene un coste económico para todos y  para todas, y la dedicación a tiempo completo a atrio, impide la dedicación a otro tipo de actividades remuneradas.

    Un abrazo sororial a quienes participáis y a quienes tenéis la paciencia de leernos.

  • ana rodrigo

    Como el post de Tamyo no me admite comentarios, desde aquí, le doy la bienvenida al regreso a Lali y la animo a que nos obsquie con eso mismo que ella nos sugiere.
    Yo lo intenté en 2007 y en 2008 desde mis limitados conocimientos, y fue mejor lo que aportó el animado debate (152 y 119 comentarios respectivamente) que los post en sí mismos.
    Un abrazo

  • Fico Sánchez Peral

    Sólo hace cuatro meses que me asomo por aquí, pero me siento parte de Atrio, porque me siento parte de esos que describe el Proyecto de ATRIO: quienes habiendo vivido en el interior del templo, miembros de iglesias o grupos religiosos, quieren oxigenarse con aires frescos de libertad y cultura actual, depurar sus experiencias religiosas y transmitir al mundo con palabras sencillas lo mejor que les ha quedado de la vivencia de fe”, lo cual no siempre es fácil porque uno no es perfecto y porque, como buscador, vive en tránsito, siempre creciendo y dispuesto (¡ojala!) a aprender, para lo cual, a menudo debe rectificar y pedir disculpas; cosa no siempre fácil y menos aún cuando hay que hacerlo -como aquí- de forma público-planetaria, pero es el noble riesgo que asume quien dialoga (cosa que nunca harán quienes se limitan a discutir para eliminar a quienes, con su misma luz, ven otras cosas que ellos prefieren ignorar).
     
    Hace diecisiete años, inmerso en una sensación de inseguridad que afortunadamente aún dura (y ojala nunca desaparezca, y si desaparece desconfiaré), empecé a trascender la religión. No para des-sacralizar lo divino y sacralizar lo profano y viceversa, pero sí para devolver a las construcciones religiosas humanas –innecesaria y absurdamente sacralizadas- a su verdadera dimensión como simple medio de iniciación a la búsqueda y que, intencionadamente o no, acabaron –de facto- por convertirse en un fin en sí mismas y suplantar al mismo Absoluto al que pretenden ayudar a descubrir, frustrando el encuentro al sustituirlo por un simple sucedáneo doctrinal humano. Y para des-demonizar lo humano que la religión destruyó y recuperar lo mejor de lo humano a la luz de lo divino que lo creó.  
     
    No obstante, ahora no hago más que conversar, visto con mis limitados conocimientos, sobre lo que otros (gracias Manuel V., Sergio Zalba y tantos otros…) y no siempre de acuerdo con ellos en todo…, ya han planteado mucho mejor que yo.
     
    Yo soy de los que andan por Atrio aun con cierta inseguridad, procedo, aunque ya lejanamente, del interior del templo, pero aún me cuesta desprenderme de algunos prejuicios que creía superados y que me siguen traicionando cuando inesperadamente se me salen (¡coño, otra vez!) de las entretelas…, pero en eso andamos, en ir aprendiendo a objetivar las cosas… Por eso agradezco la enorme valentía y generosidad de quienes abrieron una puerta universal como Atrio. ¿Dónde, si no, hallaría alguien como yo un lugar bienintencionado en el que entrar en contacto con otros con pensamiento diferente, con quienes contrastar y enriquecerse, aprender y desaprender…? Eso sí, claro, a quienes crearon este espacio, a veces les sale caro, pues están expuestos a padecer las inútiles y oportunistas incursiones de corsarios y mercenarios. Aunque algo también se aprende con ellos, claro; pero el desgaste es excesivo para demasiado poco fruto.
     
    Por todo ello y pese a que –precisamente por ser plural- no siempre todo sale a gusto de todos (¡sólo faltaría!): gracias Antonio y gracias equipo Atrio, por este lugar de encuentro.

  • ana rodrigo

    José Coloma, qué gusto leer tu comentario.
    Gracias por leernos. ¿Por qué no nos permites que te leamos a ti con más frecuencia?
    Un abrazo en sintonía con lo que has escrito.

  • Santiago

    Jose Coloma,   ya tambien me siento parte de la humanidad, de esa red inmensa mundial a la que el Padre ama inmensamente e infinitamente y constantemente, y coincido contigo en que lo importante son los frutos…”por sus frutos los conocereis” dice el evangelio…puesto que un arbol bueno es el que da frutos buenos…Y asi como Antonio expone,  la fe recibida la debemos revivir haciendola asequible y “entendible” a la mentalidad de nuestro tiempo, pero sin traicionar la esencia de esa fe, sin quitarle y “vaciarla” de  su verdadero sentido, antes, al contrario, DEBEMOS devolverle su primitiva fuerza, su carisma real que reside en el mismo Cristo…Ya Juan XXIII en el discurso de apertura del Vaticano II expuso que una cosa eran las verdades eternas en su esencia y otra como las explicabamos y exponiamos para que el mundo entendiera su verdadero y actual alcance, sin querer traicionar el pasado, ni la historia, ni la sagrada tradicion…Ya S. Justino, en el 155 en su famosa carta a Antonino Pio describe el sacrificio EUCARISTICO, mas o menos, de la misma manera como se realiza en ESENCIA en el dia de hoy, cada dia…El contenido es el mismo -su esencia no ha cambiado- lo que ha cambiado es LA FORMA- los accidentes- que le anadimos para hacerlo mas “comprensible” a la mentalidad de nuestro tiempo, el nuevo paradigma no es para deformar una verdad, debe ser mas bien para mejorar su sentido…Los principios no cambian pero si la circunstancias…Con este pensamiento, el encuentro entre lo SAGRADO Y LO PROFANO no es antagonico, sino CONSTRUCTIVO…mientras el dialogo sea respetuoso y centrado, es util a todos…es el dialogo de esta naturaleza el que ha hecho avanzar a los pueblos y a la comunidades hacia la paz y la concordia…En este sentido hay que agradecer a los que hacen posible con su colaboracion este esfuerzo en la busqueda de lo que es puramente la verdad…un saludo coridal de Santiago Hernandez    

  • José Coloma

    Hola a tod@s.
    La verdad, me parece muy interesante la discusión que se da entre “lo sagrado y lo profano” y la propuesta de ATRIO para enfrentar este dilema: “encuentro”.
    Sin embargo, yo pienso y experimento, que esta dualidad de lo sagrado y lo profano es geo-epistemológica. Es un problema de una tradición de pensamiento: eurocentrismo. Perfectamente se puede partir de otros axiomas para experimentar a dios sin dios. A demás no puedo concebir la existencia de algo “exterior” o en el mejor de los casos como “una parte del todo”, ya que la elaboración religiosa, teológica, etc. de dios la pienso más que nada como un símbolo de nosotros mismos (y hay varios “nosotros” a escala mundial).
    Pero lo que quería decirles, en realidad, es que yo casi nunca escribo… pero si leo día a día los artículos y reflexiones de la comunidad virtual. Así como tantos otros, me sintoniza la manera en que nos podemos encontrar… más que nada el “metodo” que implica el “encontrarse”.
    Les animo a seguir, no por sus creencias o elaboraciones geo-epistemológicas sino que por el buen método que se percibe, porque ayuda a caminar desde las categorías que cada uno tiene para expresar la experiencia…
    yo me animo leyendo aquí…
    Así me siento parte de una red (o iglesia o no sé que otro nombre) mundial de comunidades e individuos que luchan por otro mundo posible (vida en abundancia, etc., etc.)… De esa soy parte y quiero ser parte; aquella que se reconoce (en palabras de Jesús) por sus frutos y no por sus “atinadas categorías teóricas, teológicas o quien sabe que otra cosa…
     
    Saludos a tod@s.

  • Asun

    Honorio,

    Gracias, por querernos sin excepción. En realidad no existen diferencias más que en nuestro chip mental, en nuestro intento obsesivo por tener razón y plasmarlo sosteniéndonos en la ofensiva-defensiva o yendo por sistema a la contra movidos por una inercia que nos puede, nos limita y milita. 

    Observarlo como lo que es, -algo secundario con lo que nos hemos podido identificar-,  tomando cierta distancia quita mucho hierro y pone en su lugar respeto y tolerancia en apertura. 

    Estoy segura que todos tenemos mucho que aprender al respecto para el bien de nuestra persona, lo más sagrado que somos,  y por lo mismo de Atrio.

    Un fuerte abrazo.

  • h.cadarso

      Llevaba una semana fuera de juego, y me encuentro este sabroso hilo que habéis tejido entre todos.
      Perdonen mis preferencias, pero me he quedado con algo de Sergio Zalba y de Pepe Blanco: De Sergio tomo aquello: “la realidad entera está atravesada-impregnada-sostenida por Dios…En mi caso, que opté por creer en Dios, todo se me hace sagrado…Esta es la propuesta de Atrio”.
      Y va Pepe Blanco y lo remata  con esas cosas de los genios gallegos que dejan puntos suspensivos para que uno siga pensando y buscando por su cuenta ( !Pepiño, qué grande eres!): “lo sagrado es el ser humano, su biografía, su historia, el universo, sus leyes, sus manifestaciones. Lo profano es el discurso sobre todo ello. Si fuera así, pensar y nablar no sería otra cosa más que la necesaria profanación de lo sagrado, con la que, de una u otra manera, intentamos acudir a su encuentro”. 
      Por favor, díganme comanches y federales, díganme tirios y troyanos, díganme indios y vaqueros quién puede oponerse a los planteamientos de Sergio y de Pepe, que yo también creo que son los de Atrio? Que cada uno se mueva en la línea de lo profano y ateo, si le cumple, o en el plano de lo sagrado, si le cuadra. Moviéndose cada uno en el plano que le guste, no hay lugar a esos encontronazos de los que habla el amigo Morán. A no ser que busquemos otra cosa diferente del  conversar amigablemente y enriquecernos mutualmente con esta conversación. Inútil intentar derribar al rival, aquí no hay rivales ni intentos de ese tipo, por lo demás ese afán de quedar por encima del otro daría lugar a peleas sin sentido. 
      Por lo demás, a todos los que convergen o “divergen” de mi manera de enfocar las cosas, mi más sincero agradecimiento por participar en este encuentro  y mucho más si toman parte en él;  os quiero a todos y a todas, y perdonadme por quereros, si es que les molesto con ello.

  • Manuel V.

    Maite:
    Desclericalizado y documentado debidamente sobre el terreno en que se mueven unos sí y otros no, ya lo estoy. Precisamente por ello y por ser Atrio como es ¿Qué o quién quiere impedir que cite la web del Vaticano o el catecismo de la Iglesia, si en ello quiero apoyar mi argumento? ¿O acaso solo son válidos los documentos y textos por lo que te mueves tú¿? Posiblemente coincidan conlos que otros se mueven, me niego a creer que todos ¿os? movéis por los mismos terrenos, a los comentarios me remito.

    Antonio:
    Ciertamente. Jesús fue el primero que “rasgó el velo del templo” y acabó con la religión. Desaparece lo sagrado y lo profano. Aparece una nueva relació entre Dios y la humanidad. Pero la tendencia del ser humano es religiosa-natural y así ha impregnado la fe cristiana desde el principio. En cada generación es necesario romper la tendencia natural de retorno al templo y presentar la fe en toda su plenitud.

  • pepe sala

    Con mucho gusto Maite :
     
    http://2006.atrio.org/?p=950
     
    Un enorme abrazo a Juan Luis y a su compañera Reyes… por si les llega de algún modo. Gran noticia y esperanzadora misión la que le toca lidiar a nuestro querido amigo Juan Luis. Tendrá que poner en marcha todos sus conocimientos y experiencias de su época de misionero.
     
    Saludos.

  • Maite Lesmes

    ANTONIO DUATO, te agradezco enormemente este post, tanto por compartir tu sana indignación ante ceremoniales “sacros” como  ese al que te refieres, como por experimentar hartazgo ante las antipáticas y huecas intervenciones de ciertos participantes que desentonan con la idiosincrasia de ATRIO.
    Sobre todo,  me ha gustado esa contraposición que haces entre quienes ven el mundo desde la iglesia institución (católicos integristas) y quienes miramos desde el mundo toda  realidad, incluidas la iglesia institución,  la comunidad de creyentes…. Aquí coincidimos no sólo cristianos sino seguidores de otras tradiciones y también no creyentes. Porque profundizar en lo humano permite el encuentro con toda persona  libre de tutelas y con quien se puede colaborar en objetivos, “como si Dios no existiera”.
    No es de extrañar que AGUSTÍN, que lleva poco tiempo en ATRIO, señale que se siente como en casa y, recíprocamente,  experimentemos  sintonía con él. Qué agradables las breves entradas de Julio REBOLLO, de JORGE Gerbaldo, de UNO RESPIRO… Me producen gran respeto intervenciones de buscadores como José de J. MOLINA Perales, Luis  TROYANO … Podríamos seguir y sólo presentan obstáculo quienes se aferran a verdades absolutas y las autoridades eclesiásticas dirigen sus vidas (eso quieren transmitir). Hasta invitan a visitar la web oficial del Vaticano y nos recuerdan preceptos del Catecismo. ¿No se van a enterar definitivamente de que ATRIO no es una web confesional?
    Y si se empeñan en seguir interviniendo,  desclericalícense y documéntense debidamente sobre el terreno en que nos movemos, por ej. la Laicidad, la ética laica, la espiritualidad laica,  la autonomía personal…

    Para terminar, nada me alegra más que saber que nuestro querido amigo Juan Luis HERRERO DEL POZO podrá reincorporarse a nuestro foro. Precisamente en post como éste no se puede olvidar su genial artículo “DOS FINCAS, DOS LLAVES” que buscaré en el fondo de ATRIO para disfrute de los últimamente incorporados con mente amplia.

  • Antonio Duato

    Antes de cerrar hoy el ordenador quiero agradecer los interesantes comentarios que habéis ido añadiendo.

    Coincido con Sergio Zalba en que lo sagrado y lo profano, para quien profundiza, no son territorios separados, sino dimensiones o facetas de una misma realidad. Y que desde nuestro punto de vista -¡habría que recordar todos los artículos de Juan Luis Herrero sobre el nuevo paradigma, que están recogido dentro de la pestaña superior “CURSOS Y TALLERES”!. Por cierto, anuncio a todos que Juan Luis volverá a estar presente en ATRIO desde otoño con otra serie por escrito o por voz…- la unidad de los términos se hace más bien viendo como sagrado todo lo profano, el hombre y la naturaleza es lo sagrado, el rostro de Dios.

    Y una excusa a Manuel V. Mi alusión a los integristas se refería a un comentario de Miguel González que escribía a Pepe Sala que quien busca la doctrina original del cristianismo es integrista. No. El diccionario y el uso corriente le dan una significación con el mantenimiento de las tradiciones y creencias íntegras de la Iglesia, por lo menos como eran hasta el Vaticano II, contra el que se rebelaron muchos integristas y hoy se siguen rebelando.

    Ah! y a Oscar le contestaré en otro momento. Ese doble título se debe a un titubeo que tuve en cómo titularlo. El original es el que aparece arriba. Después quise que entrara lo de “espiritualidad laica”, pero volví al original, sin darme cuenta de que quedaba registrado bajo el segundo ahí… Valgan los dos como imbricados y complementarios..

  • pepe blanco

    Creo, Manuel V, que lo que digo vale también para la red, si permaneces en el mismo lugar durante un tiempo. Si un día alguien participa en un debate de Atrio y no vuelve a participar hasta al cabo de seis meses, pues ciertamente es difícil hacerse una idea de cómo es esa persona. Pero si alguien es habitual en un foro, no es tan difícil intuir cómo es.
     
    Lo que las personas somos, pasa por las palabras que pensamos, hablamos o escribimos. Según algunos, ellas lo agotan todo, consuman el ser. Pero, aunque no asumamos esa tesis tan radical –yo no la asumo, para que quede claro-, sin duda nuestras palabras dicen mucho de nosotros. Sólo hay que interpretar lo que muestran. Y, llegado el caso, lo que ocultan.
     
    Ha sido precisamente en este foro de Atrio –el único en el que he participado y participo regularmente desde hace ya unos años- donde me he dado cuenta de que la sintonía ideológica y la sintonía personal no siempre van cogidas de la mano.
     
    ………………………………………..
     
    Apunte para un desarrollo posterior, en la línea de lo expresado por Sergio Zalba y por José de Jesús Molina Perales, me parece: lo sagrado es el ser humano, su biografía, su historia. Lo sagrado es el universo, sus leyes, sus manifestaciones. Lo sagrado es el Silencio. Y lo profano es el discurso sobre todo ello. Si fuera así, pensar y hablar no sería otra cosa más que la necesaria profanación de lo sagrado, con la que, de una u otra manera, intentamos acudir a su encuentro.

  • José de Jesús Molina Perales

    Mientras me ocupaba, hace rato, de escoger las verduras y otras cosillas que mi mujer me encargó comprar, pensaba  el tema sagrado/profano y creía llegar a una mejor definición de mi pensamiento,  Cuando llegué a casa me sentí con ánimos de entrar a la Red y de describir en Atrio mis avances. Naturalmente, lo primero que hice, ya dentro, fue leer los posts más recientes.
     
    Admiré la clara anatomía de conceptos realizada por Luis González Morán. Eso es saber usar el DRAE, Y me encontré con que ya Sergio Zalba había dicho lo que yo pretendía decir. Aún así, llego oportunamente al encuentro para celebrar con entusiasmo la coincidencia a la que hemos llegado, sobre todo cuando, de lo que en el corro he leído, hay quienes parecen compartir el mismo pedacito de verdad.
     
    Dicotomizamos la realidad para comprenderla y con frecuencia dejamos de lado la simplicidad del ser. En el caso, al menos para quienes gozamos en el tiempo la fascinación del Amor, la entera realidad es sagrada. Sin que obsten las provisionales definiciones dadas por el DRAE y sus similares de otras lenguas.
     

  • José de Jesús Molina Perales

    Mientras me ocupaba, hace rato, de escoger las verduras y otras cosillas que mi mujer me encargó comprar, pensaba  el tema sagrado/profano y creía llegar a una mejor definición de mi pensamiento,  Cuando llegué a casa me sentí con ánimos de entrar a la Red y de describir en Atrio mis avances. Naturalmente, lo primero que hice, ya dentro, fue leer los posts más recientes.
     
    Admiré la clara anatomía de conceptos realizada por Luis González Morán. Eso es saber usar el DRAE, Y me encontré con que ya Sergio Zalba había dicho lo que yo pretendía decir. Aún así, llego oportunamente al encuentro para celebrar con entusiasmo la coincidencia a la que hemos llegado, sobre todo cuando, de lo que en el corro he leído, hay quienes parecen compartir el mismo pedacito de verdad.
     
    Dicotomizamos la realidad para comprenderla y con frecuencia dejamos de lado la simplicidad del ser. En el caso, al menos para quienes gozamos en el tiempo la fascinación del Amor, la entera realidad es sagrada. Sin que obsten las provisionales definiciones dadas por el DRAE y sus similares de otras lenguas.
     

  • Luis González Morán

    Ciertamente el debate es interesante, aunque demasiado tenso, como suele ocurrir cuando se afrontan determinadas cuestiones.
    Siempre se alude al carácter del Atrio como “lugar de encuentro”. A veces, exprimir el sentido profundo de las palabras puede dar mucho juego.
    Así que he ido al Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.  Si consultas la palabra “encuentro”, una, entre varias otras acepciones, precisa: “Acto de encontrarse (dos o más personas)”. Por tanto y esta es una primera consecuencia, este Atrio es un espacio donde dos o más personas pueden realizar el hermoso y humano acto de encontrarse con otras.
    Yendo al significado del “encontrarse”, vocablo al que remite, el Diccionario ofrece una variada riqueza significativa. Señalaré tres sentidos que tienen que ver con nuestra situación. La acepción 5ª señala: “Dicho de dos o más personas, hallarse y concurrir juntas a un mismo lugar”. La 7ª precisa: “Opinar diferentemente, discordar de otros”; mientras que la 8ª matiza: “Conformar, convenir, coincidir”.
    Una palabra de recuerdo agradecido para Antonio que halló tan denso término para calificar el espíritu del Atrio. Por tanto, es hora de formular alguna conclusión para este debate: somos personas que concurrimos juntas a la búsqueda de la verdad y la autenticidad en la vida. Tan válido encuentro es el de aquellos que opinan diferentemente y discordan entre sí, como el de aquellos que están conformes, que están de acuerdo, que coinciden entre sí. En el supuesto de que pudiera dar un consejo a Antonio le diría: para entrar en el Atrio pon como única condición que, antes de entrar, todo el mundo deje fuera las piedras y las armas ofensivas (de todo tipo) y la agresividad.
    Como a veces, más que encuentros, hay “encontronazos”, al buscar este término en el DRAE veo sorprendido que remite simplemente a “encontrón”, definido como “Encuentro sorprendente o inesperado entre personas o de personas y cosas”. Bueno, habrá que evitar los “encontrones” en el Atrio.
    Una pizca de humor: tampoco somos tan importantes los progresistas y los conservadores como para organizar estas zambras a veces tan molestas. Pero si se producen estos “encontrones”, pienso que no merece la pena dramatizar tanto: mientras nos enfrascamos en rifirrafes intempestivos y extemporáneos, dejamos de caminar, que es lo importante.
    Finalmente, una confesión, por si alguien tiene alguna duda: me encuentro (sic!) muy feliz en este Atrio, donde, pelillos a la mar a parte, impera una grande, majestuosa y limpia buena voluntad y espíritu peregrino.
    Un abrazo cordial para todas las madres (bulliciosas o silenciosas) del Atrio en el Día de la Madre.
     

  • Sergio Zalba

    Es bien interesante el planteo que hace Manuel V sobre cómo entender el encuentro entre lo sagrado y lo profano. Este asunto sí que apunta al meollo -creo- del sentido o razón de ser de Atrio (perdón, Antonio si meto la pata).
     
    Lo hemos conversado varias veces, pero es una cuestión de tal hondura, que no viene mal reflotarlo cada tanto, no para ‘enseñárselo’ -ni a Manuel ni a ningún otro- sino para seguir profundizándolo.
     
    En algún momento entendí que lo sagrado y lo profano eran dos realidades distintas, diversas. Tal como también se entendió -y así me lo habían enseñado- en mis clases de religión y de teología. Por eso, la razón de ser del ‘atrio’ en las iglesias: un lugar intermedio ni totalmente profano (la calle) ni totalmente sagrado (el templo).
     
    Hoy ya no lo veo así. Tampoco se trata, en mi caso, de “desacralizar lo sagrado y sacralizar lo profano, divinizar la obra y la palabra de los hombres” No. Eso sería una forma un tanto burda y hasta descalificatoria de referirse a este asunto.
     
    Lo que ahora percibo -desde hace años, en realidad-  es que no existen esos ámbitos como realidades distintas. Sólo existe uno, al que se puede llamar como se quiera. Algunos le dirán ‘sagrado’ y otros le dirán ‘profano’. También se le puede llamar ‘Atrio’, si se quiere.
     
    En mi caso, que opté por creer en Dios, TODO se me hace sagrado. La realidad entera está atravesada, impregnada, sostenida por Dios. No existe lo pro-fano como aquello que está fuera del fanum, de lo habitado por Dios, porque Dios habita (expresión simbólica) todas las cosas.
     

    Me parece que esta es la propuesta de Atrio, o al menos así la entiendo; la de ofrecer un espacio en el que podamos descubrir lo fano que existe en lo profano, incluyendo a quienes entienden que lo ‘sagrado’ no es más que una forma de hablar (ateos y gnósticos) y que además, lo fano no es privativo de las religiones, aunque en ellas también esté, o deba estar.  Y es por esto último que quienes nos reconocemos miembros de la ICAR, nos dé tanta rabia ver cómo la institución se encarga de ocultar lo verdaderamente sagrado tras su máscara de gran sacralidad.
     
    Según lo veo, no hay nada más divino que lo profunda, intensa y acabadamente humano. Esa es la divinidad que nos mostró Jesús, la de su cabal humanidad.

  • Eusebio Ramirez:

    Veo que tienes mucho que aprender. En lugar de preguntar, que es eso de la Ciencia Amplia, algo que parece ser que no tienes ni idea de que es. Me tildas de ignorante. Lo soy, pero hay quien me gana, en ignorancia.

    Respecto al “santon”, solo te diré que puedes decir las chorradas que dices, gracias a su benevolencia. El carga con la mayor parte de trabajo que depara este portal. En lugar de agradecer el tener un espacio en el que puedes aprender. Entras descalificando a diestro y siniestro. Eso “amigo” son ganas de reventar, y la paciencia de hasta los “santones” tiene un limite.

    “Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus harapos, desprecia cuanto ignora”. Te lo traduzco, pues igual no llegas… El  harapiento eres tu con tus ideas harapientas. Y desprecias lo que ignoras. A eso se le llama soberbia.

  • Manuel V.

    Antonio:
    Me alegro de tu mejoría. 
    No entiendo la referencia a la definición de “integrista”, es insulto o no, como muchas otras palabras castellanas, según se use. Burro,  tampoco es un insulto, por poner una suave , pero puedo “lanzarla” como único argumento a la cabeza de otro. Lo de “ni es todo” tampoco capto su significación, el riego que me va fallando quizá. Pero no sé a qué viene, disculpa.

  • Manuel V.

    Pepe Blanco:
    Evidentemente eso vale para las relaciones personales. Dificilmente en las relaciones en la red, donde en muchísimas ocasionesn nos formamos una imagen, casi siempre bastante equivocada, del otro y especialmente cuando ya desde los primeros mensajes tendemos a “clasificar”. Es muy complejo este mundo de la red, dirría que infinitamente más que el de los diputados. Como tú mismo dices, es en el trato cotidiano donde uno encuentra la sintonía recíproca. Vara a cara, las cosas siempre son más completas, los signos, los gestos, las miradas, se echan en falta. Una imagen vale más que mil palabras
    En internet, sabemoy conocemos los casos extremos que salen en los papeles, no es complicado simular y buscar alianzas “en lo oculto” del nominal-anonimato. Así es esta tecnología de la comunicación-incomunicación, información-desinformación.  Con ello contamos

  • Manuel V.

    Estimado Pepe:
    Pues eso no lo puedes decidir tú. Yo sí estimo, gracias Dios,  a los que no piensan como yo y eso no está en tus manos modificarlo.
    Creo que sigues sin leer completo  lo que escribí, hay una condicional:
    “Repito,  no es posible el encuentro entre lo sagrado y los profano´, si el único camino es desacralizar lo sagrado y sacralizar lo profano, divinizar la obra y la palabra de los hombres.”
    No sé quien  te ha otorgado el grado de jefe comanche; pero a los demás les molestara mi tono, creo que pueden ellos solos decir si les gustan o no los términos en que me dirijo a ellos, como acaba de hacer alguno ¿no?
    Lo “barribajero” me temo que no es una cuestión mía, creo y espero. Aunque si se dice “con educación” igual sí que vale.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Agradezco y me pone muy contento terminar la turbulenta semana con “el alma sosegada
    ··············
    En cuanto a ATRIO como “Encuentro de lo sagrado y lo profano
    estimo poseer el tesoro de algunas dudas.
    ···············
    [Nota previa: ¿a qué se debe la diferente nomenclatura en el Post (“Por una sociedad y una iglesia mejor” y en el Introductor de comentarios (“Por una espiritualidad más auténtica”)? Pareciera que no hemos hallado un lenguaje común y preciso para ensayar entendernos. Tal vez así surgen los gritos; allí encuentran suculento caldo de cultivo. Creo que Galileo decía: “Dove se grida non e vera sciencia”, o algo parecido]
    ···············
    La clara y severa distinción que hace M. Légaut entre “fe” y “creencias”:
     
    1- ¿acaparan éstas el asunto de Dios en el ámbito de la “religión”?
     
    2- ¿qué zona franca le deja Légaut –si le deja alguna- a la laicidad para tratar con plena autonomía el asunto “Dios”?
     
    3- ¿no estará la sensibilidad de n/tiempo sintiendo la aburrida molestia de habitar su vida en dos a-partamentos diferentes: “sociedad” e “iglesia”, como trincheras de lucha?
     
    4- ¿qué relación hay entre los conceptos de profano y laico? ¿se dan cabida con lo sagrado; y viceversa?
     
    5- ¿qué hacen todos estos ingredientes en nuestra vida concreta: ayudarnos o destruirnos?
    ··········
    Con calma y sin apuro sigo ¡yendo todavía! porque estimo que
    la “LLEGADA” consiste en “ESTAR YENDO” – Oscar.

  • pepe blanco

    Así lo pienso, Manuel V: en general, las buenas relaciones entre las personas dependen más de lo bien o de lo mal que se caigan que de las creencias concretas que defienda cada una de ellas. La sintonía recíproca, no sólo es ideológica, también es personal y, con frecuencia, suele prevalecer ésta, en el trato cotidiano.
     
    Así sucede, por ejemplo, con los diputados en el congreso: diputados de distintos partidos políticos con frecuencia tienen un excelente trato entre ellos, más allá de sus distintas ideas, trato afable que a veces no tienen con otros diputados de sus propio partido. ¿Ya no os acordáis de cuando se enamoraron y se casaron el diputado por el PP de Cantabria, José María Lasalle, con la diputada por el PSOE de Barcelona, Maritxell Batet en agosto de 2005? Pues eso…

  • Antonio Duato

    Pasada una semana del incidente reseñado arriba, quiero agradecer todas las manifestaciones de ánimo a continuar con la tarea, con tesón pero sin volver a poner en peligro mi pierna ni mi calma interior.
     
    Agradezco especialmente el tono dialogante de habituales discrepantes del rumbo de nuestra búsqueda, demasiado rebelde con la institución tradicional. Tienen un puesto aquí si mantienen ese tono, pero les ruego que no crean que es una rebeldía adolescente sino de madurez. Y que me gustaría verles también presente en los temas de espiritualidad laica (Légaut nos ha centrado la atención las últimas semana, y otros muchos testigos han ido pasando y pasarán) que es la parte constructiva de una verdadera intelección nueva de lo religioso y de Jesús.

    Únicamente sugerir a Manuel V. que consulte en el DRAE lo que significa “integrisra”, que ni es un insulto ni es todo. Y agradecer a Jesús sigerencia de matizar los de doctrinas “reveladas” que corrijo del texto.

    Luis Troyano me hace caer en la cuenta de lo que había dicho Eusebio Ramírez respecto a mí. Él lo reafirma y no me ofende. Sólo quiero decirle que la rabia no se produce porque vea en la TV otros dogmas (creencias) diferentes a los míos. Acepto el pluralismo de creencias. Pero separo fe y creencias. Hemos explicado otras veces la diferencia. Y como mi fe en Jesús es cada vez más fuerte y madura, me da rabia que los que se sientan en la cátedra de Jesús actúen tanto como los príncipes de este mundo. Así entiendo yo la rabia de Jesús contra los mercaderes del templo y su elogio frecuente a la fe de muchos gentiles.