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Semillas transgénicas y agricultura ecológica

 Con este texto, la profesora Mertxe Renobales contesta directamente a quienes la hemos felicitado y opinado sobre su estudio premiado. Plantea de manera más clara su pensamiento y no excluye, aunque no lo asegura por sus ocupaciones y viajes, posteriores intervenciones en el diálogo que se suscite en ATRIO. 

 En primer lugar quiero pedir disculpas por mi demora en escribir este texto, y porque me ha salido más largo de lo que quería en un principio. También agradecer a todos las opiniones que habéis expresado, tanto en un sentido como en otro, sin conocer todavía el trabajo, pues para mí todos los puntos de vista son importantes, máxime cuando se expresan con respeto como así ha sucedido.

La Sociedad Internacional de Bioética (www.sibi.org) ha publicado mi estudio pero el libro no es comercial. Lo envían a los que lo soliciten (bioetica@sibi.org) a cambio del coste de los gastos de correo. Dentro de unos días entiendo que colgarán el archivo pdf del mismo en su página web y se podrá descargar sin coste adicional alguno (excepto papel y toner para imprimirlo).

Este estudio es fruto de una asignatura sobre alimentos transgénicos que solicitaron los alumnos de Ciencia y Tecnología de Alimentos en 1998 y cuya docencia me encargó mi departamento en aquel momento. Confieso que al principio me dio mucho respeto, por no decir miedo, porque no sabía qué iba a encontrar al preparar la asignatura, teniendo en cuenta la polémica que estaba montada a nivel europeo e internacional. Hasta aquel momento siempre había explicado asignaturas sobre temas exclusivamente científicos y ahora me enfrentaba a un tema que, además de científico y técnico, tenía también unas dimensiones sociales y éticas que para mí eran totalmente desconocidas.

Pero el miedo se supera con el conocimiento. Así que me embarqué en este tema con ganas y en seguida me convencí de su gran interés.

A lo largo de estos años, además de aprender y entender la ciencia que hay detrás de los cultivos transgénicos, he aprendido también mucho sobre los cultivos tradicionales, incluidos los ecológicos, para tratar de comprender lo mejor posible las diferentes posturas que hay en nuestra sociedad en torno a los alimentos transgénicos.

Debido a mi formación científica y a la extensión limitada impuesta por las bases de la convocatoria (40.000 palabras incluyendo absolutamente todo), me he centrado, sobre todo, en los aspectos científicos y técnicos. Analizo también, aunque quizá más brevemente de lo que a algunos os habría parecido adecuado, la importancia de los aspectos socio-económicos de las explotaciones agrícolas, sobre todo de los pequeños agricultores, para permitir elevar su nivel de vida y mantener sus actividades culturales propias.

La propuesta que he hecho en este trabajo se resume en su título: “Alimentos más sostenibles: las semillas transgénicas en la agricultura ecológica”. Para ello me he basado en los puntos siguientes (las referencias bibliográficas que he utilizado están todas citadas, y son accesibles libremente):

  •             – la ética de la responsabilidad de Hans Jonas (Imperative of Responsibility), y lo que otros autores entienden por sostenibilidad, para definir un concepto de sostenibilidad aplicado a los alimentos incluyendo su producción.
  •             – la documentación científica que avala, por una parte, que los alimentos transgénicos autorizados en Europa y Estados Unidos son, por lo menos, equivalentes desde el punto de vista nutricional a los convencionales no transgénicos (algunos son incluso claramente mejores: ejemplos más abajo); y, por otra, que la concentración de compuestos nutricionales (macro- y micro-nutrientes) en los alimentos ecológicos es equivalente a la de los alimentos convencionales no ecológicos. Los cultivos transgénicos se someten a rigurosas pruebas para asegurar que no son dañinos para el ser humano ni para el medio ambiente. No existe ninguna ley en ningún país del mundo (que yo sepa) que obligue a hacer lo mismo con los cultivos convencionales ni ecológicos.
  •             – la documentación científica que avala que las plantas que nos sirven de alimento no son naturales (aunque nos resulte difícil de creer), puesto que sus genes están muy alterados con respecto a las especies originales silvestres que han utilizado nuestros antepasados para obtenerlas a lo largo de muchos siglos. Incluyo aquí una breve explicación de las técnicas que se utilizan actualmente para la mejora convencional (no transgénica) de los cultivos modernos (ejemplos más abajo).
  •             – la documentación científica que indica que las plantas transgénicas no plantean, en general, problemas diferentes ni más graves para el medio ambiente que los que plantea el cultivo de semillas convencionales utilizando las prácticas agrícolas habituales. Es más, en muchos casos (ejemplos más abajo), las semillas transgénicas aportan ventajas claras para el medio ambiente con respecto a las convencionales.
  •             – la documentación científica que explica los aspectos más positivos para el medio ambiente de la agricultura ecológica (por ejemplo, no utilización de plaguicidas de síntesis química ni fertilizantes solubles), y también los aspectos menos positivos (su menor productividad por esta, y otras, razones).

Desde que el precio de los alimentos básicos subió tan escandalosamente en 2007, el Director de la FAO, Jacques Diouf, ha dicho repetidas veces que es necesario incrementar la productividad de la agricultura allá donde se necesita. No debemos olvidar que en este momento, con aproximadamente 6.500 millones de personas en el planeta, disponemos de unas 0.34 hectáreas (1 hectárea es algo mayor que la extensión de un campo de fútbol medio). Producir alimentos en lugares lejanos y transportarlos a largas distancias tiene también su coste ambiental, económico, y político, y con frecuencia los deja fuera del alcance de los sectores más humildes de cada país. El coste social de una producción lejana puede ser muy alto porque, entre otros problemas, poco a poco destruye el entramado productivo de una sociedad.

Ejemplos de lo que he dicho antes:

  •             – transgénicos que son más seguros que los convencionales y/o ecológicos: el maíz resistente a insectos o “maíz Bt”. Tiene una concentración considerablemente inferior de fumonisinas (compuestos tóxicos que se sospecha son cancerígenos cuya concentración máxima está regulada por la ley, al menos en Europa que yo sepa) que los convencionales. Esto es debido a que la planta produce su propio insecticida (que, además, es el mismo que autoriza la agricultura ecológica; en este último caso se fumiga la preparación sobre la planta), protegiéndola contra el ataque del insecto denominado “taladro”. Como consecuencia, la planta no está dañada y el nivel de infecciones secundarias de hongos patógenos microscópicos es muy bajo.
  •             – transgénicos con mayor nivel de nutrientes que los convencionales y/o ecológicos. El Arroz Dorado (www.goldenrice.org) acumula el precursor de la Vitamina A que, además de prevenir la ceguera, tiene otras funciones muy importantes en el organismo, incluyendo la prevención de determinadas malformaciones en el feto (mujeres con déficit crónica de vitamina A). Se espera su comercialización en un par de años. Otro ejemplo: maíz con mayor concentración de lisina, aminoácido esencial para el ser humano. La proteína de maíz sería de mejor calidad que la actual. En un futuro próximo podemos tener una amplia gama de cultivos transgénicos con mejoras nutricionales importantes. En las sociedades desarrolladas puede que no nos resulten de interés porque tenemos la suerte de poder disfrutar de una dieta equilibrada, pero esto no es así en todos los países ni para todos los sectores de la población.
  •             – ¿por qué digo que las plantas que nos sirven de alimento no son naturales? Porque no pueden vivir en un habitat natural (no un campo cultivado) sin la ayuda del ser humano: la selección –insconciente en su mayor parte- a la que hemos sometido estas plantas desde el neolítico ha hecho que ni los humanos podamos ya vivir sin ellas, ni ellas sin nosotros. Un ejemplo sencillo: las plantas producen semillas para reproducirse, no para que nos sirvan de alimento. Las semillas del maíz, perfectamente pegadas a la mazorca y protegidas por varias capas de hojas que no se desprenden fácilmente, se pudren antes de germinar si la mazorca cae al suelo y se la deja sin hacerle nada. Las frutas sin semillas, obviamente no pueden reproducir la planta. Las técnicas modernas convencionales para mejorar los cultivos incluyen el tratamiento de las semillas con productos químicos mutagénicos y con compuestos radioactivos. De estas maneras se induce la aparición de cambios en los genes que dan lugar a características interesantes (por ejemplo: resistencia a algunos herbicidas; hay cultivos convencionales con la misma mutación que le da esta resistencia al cultivo transgénico).
  •             – algunos aspectos medioambientales conflictivos. Es cierto que el uso del herbicida glifosato ha aumentado considerablemente. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el glifosato es mucho menos tóxico para los animales y otras plantas, y mucho menos persistente en la naturaleza, que los herbicidas a los que ha sustituido. Los cultivos resistentes a herbicidas facilitan mucho al agricultor la gestión del campo: hay que hacer menos aplicaciones de herbicida (considerablemente menos gasto de gasoil, menos emisiones de gases, y menos tiempo invertido),y se utiliza, en general, menos cantidad de herbicida por aplicación. Además, favorecen el uso de técnicas de agricultura de conservación (sembrado sobre los rastrojos del año anterior) que evita la erosión de la capa más fértil del suelo. Sí es cierto que han aumentado las especies de malas hierbas resistentes a este herbicida, y también es cierto que se pueden eliminar con una aplicación adecuada de otro herbicida, por lo que no son totalmente incontrolables. En general, los cultivos tolerantes a herbicidas reducen los costes al agricultor, incluido el pequeño agricultor, a pesar del coste adicional de las semillas (por término medio un 20% más caras, al menos en España). Recordemos que en muchos países en desarrollo, particularmente en África subsahariana, el “herbicida” habitual se llama “mujeres y niños”.
  •             – los agricultores saben que no pueden guardar la semilla de un año para otro de los cultivos, transgénicos o convencionales, que utilizan semillas híbridas. Esto se debe a que las características del cultivo del 2º año no tienen nada que ver con las del primer año. Por esa razón, tienen que comprar semilla todos los años (convencionales o transgénicos). En los cultivos de polinización abierta, sí se puede guardar la semilla de un año para otro sin cambios muy profundos.
  •             – el sistema “terminator” que convierte en estériles las semillas del 2º año de un cultivo transgénico NO se ha comercializado en ningún cultivo, en ningún país del mundo. Es cierto que existe y funciona así, pero no se ha comercializado: no hay ningún cultivo comercial que lo lleve.
  •             – productividad de los cultivos ecológicos. Debido a las prácticas agronómicas para controlar las plagas y malezas, y al uso de los llamados “abonos verdes”, la productividad de la agricultura ecológica es, en general, entre el 20 y el 30% menor que la de la agricultura convencional. Por eso, si esta fuera la forma predominante de producir alimentos para todos los habitantes del planeta, necesitaríamos un 20-30% más de terreno. En este momento estamos utilizando prácticamente todo el terreno cultivable del mundo de mejor calidad (datos de la FAO), por lo que habría que utilizar hábitats naturales con lo que esto implica de destrucción de biodiversidad animal y vegetal. Una posibilidad es utilizar algunas semillas transgénicas que aumenten la productividad por el sencillo procedimiento de reducir las pérdidas.

 

En este trabajo propongo que la agricultura ecológica, manteniéndose fiel a su filosofía de no utilizar estos plaguicidas de síntesis, permita la utilización de algunas semillas transgénicas. ¿Cuáles? Aquellas que no necesitan estos plaguicidas para su cultivo: por ejemplo, las plantas resistentes a insectos que fabrican su propio insecticida, como ya hemos dicho. Otro ejemplo son las plantas resistentes a virus y enfermedades: la propia planta está, como si dijéramos, “inmunizada” contra el ataque de algunos virus. Teniendo en cuenta el cambio climático que parece difícil de evitar, pensemos lo útiles que pueden resultar las plantas tolerantes a la sequía (en vías de comercialización) que crecen bien con 20 ó 30% menos de agua que las convencionales. La lista es larga.

Además de preocuparnos del medio ambiente, la sostenibilidad de los métodos de producción de alimentos nos lleva a preocuparnos de las personas de nuestro entorno que se dedican a producirlos. La actitud “anti-transgénica” tan generalizada en nuestra sociedad afecta a muchos agricultores que se quejan de la pérdida de competitividad, ya que se permite la importación de una serie de alimentos transgénicos, pero no su cultivo, excepto el maíz resistente a insectos. En estos últimos días los periódicos en España han hablado de que los agricultores andaluces están reclamando que se autorice el cultivo del algodón resistente a insectos para disminuir las graves pérdidas que están teniendo. En caso contrario, es posible que desaparezca el sector algodonero del estado español.

La implicación de grandes multinacionales en la producción y comercialización de la mayoría de las semillas transgénicas y algunos herbicidas utilizados con ellas ha contribuído mucho a generar desconfianza en la sociedad. Las pruebas para determinar si un cultivo o alimento transgénico es dañino para el ser humano y/o para el medio ambiente pueden llegar a costar alrededor de 80 millones de euros (en tiempo, personal y materiales). Esta inversión no está al alcance de centros públicos de investigación ni de pequeñas empresas productoras de semillas. En mi opinión, las pruebas son totalmente necesarias, pero a veces pienso si no nos habremos pasado exigiendo algunas pruebas que pudieran ser redundantes… Es verdad que con las multinacionales farmacéuticas (algunas son las mismas) suceden cosas parecidas, pero en ningún momento se nos ocurre decir que no necesitamos medicamentos, sino que exigimos (hasta donde podemos) que se abarate el coste de algunos de ellos para determinados países en desarrollo (ej: antirretrovirales para África subsahariana).

Nuestra actitud europea “anti-transgénica” tiene también una gran influencia en países del tercer mundo, particularmente en África subsahariana, que han rechazado los cultivos transgénicos, y todavía los rechazan incluso en situaciones de hambruna, en muchos casos por no perder el lucrativo mercado europeo para sus exportaciones. Sin embargo, estas exportaciones benefician muy poco, o nada, a los agricultores pequeños y de subsistencia que son los que sufren las hambrunas por falta de semillas de alta productividad que ellos mismos puedan cultivar.

Todos sabemos que las panaceas no existen, que no vamos a encontrar un método de producción de alimentos totalmente libre de todo tipo de problemas, que sirva en todos los lugares y climatologías, y para todos los cultivos. Y que proporcione alimento suficiente para todas las personas, allá donde se necesite. Mi propuesta, pues, trata de buscar puntos comunes para resolver un gran problema, combinando los aspectos más positivos de la agricultura ecológica con la utilización de unas semillas que pueden permitir mejorar su productividad, respetando siempre la filosofía de la agricultura ecológica. Seguramente a muchos os parecerá que esta propuesta es inaceptable. Animo a que la examinemos entre todos tratando de verla lo más objetivamente posible y tratando de superar este enrocamiento de las posiciones actuales, por uno y otro lado, para poder avanzar en la difícil tarea de proporcionar alimentos a toda la humanidad, allá donde se necesitan, utilizando todas las tecnologías a nuestro alcance porque el desafío es muy grande.

Gracias por vuestro interés en este tema tan polémico.

Un abrazo,

Mertxe de Renobales Scheifler

78 comentarios

  • Ana, enlazo a las noticias, y por supuesto, al final de cada una, está la fuente original del artículo.
    Sin Embargo,no se puede decir lo mismo de este artículo de  Mertxe, donde hay un montón de afirmaciones, muchas de ellas falsas, y sin ninguna referencia a fuentes constatadas que las confirmen.
     
    Un saludo!

  • ana rodrigo

    Para el capitán de la sardina.
    Tengo la costumbre de fiarme o no de lo que leo según la garantía  que me produce el autor que escribe.
    Los enlaces que nos pones nos remiten al Capitán de la sardina, en cuyo blog no hay perfil alguno de quién es el tal Capitán de la sardina.
    Ha sido una simple nota personal mía.

  • Solo quería hacer un par de comentarios y aportar algunos datos.
    Primero, para aquellos que se amparan en un supuesto confrontamiento entre los científicos sobre los peligros potenciuales de los transgénicos, hay que recordar que todos los estudios llevados a cabo sobre los transgénicos (excepto uno) han sido pagados por las propias empresas productoras de transgénicos, que nadie se lleve a engaño y piense que  han sido estudios independientes por científicos sin ningun interés en el tema.
    Ese estudio, que ha sido el único independiente hasta la fecha, realizado por dos universidades Francesas muestra que el Maíz monsanto “mon810” (recordar también que esta variedad se cultiva en España, que de hecho cultiva más transgénicos que todo el resto de Europa junto) muestra claras evidencias de riesgos para la salud, asi como el encubrimiento de estos hechos por parte de la empresa monsanto:
    Nuevo estudio: El maíz modificado genéticamente muestra claras evidencias de riesgos para la salud
    El motivo por el que no hay más estudios independientes sobre las semillas transgénicas es porque las empresas, como dueñas de la patente de las semillas PROHIBEN explicitamente que se puedan realizar estudios independientes sobre “sus semillas”:
    Escándalo en Transgenicos: Efectos a largo plazo de los alimentos genéticamente modificados en los humanos
    Finalmente, no está de más echar un vistazo a quién decide las políticas sobre transgénicos, concretamente en España:
    LAS MALAS COMPAÑÍAS: ¿QUIÉN DECIDE LA POLÍTICA DEL GOBIERNO SOBRE TRANSGÉNICOS? (1)
    LAS MALAS COMPAÑÍAS: ¿QUIÉN DECIDE LA POLÍTICA DEL GOBIERNO SOBRE TRANSGÉNICOS? (2)
     
    Esto es solo una pequeña parte, pero creo que es necesaria para tener una visión más global y más real sobre los transgénicos. Y a partir de aquí que cada cual saque sus conclusiones, pero esos datos están ahí y no deberían ser ocultados.
     
    Un saludo para tod@s

  • ana rodrigo

     
    Siguiendo la recomendación de Lali he leído la entrevista hecha a Gilles Eric Séralini. Mientras lo iba leyendo se que quitaban las ganas hasta de respirar. Realmente el poder que hoy tiene la humanidad de hacer desde lo más sublime hasta lo más miserable es ilimitado. Y lo que da más miedo, así, miedo, es que se puede jugar con la vida en sus diversos aspectos, desde lo que estamos comentando hasta la manipulación genética de la especie humana.
     
    Como pensar en lo peor me deprime bastante y como mi natural suele ser el de confiar en que la bondad también existe, me quedo con el siguiente párrafo de Sérelini: “No estoy en contra de la ingeniería genética. Se pueden hacer grandes cosas con ella. La mayoría de los científicos piensa en desarrollo, no en negocio.”
     
    De lo demás no sé nada, y procuro leer todo lo que puedo aunque muchas veces no sé si llega el Apocalipsis o si podemos seguir confiando en la humanización de los poderes reales y/o fácticos que nos teledirigen no sabemos a dónde. Lucharemos para que esto último sea una realidad.

  • Asun

    Gracias, Lali y Pepe. Hacéis un buen tandem. Muy interesante el enlace. Llena de sospechas bien fundamentadas.

    Un abrazo

  • Lali

    No estaría de más leer u oír a Gilles Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos. Basta escribir su nombre en Google.
    Saludos
    Lali

  • Pepe Sala

    No hay trampa ni carton, amiga Ana.
    Tengo familiares agricultores de toda la vida y se habian ganado muy bien las habichelas hasta que comenzo el asuntillo de los transgnicos, las subvenions a deteminadas producciones en detrimento de otras, las dificultades de vender los productos nacionales ( puesto que no pueden competir en precio con los importados de mucha peor calidad),etc. Este mismo agno no les ha sido rentable recoger la cosecha de patatas, porque se las pagaban a 5 centimos de euro. Plantan miles de kilos y la mano de obra de la recogida, mas el trasporte, sacos y tratamiento para que duren sin germinar, les salia mas caro que lo que les pagaban.
     
    Reultado: Yo estoy comprando unas patatas mucho peores a 40 centimos ( por sacos, si las compro al por menor, en la tienda, no bajarian de 80 centimos. Mis familiares  salmantinos han dejo al pastor del pueblo que meta a su ovejas a pastar lo que a 300 kilometros pagamos un precio exorbitado por un producto mucho peor que el que se comen las ovejas de Salamanca.
     
    Y aseguro que si no fuese por la politica  de subvenciones, los transgenicos no podrian competir con los naturales.
     
    Y el  hecho de que muchos paises pasen necesidad en temas agricolas, se debe a que les prohiben plantar sus productos naturales, que han dado de comer a sus habitantes derante milenios, para plantar comida para los coches de los paises ricos. Hambre para los humanos pobres y gasolina ” tansgenica” para los lujos de quienes dicen pretender ayudar al equilibrio social del mundo.
     
    Yo he plantado muchas huertas y tengo perfectamente claro que la Naturaleza es tan generosa que no hay forma de comerse todolo que produce.  Solo se necesita elegir adecuadamente los productos y no favorcer a lo peores para joder a los mejores.
     
    Al menos eso creo, por mas que me fastidie tener que contradecir la opinion de Mertxe, la de Ana y la de “jftamames”…juas, juas,juas por este ultimo.
     
    (Me encanta la nieve y estoy disrutandola de lo lindo)

  • oscar varela

    Hola!

    Gracias mil a todos los aportes, de los que voy tomando nota en mi mollera.

    Aprovecho a referirme a un rubro que + o – conozco: La construcción metálica y “fontanera”.
    ·······
    En Física y Química se estudia un fenómeno llamado “par galvánico”.
    Se trata de una corriente eléctrica que se genera por la proximidad (contacto) de metales diferentes.
    En este caso del Hierro con el Aluminio.

    Por la década de los ’50 se empezó a producir una “chapa” (para techados, etc.) que con “base” de Hierro era revestida con Aluminio en vez de Zinc. Se la conoce como “chapa aluminizada”.

    Ente las enormes ventajas sobre la “zincada” está el muy superior porcentaje de rechazo a la luz solar (por refracción) y su consiguiente menor re-calentamiento, consiguiéndose, entonces, mejor aislación térmica en los ambientes interiores.

    Entre las desventajas estaba la dificultad para los ensambles estancos (soldaduras c/estaño, etc.) que se solucionaron con “selladores sintéticos”).

    Pero el gran problema era el maldito “par galvánico”, ya que las techumbres se asientan sobre perfilerías de Hierro.

    La comercialización corría el riesgo de irse al tacho. Sin embargo todos los “resultados de laboratorio” daban satisfactoriamente si se le aplicaba al perfil de Hierro una capa de pintura “bituminosa”. Y así se comercializó en todo el mundo (el invento era de los EEUU, cuya Firma en Argentina era Armco.)

    LLega el año 1978 y por el Campeonato Mundial de fútbol, en Argentina todos se vuelven locos en construir (a mí me tocaron los Estadios de Córdoba y Mar del Plata). ¿Qué chapa usar?

    Todos los contínuos ensayos de laboratorio datados de 20 años atrás seguían dando: OK.
    Sin embargo, la Empresa Arco Argentina me encargó “destechar” algunas de las chapas puestas hacía 15 años atrás en unos importantes Galpones que yo había techado con esa chapa “aluminizada”.

    Una cosa era el “laboratorio” y otra las condiciones reales, plagadas de variables i-rreproducibles.
    ·········
    Con el Techado del Estadio de Mar del Plata pasó no lo del “par galvánico”, sino en torno al antojo de techar con “plástico”.

    ¿Alguien sabe cuánto tiempo dura el plástico manteniendo las características de trabajo para las que son fabricadas? Porque el Plástico “fragua” (endurece) y se hace quebradizo con el tiempo ¿cuánto?. Es mucho lo que se sabe -y cada vez más y mejor-, pero ¿quién controla esas calidades?

    La “inteligentsia” del Capital ya no se interesa tanto en la Producción ni en los Gobiernos, sino en la “fabricación” de estructuras técnico-financieras para el dominio imperial y exhaustivo; por ejemplo: las Normas de calidad ISO (que sólo unas Multi puedan cumplir y así imponer sus Precios): y en el orden político global ya hace rato que funcionan las “Deudas Externas” instrumentadas desde la Banca Mundial.

    Ahora le está llegando el “San Martín” a los “Chanchos europeos” ¿o no?

    ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • María

    Según el Centro Internacional de la Papa hay más de 1.000 variedades de papa en las zonas andinas de donde es originaria.  Sinceramente no veo ninguna razón válida para destruir toda esta riqueza de variedades, perfectamente adaptadas a su medio,  a favor de las papas propiedad de Monsanto.
    Que nos den la papita criolla, la papa amarilla, la papa nueva, la papa para freir, la papa bonita,  y así hasta mil con distintas propiedades  para usar de acuerdo al guiso que vamos a hacer.  Y no la papa resistente a la kanamicina de Monsanto.
    La soberanía alimentaria debe estar en manos de los pueblos nunca en manos de las multinacionales.
    ¿Y los problemas de salud derivados de estas plantas genéticamente modificadas? Se han denunciado alergias graves con el consumo de este tipo de productos (con el maíz por ejemplo), pueden crear también resistencia a los antibióticos de la familia a las que ellas son resistentes, se habló de que producían cáncer en los animales de laboratorio con los que se había experimentado,  y muy posiblemente se detectarán otros efectos a largo plazo que todavía no se han podido ver.
    Eso sin hablar de la salud de los animales y de otras plantas cercanas a los plantíos geneticamente modificados, que interaccionan con ellos,  que también puede verse afectada de manera grave, hasta llevarlos a desaparecer.
     

  • Gabriel Sánchez

    BIODIVERSIDAD-EUROPA: Agricultores contra semillas transgénicas
    Por Julio Godoy
    BERLÍN, feb (IPS) – La biodiversidad, ya en rápido declive a consecuencia del cambio climático y de la agricultura intensiva, padece también la amenaza de la modificación genética de semillas, señaló el ecologista alemán Benedikt Haerlin.
    Ésta es peligrosa, “dado que está al inicio de la cadena agrícola y puede propagarse por toda ella”, dijo Haerlin, ex director de campaña de la organización ambiental Greenpeace y ex miembro del Parlamento Europeo.

    Actualmente Haerlin lidera la campaña global “Salvemos nuestras semillas”, en cooperación con unas 300 entidades ambientalistas de toda Europa.

    La campaña llama la atención sobre los planes de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), de tolerar una contaminación “accidental o técnicamente inevitable” de las semillas convencionales con variedades transgénicas.

    En septiembre de 2004, la Comisión Europea buscó la aprobación de una directiva que permitiera hasta 0,7 por ciento de organismos genéticamente modificados en las semillas de maíz y canola sin etiquetar.

    Pero feroces protestas de agricultores orgánicos y entidades ambientalistas obligaron a la Comisión a retirar la propuesta. Desde entonces, el órgano de la UE no ha presentado ninguna recomendación nueva.

    Algunos comisarios, como Stavros Dimas, que entre 2004 y 2009 estuvo a cargo del ambiente, incluso cuestionaron que fueran necesarios los topes. Aunque el mandato de la actual Comisión terminó en octubre, Dimas todavía se desempeña como comisario ambiental hasta que se aprueben nuevas autoridades.

    “Sin embargo, la posición oficial de la Comisión Europea es que se está trabajando en una nueva propuesta para la especificación de valores de tope para la contaminación genética de las semillas”, dijo Haerlin a IPS.

    Según él, decir que esa contaminación con transgénicos es “accidental o técnicamente inevitable” es engañoso. “Para forraje o incluso para alimentos, que la contaminación genética inferior a 0,9 por ciento no esté declarada puede ser aceptable. Por lo menos, puedo estar seguro de que esa contaminación no se extenderá a otras áreas de la vida”, explicó Haerlin.

    No ocurre lo mismo en el caso de las semillas, dijo. “Las semillas transgénicas pueden contaminar los cultivos de campesinos y granjeros que se oponen a ellas. Luego de la contaminación, se verán obligados a demostrar el origen de la contaminación”, señaló.

    “Los agricultores que usan lo que creen son semillas orgánicas, pero que han sido genéticamente contaminadas, continuarán usando parte del cultivo contaminado como semillas para la siguiente temporada, y multiplicarán y propagarán la contaminación”, sostuvo.

    “El impacto más importante de la agricultura transgénica radica en las condiciones sociales y económicas de los cultivadores”, dijo Haerlin a IPS.

    “En general, la agricultura de transgénicos vuelve a los cultivadores dependientes del gran negocio agroquímico, y también provoca conflictos entre campesinos y propietarios de la tierra”, agregó.

    Haerlin acusó a los gigantes agroquímicos que controlan el mercado de semillas transgénicas de usar “las puertas traseras y la mala legislación para colocar sus semillas en el mercado. Saben que de otro modo no venderían sus semillas”.

    También advirtió que la investigación y el desarrollo en la agricultura tiene lugar “cada vez más sólo en los laboratorios químicos, y no en el campo, y se concentran en apenas un puñado de empresas”.

    Por esta causa, las semillas orgánicas tradicionales están desapareciendo, sostuvo.

    “Las consecuencias ambientales son enormes y extremadamente peligrosas, y una vez que ocurren es demasiado tarde para revertir la marea”, dijo Haerlin.

    Según expertos en ambiente y agricultura, hace 25 años había por lo menos 7.000 productores de semillas en todo el mundo, y ninguno de ellos controlaba más de uno por ciento del mercado global.

    Actualmente, luego de una serie de adquisiciones, 10 importantes multinacionales de la bioquímica, entre ellas Monsanto, DuPont-Pioneer, Syngenta, Bayer Cropscience, BASF y Dow AgroSciences, controlan más de 50 por ciento del mercado de las semillas.

    “El objetivo de estas compañías es, por supuesto, hacer ganancias”, dijo Haerlin a IPS.

    “A fin de mejorar sus ganancias, todas ellas aplican una estrategia para incrementar su control del mercado: imponen a los agricultores de todo el mundo la llamada integración vertical de insumos, desde semillas hasta fertilizantes y pesticidas, todos de una misma marca”, explicó.

    Esa “integración vertical de insumos” ha transformado a al agricultura de los países en desarrollo en un negocio de dos clases, dijo a IPS Angelika Hillbeck, investigadora en materia de bioseguridad y agricultura en el Instituto Federal Suizo de Tecnología, en Zurich.

    “En los países en desarrollo hay una clase de agricultores con grandes plantaciones y suficiente dinero que pueden darse el lujo de comprar todos los insumos de las principales empresas bioquímicas, desde semillas y fertilizantes hasta pesticidas y conservantes”, planteó.

    Pero también están los pequeños agricultores, que no pueden acceder económicamente a los mercados bioquímicos. Además, las semillas transgénicas han desplazado a las orgánicas, reducido la diversidad botánica, especialmente en los países pobres, y contribuido a una mayor devastación de la biodiversidad en general.

    Todos los países miembro de la UE se han integrado a la campaña de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para declarar a 2010 “Año Internacional de la Diversidad Biológica”, en un esfuerzo por enfatizar la necesidad de proteger la variedad de flora y fauna.

    La ONU reconoció que el objetivo fijado en 2003 de frenar la destrucción de biodiversidad para 2010 no se alcanzará.

    El compromiso europeo a favor de la biodiversidad parece ser apenas una falsa alabanza a la causa ambiental, dado que, en realidad, las instituciones europeas apoyan a las multinacionales que buscan legalizar la contaminación genética.

    Además, las instituciones europeas parecen tener puertas giratorias que conectan a algunos de sus principales funcionarios con empresas privadas dedicadas a la bioquímica y los agronegocios, como muestra el caso de Suzy Renckens.

    Hasta 2008, Renckens fue directora de la unidad de transgénicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) y coordinadora del panel de científicos europeos que estudian este tema.

    Un mes después de renunciar a la EFSA, Renckens asumió la dirección de los asuntos regulatorios de biotecnología para Europa, África y Medio Oriente en Syngenta, una de las principales compañías europeas de agronegocios.

    Según sus propias palabras, Renckens ahora ejerce presión en nombre de Syngenta para influir en la toma de decisiones de la UE en materia de transgénicos. Es exactamente el mismo tema de cuya regulación era responsable cuando estaba en la EFSA.

    Haerlin dijo que la campaña “Salvemos nuestras semillas”, coordinada por la Foundation on Future Farming, con sede en Berlín, elevó una petición a la Comisión Europea y otras autoridades europeas exigiendo una prohibición de las semillas transgénicas. Hasta ahora la firmaron más de 200.000 ciudadanos de la UE.

    El texto enfatiza la protección del ambiente y la salud humana y señala que “la pureza de las semillas tiene que ser garantizada por quienes producen o desean cultivar organismos genéticamente modificados, y no por quienes continúan cultivando y consumiendo productos sin” ellos.

    Los costos derivados de esta obligación deberán ser pagados por quienes producen los transgénicos, agrega.

    (FIN/2010)

    http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=94568

  • ana rodrigo

     
    Mi querido Pepe Sala, desde luego que la nietuca debe tirar mucho, porque ir a Suecia en invierno, sólo lo hacen los aventureros y/o románticos. Disfruta todo lo que puedas.
     
    Tu pregunta lleva trampa porque también podríamos preguntar, si tus hijos o nietos están pasando hambre ¿los dejarías morir o le darías alimentos aunque fuesen transgénicos?. No valen estas preguntas, las cosas no son blancas o negras sin matices.
     
    Yo pienso que la ciencia y las nuevas tecnologías deben estar al servicio de la vida, humana, vegetal o animal. Y entre, todo bueno o todo malo, digo yo, que habrá diversas posibilidades en que no sean perjudiciales y que sean beneficiosas. ¿Por qué la ciencia no va ser posible de conseguirlo lo mismo que ha conseguido tantas otras cosas?.
     
    Repito lo que ya dije el otro día, en los países desarrollados la esperanza de vida cada día es mayor y en los países subdesarrollados no mejora ni la esperanza de vida ni la calidad de vida. Y eso que aquí los alimentos vegetales y los animales ya llevan un tiempo pasando por el laboratorio para modificarlos genéticamente.
     
    Y con esto no quiero decir que todo valga, pero tampoco afirmo que nada vale.
     
    Un abrazo, Pepe.

  • Gabriel Sánchez

    Querido Pepe, tenemos cientos de estadisticas que prueban que lo transgenico no produce más que lo natural y yo a mis hijos no les daria transgenicos, porque tarde o temprano afectaria su salud.- Gabriel

  • Gabriel Sánchez

    Rodrigo, eres un hermanazo y un luchador de primera linea y tengo un especilisimo aprecio por ti…lo de  iletrado lo digo porque objetivamente es verdad, en otro orden parece que estamos de acuerdo,como dicen en España Vale…Un abrazo Gabriel

  • Querido Gabriel

    Bueno, pues sigamos con la desvelada (va confesión…cuando me saturo las neuronas con el tema que estoy trabajando, me doy un paseo por varios blogs para despejarme un poco):

    1.- Estamos de acuerdo. Concedo que mi expresión es más ambigua o diplomática 😉

    2.-  No lo había entendido así. Si ese es el sentido, estamos de acuerdo. Una investigacíón de la UNAM resaltaba el hecho de que ese mecanismo para impedir la reproducción, fue pensado originalmente como una salvaguarda para evitar la contaminación entre semillas, pero que ha sido aprovechada para asegurar el negocio de los dueños de las patentes. Así que, concedido el desacuerdo, y concedida la razón 🙂

    3.-  Dices “disociar la semilla de la patente es un ingenuidad mayúscula“.
    Estamos de acuerdo: yo dije Pero, por otra parte, tampoco se puede dejar de lado -por abstracciones teóricas- que en la praxis concreta y real, las semillas transgénicas están indisolublemente vinculadas a una forma de producción dentro del esquema de las multinacionales, mientras que existen otras formas de producción que no lo están. En términos éticos, ¿da lo mismo? En mi opinión, no.

    4.- Dices “El sistema no va permitir la disociación, pero aunque en el dominio publico estuvieran las actuales semillas transgénicas que se comercializan serian igual de terribles, toxicas y excluyentes
    Precísamente éso es lo que quería resaltar con mi pregunta!!!  La oposición -al menos la de los movimientos campesinos mesoamericanos, que no es igual a la del movimiento ecologista europeo- no es sólo por que las manejan las multinacionales; aunque TAMBIEN es por esa razón.

    5.- Dices Entonces soy un bárbaro que se opone a la ciencia…te contestare con una cita de Leonardo
    Yo jamás he dicho éso, hermano!. Más bien, mi intercambio con Luis es justamente por no estar yo de acuerdo con una imagen de que quien se opone a las semillas transgénicas es un opositor a la ciencia; y de que quien acepta la ciencia automáticamente acepta las semillas transgénicas.

    Ahora va la mía…pues encuentra algo absolutamente inaceptable “este  pobre iletrado tenga el atrevimiento de disentir contigo “.  Eso si no me lo hagas hermano…cómo que un atrevimiento?  si  disentir conmigo (o de mí) muchas veces es el mejor síntoma de cordura jaja.

    Fuera de broma. No te imaginas cuanto me ha costado, y me sigue doliendo, esta forma de nuestra sociedad que otorga tanto peso al ser profesionista. Ojo, no demerito a los profesionistas, ni el esfuerzo que implica no sólo para quienes lo somos sino para nuestras familias. Pero muchas veces se vuelve una barrera para las relaciones fraternas, horizontales. Siempre me ha causado dolor cuando me ocurre que por tener la posibilidad y la responsabilidad de ser profesionista, se me otorga un valor como si no fuera un hijo de vecina más. Entre los mineros he aprendido cuántas veces el minero analfabeto tiene que enseñarle el oficio al ingeniero que llega de la ciudad. Y siempre digo -y no es retórica- que quien más me ha enseñado en mis afanes actuales, es el Loco Mayén (petrolero, ateo, sindicalista, que terminó sólo 2 años de instrucción escolar… mi gran maestro)

    Así que nada de “es un atrevimiento bla bla bla”, estamos? 😉  Acuérdate que

    Si tengo un hermano
    hermano de suerte
    hermano de vida
    de historia y de muertes
    no mido sus años
    su poca fortuna
    no mido su tacha
    ni mido su altura.

    Si tengo un hermano
    hermano que arde
    hermano mestizo
    hermano de hambre
    empapo mis himnos
    con luz de su aire
    tiño mi bandera
    también de su sangre

    Si tengo un hermano
    hermano de sueños
    hermano de bala
    hermano de empeños
    le entrego mis libros
    le entrego mis manos
    sin un humillante
    recibo de pagos

    Vale.. perdón al equipo de Atrio por la extensión

  • Pepe Sala

    como tengo bastante complicada mi participacion, solo propondre una idea:
     
    Si ustedes tienen hijos que alimentar y pueden optar a la alimentacion ecologica o transgenica;  ? por cual optarian????
     
    Pues eso… y al projimo como a ti mismo. AMENNNN.
     
    ( Felicidades a mi queridisima y admirada Mertxe. Saludos para todos y TODAS, jejej, desde un paisaje de ensuegno…” y la nieve cae del cielo como el arroz en un pagnuelo”
    !!TOMA POESIA !!!  Los fontaneros somos la hostia.)

  • Gabriel Sánchez

    Estamos de acuerdo con que no se trata de la persona, que si fuera eso Mertxe, es una de las más creíbles y queribles,  foreras y mejores personas, incluso una científica como vimos de nota…en eso te doy razón.-
    Pero en desacuerdo si me permites queridísimo Rodrigo estoy en…
    1)…hay científicos muy respetables que afirman que los estudios realizados no son suficientes aún para determinar el riesgo a largo plazo…
     
    ¿Tal vez quisiste decir que hay científicos que lo consideran un riesgo?, muchas investigaciones incluyo, tan serias que la FAO y la ONU, las toma muy en serio, demuestran la toxicidad de las semillas transgénicas usadas en plaza…
     
    2) 2.- Sobre la semilla libre y la cosecha mecánica; no puedo suscribirlo. Toda la agricultura es una intervención humana sobre la naturaleza.
      Al referirse a la semilla libre, no refiere a la no intervención del hombre o la tecnología, sino a hecho de respetar los ciclos naturales, y permitir reciclaje natural de la biomasa…y a mantener las dos características que la semilla ha tenido… su capacidad de reproducción  “Ella ya no puede reproducirse: los híbridos F1 son estériles o degenerativos. Esta esterilidad llega a su paroxismo con el gene “Terminador” (que ha sido legalizado de manera muy discreta en EEUU) el cual programa la planta genéticamente para que se suicide”…y en su capacidad de evolucionar…”En cuanto a su capacidad de evolución en el campo, ¡no soñemos más con esto! Esta capacidad ha sido remplazada por un concepto nebuloso de “fijismo”, otra obra maestra de la mitología agrícola occidental. Las semillas ya no evolucionan en el campo, ellas son fabricadas completamente, en los laboratorios de la agroquímica.”
     
    3) 3.- Sobre el tema de la propiedad de las patentes; hay que matizar mucho. Coincido con Luis en que hay que distinguir entre la propiedad de las patentes y el progreso tecnológico en sí. Creo que el tema de las multinaciones es de un orden, y el de las semillas de otro orden.
     
    Mi queridísimo Rodrigo…perdóname, pero no es así, las multinacionales controlan y patenta todo el genoma transgénico, incluso controlan cual se usa y cual no…No existe un genoma transgénico que circule en plaza que no este patentado por las multinacionales…por lo que disociar la semilla de la patente es un ingenuidad mayúscula… impropia de un análisis dialéctico…(jejeje)… El sistema no va permitir la disociación, pero aunque en el dominio publico estuvieran las actuales semillas transgénicas que se comercializan serian igual de terribles, toxicas y excluyentes, la cultura campesina latinoamericana y asiática ha desarrollado antiguas sabidurías en la vinculación y producción con la tierra y las semillas…los semilleros deben ser los campesinos, con semilla criolla…y yo creo que no es sólo cuestión de bioética, abarca toda los aspectos del ser humano, social, político, económico, cultural…etc.
     
    Entonces soy un bárbaro que se opone a la ciencia…te contestare con una cita de Leonardo…
     
    Leonardo Boff – Si trabajamos con los parámetros de la física clásica, la inaugurada por Newton, Galileo Galilei y Francis Bacon, orientada por la relación causa-efecto, estamos perdidos. No tenemos tiempo suficiente para introducir cambios, ni sabiduría para aplicarlos. Iríamos fatalmente al encuentro de lo peor. Pero si cambiamos de registro y pensamos en términos de proceso evolutivo, cuya lógica viene descripta por la física cuántica que ya no trabaja con materia sino con energía (la materia, por la fórmula de Einstein, es energía altamente condensada), ahí el escenario cambia de figura.
    http://blog.pucp.edu.pe/item/83713
     
    Queridísimo Rodrigo, ¡¿parece que Cananea, esta mejorando…esto es una buena noticia?!…
     
    Y como siempre a pesar de este  pobre iletrado tenga el atrevimiento de disentir contigo y Mertxe (dos profesionales, entrañables personas con gran solvencia intelectual y en el caso de Mertxe especialización en el tema) en esto, que como tu ya sabes coincidimos en todo lo demás especialmente el precio cultural-social de sufrimiento  que esta semillas traen  para el campesinado…No hace mella al cariño y respeto que les tengo…que les aseguro es mucho…Desde el Montevideo critico y disentidor…y acarreando baldes de Agua, para ver si salvamos a Oscar de la inundación… Gabriel
     

  • Hola Luis
    Sí, en varios lugares se les conoce con esa denominación de “medicamentos genéricos”.

    Saludos y buen día por allá (3 de la madrugada de este lado del charco)
    Rodrigo

  • Rodrigo,

    Si es como dices, me disculpo. Lo que yo se, es que cuando acudo al medico de la Seguridad Social, este me receta y punto. Pero creo que esta S.S. receta medicamentos que, si no me equivoco, se les denomina medicamentos genéricos, deben ser los que tu citas.

  • Querido Gabriel
    ¿Exactamente en que entiendes que no estamos de acuerdo? Pues ya señalaba yo en comentario a Luis que si bien hay científicos que afirman categóricamente que no hay riesgos para la salud, otra parte de la comunidad científica contradice tal conclusión.

    Saludos cordiales
    Rodrigo

  • Gabriel Sanchez

    PARTE II decimo intento


    El uso continuado de glifosato creará la aparición de resistencias en plantas adventicias con lo que se necesitarán mayores cantidades de herbicida. Hecho que acarreará una mayor contaminación en los suelos y acuíferos.

    Ecologistas en Acción aporta en estas alegaciones una larga lista de estudios independientes sobre los impactos ambientales y los riesgos para la salud de los productos transgénicos, que no deberían de ser ignorados por las autoridades españolas.

    Una de estas investigaciones, llevada a cabo por el equipo de de Gilles-Eric Séralini, biólogo molecular en Caen y asesor de la Comisión Europea ha sido publicada hace tan sólo unos meses en la revista científica International Journal of Biological Science .

    En ella se señala que la alimentación de animales de experimentación con las variedades que ahora Monsanto pretende introducir, NK 603 y derivados del MON 810, les habría producido en pocas semanas citotoxicidad renal y hepática. También se detectaron alteraciones sobre corazón, glándulas adrenales, bazo y sistema hematopoyético.
     

  • Gabriel Sanchez

    Esta el sistema decidido a no dejarme pegar la parte dos que intente hacerlo ocho veces y no aparece nada.- Gabriel

  • Gabriel Sanchez

    A ver si me permite pegarlo en partes….PARTE I

    Querido hermano…Rodrigo encontramos una cosa en la que no estamos de acuerdo, me voy a permitir pegar mi posiciòn sobre el tema…Porque no se si el sistema me deje pues es nuevamente la tercera vez que lo intento y ya vi que casi borro gran parte de la intervención de Maria…pero lo voy a intentar…
    Ecologistas en Acción ha solicitado al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino la denegación de autorizaciones de cultivos experimentales de maíz transgénico promovidas por Monsanto. Esta multinacional continúa poniendo en peligro la salud de las personas y el equilibrio medioambiental en varios puntos del Estado. Entre los municipios donde se pretenden probar estos cultivos se encontrarían los aragoneses de Ejea de los Caballeros, Tauste y Grañén.
    Los nuevos cultivos a experimentar, que han sido diseñados para tolerar el herbicida glifosato, y para producir toxina Bt, de propiedades insecticidas, comportan un importante impacto sobre el medio ambiente, al envenenar insectos útiles y crear resistencia en lepidópteros. También provoca la destrucción de la microflora fertilizante del suelo, de forma no selectiva.
     

  • Gabriel Sanchez

    Parece que el sistema esta decidido a no dejarme pegar el contenido de mi argumentación, estos dos portales, son razones y pruebas cientificas que anotaba en desacuerdo con Rodrigo, por fin en algo estamos en desacuerdo Rodri…pa matizar un poco…debe en cuando…pero despues de seis intentos no he podido pegar y colijo que tal vez haya una causalidad a esto, descontando la buena voluntad de la organización de ATRIO, sospecho que existe algún tipo de intervención de fuera del sistema, que boicotea justamente determinados comentarios…Gabriel

  • Gabriel Sanchez

  • Gabriel Sanchez

    http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article16426#nb1
      Y sobre la toxicidad…ver una investigacion muy completa en…
    http://www.biolsci.org/v05p0706.htm

  • jftamames

    Para los conservadores, los que añoran el paraíso perdido, esa nostalgia siempre les ciega. En los momentos actuales es muy difícil explicar que no hay diferencia entre realidad virtual y la mal llamada real. Vida es, para el ser humano, virtual, cultura. Las discusiones serán pues de oportunidad, medios y riesgos. Un beso es virtual. Cuando besamos queremos escenificar que nos comeriamos a esa persona, hacernos uno, limites que superamos con esos signos. Pero en fin, estamos esa corriente que aparece y reaparece desde los tiempos de los Apóstoles que es esa alineación con la cultureta del momento.

  • María

    Medicamentos los estrictamente necesarios  y cuantos menos mejor! Eso de tener un botiquín atiborrado y tomar medicinas a diario como si fueran pastillas de menta es una práctica pésima.
     
    Los laboratorios tienen productos de primera, segunda y tercera línea y no se introducen igualmente en Europa que en América Latina ( y tambien diferencialmente entre los distintos países) o que en Africa, por ejemplo, si es que llegan a introducirse.
     
    Personalmente prefiero las llamadas medicinas suaves, ayurveda, homeopática, Medina Tradicional China, sobre todo la digitopuntura y especialmente el qigong, que trabajan de dentro hacia afuera y la persona enferma participa en su propia mejoría.
     
    Pero yo quisera volver a las semillas transgénicas y poner a vuestra consideración  unas reflexiones tomadas de http://www.biologia. org:
     
     

    Los cultivos de plantas transgénicas están creciendo cada día más en el mundo, al igual que los productos derivados de éstas en los mercados de consumo. Los principales países dedicados al cultivo de transgénicos son en este orden: Estados Unidos, Argentina, Canadá, China, Australia, Africa del Sur, México, España, Portugal, Rumanía y Ucrania. Y los principales productos transgénicos son: soja, maíz, algodón, colza, papa. zapallo y papaya.

    Las grandes empresas del rubro, como Monsanto, DuPont, Calgene, Novartis, Aventis y Ciba han dejado de lado sus actividades iniciales orientadas a la producción de productos químicos y farmacéuticos y han doblado esfuerzos en el campo de la biotecnología de alimentos (Rifkin 2000).

    Actualmente se pueden patentar organismos íntegros, partes de organismos, células, cromosomas e incluso genes, y mediante estas patentes la empresa que los “inventa” tiene derecho de uso exclusivo y puede cobrar regalías por su uso, convirtiendo así el mercado de alimentos de un sistema vendedor–comprador a un sistema proveedor–usuario (Rifkin 2000).

    Gracias a esta patentabilidad de la vida, (¡como si la vida pudiese inventarse!), el acceso a los recursos genéticos queda en mano de unas pocas transnacionales que son dueñas y soberanas del DNA de muchas especies (Biodiversidad 2001b) y gracias a ello pueden monopolizar y manipular los mercados a voluntad. Actualmente Monsanto, Novartis, DuPont y Aventis manejan el 32% del mercado mundial de semillas y prácticamente el 100% del mercado mundial de semillas transgénicas (Rifkin 2000).

    La tecnología Terminator, que inicialmente se creó como un medio de evitar la propagación indeseada de plantas transgénicas, hoy es la herramienta perfecta para el dominio de los mercados (Oswald 2001), ya que los agricultores deben comprar cada vez la semilla a la empresa, porque la que obtienen de la cosecha es estéril y no se puede volver a sembrar. Esta dependencia externa y total, lejos de combatir la hambruna va a incrementarla (Fontúrbel 2002).

    El que estas empresas hayan “inventado” y patentado la vida, y que quien desee plantar semillas transgénicas tenga que pagar por un derecho de uso, y no por comprar un bien, reduce –o incluso se puede decir que elimina– la soberanía alimentaria del país dependiente, y si no existe soberanía alimentaria, es decir, no se tiene un control propio sobre los alimentos, menos aún se podrá hablar de una seguridad alimentaria (Fontúrbel 2002).

    En el año 2000, el comercio de los transgénicos movió 2 millones de dólares, y según las estimaciones de los economistas, el 2010 llegará a mover 20 millones de dólares, 10 veces más en 10 años (Rifkin 2000). Ante este marcado incremento de ganancias, las empresas transnacionales dueñas de las patentes de las semillas transgénicas pueden llegar a dominar la economía mundial en pocos años, y cualquier problema que estas puedan enfrentar repercutirá fuertemente sobre todos los países, pero –como siempre– con más fuerza sobre los países en desarrollo (Fontúrbel 2002).

    Saludos cordiales
     
     
     

  • Luis

    Abre un poco tu mente. Hay realidades diferentes a las que vives. Tú vives, por lo que escribes, en un contexto en que no queda otra más que hacer uso de los abusivos servicios financieros de los bancos, y no hay opción a consumir medicamentos de las grandes farmaceúticas. No lo juzgo, esa es tu experiencia y es válida. Pero hay otras experiencias.

    Por ejemplo…yo no hablé de medicina alternativa, hablé de medicamentos que no son producidos por las grandes farmacéuticas. Medicamentos que utilizan las mismas sustancias activas que los medicamentos de marca patentada, pero que o bien tienen convenios de uso de la patente, o bien el plazo de producción exclusiva de la patente ha terminado. De manera que siendo el mismo medicamento (misma sustancia activa), no son producidos por las grandes compañías farmecéuticas multinacionales.

    Es decir, estoy hablando de mediciana alópata (la que tú llamas convencional) .  Nuevamente, entiendo que no sea cierto en el contexto en que tú vives; pero en una mirada más amplia, no se puede afirmar que sea poca gente la que recurre a ellos. El uso de estos medicamentos ya representa el 60% en Dinamarca, por ejemplo.

    El punto es: no toda persona se reconoce en tu frase “Porque las compañias farmaceuticas sean cruelmente explotadoras manipuladoras y amorales. no por eso dejamos de usar medicamentos elaborados por estas compañias” En muchas personas (y jamás he afirmado que seamos mayoría) más bien es cierto: “Porque las compañias farmaceuticas son cruelmente explotadoras manipuladoras y amorales,  por eso dejamos de usar medicamentos elaborados por estas compañias

  • Luis
    Lo que dices en tu reciente párrafo es lo que estoy diciendo yo: hay que estudiar y analizar de manera concreta.
    Yo he señalado preocupaciones concretas que hay que analizar en este caso concreto. ¿Puedes comentar respecto de ello?
    Saludos cordiales

  • Rodrigo,

    La medicina alternativa, la usa poca gente, esa mucha gente a que te refieres, es una minoría.
    Desgraciadamente, son mas los que no usan la medicina convencional, porque no pueden, que aquellos que pueden pagarse algo mejor, que los médicos y medicamentos convencionales.

  • Rodrigo,

    Sabes que los obreros que se quedaban sin trabajo, al comienzo de la era industrial, quemaban las maquinas que los desplazaban. ¿Era la solución?. O mejor era buscar un equitativo reparto de la riqueza conseguida. O la solución  que sea, pero hoy vemos que quemar las maquinas no era esa tal solución, porque era un proceso imparable. Los avances científicos y tecnologicos, siempre modifican el ámbito cultural. De lo que se trata, es que no los modifiquen para mal. Pero es inútil resistirse a ellos.
    Si descendemos a lo concreto, entonces en cada caso y cada nación, deberá seguir una política adecuada, que pueden ser políticas diferentes entre diferentes naciones. pero siempre teniendo en cuenta que resistirse a las innovaciones, es de retrogrados.
    Repito que como en todo, hemos de actuar con sensatez. Pero no con cobardía.

  • P.d.
    “Porque las compañias farmaceuticas sean cruelmente explotadoras manipuladoras y amorales. no por eso dejamos de usar medicamentos elaborados por estas compañias”
    Al menos en latinoamérica, muchísima gente no usa mediacmentos elaborados por las grandes compañías farmaceúticas. Mucha gente, por la simple razón de no tener recursos suficientes. Pero también mucha gente, como consecuencia de una decisión personal, libre e informada.

  • 1.- Llamaría a evitar personalizar el asunto, como si esto se tratara de un acto de fe a favor o en contra de nuestra querida compañera de Foro. Hay científicos muy respetables que afirman que estas semillas no son riesgosas; y hay científicos muy respetables que afirman que los estudios realizados no son suficientes aún para determinar el riesgo a largo plazo. Ante ello, los argumentos deberían ir al contenido de lo que se dice, y no en virtud de quien lo dice. La ciencia no es unánime

    2.- Sobre la semilla libre y la cosecha mecánica; no puedo suscribirlo. Toda la agricultura es una intervención humana sobre la naturaleza. En esto, la investigación de Mertxe me parece muy acertada al mostrar cómo algunas de las cosas que se imputan a las semillas trasngénicas se encuentran presentes (a otra escala o con otra tecnología) en las formas tradicionales de mejoramiento de los cultivos.

    3.- Sobre el tema de la propiedad de las patentes; hay qu matizar mucho. Coincido con Luis en que hay que distinguir entre la propiedad de las patentes y el progreso tecnológico en sí. Creo que el tema de las multinaciones es de un orden, y el de las semillas de otro orden. Pregunto: ¿aceptaríamos las semillas si se garantizara su producción como bienes de dominio público? ¿denunciamos el acaparamiento de la producción tradicional por esas mismas multinacionales? Pero, por otra parte, tampoco se puede dejar de lado -por abstracciones teóricas- que en la praxis concreta y real, las semillas transgénicas están indisolublemente vinculadas a una forma de producción dentro del esquema de las multinacionales, mientras que existen otras formas de producción que no lo están. En términos éticos, ¿da lo mismo? En mi opinión, no. Por tanto, es parte del análisis desde la bioética.

    4.- Noto que el aspecto cultural del asunto sigue siendo dificil de asumir. Parece que de los participantes de Atrio sólo los latinoamericanos lo traemos a cuenta.

    Saludos cordiales

  • Porque las compañias farmaceuticas sean cruelmente explotadoras manipuladoras y amorales. no por eso dejamos de usar medicamentos elaborados por estas compañias.
    Monsanto y demás compañias multinacionales de lo agrícola, siguen la misma pauta de las farmaceuticas. Amorales.
    Pero,eso no significa que los transgenicos no sean un avance del progreso. No hay que confundir los términos, y somos muchos a alimentarnos.Busquemos eficiencia y asumamos riesgos.
    Que conste que defiendo los transgenicos, sin saber “un pimiento” de ellos. Hago confianza en quien sabe, como Mertxe.

  • Gabriel Sanchez

    Fe de herrata donde dice y destruye a las culturas diversas con la misma efecitividad que las semillas criollas, se debe entender que destuye tanto las culturas, como las semillas diversas…Gabriel

  • Gabriel Sanchez

    Incluso investigaciones recientes en el Perú y en Mexico, demuestra que muchos transgenicos son toxicos para la salud…algunos inmediatamente, otros en el mediano y otros en el largo plazo, segundo…segundo, los cientificos o si quieren la comunidad cientifica mayoritariamente entiende que la ciencia no esta en condiciones de lograr las modificaciones que permitan la superación de los “aspectos indeseables de la condición humana”… y por lo tanto todo intento es experimentación, cuando se experimenta con el alimento de millones y su salud…parece que no es correcto y no se si se dieron cuenta, pero existe un problema cultural aquí…màs que cientifico, es cultural…la semilla trasngenica alimenta el sistema imperante y destruya la culturas diversas, con la misma efectividad que las semillas criollas…Gabriel

  • Gabriel Sanchez

    Durante miles de años, la semilla era libre, ella está ahora prisionera. Ella ya no puede reproducirse: los híbridos F1 son estériles o degenerativos. Esta esterilidad llega a su paroxismo con el gene “Terminador” (que ha sido legalizado de manera muy discreta en EEUU) el cual programa la planta genéticamente para que se suicide. El cultivo in vitro (creación de plantas a partir de unas células) es otro ejemplo de esta aniquilación del ciclo vital de la planta, de la semilla a la semilla. La agricultura occidental moderna ha destruido el principio femenino en el seno de la semilla. En cuanto a su capacidad de evolución en el campo, ¡no soñemos más con esto! Esta capacidad ha sido remplazada por un concepto nebuloso de “fijismo”, otra obra maestra de la mitología agrícola occidental. Las semillas ya no evolucionan en el campo, ellas son fabricadas completamente, en los laboratorios de la agroquímica.
    Aún más, no solamente ya no pueden reproducirse y evolucionar, ¡sino que ya no pueden reproducirse por ellas mismas! Los híbridos F1, las variedades de la revolución verde y los transgénicos sólo pueden desarrollarse gracias a un arsenal de insumos. Ellas son de alguna manera estériles e improductivas.
    Es en el marco de esta impostura que se debe restituir la primera ofensiva de la industria semillera, a principios del siglo pasado, que vendió muy caro, a los campesinos, semillas “certificadas”, o sea indemnes (exteriormente) a todo parásito, pero programadas genéticamente para ser altamente susceptibles a una plétora de enfermedades. Este tipo de programación o “encarcelamiento” llega hoy a su paroxismo con los genes llamados “traidor” o con los GURTs “Tecnologías de restricción del uso genético” de las cuales la FAO estudia en estos momentos su impacto potencial sobre la agrobiodiversidad y los sistemas de producción agrícolas. La semilla está programada genéticamente para no desarrollarse, a menos que se trate en el campo con tal o cual producto químico.
    Esperamos que esta exposición deje claramente establecido el hecho de que la naturaleza de la semilla apela a un tipo de agricultura. Las semillas antiguas, las variedades alimentarias tradicionales apelan a una agricultura sostenible, respetuosa de la madre Tierra. Las semillas F1, o de alta productividad, o genéticamente modificadas, apelan a una agricultura totalmente asistida por la tecnología: irrigación masiva, fertilizantes de síntesis, fungicidas, pesticidas, herbicidas, cosecha mecánica, etc. Y recíprocamente.

    http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/54678

    En el vinculo veran la fuente de este trabajo

  • Gabriel Sanchez

    Durante 12.000 años, por lo menos, los campesinos y las campesinas del mundo entero han producido sus propias semillas, han mejorado, seleccionado y creado nuevas variedades de cereales, legumbres, frutas y plantas de fibras. Además, las agriculturas campesinas eran agriculturas respetuosas de la Madre Tierra. En los tiempos antiguos, no se hablaba de “protección de recursos genéticos” y de “agricultura sostenible”: sabíamos en lo más profundo que una civilización que pierde sus semillas y destruye sus suelos es una civilización que se está muriendo.

     

  • Gabriel Sanchez

    Aqui solamente voy a poner una pequeña sintesis pro vocativa, porque queriendo pegar todo el artículo el sistema no me lo ha permitido durante tres veces…

    Pero les recomiendo leer todo el artículo…

  • Gabriel Sanchez

    Bueno, por tercera vez lo intentaremos…En primer lugar hacer nuestra la alegría de Mertxe, entrañable y querible persona y conforera, además de una gran profesional, docente y científica…Luego nos vamos a permitir, si nos dejan exponer nuestro pensamiento sobre el tema de las semillas transgénicas, perfectamente recogido por alguien que sabe mucho más que yo sobre el tema…en el portal biodiversidla…

    Aqui solamente voy a poner una pequeña sintesis pro vocativa, porque queriendo pegar todo el artículo el sistema no me lo ha permitido durante tres veces…

    Pero les recomiendo leer todo el artículo…

  • ana rodrigo

    En primer lugar, agradecerle a Mertxe el esfuerzo que ha hecho de brindarnos este documento asequible a cualquier persona que sepa leer aunque no sepa de ni de tecnología ni de ciencia.
     
     Partiendo de mi escaso conocimiento del tema, me atrevo a sacar algunas conclusiones:
    -los transgénicos no son dañinos para la salud ni de personas ni de animales, según se deduce en algunos casos, incluso son muy beneficiosos. Sería el equivalente a comprar concentrados alimenticios resultado de la química y sobre lo cuales no ponemos objeción alguno, lo mismo que con los medicamentos.
    -las pruebas para eliminar cualquier la toxicidad de un transgénico son exhaustivas.
    -los transgénicos evitan el uso de otros productos perjudiciales para la el suelo de cultivo (el uso de productos químicos tipo herbicidas o pesticidas), con las consiguientes  filtraciones de los mismos en los acuíferos subterráneos. En mi pueblo, cuando yo era pequeña íbamos a coger cangrejos a un arroyo, cangrejos que han desaparecido totalmente. Cuando íbamos de excursión podíamos beber agua en cualquier manantial, cosa que ahora nadie hace a no ser que esté especificado., y así sucesivamente.
    -Los transgénicos, utilizados humanitariamente, ayudarían a resolver gran parte del hambre en el mundo.
    -también ayudaría al campesinado evitando la competitividad de otros países
    -No haría falta que todos los productos fuesen transgénicos, con lo que la biodiversidad no entraría en colapso total. Los híbridos animales (las mulas) no se pueden reproducir, pero aún siguen las especies progenitoras.
    -Las técnicas aún se pueden mejorar para eliminar los aspectos negativos.
     
    A cambio de estos beneficios, tendríamos los siguientes inconvenientes:
    – las semillas sirven sólo para un año
    -no se pueden reproducir
    -hay que comprarlas al precio que hay en el mercado, es decir, caras
    -estamos en manos (como en otros tantos campos) de multinacionales poderosas, siempre sospechosas de que juegan con nuestras necesidades o con nuestra ignorancia
    -La biodiversidad estaría en juego, como nos recuerda María.
    -La misma presión que las multinacionales, ejercen los poderosos del Norte para no perder comercio en los países del Sur, es decir, ejercen de buitres sobre el hambre en el mundo impidiendo el acceso a las nuevas tecnologías a los países que más lo necesitan.
     
     
    Conclusiones a las que yo he llegado:
    – ¿Por qué la FAO no toma las riendas de qué productos y de qué forma se pueden modificar para obtener el máximo de beneficios y el mínimo de perjuicios?
    -¿Por qué, una vez que las multinacionales han sacado el beneficio justo de sus inversiones no pasan estas tecnologías a algún organismo internacional sin ánimo de lucro?
    – Aunque parezca que no viene con el tema que estamos tratando, me pregunto ¿Por qué no se plantea de una vez por todas el problema demográfico en el planeta?
     
    A la vista está que estas técnicas transgénicas tienen sus pros y sus contras. ¿se podría equilibrar unos y los otros derribando prejuicios entre los partidarios y los opositores?

  • María

    ¿Y la biodiversidad, qué  ? ¿No iría desapareciendo mucho más rápidamente  con las semillas transgénicas?
     
    Por otra parte  no creo que estas semillas vayan a solucionar el hambre en el mundo. Todo lo que es propiedad privada ya se sabe que beneficia a sus dueños,  y creo que Monsanto o cualquiera de sus compañeras multinacionales, si consiguen que las semillas genéticamente modificadas sean aceptadas sin reservas, pondrán a la venta una nueva versión de la terminator “mejorada”,  o aumentarán el precio de las semillas, o sacaran nuevos insumos, poniendo a los agricultores en grandes dificultades para salir adelante, en el puro nivel de subsistencia.
     
    Aun suponiendo que los productos genéticamente modificados no causen daño, cosa que todavía está por verse, ¿por qué vamos a dejar la base de la  alimentación de los seres de este mundo en manos de unas cuantas multinacionales? Me parece una locura…
     

  • jftamames

    Sin entrar en detalles que no comparto, por fin una voz sensata en ATRIO. La posibilidad de que se haga un hueco la posibilidad de poner, por encima de la Madre Tierra y demás lidenzas, la necesidad de avanzar en la sostenibilidad del ser humano, me parece loable.  La agricultura ecológica es, como siempre, volver al pasado cuando no se tiene capacidad de crear el futuro.

  • Hola Rodrigo,
     
    Habría que ser idiota para cambiar por cambiar. Cambiar de la mano de la ciencia. Y tu que has leído a Wilber, según dices, sabrás lo que significa una Ciencia Amplia.
    ¿Quién duda?. Que para aceptar un cambio, se debe analizar primero todo lo exhaustivamente que se pueda, y sopesar sus ventajas y sus riesgos desde cuantos mas ángulos mejor, esto es elemental.
     
    Saludos cordiales

  • Rodrigo Olvera

    Hola Luis
    Suscribo lo siguiente
    Todo tiene riesgo, pero si no confiamos en la ciencia, entonces estamos perdidos.
    Se trata de utilizar la ciencia desde un nivel más elevado de conciencia que el medio nuestro actual.
    Pero creo yo también, que no debemos temer los cambios.
    Un cuchillo puede matar, o favorecer la vida. Utilicemos los avances cientificos sin miedos atávicos, y no hagamos bombas con ellos.
    Los miedos a los avances cientificos y tecnicos, yo los encuadraria dentro del campo de los conservadores. los que se aferran a la tradición y a lo conocido.
    Sin cambios no hay progreso.
     
    Dicho lo anterior, aclaro que al menos en lo que yo escribo, no se trata de cambio sí vs cambio no. Eso es simplismo. No creo en el cambio por el cambio; ni creo en la resistencia al cambio por la resistencia al cambio.
    Creo que EN CADA CASO, haya que analizar las consecuencias positivas y negativas de cambiar; y las consecuencias positivas y negativas de resistirse a cambiar. Además creo que hay formas DIFERENTES de cambair, por lo que hay que analizar cuales formas son más ventajosas y cuales son menos ventajosas; cuales más perjudiciales y cuales más dañinas.
    Y para el caso que nos ocupa, creo que es relevante el análssis técnico-científico; creo que es importante el análisis productivo-económico. Pero creo que también es importante esl análisis antropológico, cultural y sociológico.
    De modo que justamente en esa búsqueda de una “conciencia más elevada”, me parece que no podemos quedarnos en un simplista y dualista argumento de camibar si/no cambiar.
    Saludos cordiales

  • h.cadarso

      Mertxe, atrieros amigos: El trabajo que tenemos en las manos es enormemente útil, aunque solo sea por “relativizar” los conceptos de ecología, alimentos transgénicos y alimentos naturales. Si la ecología se concibe como una forma de dejar a la naturaleza que actúe sin la supervisión y control del ser humano, la ecología o no existe o es totalmente inviable. La naturaleza para ser eficaz y llevar sus cosechas a buen término necesita el control de la inteligencia y la actividad humana, los cuales hoy por hoy ya han modificado en buen grado las condiciones y las calidades de los productos de la naturaleza.
       Es decir, que nada de lo que cultivamos y consumimos es del todo natural, ni del todo transgénico, que todo es producto de la acción combinada del medio natural y de la actividad humana.
      El problema está, por lo tanto, en combinar acertadamente la presión de la mano del hombre sobre la naturaleza, y el respeto a la espontaneidad mínima del medio natural.
      Y digo yo, Mertxe: ¿nuestras facultades de ingenieria agrícola, de veterinaria, tienen los medios suficientes y los conocimientos suficientes para formar técnicos agrarios y veterinarios capaces de acertar con ese equilibrio entre la acción del ser humano y la acción del medio natural?
      Supuesta esa competencia y capacidad, ¿los gobiernos tienen el suficiente poder para dirigir e imponer una política agraria razonable?
    ¿La imponen verdaderamente, o son víctimas de las presiones de los grandes grupos que controlan la producción de alimentos en el mundo?
      Aquí entra en juego  además un respeto a las capacidades productivas del medio en el que nos movemos. Si los métodos de cultivo agotan los acuíferos (caso Tablas de Daimiel, casos que se viven en Marruecos, etc), estamos matando la gallina de los huevos de oro. Si agotamos los minerales que dan fertilidad al suelo mediante cultivos intensivos, si envenenamos las tierras, se desforestamos regiones enteras…El problema no es solo de producir alimentos saludables en abundancia, sino de asegurar la sostenibilidad del medio agrícola.
      Supongo que todo esto lo habrás contemplado en tu estudio…

  • Transhumanismo
    De Wikipedia, la enciclopedia libre
    El Transhumanismo es tanto un concepto filosófico como un movimiento intelectual internacional que apoya el empleo de las nuevas ciencias y tecnologías para mejorar las capacidades mentales y físicas con el objeto de corregir lo que considera aspectos indeseables e innecesarios de la condición humana, como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento o incluso en última instancia la mortalidad. Los pensadores transhumanistas estudian las posibilidades y consecuencias de desarrollar y usar la tecnología con estos propósitos, preocupándose por estudiar tanto los peligros como los beneficios de estas manipulaciones.[1]
    Aunque la primera vez que se usó el término transhumanismo data de 1957, el significado contemporáneo se desarrolló en la década de 1980, cuando un grupo de científicos, artistas y futuristas establecidos en los Estados Unidos empezó a organizar lo que desde entonces ha crecido hasta constituir el movimiento transhumanista. Los pensadores transhumanistas proponen que los seres humanos se transformen en seres que expandan sus capacidades hasta devenir en posthumanos.[2]
    A pesar de lo reducido del número de personas que se calificarían a sí mismas como tales, las visiones transhumanistas de una humanidad futura profundamente transformada han atraído a un gran número tanto de críticos como de partidarios de todo tipo. Ha sido descrito por un enemigo declarado de sus tesis como «la idea más peligrosa del mundo»,[3] mientras que un partidario considera que es un «movimiento que personifica las más audaces, valientes, imaginativas e idealistas aspiraciones de la humanidad».[4
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    Un transhumanista seria partidario de los alimentos trasgenicos. Todo tiene riesgo, pero si no confiamos en la ciencia, entonces estamos perdidos. Se trata de utilizar la ciencia desde un nivel más elevado de conciencia que el medio nuestro actual. Pero creo yo también, que no debemos temer los cambios. Un cuchillo puede matar, o favorecer la vida. Utilicemos los avances cientificos sin miedos atávicos, y no hagamos bombas con ellos.
    Los miedos a los avances cientificos y tecnicos, yo los encuadraria dentro del campo de los conservadores. los que se aferran a la tradición y a lo conocido. Sin cambios no hay progreso.

  • P.D.

    Por si fuera de interés, publico la reseña de una investigación mexicana, que incluye no sólo los aspectos técnicos y económicos, sino antropológicos, culturales y sociológicos para el caso concreto del maíz en México. Si le interesara a Mertxe, con gusto podría hacérselo llegar
    http://revistafortuna.com.mx/opciones/archivo/2007/febrero/htm/sin_maiz_no_hay_pais.htm

    La REVISTA FORTUNA es una revista comercial del empresariado mexicano, no corresponde ni al movimiento campesino ni al movimiento ecologista.

  • Lo pimero, reiterar el valor que le concedo no sólo a la persona, sino a la investigación de Mertxe, los cuales se han incrementado al leer este texto que nos comparte.

    Segundo, por supuesto que habrá que leer el texto completo de la investigación

    Tercero, preguntar como adelanto si utilizó fuentes latinoamericanas, especialmente de movimientos campesinos; y de ser así, cuantas y cuales. 

    Cuarto, reitero mi comentario en el sentido de la ausencia del componente cultural. En el presente texto, sólo hay una línea dedicado al asunto. Y es muy diferente el considerar la producción de alimentos como base material que permita “elevar el nivel de vida y mantener actividades culturales propias” (en donde cultura parece que es un mundo aparte de la producción económica, muy al estilo de la división del marxismo clásico entre estructura y superestructura), a considerar los aspectos culturales de la propia producción de alimentos.

    Quinto, de igual manera, hay ausencia a los aspectos sociales y de organización comunitaria a que hice referencia en mi comentario.

    Muchas gracias Martxe. Seguiré pendiente
    Rodrigo