Aquel nuncio de Venezuela que escuchaba desde la tribuna un discurso de Hugo Chaves, es hoy el número dos de Francisco y jefe de la diplomacia vaticana. Es interesante ver cómo se expresa en un convenio de periodistas religiosos organizado por un medio laico de Turín, La Stampa.
Parolin: En un mundo marcado por los conflictos se necesita más diálogo
La intervención del Secretario de Estado a la convención de Vatican Insider: Hoy en día estamos abrumados por una marea de palabras e información que, a menudo, no nos ayudan a conocer la realidad por lo que es sino, todo lo contrario, terminan por esconderla o, peor aún, sirven para manipular el pensamiento de los demás a partir de nuestros propios prejuicios”
CARD. PIETRO PAROLIN
VATICAN INSIDER, 6- DICIEMBRE 2014
Estoy contento de haber recibido esta invitación para pronunciar algunas palabras en esta ocasión tan especial. Este encuentro ha unido en un mismo marco realidades y ámbitos diferentes, como la diplomacia y la información, y, en especial, la información concentrada sobre la realidad que vive la Iglesia y las comunidades cristianas. El punto que más ampliamente puede unir estas realidades es la mirada atenta y partícipe hacia la condición del mundo, a los eventos de los pueblos y de las naciones. Y en este sentido, el tema principal de la reunión, sugerido por el título ‘Desatar los nudos’, me parece lleno de sugerencias, también respecto al papel de esa diplomacia sui generis que es la diplomacia de la Santa Sede.
Vivimos en un tiempo atraversado por tantas guerras, por luchas, sufrimientos y persecuciones, que afectan, entre otros, a la fe de muchos de nuestros. El Papa Francisco ha hablado de una suerte de guerra mundial combatida “a pedazos”. En esta situación, también los factores de la identidad religiosa son usados como combustible para inflamar los ánimos. Hoy día no existe un conflicto que no intente esconder intereses materiales y de poder, bajo el reclamo étnico-religioso. Ante esta situación, aparece como algo aún más importante la urgencia de apoyar con todo tipo de medios todo lo que favorezca el diálogo entre los pueblos. Es necesario mayor diálogo, no menos diálogo.
El trabajo de los diplomáticos se ejercita también con precaución debido a los intereses de la propia nación mientras contribuye a “desatar los nudos”. Es decir, a resolver los problemas en manera pacífica. Prevenir los conflictos y afrontar las crisis buscando soluciones compartidas y razonables es el modo más noble y apropiado para servir también los intereses concretos del proprio país y del pueblo al que se pertenece.
La diplomacia de la Santa Sede vive en primera persona esta vocación de “desatar los nudos”. Los objetivos propios de la diplomacia pontificia consisten en construir puentes, sostener siempre la negociación y el diálogo como medio de solución de los conflictos, promover la paz, luchar contra la pobreza. No existen otros intereses y estrategias del Papa y de sus colaboradores cuando actúan sobre la escena internacional.
Así, en su proprio ámbito, la diplomacia del Papa toma parte de la misión de la Iglesia, que es amiga de los hombres y de las mujeres del mundo, y que quiere colaborar en favor de su bien. Esta misión la propuso de nuevo hace 50 años el Concilio Vaticano II, cuando definió la Iglesia como señal e instrumento de la íntima unión con Dios y señal de unidad para todo el género humano.
Precisamente la pasión sincera por las circunstancias de las personas y de los pueblos a través del camino de la historia es lo que conduce a una mirada realista sobre todo lo que sucede en el mundo. Se toca con la mano tantas veces el misterio del mal que señala las condiciones humanas sobre esta tierra. Se reconoce que, a menudo, las soluciones necesitan tiempo para madurar. Muchas veces existen desilusiones y fracasos. Se puede también experimentar impotencia delante de problemas que son más grandes que nosotros. Todo esto nos lleva a percibir el proprio límite, incluso cuando no nos quedamos atascados, y también cuando esto no nos hace desistir de perseguir el bien.
Creo que algo así forme parte de la experiencia también de muchos de los que dirigen las naciones. Cuando no persiguen solo falaces diseños nacidos de la voluntad de poder, incluso los gobernantes pueden experimentar muchas veces la desproporción entre sus proyectos en favor del pueblo y los resultados que consiguen obtener. Cuando se reconoce y se abraza el propio límite, también esto puede promover opciones llenas de sabiduría.
¿Qué tiene que ver esto con los medios de comunicación, con la información, y en particular, con la que se ocupa de la Iglesia, y por tanto, con Vatican Insider?
Personalmente veo que hoy estamos abrumados por una avalancha continua de palabras en forma de material informativo, pero que a menudo no ayudan a informarnos, es decir, a mirar y conocer la realidad por lo que es, sino que terminan por esconderla o, aún peor, sirven para manipular las ideas de los demás a través de los propios prejuicios ideológicos.
Y sin embargo creo que existen también tantos factores que pueden favorecer una información buena y útil, también alrededor de la Iglesia. A partir de una curiosidad sincera y sin prejuicios por el “fenómeno” eclesiástico.
Otro ingrediente que ciertamente ayuda a mirar la Iglesia, es precisamente tomarla en su conexión con los eventos de la historia, del pueblo y de las naciones. La Iglesia no es una especie de “mundo paralelo”. El horizonte de su misión es el mundo. Quizá por esto quien por trabajo sigue y cuenta los eventos de la Iglesia y de la comunidad cristiana termina a menudo por tener puntos de interés común con los embajadores y con quien trabaja en el campo de la diplomacia.
Por otra parte, la naturaleza de la Iglesia no se reduce a categorías solo mundanas. Y el dinamismo interior que mueve la Iglesia se percibe justo cuando se nos permite verlo “en acto”, de sorprenderlo en el tejido concreto de la vida de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo.
Termino.
En el perfil y en el trabajo de Vatican Insider, existen sin duda aspectos singulares. Encuentro interesante que haya nacido en el ámbito de un gran y relevante periódico laico, con una gran historia marcada también por una cierta defensa de su propia laicidad. Es la prueba que la laicidad no es por sí misma sinónimo de prejuicio y hostilidad frente al hecho cristiano. Y quizá a veces precisamente una mirada desde un punto de vista “laico”, ayuda a entender aspectos de la naturaleza y de la acción de la Iglesia en manera perspicaz y original.
Otro aspecto interesante es la atención al horizonte universal de la misión y de la obra de la Iglesia, que adelantaba antes. En este sentido hay que entender la elección y el trabajo de abrir la página árabe y china que expresa también el interés por las regiones, los pueblos y los eventos a los que mira con especial atención el Papa Francisco y, con él, toda la Iglesia.
Por último, veo que en distintos casos, en los artículos los eventos eclesiásticos vienen contados dejando ver el dinamismo interior de gracia que nutre la vida de la Iglesia. Me parece un trabajo duro, aunque sea solamente desde el punto de vista periodístico, intentar contar la Iglesia sin describirla como una especie de truco programado, o como una secuencia de operaciones humanas juzgadas como buenas o equivocadas, según los propios prejuicios.
Este es el desafío frente al que os encontráis. Os deseo un buen camino. Y os deseo que a menudo quedéis sorprendidos de lo que encontráis caminando, y después contarlo a los demás, también para compartir vuestro estupor. Así, más allá de las exclusivas, podrá crecer también una pasión genuina en hacer vuestro trabajo. Porque la verdadera alegría no disminuye, sino que crece y se multiplica, cuando se comparte con los demás. Y esto es uno de los milagros más bellos de la experiencia cristiana.
Me gusta la presentación del numero 2 del Vaticano. Que hable del horizonte de la Iglesia que abarca al mundo, que haga del dialogo la herramienta para resolver los problemas y conflictos, que ponga de relieve la importancia de una información que acerca mas a la realidad y que no sea instrumento de manipulación, uno no puede no estar de acuerdo con estos puntos. El problema es que en la práctica el Vaticano y sus políticas obedecen el lo general a la ideología neoliberal y a las políticas de Washington. Esta dependencia le quita la credibilidad necesaria para tener un rol de mediación en los conflictos. Por ejemplo, en el caso de las negociaciones de Ginebra sobre Siria, el año pasado, el Vaticano se había ligado con Washington con una estrategia común. En América latina, los episcopados en general, se hacen silenciosos sobre los crímenes o injusticias de los gobiernos neoliberales y sometidos a las políticas de Washington, mientras que se hacen criticas y hasta militantes en contra los gobiernos emergentes que se definen más como socialistas del siglo XXI que como neoliberal. Con Washington actúan esos episcopados y de manera muy especia los de Venezuela y de Bolivia para cambiar el régimen de esos gobiernos.
En cuanto a la información que sirve mas ideologías que la realidad uno puede preguntarse ¿por qué el Vaticano pidió a un responsable de la BBC de Londres para aconsejarlo en la modernización de su red de comunicación? A lo que sepa, la BBC de Londres no trata la información con el horizonte de la realidad tampoco del mundo. Hubiera sido mas creíble que profesionales de la información tanto en el campo de la información alternativa que en los medios de comunicación establecidos, con reputación profesional independiente de los poderes y de las ideologías, participen a esta reorganización de las comunicaciones en el Vaticano y dentro de la Iglesia.
No hacen falta ejemplos para poner de relieve la falta de credibilidad del Vaticano cuando se sabe que los actores mayores del Imperio, involucrado en todos los conflictos, tienen sus entradas como quieren en el Vaticano. Yo no oí al Vaticano comentar las revelaciones del uso de las torturas por el Estados-Unidos. Si fuera Cuba o Venezuela, o Rusia usando tales torturas pienso que el Vaticano hubiera alzado la voz para denunciar tales métodos y sobre todo para condenar tales gobiernos.
La presentación del numero 2 del Vaticano abre el camino a seguir pero no hace la autocrítica de lo que se hace en lo concreto.