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La izquierda y la Iglesia española desde la Ilustración hasta hoy

HonorioQuizá tenemos la tendencia a pensar que las críticas y oposición a la Jerarquía eclesiástica española han surgido muy recientemente en el panorama de nuestro país. Sin ánimo de agotar el tema, creo que será bueno apuntar y tener en cuenta que el debate entre tendencias conservadoras y de derecha y tendencias progresistas y de izquierda viene de muy lejos, quizá desde el Pesebre de Belén…

Guiándome del libro “Medio Siglo de Cultura española (1885-1936)” de Manuel Tuñón de Lara, quiero presentar aquí algunos de los “mojones” que señalan el camino de esa tendencia progresista desde las filas de los católicos, más laicos que clérigos, de nuestra península.

O sea que paso por alto a los Fray Bartolomé de las Casas, Francisco de Vitoria, protestantes españoles de la época de los Austrias, y voy directamente al impacto de la Ilustración francesa en nuestro país.

Una de las figuras más relevantes de la Ilustración española es el Conde de Peñaflorida,  creador de la Sociedad Vascongada de Amigos del País y del Seminario de Vergara. Pañaflorida impulsó reformas que Carlos III convirtió en leyes relativas al recorte de los privilegios de la Iglesia, al monopolio de la enseñanza por las órdenes religiosas, y al desorden y abusos del clero.

En su misma órbita, Félix María Samaniego refleja en su poemario “El Jardín de Venus” una crítica envenenada de la corrupción del clero y de los excesos sexuales del mismo, tanto del clero diocesano como de los de las órdenes y Congregaciones religiosas.

Manuel Tuñón de Lara subraya especialmente que los ilustrados vascos, y el Conde de Peñaflorida a la cabeza de ellos, se definieron muy explícitamente como cristianos y católicos. Sus críticas y propuestas de reforma de la Iglesia procedían pues del interior de la misma comunidad católica. Quizá en los otros focos de ilustrados españoles como Madrid, Asturias etc, esa profesión de fe católica era menos explícita que la de los ilustrados vascos.

Llegados al siglo XIX y a los años de la  primera revolución industrial, los católicos tardan quizá en tomar conciencia del impacto negativo que va a tener este cambio histórico sobre las condiciones de vida del pueblo, de los obreros.

El ritmo de esa toma de conciencia, a juicio de Tuñón de Lara, lo marcan dos novelistas de primera fila en el panorama literario: Galdós y Clarín. Los dos tomaron conciencia, poco a poco, de la explotación obrera que traía consigo la revolución industrial, y del despertar de los trabajadores jaleados por los Proudhon, Carlos Marx. Tal vez esa aportación de los católicos al despertar de la clase trabajadora no tiene toda la fuerza deseable, pero tampoco es cuestión de pasarla por alto.

Galdós con sus novelas Nazarín, Fortunata y Jacinta, que en los años 50 dieron lugar a las películas de Buñuel y a seriales en TVE. Y Clarín con su novela La Regenta. Citamos a Tuñón de Lara: “Un aspecto fundamental de la proyección galdosiana, de marcada analogía con Clarín, es el de su anticlericalismo, por tantos mal comprendido, ya que siempre fue un  anticlericalismo cristiano; Galdós fue un enemigo de la función histórico-temporal de la institución eclesial en la España de su tiempo, desde Doña Perfecta hasta Cánovas, pero no de la religión. Critica igualmente el aprovechamiento que las clases superiores hacen de la religión para sus fines egoístas. En términos parecidos se expresa con relación a Clarín.

Del siglo XX, Tuñón de Lara enfoca primeros planos de dos personajes de la Generación del 98 : Unamuno y Machado. Por supuesto, con marcada preferencia por Machado, mucho más definido al lado del pueblo, mucho más crítico con la Institución Iglesia Católica, quizá hasta más profundo en su filosofía-teología agnóstica y escéptica.

Pero sobre todo destaca, en plena época republicana y en vísperas de la tragedia de 1936,  la Revista Cruz y Raya, liderada por José Bergamín, y en la que participaban no pocos intelectuales españoles como Manuel de Falla, José M. Semprún, Antonio Garrigues, Carlos Jiménez Díaz…

A semejanza con la revista francesa Esprit, promovida por Enmanuel Mounier, Cruz y Raya se alza en contra de las tendencias fascistas y nazis que abocarían a Europa a la Guerra de 1940. Al mismo tiempo se alinea decididamente con las tesis de los partidos socialistas, lo cual a la larga le restará las simpatías de Manuel de Falla y algún otro.

No olvidemos que José Bergamín, el líder de este grupo, el promotor del colectivo de intelectuales europeos que apoyaron a la República española en la guerra civil, proclamaba enfáticamente aquello de que “soy comunista hasta la muerte, pero ni un paso más…” y siempre hizo alarde de sus convicciones católicas.

La oposición al fascismo-nazismo no era exclusiva de un sector minoritario de los católicos españoles, en ella participaban obispos y cardenales prestigiosos de toda Europa. Recientemente en Atrio se recordó la aportación que hicieron a la lucha contra el fascismo católicos eslovenos o polacos, y Euskadi con su gobierno autónomo y su Lehendakari José Antonio Aguirre al frente. Uno de los obispos represaliados por los militares y por el franquismo fue el Primado de la Iglesia española Cardenal Vidal y Barraquer.

Lo que sigue, quizá lo conocemos porque algunos lo hemos vivido: la creación de los movimientos obreros cristianos JOC y HOAC a partir de 1948, los conflictos que estos movimientos generaron entre la Jerarquía católica y el Gobierno de Franco, etc. etc.

Y luego el frenazo a estos movimientos tras la desaparición del Cardenal Tarancón, el Concilio Vaticano II y su primavera “flor de un día” que le siguió, la noche oscura en que nos estamos moviendo en los finales del siglo XX y el amanecer del XXI…

Venimos de muy lejos, no hemos creado nada, lo hemos heredado, la antorcha olímpica del inconformismo arrancó en Belén el año 1, o en el Monte de las Bienaventuranzas, o quizá en el Gólgota… Frente a todos los Sanedrines y Poncios Pilatos que vinieron después y que se reproducen como las malas hierbas…

15 comentarios

  • X. Gundín:
     
    Nunca fui testigo o protagonista de esa época, pues a lo más yo debía ser un bebé o un infante por esos años. Pero sí que escuché muchas veces a Julián Gómez del Castillo, quien a sí mismo se consideraba protagonista de todo ese devenir del apostolado obrero de inspiración cristiana, y así lo consideran a él también muchos.
     
    Admiré desde un primer momento a un militante como Gómez del Castillo, excepcional por muchos aspectos y carismas con que descolló; pero desde la modestia de mi vida de compromiso militante mediocre, creo que fue un hombre, al menos “percibido por mí”, desde mi perspectiva o percepción, no poco intolerante con las ideas y verdades y experiencias del otro. Al menos conmigo lo fue, que es lo que cuenta como dato a la vez objetivo y subjetivo.
     
    Así pues, esa aseveración que apunto se la escuché muchas veces, la repetía como una suerte de mantra, y la tiene escrita por aquí y por allá. Y además solía repetir cosas como que “los seglares católicos éramos unos enanos espirituales al lado de los obispos”, de los obispos españoles, por ejemplo, lo cual me parece casi una insolencia, la verdad, por mucho que la dijera un militante excepcional como él. Y además de una insolencia, una inexactitud, o mejor dicho, un juicio bastante reaccionario, siempre a mi juicio, claro está.
     
    De todas formas, a estas alturas de mi vida también bastante de todo eso del movimiento obrero no es que me parezca distante y remoto, no exactamente (o no en absoluto mejor: me sigue interesando sobremanera), pero sí que me resultan hasta molestas algunas que considero rabietas y obsesiones de un señor como el citado Gómez del Castillo, a quien empero siempre habría de agradecer todo lo bueno que me mostró y enseñó y aun ayudó a descubrir. Rabietas como la de satanizar las obras completas de Guillermo Rovirosa, en cuatro volúmenes, publicadas en su momento hace años por la HOAC, por la sencilla razón de que le parecía muy burgués que se hubieran editado así; al parecer, él seguía prefiriendo publicarlas en cuadernillos hechos a pura fotocopia, muy chungos para ser leídos, todo sea dicho, calidad de edición pésima. Yo durante años sufrí por todo ello, teniendo que leerme “por decreto” esos cuadernillos de calidad pésima, por una supuesta solidaridad con la clase obrera. Ahora, a estas alturas de mi vida (siendo encima, yo creo que menos burgués y adinerado que el 99% de los que se consideran discípulos y seguidores de Julián Gómez), sencillamente me la sudan esas que juzgo como injustificadas paridas. Y si alguna vez alguien se me acerca con similares pretensiones de por algo así como solidaridad a la clase obrera tengo que quedarme ciego leyendo páginas pésimamente impresas, cojo un libro de Cioran, por ejemplo, y maldigo al manipulador en potencia que viene con esas ocurrencias y exigencias, al tiempo que trato de bendecir la sola vida de la mano del pesimista Cioran.
     
    .

  • roman diaz ayala

    De los dos últimos comentarios ha quedado claro que lo que se afirma
    sobre la crisis del apostolado obrero obedece a:
     
    – la acción reaccionaria de los obispos
    – la politización de las propias comunidades insertas en esa gran movimiento del apostolado obrero de inspiración cristiana.
     
    Acierta X. Gundin cuando nos dice que a finales de los 60 existió una politización clara  con, dos extremos entre quienes se posicionaban en defensa del régimen, que consideraban el orden natural de las cosas, y quienes luchaban por el cambio.
    El grado de conciencia no crecía lo mismo que   el aumento de una gran movilización. Salvo las huelgas laborales, producto de la crisis económica y los movimientos vecinales. Éramos pocos quienes nos manifestábamos., o trabajábamos a nuestro nivel.
    Mi grupo,( casi nadie llegaba a los 25 años de edad) pronto se planteó si la fe como opción de vida encajaba con sus inquietudes. El grupo se disgregó. Algunos fueron a cc.oo., otros al PSOE – UGT, e incluso uno fué captado por un grupo violento. pero dejaron la Iglesia.
    Era un problema social que dividía a la sociedad. El régimen fenecía. El delfín de Franco voló por los aires en diciembre de 1973. Los cuadros del Régimen buscaban su acomodo “para el después”.
    Muchos despertaron de su letargo con el mayo francés del 68 y luego con la revolución de los claveles de Portugal en abril del 73.
    Algun cura nos tendrá que hablar con absoluta sinceridad de la Asamblea Conjunta de 1971, cuyos resultados fue determinante para el rumbo que siguió la Iglesia Española y explica el por qué después de Tarancón, se secó la primavera dentro de la Iglesia.
    Despues de todo esto, a alguien todavía se le puede escapar que la Iglesia en su Jerarquía y la Derecha Social se identifiquen.
    La pregunta que nos debemos hacer:  ¿No será que hay mucho Pueblo de Dios, fuera de los recintos de las parroquias?
    roman
     

  • X. Gundín

    Ignoro las ideas y juicos de Gómez del Castillo, con quien nunca hablé. No se pues exactamente que querría decir con lo que Luis Henriquez de él alude.
    No obstante aventuro una opinión. Decir que “la crisis del apostolado obrero de inspiración cristiana en los años sesenta, pero sobre todo en los años setenta del siglo XX se debió, más que a la acción “reaccionaria” de los obispos a la politización de las propias comunidades…”, es decir poco y puede llevar a conclusiones incorrectas.
     
    1) En efecto hubo politización…por todas partes. ¿O acaso la IC española y su episcopado no estaba politizada?. Ese hecho no producía un conflicto. El conflicto se produjo por el signo antagónico de las politizaciones: pro-franquista el uno, anti-franquista el otro. En el caso específico de la JOC la politización no fue -hasta el año 69 puedo dar fe- posición partidaria, de partido político. Si que fue posición partidaria del movimiento obrero, ¿qué otra cosa podía o debía ser?.
    Poco despues marche de España y poco puedo decir. Pero ¿qué podría pasar en un movimiento juvenil desatendido en aquellos años?.
     

  • roman diaz ayala

    Me gustaría no perder las perspectivas.
    1.- la crisis de las organizaciones cat´licas insertas en el apostolado obrero está insserta en una crisis más general de los movimientos de acción católica (En Europa) aunque aquí hblemos por necesidad de loquenos ocurrió en España.
    2.- La crisis generalizada de los movimientos de Acción Católica obede a una crisis más profunda en el movimiento del laicado dentro de la Iglesia.
    3.- las personas del clero necesariamente enfocan estos temas desde su óptica particular ( que pueden suponer que sea superior y más completa) La teoría del clero es totalizante. Los méritos son frutos de la Iglesia, los fracasos son causados por la inferioridad de los seglares con respecto a lo divino. El valor de la humano queda siempre mediatizado.
    ¿Por qué no empezamos a romper taes equemas?
    saludos
     
    román

  • A D. Luis González Morán:
     
    Ese militante ejemplar que fue Julián Gómez del Castillo, ejemplar a pesar de sus errores, a pesar de sus tics compulsivos y tremendistas algo intolerantes (para el anarquista y pensador historiador Heleno Saña, Julián fue uno de los más grandes militantes obreros que él  había tenido ocasión de conocer), solía repetir que la crisis del apostolado obrero de inspiración cristiana en los años sesenta pero sobre todo setenta del siglo XX, se debió, más que a la acción “reaccionaria” de los obispos, a la politización de las propias comunidades insertas en ese gran movimiento del apostolado obrero de inspiración cristiana.
     
    Con todo, hoy día ni la inmensa mayoría (honrosas excepciones aparte, a Dios gracias)) de los estudiantes de Teología, ni los seminaristas, ni los jóvenes sacerdotes que van saliendo, ni los que enseñan Religión católica en la escuela pública, ni los que se ejercen en la escuela católica, ni la inmensa mayoría de los que trabajan en servicios sociales para la iglesia católica conocen ni media palabra de Guillermo Rovirosa, de D. Tomás Malagón, del movimiento obrero, de ZYX, de Julián Gómez del Castillo, de D. Luis Capilla… Nada de nada. Todo eso suena a música celestial perdida no en las alturas sino en la noche de los tiempos.
     
    Yo creo que ni la mayoría de los obispos españoles actuales conoce toda esa historia como debe ser conocida. Qué pasada.

  • Luis Gonzalez Moran

    Al Sr.Gundín:
    Me pregunta Ud. con muy buena intención, sin duda, ¿no será Vd. cura, por acaso?.
    Y le voy a contestar con sumo gusto, SI, soy sacerdote, pero no por acaso, sino porque fui ordenado sacerdote en la iglesia mayor de la Universidad Pontificia de Comillas el día 13 de abril de 1958. Como Ud. comprobará, han pasado ya cincuenta y cinco años. Está claro, que no fue por acaso.
    La historia de Don Tomás Malagón y de Guillermo Rovirosa es suficientemente conocida por todos los participantes en Atrio, para que haya que repetirla de nuevo.
    No era mi intención, obviamente, eso tan feo de las “insidias” (“Déjese de insidias, hombre”) sino la de evocar la figura de aquellos colosos que no fueron en absoluto “más que apéndice de la Jerarquía”, como se decía en el post que yo apostillaba.

    Precisamente roman diaz ayala (Gracias, hermano, por tu excelente información) en su entrada 25-Abril-2013 – 9:54 am escribe literalmente: Guillermo Rovirosa  (murió en los 60), fue el promotor de la HOAC y un ejemplo de militancia cristiana. En mayo de 1946. Y ya que Román habla de Rovirosa voy a decir una palabra sobre él.

    Dedicó su vida a la HOAC, dotándola de su espíritu militante, a pesar de no ocupar cargo orgánico alguno y viviendo de su trabajo como inventor. Recorrió España dando cursos y jornadas, viviendo pobremente. También participó en la formación del Movimiento Cultural Cristiano. Román incluso hace alusión a la Editorial ZYX: fue fundada por Guillermo Rovirosa a la vuelta de un retiro voluntario en Montserrat junto con otros militantes como Julián Gómez del Castillo.

    Había sido condenado por Franco a 12 años cárcel. Murió en Madrid el día 27 de febrero de 1964. El día 9 de mayo de 2003 se inició en Madrid su causa de beatificación.
     
     

     

  • h.cadarso

     Vuestras aportaciones a este hilo, amigos,  son como una bocanada de aire fresco en Atrio, donde recurrimos con demasiada facilidad y escasa profundidad al latiguillo de que iglesia y poder civil  o capitalismo son uña y carne. Hacía falta que de una vez resonase aquí la verdadera historia de ese intento de divorcio entre el pueblo y la fe cristiana y la iglesia tal como se gestó en los años de la dictadura.
      Creo que mi introducción al debate deja bien claro que antes de la guerra civil el diálogo y el intercambio entre los socialistas, comunistas, republicanos y demócratas españoles y los católicos se movia en coordenadas muy normales y de mutuo respeto: Manuel de Falla y García Lorca eran íntimos amigos, José Bergamín se identificaba con toda la Generación del 27 y luchaba con los intelectuales de todo el mundo a favor de la república…
      Esa relación de respeto mutuo y convivencia pacífica se rompió con la guerra civil, y todavía no ha sido restaurada. En los años 60, la poesía social deja bien clara la ruptura de la izquierda y de los demócratas, no solo con la iglesia, sino con casi todo el contenido de las creencias cristianas. Recordemos a los poetas catalanes, o el drama desgarrado de Blas de Otero…y de tantos otros.
      Hoy, la moda entre los intelectuales y la generalidad de los españoles es no creer en nada, desmarcarse de la iglesia. Y lo que contáis los dirigentes de la JoC de los años 60 (yo estaba entonces en el equipo nacional de consiliarios, con Torrella y Vázquez Seijas), es una pequeña explicación de los por qués. Esos por qués y esas explicaciones, difícilmente las podrán dar, por poner un ejemplo,  los que en aquellos tiempos ejercían de capellanes católicos en las fuerzas armadas o en las curias de los obispados…
      El final de vuestra historia, la ruptura o distanciamiento definitivo de los militantes obreros cristianos y la jerarquía, me pilló a mí emigrado en París, y me costó entenderlo, ahora lo entiendo mucho mejor. Ya digo que nos habéis refrescado nuestras desmemoriadas memorias; gracias, amigos. 

  • X. Gundín

    D. Luis González: si Vd. sabe o supone lo que Malagón y Rovirosa dirían en caso de levantar la cabeza, ¿pq no nos lo dice para ayudarnos?. Y si no lo sabe ni lo supone, ¿de qué hablamos?. Déjese de insidias, hombre (¿no será Vd. cura, por acaso?).
     
    Román Díaz:
    Fui liberado y miembro del comité nacional (español) de la JOC de 1965 a 1969. Me tocó de lleno el conflicto al que aludes. Así que algo se del tema, y doy por sustancialmente correcto tu segundo comentario.
     
    Unicamente quiero matizar y ampliar, de mi cosecha:
    1) Guerra Campos y Morcillo fueron los instrumentos que por razón de los cargos que ocupaban, desempeñaron -con gusto, parecía- el papel ejecutor de la voluntad del reaccionario episcopado español a beneficio del gobierno de Franco, orientada por el Ministerio de Información a cuya cabeza estaba Fraga.
    2) El CVIIy los correspondientes cambios en el organigrama y reparto de poderes en la IC, sirvió para que en España su especial episcopado se reorganizase -se formaron las Conferencias episcopales-y aprovechando la regla de la mayoría -el primado perdió poder- volviese por sus fueros reaccionarios. Serviles como en su mayoría eran, servil fue el resultado de tal mayoría. Fue para ellos un problema político, estrictamente político: la vertiente eclesial del franquismo, muy mayoritaria, cuya cabeza era la gran mayoría del episcopado, eliminó sin contemplaciones aquellas partes de la IC que como resultado de su evolución estorbaban al gobierno de Franco. Aquello se revistió con muchos decires de legitimidades, ortodoxias, obediencias, etc, pero no fue más que una operación de limpieza del enemigo interior.
    3) ¿Pq estorbaban como resultado de su evolución?. Esto puede enjuiciarse de varias formas. Dado que fue un conflicto radicalmente partidario, lo más tentador es hacer un juicio igualmente de parte…pero eso ilustra poco. Hay que buscar las causas sociales del conflicto, sin quedarse en su manifestación partidaria
    Ya entonces, y no lo ha cambiado el paso del tiempo, estimé que en el caso específico de la JOC se demostró incompatible la doble lealtad: nos definíamos como organización del movimiento obrero y organización de Iglesia, simultáneamente. Y eso no puede ser con esta IC. No digo que no pueda ser con la IC, sino con la IC dirigida por este episcopado servil.

  • Lo que diré tiene que ver con el post, aunque no lo parezca…
     
    Según la encuesta de población activa, espectacular aumento del paro en el último trimestre: ya alcanzamos la cifra de 6.200.000 parados. A escala nacional, un 57% de la juventud española peninsular, parada; en Canarias, la cifra supera ya el 70% de la población joven activa. En toda España, 1.900.000 hogares tienen todos sus miembros en paro, todos. Son carne de desahucio, pesimismo existencial, angustia, desesperanza, tristeza, malhumor, tentación de suicidio…
     
    A esto hemos llegado no solo por la “herencia” de Zapatero, sino por la nefasta gestión que de la crisis está haciendo el Partido Popular, que es de derechas. Que es de derechas y que, siendo de derechas o por ser de derechas, parece no merecer la crítica de los obispos españoles, salvo alguna que otra muy aislada y como apagada voz.  ¿Por qué? ¿Dónde está situada ideológicamente la Iglesia española, quiero decir, la Conferencia Episcopal Española? La situación de España se vuelve insostenible e insoportable para millones de personas, y el Partido Popular no dimite en bloque (hoy que la convocatoria del 25A pretende circundar el Congreso), no encuentra soluciones desde la política económica liberal que aplica, y empero ¿no alzan su voz los obispos católicos de España?
     
    Pase que los obispos no se declaren de izquierdas, pase que sea incluso conveniente que no se declaren de izquierdas, pero ¿también vale que estén tan mudos ahora que en España la situación de crisis está negando la vida, literalmente, no al nasciturus sino a millones de personas de carne y hueso? ¿Vale que, no declarándose de izquierdas, parezcan por contra tan descaradamente de derechas?
     
    Me cuesta tanto entender tantas cosas…

  • roman diaz ayala

     
    La mención de la crisis profunda de los movimientos de la Acción Católica se hacía sobre el supuesto de que era un hecho histórico conocido por todos.
    Si la queja es más de fondo en la consideración de que he dicho una barbaridad, estoy dispuesto a conocer mejor los hechos, y reconsiderar mi postura. Estoy en el camino de la vida para aprender.
    Permítaseme que haga ua breve exposición de hechos que puedan ayudar.
    Guillermo Rovirosa ( murió en los 60), fue el promotor de la HOAC y un ejemplo de militancia cristiana.
    los militantes obreros tuvieron causes en los movimientos apostólicos, especialmente HOAC, JOC Y VO.
    lOS MOVIMIENTOS ESPECIALIZADOS, FUERON PROPICIADOS POR LA JERARQUÍA. Hablamos de 1946, la primera etapa que finalizaba del franquismo.
    Durante aproximadamente diez años estos militantes luchaban primero por la cultura del pueblo en sus aspectos más formativos, luego por la justicia social, pasaron al sindicalismo de clase y al final de la dictadura , luchaban por una alernativa política de cambio.
    Empezaba esta andadura dentro de los marcos de una formación de la conciencia cristiana de los obreros. (Cursillos de la HOAC, el ver, juzgar y actuar de la JOC…)
    El criterio era al principio  un clima de piedad individual en una vivencia interna y profunda del Evangelio buscando un compromiso con el prójimo.
    Pero la inquietud social era grande, los militantes sufren,  y se embarcan en buscar soluciones ante las injusticias sociales, y quieren influir como sea.
    Surge la crisis. La respuestas ante los retos llevan al grueso de la militancia a buscar respuestas valientes a los problemas del medio obrero.. Son los tiempos de la Vanguardia Obrera de mano de los jesuítas.(mediado de los cincuenta)
    Pero en esa etapa existía una protección clarade la Jerarquía. No había trabas para las iniciativas y las publicaciones.
    Pero la dictadura no está contenta. Los problemasvienen en lo externo con las fuerzas y entidades gubernativas.Pla y Deniel no permitía injerencias, la Iglesia tenía ascendencia sobre el Gobierno.
    Pero en 1964 llega Guerra Campos (es personaje conocido, supongo) y en 1966 Casimiro Morcillo.
    Estalla la crisis.
     
    Año 1966, VII Jornadas Nacionales  del 9 al 12 de junio ( yo estaba en Madrid) Morcillo no acepta las conclusiones de las jornadas., luego las desautoriza la Comisión Permanente del Obispado.
    Morcilloo solitia del Gobierno (Ministerio de Información)  el secuestro de una revista, ” del Hogar del Empleado.
    Empieza el proceso de desvinculación con la Jerarquía, y de una unión más estrecha de la militancia. Buscábamos la opción obrera. Los secuestros de publicaciones se suceden. Empiezan las detenciones.Debates internos.
    Teníamos que convertir en militancia obrera nuestra militancia cristiana. Algunos descubrieron la necesidad de aumentar la cultura, que fuese de perfiles propios. Necesitábamos formación. (Editorial ZYX)
    Una línea se esforzó por la militancia sindical,USO, AST ( y por último la ORT – Organización Revolucionaria de Trabajadores)
    Estaba en el debate general ( muchos ya en la clandestinidad más profunda) estaba llevar la militancia en los sindicatos de clase, y partidos obreros (PCE, y CC.OO.) La militancia cristiana de algunos en estas comisiones ayudaba a hacerlas más viables.
    Tambien el laicado hicimos un largo camino desde una Iglesia legitimadora de la Dictadura, hasta la oposición a la misma.
    Por eso los laicos y laicas no podemos decir, sin negar la historia que todo cristiano es de derecha.
    román
    P.D. Pero aquí persiste un problema de fondo.Los laicas y laicas tenemos problemas propios y específicos que debemos considerar, pero constantemente estamos en las interferenciass de posturas clericalizantes ( muchas veces dentro delm mismo laicado).Pero no debemos perder la perspectiva. Los laicos y laicas tenemos la obligación de tener una visión propia de los asuntos ( en coherencia con el conjunto)
    vale

  • Luis Gonzalez Moran

    Simplemente, apostillo una frase de roman diaz ayala  en su entrada 24-Abril-2013 – 19:25 pm . Dice:

     
    “Los movimientos apostólicos (Acción Católica, entre ellos la H.O.A.C, y la J.O.C.) no fueron más que apéndice de la Jerarquía lo que les llevó a la crisis más profunda, hasta su desarticulación por Mons. Morcillo, justo antes que llegase Tarancón”.
    Dios mío, si levantaran la cabeza Don Tomás Malagón y Guillermo Rovirosa….y leyeran esto…

  • roman diaz ayala

    Ruego me perdonen que vuelva sobre el tema.
    Estoy consciente de que no es de rabiosa actualidad, ni está en la línea de los asuntos que levantan calurosos debates, pero su importancia no quisiera que pasase desapercibida.
    Hablar de una izquierda y una derecha en el sentido convencional y del progresismos frente a una mentalidad tradicional resulta muy aclaratorio de  la situacion del  laicado , base necesaria de esta nueva mentalidad que necesitamos todo para abordar  las vias de solución a los graves problemas eclesiales que sufrimos.
    Tenemos que dejar de ser un apéndice de la Jerarquía.
    Sé que formalmente lo somos, un colectivo de hombres y mujeres con voluntad y pensamientos propios. Pero arrastramos la rémora de construir nuestro pensamiento ( para la aceptación  o el rechazo) de lo que dicta la jerarquía y la cuasidependencia de lo que hacen y dicen y de cómo viven quienes tiene puestos de esa jerarquía.
    No hemos madurado.
    Ya desde el siglo XVIII, con los monarcars ilustrados, constructores del Estado Moderno, la Iglesia se resistía a asumir un único papel de ser los ejecutantes de los dogmas, y asadministradores de los sacramentos y el culto. Los estados pontificios eran suficientemente fuertes como para instituir los famosos Concordatos. Luego, en el siglo XIX, tras las varias amortizaciones y cuando eran incapaces de percibir la presencia de las grandes corrientes del siglo, su complejo de asediada  llevó  a la Iglesia a establecer la más íntima  atadura de las conciencias de los bautizados.
    Los movimientos apostólicos ( Acción Católica, entre ellos la H.O.A.C, y la J.O.C.) no fueron más que apéndice de la Jerarquía lo que les llevó a la crisis más profunda, hasta su desarticulación por Mons. Morcillo, justo antes que llegase Tarancón.
    Tenemos que investigar la correlación entre izquierdismo dentro de la Iglesia, y el estado de opresión del laicado. Caso contrario nos creeremos la propaganda oficial de que el laicado está gozando de muy buena salud.
    Y no digo más. Si hay interés por el tema, seguiremos hablando
     
    roman

  • olga larrazabal

    Esa iglesia antifascista, popular, más proclive a la búsqueda de la justicia y a la tolerancia que da la convivencia con los crucificados por la historia, en oposición a la iglesia identificada con las clases pudientes, que cuando puede crea normas opresivas para la población corriente y abraza irrestrictamente ortodoxias que no tienen ningún sentido humano, es la que da origen en América a Medellín y a Puebla y a la T. de la Liberación y a los movimientos de cooperación y solidaridad que se oponen al neo liberalismo.  Esos curas vascos exiliados de  la España fascista, durante y después de la guerra, llevan su semilla de utopía al nuevo mundo rescatando a Fray Antonio de Montesinos al mirar con otro ojo la realidad circundante, pudiendo aquilatar las tremendas injusticias que habían sido respaldadas por la iglesia colonial.

  • roman diaz ayala

    Quiero agradecer a Honorio Cadarso que haya introducido este tema.
    No que sea importante, sino que está siendo necesario para nosotros quienes nos hemos propuesto renovar a la Iglesia renovándonos primero a nosotros mismos. Creo que hay muchos que piensan como yo.
    En primer lugar deseo dejar constancia de que no es adecuada identificar anticlericalismo con izquierdismo y que estemos en el convencimiento de que  de que el anticlericalismo que se respira hoy es una conssecuencia de la maduración del pensamiento progresista.
    Tambien quiero señalar que  ha existido un anticlericalismo ilustrado ( del que se habla extensamente en el texto), pero no podemos ocultar la realidad de otro anticlericalismo popular que en la España del siglo XIX ya tuvo formas muy violentas
    El anticlericalismo como reacción al monolitismo ideológico y religioso es común en los países del sur de Europa. En España se toleraba mal el maridaje entre el clero  y las clases poderosas, especialemnte en los peiodos de hambrunas de una sociedad instalada en el Antiguo Régimen con estructura feudales que estaban desapareciendo en el resto de Europa.
    Al anticlericalismo de los ilustrado siguió como herencia el de los liberales, mientras de gestaban las primeras manifestaciones de una clase obrera.
    A la Iglesia de Trento siguió la del Vaticano I, tenía miedo de perder el control férreo de sus bautizados, y el movimiento, la causa obrera, tuvo que alimentarse intelectualmente de las migajas de los ilustrados.
    Pero eso es otra historia
     
    Román

  • X. Gundín

    De lo que dices hay cosas que personalmente conozco y otras que no. Las conocidas las acredito: son ciertas. Las desconocidas las supongo ciertas. Pero….
     
    Todo lo que dices no son más que minorías. Gotas en el mar. Lo que queda sin decir es mucho más.
     
    La mayoría de la IC española fue y es sencillamente reaccionaria. Una mayoría grandísima que se ha empleado tambien y muy eficazmente en eliminar a su minoría interna a beneficio de su reaccionarismo socio-político. Eliminación conscientemente querida y procurada. Todavía hoy. Y previsiblemente continuarán. Tu no lo ignoras.
     
    Las ideas correctas nacen de la práctica social, de toda élla: para tirar conclusiones correctas es necesario poner todos los datos sobre la mesa.