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Giordano Bruno, “aggiornamento” y nuevo paradigma

ALCAINA“El infierno no existe, pero es el temor infundado de que existe lo que hace del infierno una realidad”
Campo dei Fiori. No hay flores por doquier. Es un mercadillo de alimentos. Frutas, hortalizas, cereales, embutidos. Está activo de 6 a 14 h. No los domingos. Restaurantes y bares. Sólo un puesto de flores. Su toponimia es discutible. Cuando Calixto III hizo construir la plaza (a. 1456) era un campo de flores. Hay historiadores que discrepan. Se trataría de la finca regalada por Pompeyo Magno (siglo I a. C.) a su cortesana Flora.


De Campo de’ Fiori parte la via del Mascherone. Unos 300 metros. Termina, perpendicular, en vía Giulia, mucho más larga, que discurre paralela al Lungotevere, el Sandalio y el Tebaldi. En via Mascherone 55, hay un colegio mayor italiano. En él pasé mi primer curso de estudios en Roma. En 15 minutos, llegaba a la universidad, en Piazza de la Pilotta. Una borrachera de monumentos en el trayecto. Los más significativos, Piazza Navona y el Panteon. Si callejeaba en sentido contrario, a 10 minutos, Castel Sant ‘Angelo y el Vaticano.

En el centro de Campo dei Fiori, se alza Giordano Bruno, una imponente escultura obra de Ferrari. La Ciencia honró así su memoria en el siglo XIX. Todavía no lo hizo la Iglesia que lo entregó a las llamas en este mismísimo lugar. Con anterioridad, había quemado sus obras. Prisión durante 10 años en las mazmorras del Palacio del Santo Oficio. Fue un 17 de febrero de 1600. Dirigía la Inquisición Roberto Belarmino.Ya en la pira, Bruno seguía proclamando sus ideas. Fue preciso perforar y atar su lengua que no entendía de grilletes. Muchos de los aterrados asistentes eran sus devotos seguidores. Había que borrar su rastro. Además, evitar el culto a sus reliquias. La Santa Inquisición se cuidó de arrojar huesos y cenizas al Tiber. En vano. Sus ideas resultaron contagiosas. Cual falla valenciana, su cuerpo atizonado se convirtió en faro de pensadores y acicate de heterodoxos. El sueño del Giordano se hizo realidad antes de finalizar el siglo que él inauguraba entre llamas purificadoras. La Ilustración europea vino a reclamar la autonomía de la razón ante los dogmas, el derecho individual ante el despotismo.

Todos los días lectivos, en mi periplo, pasaba al lado de Bruno. Lo saludaba. Ninguna respuesta de su parte. Nada semejante al pajarito de Hugo Chavez. Si hacía bueno, aprovechaba los fines de semana y las tardes sin clases. Me sentaba en la plataforma del monumento. El genio mira, sereno, hacia el Vaticano. A su sombra, con el Kittel y el Merk abiertos sobre mis rodillas, traducía y analizaba textos hebreos y griegos. Y, dejando la Biblia, saboreaba al sabio que me ofrecía sombra. Podría recitarlo de memoria. Es el poema que dedicó a sus juzgadores y verdugos días antes de disolverse en su Universo.


Decid ¿cuál es mi crimen? ¿lo sospecháis siquiera?
Y me acusáis ¡sabiendo que nunca delinquí!
Quemadme, que mañana donde encendáis la hoguera
levantará la historia una estatua para mí.
Yo sé que me condena vuestra demencia suma.
¿Por qué? Porque las luces busqué de la verdad,
no en vuestra falsa ciencia que el pensamiento abruma
con dogmas y con ritos robados a otra edad,
sino en el libro eterno del Universo mundo
que encierra entre sus folios de inmensa duración
los gérmenes benditos de un porvenir fecundo,
basado en la justicia, fundado en la razón.
Y bien, sabéis que el hombre, si busca en su conciencia,
la causa de las causas, el último por qué,
ha de trocar muy pronto la Biblia por la ciencia,
los templos por la escuela, la fe por la razón.
Yo sé que esto os asusta, como os asusta todo,
todo lo grande, y quisierais poderme desmentir.
Más aún, vuestras conciencias, hundidas en el lodo
de un servilismo que hace de lástima gemir…
Aún allá, en el fondo, bien saben que la idea
es intamgible, eterna, divina, inmaterial…
Que no es ella el dios y la religión vuestra
sino la que forma con sus cambios la historia universal.
Que es ella la que saca la vida del osario,
la que convierte al hombre de polvo en creador,
la que escribió con sangre la escena del calvario,
después de haber escrito con luz la de Tabor.
Mas sois siempre los mismos, los viejos fariseos,
los que oran y se postran donde los puedan ver,
fingiendo fe, sois falsos llamando a Dios, ateos,
¡chacales que un cadáver buscáis para roer!
¿Cuál es vuestra doctrina? tegido de patrañas;
vuestra ortodoxia, embuste; vuestro patriarca, un rey;
leyenda vuestra historia, fantástica y extraña;
vuestra razón, la fuerza; y el oro vuestra ley.
Tenéis todos los vicios que antaño los gentiles.
Tenéis las bacanales, su pérfida maldad.
Como ellos sois farsantes, hipócritas y viles.
Queréis, como quisieron, matar a la verdad.
Mas…¡Vano vuestro empeño! Si en esto vence alguno
soy yo porque la historia dirá en lo porvenir,
“Respeto a los que mueren como muriera Bruno”
Y en cambio vuestros nombres…¿Quien los podrá decir?
Ah, prefiero mil veces mi muerte a vuestra suerte.
Morir como yo muero… no es una muerte ¡no!
Morir así es la vida; vuestro vivir, la muerte.
Por eso, habrá quien triunfe y no en Roma…¡Soy Yo!
Decid a vuestro Papa, vuestro señor y dueño.
Decidle que a la muerte me entrego como a un sueño.
Porque es la muerte un sueño que nos conduce a Dios…
Mas no a ese dios siniestro, con vicios y pasiones
que al hombre da la vida y al par su maldición.
Sino a ese Dios-Idea que en mil evoluciones
da a la materia forma y vida a la creación.
No al dios de las batallas, sí al Dios del pensamiento.
Al Dios de la conciencia, al Dios que vive en mi,
al Dios que anima el fuego, la luz, la tierra, el viento,
al Dios de las bondades, no al dios de ira sin fin.
Decidle que diez años, con fiebre, con delirio,
con hambre, no pudieron mi voluntad quebrar.
Que niegue Pedro al Maestro Jesús, que a mí ante el martirio
de la verdad que sepa no me haréis apostar.
¡Mas basta!…¡Yo os aguardo! Dad fin a vuestra obra.
¡Cobardes!, ¿Qué os detiene?…¿Teméis al porvenir?
¡Ah!… Tembláis. Es porque os falta la fe que a mi me sobra.
¡Miradme… Yo no tiemblo. ¡Y soy quien va a morir!



Diréis: pelín larga la cita. Vale la pena. El poema condensa el sistema filosófico y el carácter extraordinariamente fuerte de Giordano. Su muerte no es parangonable con la de Sócrates. Los griegos poseían una estética de la que carecían los inquisidores romanos. Sócrates y Séneca colaboraron físicamente a su tránsito. Con valentía, pero con discreción, sin escarnio.

Filippo fue el nombre que recibió el Bruno cuando nació en Nola (Nápoles) en 1548. Giordano lo adoptó al profesar en la Orden de Predicadores. Bien pronto destacó por su talento, su inconformismo y su criticismo. Por su heliocentrismo copernicano, sus ideas próximas al panteísmo y sus durísimas críticas a la discipliana y a dogmas católicos, fue acusado de herejía. Todavía era estudiante o recién ordenado presbítero. Dejó la Orden para no comprometerla. Huyó de la Campania a Roma. Peregrinó por Europa enseñando en varias universidades. Sorbona, Oxford, Wittenberg. Produjo muchas e interesantes obras. Se conservan. La Inquisición fue ineficiente en su destrucción. Astrónomo, filósofo y poeta. Sus incursiones en Teología son de tipo filosófico. Su obra y legado van más allá de lo religioso y eclesiástico. Un modelo de lucha y resistencia pacífica. Tenía precedentes. Jesús, el nazareno, por ejemplo.

Es natural que la Inquisición persiguiera a Giordano quien temía, sobre todo, al Santo Oficio romano. Coqueteó con el Calvinismo que finalmente repudió. Sólo cuando el dux Giovanni Mocenigo le aseguró protección, regresó a Italia. Mocenigo lo traicionó. Logró que el Senado veneciano lo entregara a la Inquisición romana.

Algunas de las doctrinas de Giordano Bruno son o pueden ser discutibles u obsoletas. Son admirables y difícilmente superables su arte poética, su entereza, su coherencia, su fe, su capacidad dialética y filosófica. Muchos de sus postulados teológicos resurgieron en el Catolicismo del siglo XX. El aggiornamento. O el actual “nuevo paradigma”. La superación del dogmatismo y del centralismo, la libertad de investigación y de expresión, la dignificación del individuo, la limitación del poder y la riqueza, la no discriminación por sexo, la valoración de la razón, el pluralismo religioso. Son planteamientos de Giordano Bruno. Todavía hoy constituyen retos.

El primer responsable de la condena y atroz muerte de Giordano fue, sin duda, el jesuita cardenal Roberto Belarmino. Un émulo en Roma del dominico Tomás de Torquemada, sádico inquisidor español. Belarmino fue canonizado y proclamado doctor de la Iglesia por Pío XI (a. 1930). Fue precursor de Jozef Ratzinger quien presidiría el Santo Oficio cuatro siglos más tarde. Con sofisticados métodos acomodados a los tiempos, Ratzinger perseguiría idénticos fines: la ortoxia romana. Dicen que Belarmino quiso ser jesuita para obviar dignidades eclesiásticas. En efecto, sólo por imposición papal se rompe esa norma ignaciana. Puro camelo. El gobierno en la sombra -también el eclesiástico- es decisivo, más eficaz. A la larga, el interés institucional prevalece sobre la preferencia o decisión papal. Benedictinos, dominicos, jesuitas, Opus, franciscanos… Las sagas y cordadas son efímeras..

En mis nostálgicas visitas a la Ciudad Eterna escojo para residir el Colegio del Mascherone. Lo prefiero al Colegio Español y a la Casa Montserrat. En ambos fui también alumno residente. Mi elección se debe a la cercanía de Bruno. Cada tarde, ya sin toldos de mercadillo, visito y acaricio al héroe nolense. Su cárcel en el Vaticano estuvo – sigue estando – exactamente bajo el apartamento que ocupé durante ocho años. Es el mismo subterráneo que, pocos años después, ocuparía Galileo Galilei durante un beve período, antes de ser confinado en su domicilio. A Galileo le salvaron de la hoguera su prudencia y la menor coherencia. Se retractó y pactó con los inquisidores. Se valió de un falso documento del recién fallecido Belarmino quien, en vida, lo había condenado. Un pacto con consecuencias positivas cuatro siglos después. Su rehabilitación por Juan Pablo II llegó en 1992. No así la de Giordano Bruno. En 2000, mi antiguo colega, el cardenal Paul Poupard, lamentaba, ante la prensa, que la Iglesia lo hubiera enviado a la hoguera. ¡Faltaría más! Pero hasta el presente, ninguna excusa, ninguna rehabilitación oficial. ¡Ni falta que hace! Supondría lamentar el asesinato después de haber asesinado. Cinismo. Nos suena. Discurso de terroristas. ¡Sonrían! ¡Con este post, queda rehabilitado Giordano Bruno!
¡Celso Alcaina dixit!.

34 comentarios

  • Agustín Rodríguez

    Proposición dirigida a los incondicionales de la Iglesia,la Palabra de Dios,y la Biblia : Lean,por favor el Pentateuco,y especialmente el Levítico,y también el libro de Josué.Y después,hablamos.

    El Papa Fco. nos invita a “llevar en el bolsillo,como llevamos el teléfono móvil”,un ejemplar de la Biblia…Pues,lo abrimos por el Levítico,y nos enteramos de qué es eso de la”misericordia de Dios ” Un arsenal de atrocidades espantosas,ordenadas por Dios,o impuestas por Él mismo.

    Por cada texto bíblico que habla de misericordia,hay 12 que hablan de castigo,venganza y amenaza .Esto vale para el Eclesiastés,Job,Oseas,Sofo-nías…etc etc.Seamos serios y críticos…Lo que no hacen los curas,ni la Iglesia.

    Mis saludos a Celso Alcaina,y mi agradecimiento.

     

     

  • h.cadarso

      Para Celso Alcaina, para Manuel I. Santos Santorum y para Juan Santos Santorum que parece que sigue en silencio a estos genios de Atrio, entre los que se ha colado este descerebrado, mi saludo y mi abrazo, un saludo y un abrazo entre riojano y gallego, que os va por el Camino de Santiago y del riojano Dioro Baco, que ese sí que era riojano de pura cepa…

  • Santiago

    OS AGRADEZCO sinceramente vuestros comentarios…tanto sin son positivos como negativos…ya que la vida misma conlleva las 2 cosas…y esto nos sitúa en la humildad… que “es la verdad”, la verdad sobre uno mismo, como decía Teresa de Avila…Sin embargo, creo que los creyentes y las buenas personas no tienen que necesariamente que ser ingenuos y bobos…porque el creer denota confianza…y yo puedo creer en mi médico…es decir tenerle confianza…y sin embargo rechazar lo que es negativo y no caer en un fideísmo que destruya mi razon y mi prudencia…El cristianismo  se ha hecho para los fuertes…y para los que creen en el espíritu…para los que quieren remontarse en la aventura verdadera de la vida…que es principalmente la aventura del espíritu…y para los que dejan atrás los prejuicios y los resentimientos a un lado…y permiten la posibilidad de admitir que existe algo trascendente…algo superior a mi…algo que se relaciona con un amor que no muere.
    Para los que se aferran a la creencia en un “mero engaño”…es que este “embuste” ha sido muy poderoso y duradero…No solamente estableció una era nueva en el mundo…sino que fue una luz en la oscuridad..que salvó la cultura y la civilización de costumbres paganas despiadadas..que avanzó la cultura creando la Universidad como centro de la ciencia…que “esta mentira” contribuyó notablemente a las artes y arquitectura mas exquisitas..que dio origen a la ley civil e  internacional….que contribuyó al desarrollo economico de los pueblos…y a elevar notablemente la moral del mundo…y que esta “mentira” ha sido abrazada por millones de personas a traves de los siglos…desde notables filosofos…y hombres de ciencias….pasando por apologistas….clerigos y laicos…ricos y pobres..enfermos y sanos…muchos de ellos no dudaron de ofrendar sus vidas por el “embuste”…Este embuste ha durado 21 siglos…y, a pesar de los ataques despiadados, no hay indicios de que desapareza del mundo todavia…quizas tengamos que esperar 21 siglos mas para que esto suceda..sobre todo para sustituir esta gran “mentira” del cristianismo por “otro gran invento” que produzca un verdadero paraíso en la tierra..creando por supuesto la inmortalidad del cuerpo….
    un saludo cordial   de Santiago Hernández  

  • Carmen Pereira

    Javier me ha levantado el ánimo. He repensado. La minoría a la que aludía en mi anterior comentario puede ser más decisiva que la mayoría. Calidad vale más que cantidad. Es cuestión de tiempo. Así ha sido en el pasado. Con la minoría están numerosos pensadores. Muchos de ellos han sido amonestados o considerados heterodoxos. Algunos colaboran en atrio. El fermento influye en toda la masa. En esa masa de teólogos y clérigos conformistas (o aprovechados) que repiten lo de siempre por creerlo inamovible o porque les conviene no moverlo. Y, por ende, en millones de “fieles” que carecen de tiempo o capacidad para poner en tela de juicio la Religión heredada. Giordano Bruno, en su maravilloso poema, alude a “dogmas y ritos robados a otra edad”.

  • Javier Renobales Scheifler

    Carmen,
     
    No estás en minoría, de ninguna manera, Carmen: son ellos, los como Santiago, los que están en franca minoría.
     
    La inmensa mayoría de la Humanidad no se cree, no nos creemos, que la biblia sea palabra de dios, y menos el NT, ni los evangelios canónicos.
     
    Cuando una fe es débil, y además trata de manipular a dios para ponerlo a su servicio, entonces se inventa un revestimiento de infalibilidad que les proporcionaría a ellos el llamado dios, y se inventan revelaciones de dios a ellos (por ejemplo Francisco de Asís) , siguiendo el ejemplo que practicara ya Pablo de Tarso (camino de Damasco), cuyos discípulos fundaron el cristianismo, fundamentándolo en la imagen de Jesús que Pablo quiso elaborar.
     
    Así se llegan a inventar incluso que dios gobierna la ICR, y elige a los papas, a Bergoglio en la última ocasión.
     
    Claro que, para que dios no se equivoque –no se fían ni un pelo de dios, en lo que a elegir papas se refiere, y además saben que dios no hace nada-, en realidad al papa lo eligen entre ellos una caterva de cardenales puestos a dedo ad hoc por el papa de turno.
     
    Sus creencias, por ejemplo en que dios elige al papa, no se las creen ni ellos, y por eso se han montado el tinglado de los cardenales, para controlar al máximo a quién ponen como papa en su ICR.
     
    Por ejemplo la creencia en ese invento del llamado ciento por uno en el cielo, que dicen creer que dios les dará en el cielo – no se lo creen ni ellos-: ahí tienes a la poderosa ICR,   que en España no se autofinancia con el uno de los católicos, a pesar que se comprometió a ello hace decenas de años ya, ni de coña: se la tenemos que financiar entre todos los españoles con el dinero de nuestros impuestos. 
     
    Es decir: no se creen que en el más allá van a recibir nunca el ciento por uno, ni de coña Por el contrario viven conforme a la creencia popular de que más vale pájaro en mano, que ciento volando.
     
    Todo marketing, en ese negocio eclesial católico, Carmen.
     
    Esas creencias en todos esos dogmas católicos son para ganarse, en esta vida llamada terrena, su particular salvación de su almainmortal para la que llaman otra vida, cuando mueran ‘en gracia de dios’ por supuesto.
     
    Pero esos son una minoría, Carmen.

  • Carmen Pereira

    Leyendo los comentarios de Satiago, sobre todo el último, me invade un gran pesimismo respecto de la institución Iglesia. La suya es la “Teología oficial”, la que los clérigos recibían y probablemente reciben todavía. Es tremebundo cuanto afirma y “prueba”. Su visión de Jesús de Nazaret, la reproducción de sus palabras “textuales”, su convicción de la fundación de la Iglesia por el mismo Jesús, su constatación del primado de Pedro y sucesores romanos, su creencia en la vía de salvación sólo por Jesús y su Iglesia…  Estoy segura de que Santiago es una bellísima persona, sincera, creyente a machamartillo, coherente. Y eso es lo que me asombra y me preocupa. Pienso que los clérigos y las masas que los secundan son como él. Pienso que clérigos y “fieles” sólo saben decir “amén” a esa “palabra de Dios” y a la “doctrina infalible del papa y de los concilios”. Y eso sí que me preocupa y me deja en minoría muy minoritaria. Una minoría de la que me enorgullezco pero que no deseo. A esa minoría de confrontación, que data de siglos (milenios?) atrás, ya en su día pertenecía Giordano. No pudo soportar el embuste, la injusticia, la sinrazón. Y prefirió morir por coherencia con sus convicciones. La “misma” coherencia de Santiago.

  • Santiago

    Rodrigo,   no hay contradicción alguna entre la Iglesia y la Escritura…sino dependencia…son co-dependientes porque proceden de la misma fuente inicial que es Dios…por lo tanto, es por Cristo y en Cristo que el Padre quiso crearlo TODO en un acto de puro amor..Por lo que Cristo es el centro…adonde todo va dirigido…”porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que El hace..porque el Padre no juzga a ninguno, sino que el juicio lo ha dejado todo al Hijo..para que todos honren al Hijo como honran al Padre” (Juan 5, 19-23)
    Cuando el Concilio de Trento habla de “fe católica” se refiere a la fe comun de nosotros los humanos…que no consiste en una serie de “preceptos” variados…sino que incluye la verdad de Dios y de su Revelacion máxima que es Cristo y su legado que es la Iglesia…No sería posible “agradar a Dios” si yo, a sabiendas, -no por suma ignorancia- rechazo este amor de Dios que el me ofrece en Cristo y su Iglesia….puesto que el pecado no es mas que volverse “de espaldas” al amor…Si por cualquier motivo padezco de “ignorancia inculpable”, no solamente yo, sino que la Iglesia reconoce la no imputabilidad de cualquier acto humano, incluyendo la fe. El cristianismo se ha hecho para personas que “buscan” el amor..para que lo puedan encontrar en Cristo…el único amor capaz de satisfacer el alma humana..El volverse cristiano es un acto libre y voluntario.
    Tampoco se puede confundir el pecado personal con el “pecado original”…Este se entiende como un defecto “común” a la especie humana que usando de su propia libertad quiso tender al mal rechazando ese amor que Dios le ofreció al ser humano desde el principio, cuando Dios quiso que evitara el mal…No somos culpables puesto que el “pecado original” no es algo activo…si no mas bien un efecto del mal uso de la libertad que se remonta a nuestra propia creación….Aqui no existe ninguna contradicción…sino la noción de la universalidad de nuestra propia defectuosa tendencia que nos lleva, en ultimo termino, a poder hacer daño, no solo a nosotros mismos, sino a los demas..
    Por otro lado si te fijas en el diálogo con Nicodemo, Jesus le dice a este magistrado fariseo: “si uno no fuere engendrado de nuevo, no puede ver el reino de Dios” y el perplejo Nicodemo le pregunta a Jesus “¿Como puede un hombre nacer (de nuevo) si ya es viejo?” y Jesus le respondió: “En verdad, en verdad te digo, QUIEN NO NACIERA DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3, 3-5) (los parentesis y las mayúsculas son míos) Por lo tanto, tampoco hay contradiccion con la Escritura, puesto que el agua es el signo del Bautismo que junto con las palabras del ministro es  con lo que se nace a la vida espiritual que se infunde cuando se recita la forma sacramental que causa la gracia y se difunden los dones del Espíritu tal y como lo prometió Cristo  en su vida mortal….
    Tampoco parece Pablo ir contra el Concilio de Trento o viceversa pues en su epístola a los Gálatas dice asi:  “caminad en espíritu y no daréis ssatisfacción a la CONCUPISCENCIA de la carne. Pues la carne codicia contra el espíritu, y el espíritu contra la carne: como que esas cosas son entre si contrarias: de manera que no hagáis lo que queréis”..(Gal 5,16-17).En realidad, S. Pablo, define lo que es en si la concupiscencia….pero no la identifica como “pecado” ,sino como la lucha que la “carne” sostiene contra el “espíritu”. Lejos de corregir a Pablo, el Concilio de Trento se basa en Pablo para aclarar que la concupiscencia no es pecado en si, sino el movimiento del apetito sensible que contraría la razón humana y que nos conduce al mal si no le ponemos un freno…Es una tendencia…pero el pecado reside en la voluntad..que debe ser “plena” para que exista el mal imputable.
    Agradezco tus oportunas observaciones, Rodrigo, y tu interés que te lleva a seguir escribiendo..Admiro tu obra social…y te deseo lo mejor….y para un mundo mejor….saludos cordiales   de Santiago Hernández 

  • Javier Renobales Scheifler

    Venga, Luis GM,

    déjate de cortinas de humo y entrá ché de una vez en el tema del torturado y asesinado por vuestra ICR Giordano Bruno, que es el que por aquí nos levanta ampollas de indignación a unos y debería levantarlas de vergüenza en los que defienden el ‘buen hacer’ de la ICR contra Giordano Bruno ‘con la mentalidad de su época’.

    Y a los que se sienten por decreto tan en comunión con ese magisterio/jerarquía católica.

    La sangre era del mismo color en el siglo 16 que en el siglo 21, las toturas y el olor a carne humana quemada también, el sufrimiento humano también es el mismo hace cuatro siglos  y pico que hoy en día.

    A Girodano Bruno le asesinaron por pensar, por atreverse a pensar y a decir lo que pensaba y a mantenerlo ante las falsedades y dogmas del magisterio católico.

    También la soberbia de los dirigentes de la ICR  me parece que es demasiado parecida a la los dirigentes de la ICR del siglo XVI.

    Esperemos que no lo sea también la de sus ‘en comunión’ con esos jerarcas.

  • Rodrigo Olvera:
     
    Puede ser como tú dices, puesto que mis conocimientos de teología y de historia de la Iglesia y de evolución de los dogmas, etcétera, no son tan extensos ni profundos. Por eso afirmo lo que afirmo desde la realidad de mis conocimientos al respecto y de mi historia personal, siempre revisables y mejorables.
     
    Tenía entendido -lo sigo teniendo- que la dogmática de la Iglesia católica, que es el tesoro que custodia el Magisterio, no ha sufrido sustanciales modificaciones capaces de contradecir la esencia dogmática de la fe. En lo tocante a usos y costumbres, a modas derivadas de la disciplina eclesiástica, a afirmaciones científicas erradas, y por supuesto a innúmeras actuaciones pastorales y malas acciones de todo tipo, la Iglesia universal ha errado muchísimo.
     
    Pero por ejemplo en la Resurrección siempre ha creído la Iglesia universal. Y en el valor salvífico de la muerte de Cristo. Y en la gracia operante de los sacramentos. Y en que los obispos han de confirmarnos en la fe cristiana. Y en que María fue siempre Virgen -por más que algunos autores orientales sobre todo supusieran que José su esposo pudo ser viudo, y por más que algunas sectas de la primera hora cristiana ya plantearan que María tuvo más hijos, particular quer también defienden casi todos los cristianos protestantes-. Etcétera.
     
    En todo esto creo yo, ¿ingenuo de mí? Tal vez, podría ser, pero es así. Por eso soy católico y hablo de fidelidad al Magisterio. Aunque no creas que me resulta fácil, Rodrigo, para nada. Por ejemplo, analizo muchas costumbres de la gente joven, de la gente con la que me muevo (el pansexualismo parece invadirlo todo), y no puedo sino plantearme qué sentido puede tener la castidad. Uno lee el Catecismo de la Iglesia católica, aprobado durante el pontificado del ya beato Juan Pablo II, y compara su contenido, la exposición integral de la fe católica, con lo que impera en esta sociedad española, y desde luego lo mínimo que experimenta es asombro.
     
    Y una permanente duda o perplejidad: si la gran mayoría de la gente joven, pongamos, pasa de la doctrina de la Iglesia (en cuestiones laborales o profesionales, morales, familiares, afectivas, sexuales, económicas…), ¿qué sentido tiene no pasar de la doctrina de la Iglesia católica? Y pareja o anexa a esta perplejidad primera, otra: ¿Es posible vivir de otra manera hoy por hoy? ¿Es posible ser solidario y a la vez casto? ¿Es posible creer en la fe de la Iglesia sobre la Virgen María y a la vez tratar de ser una persona honesta, de buenas intenciones, de buenos principios? ¿Es posible creer en la buena intención del papa Francisco y a la vez pasar por la vida tratando de ser buena persona, tratando de hacer el bien, tratando de no robar, mentir, odiar, fornicar, maldecir, hacer daño al prójimo…?
     
    Mis dudas o perplejidades no son nada baladías -perdóneseme la inmodestia, si se me juzga como tal-, puesto que me parece que son el gran reto que los tiempos actuales neopaganos, materialistas y nihilistas a tope le están proponiendo a la Iglesia universal. Con otras palabras: en un mundo en el que abundan el desamor, el egoísmo, el materialismo, el hedonismo, la promiscuidad, la mentira, la indiferencia hacia el grito y el dolor del otro, y mil y una formas más de idolotría, ¿de verdad es posible vivir de otra manera? Y sobre todo, ¿de verdad tiene sentido tratar de vivir en fidelidad al Evangelio, en fidelidad al Magisterio?
     
    Buen día.

  • Luis Gonzalez Moran

     
    Dice Rodrigo Olvera (09-Abril-2013 – 19:55 pm).  
    “Pues se equivoca Luis González”.
    Así me gusta: en vena, nada de andar con rodeos meándricos que solo llevan a la confusión. En corto y por derecho. Luego añade un argumento absolutamente pueril: una realidad seria que él convierte en un jueguecito de palabras entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial…
    Hombre, a estas alturas de la película, venir con esta argumentación es un sofisma, porque el primer principio de una hermenéutica adecuada es no descontextualizar los textos para forzarlos al propio antojo. Y la alusión al sacerdocio, en este caso, debe ser interpretada en el contexto en que brota
    Javier Renobales, a quien contesto, dice literalmente: “Luis González Morán, sacerdote con estudios de teología”. Evidentemente, una mínima capacidad hermenéutica discierne que se está refiriendo al LGM “sacerdote-presbítero” (cf Lumen Gentium, Capítulo III, nº 28 y ss) y no al LGM dotado del “sacerdocio-común” por ser bautizado, (cf Lumen Gentium, capítulo II El Pueblo de Dios”, nº 10 y ss). En este número se lee lo siguiente: “El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico, aunque diferentes esencialmente no solo en grado, se ordenan, sin embargo el uno al otro, pues ambos participan a su manera del único sacerdocio de Cristo”. Cuando mi amigo Javier se refiere a mí en un contexto determinado, no quiere decir que yo esté bautizado, que sí lo estoy por la gracia del Dios, y Javier también lo está, sino se refiera a mí como persona que ha recibido el sacerdocio ministerial. La interpretación que hace Ud. es torticera, simplemente para facilitarse a sí mismo una ocasión para atacarme, cuando yo jamás (o casi) he hecho referencia alguna a Ud. y a sus brillantes aportaciones. De verdad, yo ofrezco muchos perfiles donde puedo ser atacado, así que no hace falta crear unos nuevos. Y no me molesta en absoluto que se metan conmigo, pero reconozca conmigo que para todo se exige un cierto estilo.
    Cuando se dice en una parroquia que ha llegado “el sacerdote”, se entiende lo que se entiende: y este sí que tiene estudios sacerdotales.
    Item más.
    Añade Ud. de una manera absolutamente innecesaria y tan solo con la intención de herir y lo hace en una entrada posterior, aunque solo sea en dos minutos, lo cual indica que tiene interés en dejar claro lo que a continuación constata:
    Rodrigo Olvera (09-Abril-2013 – 19:57 pm)
    “Aclaro que no soy  egresado de ningún Instituto Pontificio”.
    Se dará Ud. cuenta de que esta “addenda”  es totalmente inútil y no añade nada al desarrollo de su pensamiento y que no contribuye en nada a la cordialidad del foro.
    La palabra “egresado” es poco utilizada entre nosotros. Como soy hombre curioso, he ido al Diccionario de la RAE y allí leo: “Egresado: Persona que sale de un establecimiento docente después de haber terminado sus estudios”.
    Vale: pues yo soy un egresado del Pontificio Instituto Bíblico de Roma. ¿Qué le vamos a hacer? La dura y siempre exigente realidad.
    Un buen día a todos.
     

     

  • Javier Renobales Scheifler

    Bueno, Jesús nunca pretendió ser dios, por lo cual nunca dijo que fuera dios. Hacer dios a Jesús, divinizarlo, es un craso error  del magisterio católico, de la ICR, pero imprescindible para el negocio de la ICR.

    Quizá la mayor ‘herejía’ imputada a Girodano Bruno fue que se  negó a reconocer la divinidad de Jesús (e hizo muy bien, con dos pelotas ante el asesino magisterio católico).

    De negar la divinidad de Jesús viene no reconocer que dios fecundara a la llamada virgen, María (la cual por lo tanto no fue virgen), ni la encarnación, ni  la famosa Trinidad, ni la conversión del pan y en vino en cuerpo y sangre de dios …etc.

    Cosas que la inmensa mayoría de las personas rechazan como absurdas, por puro sentido común, cosas consideradas producto del manejo que del pensamiento mágico hace el magisterio católico, o sea, la ICR.

    El que tiene que probar sus mágicos dogmas es quien los afirma, el magisterio católico, no quien los niega, que somos la inmensa mayoría de la Humanidad.

  • Rodrigo Olvera

    Concilio de Trento, sesión V celebrada el 17 de junio de 1546
     
    Decreta que sin la santa fe católica es imposible agradar a Dios (contradiciendo directamente a la escritura)
    Decreta que el pecado original se trasfunde por la propagación (siguiendo el error de Agustín, jamás aceptado por los padres y madres orientales)
    Decreta que no puede entrar en el Reino de Dios quien no haya renacido del agua (bautismo) (contradiciendo directamente a la escritura)
    Decreta que en los bautizados, la concupiscencia no es realmente pecado aunque el Apóstol (se entiende que Pablo) la llama pecado; porque una vez bautizada una persona ya ha renacido y queda recubierta por el hombre nuevo, libre de pecado. (Corrigiéndole la plana directamente a Pablo, y contradiciendo a Juan)
     
    No sigo por no abusar del espacio.
     
    Saludos

  • Santiago

    Quiero pedir disculpas y clarificar que hacia la mitad del comentario mío de abajo debe decir:
    “de la fe es cuando se puede aducir la inerrancia de ese magisterio infalible”,( por tanto, sobra el “no”) ya que se refiere a la intencion de la Iglesia de proclamar una doctrina definitiva
    Vale   SH 

  • Santiago

    Rodrigo,   hay que probar cuales son los errores del Magisterio, que afectan esencialmente la doctrina de Cristo….  UNA cosa es la disciplina de la Iglesia,que no es propiamente lo que se llama “magisterio”,sino reglamentos de una organización humana…y otra el mandato de Cristo de “Id por todo el mundo, predicando el Evangelio a toda criatura” (Mc 16,15-18) que se lo dijo a los 11 apóstoles
                                         EN  el libro ” LA INFALIBILIDAD DE LA IGLESIA” del famoso teólogo – Karl Rahner- en su respuesta a Hans Kung-el autor Walter Brandmüller, profesor de la Universidad de Ausburgo escribe así:
    “AFIRMA  Hans Küng que, en el curso de su historia, el magisterio eclesiástico se ha equivocado muchas veces, por lo que resulta simplemente absurda su pretensión de ser infalible. En demostración de ello recoge algunos “errores del magisterio” eclesiástico, que son digámoslo, clásicos y generalmente reconocidos en la actualidad” y Brandemüller refuta ampliamente esa afirmación de Küng
                           Pero ni la ex-comunión de Focio, ni el caso de Miguel Cerulario, ni la prohibición de préstamos a interés, ni el caso Galileo, ni la “cuestión de los ritos” de Asia, ni el problema de los autores de los libros bíblicos etc. etc. etc. NADA DE ESO fueron declaraciones infalibles, y por lo tanto irrevocables..No existía en ellas nada que implicaba que la Iglesia, en su magisterio, hubiera querido enseñar en materia definitiva de fe y de moral…Solamente en este caso, en que expresamente o tacitamente la Iglesia haya querido -no inventar nada nuevo- sino “aclarar” una doctrina pre-existente en el depósito de la fe es cuando se puede aducir la no inerrancia de ese magisterio infalible…Lo esencial en la Iglesia tiene su origen en Cristo..no en un Cristo aislado…sino en un Cristo que quiso compartir su LUZ con nosotros…dejándonos la Iglesia como un sacramento “vivo”…pues el origen de este sacramento fue la predicación apostólica “oral” que al ir desapareciendo los testigos presenciales…por la muerte del último apóstol Juan,    nos quedaron Las Memorias de los Apóstoles, que no son mas que los Evangelios,  que es esta tradición oral puesta por escrito en el siglo I…y de la cual poseemos una referencia tal como ningun libro tuvo en la antiguedad…
    No existen “tantas” verdades esenciales para ser cristiano…En los CREDOS, en el Niceno y en el de los Apóstoles está resumida la FE de la Iglesia…que nos viene de los que vieron y oyeron a Cristo…Cristo quiso dejarnos un “legado” que es la Iglesia, Pueblo de Dios, compuesto del clero y los laicos, en donde reside la verdadera fe…Es una suerte que el magisterio de la Iglesia siga vivo..Cristo permanece en su Iglesia..y el que sigue a Cristo…y por ende su legado que es la Iglesia…no “anda en tinieblas”…..Lo demás, que se dice por ahi, es pura conjetura…La Iglesia continuará este mandato de Cristo, a pesar de todas las imperfecciones humanas, hasta el fin de los siglos.
    Aprovecho la ocasión para saludarte..un fuerte abrazo, hermano Rodrigo….de Santiago Hernández

  • Sergio Dalbessio

    Celso muy bueno tu artículo. He vuelto a releer algunos pasajes de “La última confesión” el libro inconcluso de Morris West, también su obra de teatro “El Hereje” y por arriba algún texto de Giordano. Tu retato es excelente, aunque no conozco Roma ni El Vaticano (no muero por ello, aunque mi esposa me quiera llegar) son lugares muy caros los nombrados por la literatura leída, pero por sobretodo por el Pensamiento Libre de Giordano Bruno. Seguramente que necesita una reivindicación desde la Iglesia oficial, los librepesandores ya lo reivindicamos sin olvidarlo. Creo que este artículo nos debe servir para solicitar al Papa Francisco la rehabilitación de tantos pensadores -sacerdotes y laicos, laicas-, poniendo como emblema de ellos a Leonardo Boff. La Iglesia de hoy tiene que habilitarlos en sus puestos, en sus cátedras, en sus lugares laborales en ejercio del libre pensamiento. Ojalá que esté artículo nos sirva para iniciar una corriente de solicitud de poder pensar libremente en la Iglesia, expresarlo -sin temor a ser sancionado. Sería un buen gesto del actual Papa Francisco de darnos la alegría de nuevamente poner a los hombres y mujeres sancionados en la libertad de seguir y aportando. ¿lo podrá hacer? ¿lo dejarán hacerlo? ¿mostrará su ser jesuita?.

  • pepe sala

    Pues a mí me importa un carajo que sea fiel a los Evangelios o sean fieles al Kamasutra.
     
    Lo que entiendo de forma fácil y concreta es que, quienes son fieles a la DELINCUENCIA, ellos-as mismos no están lejos de la delincuencia.  ” Dime con quien andas ( y eres fiel) y te diré quien eres”…
     
    Para ilustrar mi afirmación, pongo el enlace que nos ha aportado Rodrigo en el tablón ( con paermiso, Rodrigo). Léase con detenimiento y, si después de leer esta información alguien sigue siendo fiel a semejante Organismo de DELINCUENTES… aplíquese lo de ” el que mata y el que tira de la pata”:
     
    http://www.zocalo.com.mx/seccion/articulo/absuelven-cardenales-pecados-de-maciel-1365403991
     
    Asombrado, asombroso y vomitivo.

  • Rodrigo Olvera

    El detalle, Luis, es que no se trata sólo de conductas hipócritas o que se desvían de un Magisterio correcto. Es que el Magisterio mismo es contrario al Evangelio.  Ahí hay una gran diferencia.
     
    Tu discurso – al menos lo que he entendido- es que lo negativo se debe a mala actuación de personas, pero el Magisterio es correcto y hay que serle fiel.  Sin duda, es cierto que hay conductas incongruentes con lo que enseña el magisterio en muchos de los escándalos actuales del catolicismo. Pero no sólo es eso. Es que el magisterio enseña errores y en varios de ellos, el magisterio papal es abiertamente antievangélico. Y ser fiel a un error -por muy magisterial que sea- es erróneo. Si los papas firmaron sentencias de muerte, no fue por hipócritas o incongruentes con el magisterio papal, fue por fidelidad al magisterio papal.

     
    Un abrazo

  • Rodrigo Olvera:
     
    Si es así como tú dices, estoy de acuerdo contigo.
     
    Es más: el papa Pío IX, que es santo, fue el último Papa monarca en firmar sentencias de muerte, si no fallan mis datos. Lo cual es una monstruosidad, se mire por donde se mire y a pesar del “respeto histórico” a la mentalidad de la época.
     
    El problema de la aceptación del Magisterio es complejo; más bien creo que lo que quiero dar a entender es que en mí existe una suerte de predisposición ( buena voluntad, sintonía, “buen rollo”, dirían los jóvenes de hoy día) a creer con el Magisterio, cum Petro et sub Petro, lo cual no está exento de dificultades y perplejidades, ciertamente, pues considero que en la comunidad católica latina, o sea, la Iglesia católica que secularmente conocemos en España (lo he reconocido en Atrio de mil maneras y en otras tantas ocasiones), no es solo santa y buena y justa y testimonial y justa y noble, sino que es pródiga en comportamientos hipócritas, inhumanos, cínicos, canallescos y hasta miserables (como ven, no ahorro calificativos, con lo cual reconozco que me lloverán a mí también las descalificaciones).
     
    Nada más. Saludos.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Luis
     
    Dices: me siento impelido o exhortado a ser fiel a ese Magisterio, cuya doctrina no exhorta precisamente a aplaudir el fatal desenlace que hubo en su tiempo con Giordano Bruno, sino más bien a lamentarlo.
     
    Desde Inocencio III la doctrina del Magisterio papal enseñó que era justificado y obligatorio exterminar no sólo las ideas sino las vidas y propiedades de los heréjes, bajo el argumento de impedir que los zorros destruyan la campiña del Señor.
     
    No confudas Revelación, Tradición Apostólica y Magisterio. Son ters fuentes diferentes (y según el Concilio Vaticano II hay una jerarquía de verdades). De acuerdo con la Revelación, sería lamentable lo ocurrido a Bruno; de acuerdo a la Tradición Apostólica también (la tradición apostólica defendió la prohibición de coerción en la evangelización). Pero de acuerdo al Magisterio papal, no sólo no fue lamentable sino era lo justo y obligatorio a realizar.
     
    Esto ya debería hacer sonar las alarmas a una fidelidad acrítica al Magisterio papal, que en tantos aspectos se muestra contrario a la Revleación y la Tradición Apostólica
     
    Saludos

  • Rodrigo Olvera

    Aclaro que no soy  egresado de ningún Instituto Pontificio

  • Rodrigo Olvera

    Pues se equivoca Luis González
     
    Es falso que todo sacerdote tenga estudios de teología. De hecho, la enorme mayoría de sacerdotes carecen de tales estudios.  Pues, de acuerdo al Nuevo Testamento y la larga tradición eclesial, toda persona bautizada es sacerdote.
     
    Para quienes sí es obligatorio tener esos estudios es para los presbíteros (sacerdocio ministerial).
     
    Pero esta confusión muestra cómo incluso en sus estudios de teología, muchos presbíteros están perdidos. Podrán saber que el sacerdocio corresponde a toda persona bautizada. Pero en los hechos siguen actuando y pensando como si sólo las personas ordenadas fueran sacerdotes.
     
    Y cuando se les exhibe en su clericalismo, (casi) siempre encuentran un malabarismo de justificación o minimización de su error, diciendo que se refieren al uso común o corriente de la palabra sacerdote como ministro ordenado.
     
     

  • Javier:
     
    Un fallo técnico de mi portátil, que a menudo se comporta como un cacharro el pobre, además de que su dueño no es precisamente un experto en manejos informáticos, borró una respuesta que había preparado al efecto.
     
    Ni que confesar que no soy experto en la obra de Giordano Bruno; tampoco, en conocer al pormenor el caso de su conflicto con la Iglesia católica, controversia mortal pues le supuso ser quemado en la hoguera.  Lo cual es lo que me jode, ciertamente: no es poca verdad que hay que situarse en la mentalidad de la época, en plena Cristiandad de Occidente aún pero “amenzada” ya por aires de la Reforma, y situarse por ende en una sociedad incapaz de reconocer los derechos humanos, las libertades civiles, la libertad de conciencia… Todo esto es cierto pero amigo, la santa madre Iglesia utilizaba entonces, y los utilizó hasta bien entrado el siglo XIX, unos métodos represivos, coercitivos, punitivos…
     
    La Iglesia católica al parecer no ha rehabilitado del todo al exdominico italiano, cuyo pensamiento sigue considerando errático, heterodoxo y hasta no poco herético. Por panteísta y racionalista sobre todo, y por cuestionar también la autoridad de la Iglesia. Con todo, creo que sí ha reconocido al menos que los métodos que usó en aquel entonces para “llamar a capítulo o al orden” al exfraile italiano, no fueron precisamente los más humanos por evangélicos.
     
    Nada más. Buen día.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis. Henríquez,

    ¿En qué consideras que fue herético G. Bruno? respecto de Jesús, me refiero, que es la referencia del seguidor de Jesús, del cristiano.

    Tengo entendido que la ICR que lo torturó y asesinó no ha pedido perdón por semejante crimen, ni tampoco ha rehabilitado a su víctima G. Bruno.

    ¿En dónde consideras que lamenta el magisterio de la ICR el crimen que cometió con G. Bruno?

  • Javier Renobales:
     
    Por alusiones, como suele decirse, te respondo; antes, agradezco que me tengas presente entre los que, como el ilustre sacerdote y tocayo mío Luis G. Morán, se manifiestan como deceoso de fidelidad al Magisterio.
     
    Es verdad: me siento impelido o exhortado a ser fiel a ese Magisterio, cuya doctrina no exhorta precisamente a aplaudir el fatal desenlace que hubo en su tiempo con Giordano Bruno, sino más bien a lamentarlo. De todas formas, en mi primer comentario a este artículo o post ya dejé caer la perplejidad que sigo manteniendo con respecto a lo que entiendo que es una secular actuación de las autoridades eclesiales católicas en claves de fanatismo, autoritarismo, voluntad de exclusión, hipocresía y hasta cinismo.
     
    El asunto es complejo. Porque además no todas las verdades del Magisterio están al mismo nivel: hay una jerarquía de verdades, en la Sagrada Escritura, en la Tradición, en el propio Magisterio. De manera que no es obviamente lo mismo la aceptación del dato de la Revelación, que el papa Francisco ha querido reafirmar que es un hecho histórico, que el “dato” sobre el mal obrar de las autoridades de la Iglesia en un determinado momento histórico con el caso de la condena a Giordano Bruno. Sin duda, el modo de obrar con el exdominico italiano fue cruel, indigno de seguidores del Resucitado. Pero ello tampoco ha de reconocerse al precio de validar a toda costa el pensamiento del pensador italiano, quiero decir, al precio de pretender cristianizar aunque sea con calzador su pensamiento ciertamente heterodoxo y aun herético.
     
    Naturalmente, lo que se deduce de todo esto es la forma como habría que gestionar el pensamiento heterodoxo, librepensador: desde el diálogo, el respeto, el enriquecimiento mutuo, la búsqueda compartida de la verdad, puesto que esta se irá abriendo paso, ya sea con lentitud, con dolores de parto.
     
    Buen día.

  • Javier Renobales Scheifler

    Dices, Luis GM: Lo lógico es que un sacerdote tenga estudios de teología.

    Para servir a la ICR sí, puede resultar lógico que tengas estudios en teología para servir a la ICR, pues la ICR trata de hacer de los evangelios lo que a ella le conviene (palabra de dios, y esas cosas como ser su magisterio el único legitimado para interpretar los evangelios -y así os luce el pelo, Luis-).

    Pero no para seguir a Jesús: para eso no hacen falta estudios en teología, ni menos ser sacerdote.

    Parece que Jesús no tenía estudios de teología.

    Y ni siquiera necesitó escribir ni mandar escribir ningún evangelio. Le bastó con su ejemplo de vida, aderezado con algunas que otras palabras.

    Luego, los diversos cristianismos que fueron surgiendo, produjeron cuatro evangelios -luego llamados canónicos- de autores hoy desconocidos (Mc,Mt, Lc y Jn), y muchos más evangelios no canónicos.

    Pero todos eran para hace 18 o 19 siglos, escritos para cristianos de hace 18 o 19 siglos y que tenían aquella cultura, no para los del siglo XXI.

  • Javier Renobales Scheifler

    Como ves yo también te quiero, Luis, y por eso me interesa más aún tu búsqueda de las claves.
     
    Creía que tienes especiales estudios de teología (en Sagrada Escritura por el prestigiosísimo Pontificio Instituto Bíblico de Roma, especificas tú) pero no estaba seguro de cuáles son: no es ninguna broma tan especializados estudios sobre el evangelio y la biblia, que muy pocos (hombres, mujeres muchísimo menos o ninguna) tienen, sino que es algo muy significativo para lo que comento: que vais por mal camino en vuestra búsqueda, Luis, y por eso aún no has encontrado las claves esas que decías el otro día.
     
    Lo cual abunda en la llaga en la que trato de poner el dedo: sesudísimos estudiosos, tú incluido, después de tantos estudios y 19 siglos ¿todavía no habéis encontrado las claves esas que buscas? (de cuyo resultado de la búsqueda hoy no dices nada, por lo que presumo que por el momento, nada de nada).
     
    Para mí es razonablemente suficiente, Luis. Creo que buscáis mal, y meteduras de pata como la cometida con la tortura y asesinato de Giordano Bruno deberían de haber sido suficientes a personas imparciales, sin intereses en el negocio católico, como para darse cuenta de ello. 
     
    Félix tiene razón: La Biblia. Interpretada como palabra de Dios es una barbaridad. Esa concepción condujo y conduce a disparates que no se hubieran producido si la consideráramos lo que son: libros antiguos dignos de ser estudiados como tantos otros libros antiguos. Por lo demás, la Biblia está imbuida de la idea judía de elección, selección, exclusividad, discriminación. Una monstruosidad.
     
    NO sé si Félix es historiador (hubo un Félix en Atrio que sí dijo ser historiador, si no le entendí mal, y no sé si el actual es el mismo o es otra persona Félix diferente). Pero si es historiador su especializado criterio refuerza aún más lo que dice.
     
    Los evangelios, la biblia, son una boya en el océano de la vida de la Humanidad, boya que señala el peligro de un arrecife, pero que no puede servir para pretender navegar por todo el océano, y al vez pretender estar amarrado a la boya, pues el barco, la vida de la Humanidad, la arrancaría del arrecife que señala, al que la boya está sujeta, y entonces ya no serviría para nada, la boya.
     
    Pretender que los evangelios son palabra revelada por dios es un invento humano interesado en hacer una Iglesia romana, del imperio romano (incluso con idioma propio del imperio romano, el latín, y estructura imperial, incluso poniendo a Roma en el centro, como hacía el Imperio Romano).
     
    Yo no busco darte leña, amigo Luis (en Atrio, de dar caña sólo Ana Rodrigo ha hablado, creo que amistosamente caña, no leña): busco respuestas. Tú tienes una especialización en Sagradas Escrituras y buscas unas claves: dime pues esas claves, Luis.
     
    NO me vengas con que todavía no las has encontrado, o seguiré pensando que vas por mal camino en tu búsqueda, tan tardía ya.
     
    Es cabreante para las personas sencillas de a pie, Luis: si tú con toda tu especialización y dedicación de tu vida a ello no has encontrado aún las claves.
     
    ¡¿qué carajo entonces queréis los curas católicos que hagamos los de a pie con los jodidos evangelios, Luis, que ni vosotros sabéis interpretar adecuadamente?¡
     
    Demuéstrame que no vais por mal camino y dime de una vez las dichosas claves, Luis. Las acertadas ¿eh? que a estas alturas ya no vale equivocarse más, ni decir que no las has encontrado, o de lo contrario habremos de concluir definitivamente que los evangelios no sirven para lo que pretendéis, y menos aún como palabra de dios, Luis.
     
    No me vengas ahora con comuniones con el magisterio católico, ni dogmas ni cerriles infalibilidades del magisterio.
     
    Y eso va para los dos Luises de la comunión con el magisterio católico, GM y  .Henríquez.

    P.D. Giordano Bruno sigue condenado, no sólo torturado y asesinado por la ICR, sino condenado por hereje, por vuestra ICR, Luis. ¿No se os cae la cara de vergüenza, señores en comunión con los papas y demás jerarcas dirigentes católicos?

  • Luis Gonzalez Moran

    Javier.
    Dices tantas cosas y tan de prisa, que algunas tienen verdadera gracia, incluso sin darte cuenta tú, y son auténticas bromas.
    En tu última entrada 09-Abril-2013 – 9:05 am, hace poco más de hora y media, dices literalmente:
    “Luis González Morán, sacerdote con estudios de teología”.
    Es un auténtico chiste, que debe ser enmarcado en tu irrefrenable facundia.
    Generalmente, un abogado tiene estudios de derecho (tú mismo, sin ir más lejos) y un médico generalmente tiene estudios de medicina y un veterinario de biología animal.
    Lo lógico es que un sacerdote tenga estudios de teología, y yo los tengo. Incluso soy licenciado en Sagrada Escritura por el prestigiosísimo Pontificio Instituto Bíblico de Roma, por lo cual “eso” de los Evangelios me queda bastante cerca de la cabeza y del corazón… Y no lo digo por presumir porque ya me pillan muy viejo estas banalidades, sino por precisar.
    Conste que te contesto para darte las gracias por la constante publicidad que me haces al citarme con mucha frecuencia… generalmente para darme leña. Pero, bueno, es una excelente manera de entrar en calor en este duro invierno.
    Te sigo queriendo.

  • Javier Renobales Scheifler

    Felix describe los evangelios, o más bien la biblia toda, acertadamente a mi modesto modo de ver, como libros antiguos dignos de ser estudiados como tantos otros libros antiguos. Por lo demás, la Biblia está imbuida de la idea judía de elección, selección, exclusividad, discriminación. Una monstruosidad).
     
    Luis González Morán, sacerdote con estudios de teología, dijo hace unos días (si no le entendí mal) que aún sigue buscando las auténticas claves para la adaptación de los evangelios a nuestra sociedad y nuestra cultura.
     
    Supongo que cuando las encuentre nos las participará en Atrio, pues aquí nos participó su búsqueda. ¿Alguna novedad en la búsqueda, LuisGM, encontraste ya algo nuevo antes no hallado por nadie en estos 19 siglos de tanta biblia y evangelios?
     
    Y Manuel I. Santos nos propone leer el Tratado teológico-político y el imprescindible complemento, según él, que sería la lectura y meditación de la “Ética, demostrada según el orden geométrico”, del mismo Spinoza.
     
    Desde luego, para la gente sencilla, sin formación en teología y filosofía, y con graves problemas para llegar a fin de mes, todo esto parece resultar inútil y fuera de lugar.
     
    A diecinueve siglos de los evangelios aún siguen así en los altos niveles teológicos y filosóficos, más perdidos que un pulpo en un garaje, con semejantes libros, y con un Bergoglio al frente del tinglado católico que, salvo en algunas formas/apariencia, en lo demás parece tener la misma mentalidad que sus dos anteriores colegas papas de la involución.
     
    Tanto le gusta a Bergoglio el papa que le hizo a él cardenal, Wojtyla, que parece lo va a sumar a la fábrica de santos católicos, que utilizan sin pudor alguno para mejorar la imagen de la ICR.
     
    Por un lado nos tratan de colar que Ratzinger abdicó porque razones de edad y consiguiente falta de fuerzas físicas, no por nada más,
     
     y por otro nos tratan de colar que Bergoglio ha sido puesto de papa por los cardenales de Wojtyla/Ratzinger para que cambie la ICR de manera esencial: no cuela, es contradictorio, nos han puesto un papa que, salvo un arreglo de algunos desconchados de la pintura de la fachada de la ICR, va a dejar lo esencial de la ICR tan mal como estaba con sus antecesores.
     
    Y sin para como siempre, mucho evangelio por aquí y evangelio por allá, mucho dios por aquí y por allá, eso seguirá siempre así, siempre a vueltas con la misma noria, mientras haya ICR, que la habrá por mucho tiempo, pues el sistema establecido la necesita para atontar, someter y dominar al personal.

  • Manuel I. Santos Santórum

    A Celso Alcaina, Antonio Duato y “seguidores” de Atrio:
    Gracias, Celso, por este artículo.
    Un gracias, multiplicado por dos, en mi nombre y en el de mi hermano, Juan Santos (¿te suena el nombre y cómo te suena?), con quien mantengo de tanto en tanto largas conferencias telefónicas, él en La Coruña y yo en Argentina. Conversaciones, en las que muchas veces has estado presente. Él, mi hermano, lector y suscriptor, creo que desde el primer número,  de Iglesia Viva. Yo, lector primerizo de esa misma revista por gracia de ese inmenso corazón que es Antonio. 
    Tu artículo sobre Giordano Bruno. Sin duda tendrás presente que, un siglo y algo después del ajusticiamiento de Giordano Bruno, exactamente en 1670, Baruch de Spinoza publicaba su ‘Tratado teológico-político’, que le valió la triple “excomunión”: la de la Sinagoga a la que como judío pertenecía, la de la Iglesia Romana y la de la Iglesia Calvinista. Poco tiempo después. uno de sus maestros y mentores, el ex-jesuita (¡oh coincidencia cruzada!) Van der Ende, fue asesinado por los mismos motivos por los que hubieran querido asesinar al mismo Spinoza. 
    A continuación, inserto, para lectura y meditación de los seguidores de Atrio, el prefacio que Spinoza escribió a su ‘Tratado teológico-político’. 
    Pareciera que desde Giordano Bruno, Galileo, Bellarmino y otros hasta el momento actual, Juan Pablo II, Ratzinger y Francisco, no ha habido cambios sustanciales. En el fondo, porque sigue siendo “verdad” (‘verdad eterna’, diría él) lo que Spinoza sentenció: “La fe (por autoridad externa, entiéndase, que dicta las verdades)no genera conocimiento, sino obediencia”.

    Valdría la pena leer todo el tratado teológico-político, entramado con la más exquisita exégesis, que se adelantó en varios siglos a la exégesis o hermenéutica bíblica de las iglesias de la Reforma y, más tarde, de la Iglesia Católica. De esa lectura, podría surgir, en nosotros, una concepción nueva y más correcta de la “Palabra de Dios” en la ‘Escritura, etc., etc.

    Imprescindible complemento sería la lectura y meditación de la “Ética, demostrada según el orden geométrico”, del mismo Spinoza, que fue publicada póstumamente, por la persecución y peligro de muerte que había suscitado la publicación del Tratado teológico-político.

    Con seguridad, renacería en nosotros una nuevo y maravilloso concepto de Dios conforme al axioma spinoziano de “Deus sive Natura” (Dios, o sea o dicho de otro modo, la Naturaleza), en los antípodas de todos los antropomorfismos que “volcamos” sobre Dios, de los que habla passim la Ética y el Tratado: Dios legislador, supremo, dotado de voluntad soberanamente libre, monarca o “tirano” omnipotente, etc., etc.

    Todo eso de lo que nos viene hablando y tan bien Herrero del Pozo en sus entregas sobre “Mi nuevo paradigma teológico”.

    Y también nos iluminaría sobre los alcances y límites del proyecto “teológico-político” de Iglesia (¿o de Cristianismo? del Papa Francisco y de los Cardenales que sagazmente (con la “sagacidad de este mundo”, por supuesto) lo eligieron.

    Un abrazo cordial y de nuevo mi gratitud.
    ______
    Prefacio del Tratado Teológico político de Baruch de Spinoza:

     

     

     
      

  • Antonio Vicedo

     
    Todo tan claro, como cuando en la alegoría del Buen Pastor no solo se habla de pastores, sino de asalariados; ambo tipos relacionados con el rebaño, claro que entendido simbólicamente.
    ¿Por qué no se ve esto más claro ante la realidad del nulo caso,o aversión, que muchas gentes sencillas, o no tanto, hacen de quienes tan  pomposa y falsamente se presentan como pastores?
     
    ¿Ha sido y es tanta la persecución popular a la Iglesia?
    ¿O queda  explicado ese fenómeno, admitiendo que Jesús habló de asalariados y de las reacciones coherentes ante sus comportamientos?

  • oscar varela

    Hola Felix!

    Lo tuyo es un buen “¡¡¡rrrrriiiiiiiiiiinnnnnnnnngggggggggggggg!!!“,
    quiero decir DESPERTADOR!

    Gracias y Vamos todavía! – Oscar.

  • Felix

    El artículo es muy denso y sugiere demasiados puntos dignos de ex-plicarse. Intolerancia. Dogmatismo. Biblia. Sacramentos. Mortificación. Evangelización.  Papado. Órdenes religiosas.  Curia romana. Liturgia. Libertad. Lealtad. Delito y pena. Cosmos. Supervivencia. Dioses.
    Dentro de nuestra miopa intelectual, lo sucedido con Giordano Bruno es, además de aborrecible y condenable, un grave error doctrinal y moral. El papa con su curia empeñó su autoridad en proclamar lo contrario de lo que enseñaba y ejercitaba Bruno. Es una más de las ocasiones en que el papa erró.
    Imposible tocar los capítulos que el artículo sugiere. Me refiero a uno. La Biblia. Interpretada como palabra de Dios es una barbaridad. Esa concepción condujo y conduce a disparates que no se hubieran producido si la consideráramos lo que son: libros antiguos dignos de ser estudiados como tantos otros libros antiguos. Por lo demás, la Biblia está imbuida de la idea judía de elección, selección, exclusividad, discriminación. Una monstruosidad.

  • La lectura de este artículo de Celso Alcaina titulado “Giordano Bruno, ‘aggiornamento? y nuevo paradigma”, me lleva a plantearme en voz alta lo siguiente: ¿Cuáles pueden ser las causas o razones de que, secularmente (largos siglos tras siglos), las autoridades de la Iglesia católica hayan juzgado tan duramente la libertad de pensamiento, de conciencia, de reunión, de expresión, de amor…?
     
    Yo, que no me caracterizo por defender un pensamiento heterodoxo al uso, sin embargo me escandalizo ante la evidencia de que en muchos ámbitos de la Iglesia universal sigue siendo abismal la distancia entre lo que propone el Evangelio y lo que de hecho se hace, se dictamina, se acata, se propone, se justifica…
     
    Hasta el extremo de que a menudo me pregunto por qué sigue siendo así. Pues de hecho, en la vida cotidiana del común de los mortales, las contradicciones entre el obrar y el decir no son o parecen tan declaradas, tan drásticas, pues el común de los mortales no participa de ese alto idealismo del que sí, al menos en la teoría, han de participar los católicos; y como es bien sabido que de la teoría a los hechos suele mediar un muy extenso trecho…
     
    Dicho con otras palabras: muchas personas que no van “de buenas” por la vida, y que por ende viven según una conducta no muy honrada, no especialmente caritativa y misericordiosa, al menos “no engañan” a nadie, pues son lo que son, como son, sin pretender evangelizar, catequizar, sin pasar por modélicos en conducta. Mientras que no pocos que van de católicos, siempre con las alforjas para el camino de la vida llenas de buenas intenciones, de una excelente teoría, (la del Evangelio precisamente), como en la práctica son “malos como la carne de pescuezo”, escandalizan más que los que, sin pretender dar lecciones de excelsa moralidad al resto de la ciudadanía, pesan por la vida como mejor pueden o saben.
     
    En fin, no sé bien, pero ahí quedan estos apuntes.

  • GIORDANO BRUNO

    Yo que siento pasión por aquel hombre HOMBRE inquebrantable me descubro ante las palabras de CELSO ALCAÍNA y recuerdo como camino de la hoguera, le habían taladrado con un clavo desde abajo la lengua.Sangraba pero YA NO PODIA HABLAR.