La Iglesia católica italiana viene presentando a lo largo de su historia una contradicción fecunda. Por un lado está la fuerte presencia del Vaticano, representando a la Iglesia oficial con su masa de fieles mantenidos bajo un vigilante control social por las doctrinas y especialmente por la moral familiar y sexual. Por otro, está la presencia de cristianos, laicos y laicas, no alineados, resistentes al poder monárquico e implacable de la burocracia de la Curia romana, pero abiertos al evangelio y a los valores cristianos; sin romper con el papado, aunque críticos de sus prácticas y del apoyo que da a regímenes conservadores e incluso autoritarios.
Así tenemos en el siglo XIX la figura de Antonio Rosmini, fino filósofo y crítico del antimodernismo de los Papas. En tiempos recientes identificamos a figuras como Mazzolari, Raniero La Valle, Arturo Paoli, la eremita Maria Campello. Entre todos destaca Adriana Zarri, eremita, teóloga, poetisa y eximia escritora. Además de varios libros, escribía semanalmente en el diario Il Manifesto y quincenalmente en la revista de cultura Rocca.
Era durísima con respecto al actual curso de la Iglesia bajo los papas Wojtyla y Ratzinger, a quienes acusaba directamente de traicionar los intentos de reforma aprobados por el Concilio Vaticano II (1962-1965) y de volver a un modelo medieval de ejercicio de poder y de presencia de la Iglesia en la sociedad. Falleció el 18 de noviembre de 2010 con más de 90 años.
La visité algunas veces en su eremitorio cerca de Strambino en el norte de Italia. Vivía sola en un enorme y vetusto caserón, lleno de rosas y con su querida gata Archibalda. Tenía una capilla con el Santísimo expuesto donde se recogía varias horas al día en oración y profunda meditación.
En nuestras conversaciones, ella quería saber todo sobre las comunidades eclesiales de base, el compromiso de la Iglesia en la causa de los pobres, de los negros y de los indígenas. Tenía un especial cariño por los teólogos de la liberación, al ver la persecución que sufrían por parte de las autoridades del Vaticano que los trataban, según ella, «a bastonazos», mientras que usaban guantes de seda con los seguidores del cismático Mons. Lefèbvre.
Su último artículo, publicado tres días antes de su muerte, se lo dedicó a su querida Archibalda. Con ella, como pude testimoniar personalmente, tenía una relación afectuosa, como de íntimos amigos. Aquello que nuestra gran psicoanalista junguiana Nise da Silveira describió en su libro Gatos, la emoción de convivir, lo confirmó Zarri: «el gato tiene la capacidad de captar nuestro estado de ánimo; si me ve llorando, inmediatamente viene a lamer mis lágrimas». Cuentan que la gata estuvo junto a ella mientras expiraba. Al ver llegar a los amigos para el velatorio se enrollaba, nerviosa, en la cortina de la sala. Poco antes de que cerrasen el féretro, como si supiese la hora, entró discretamente en la capilla.
Alguien, sabiendo del amor de la gata por Adriana Zarri, la cogió por el cuello y la acercó al rostro de la difunta. La miró largamente; parecía que lagrimeaba. Después se puso debajo de féretro y permaneció allí en absoluta quietud.
Esto me hace recordar a nuestra gata Blanquita. Parece una niña frágil y elegante. Se apegó de tal manera a mi compañera Márcia que la acompaña siempre y duerme a sus pies, especialmente cuando tiene algún disgusto. Capta su estado de ánimo y procura consolarla restregándose contra ella y maullando suavemente.
Adriana Zarri dejó escrito su epitafio que vale la pena reproducir: «No me vistan de negro: es triste y fúnebre. Ni de blanco, porque es soberbio y retórico. Vístanme de flores amarillas y rojas, y con alas de pajarillos. Y Tú, Señor, mira mis manos. Tal vez me han puesto un rosario o una cruz. Pero se equivocaron. En las manos tengo hojas verdes y sobre la cruz, tu resurrección. No coloquen sobre mi tumba un mármol frío, con las mentiras acostumbradas para consolar a los vivos. Dejen que la tierra escriba, en primavera, un epitafio de yerbas. Allí se dirá que viví y que espero. Entonces, Señor, tú escribirás tu nombre y el mío, unidos como dos pétalos de amapolas»
La escritora y mística de los ojos abiertos, Adriana Zarri, nos mostró cómo vivir y morir bella y dulcemente.
[Traducción de MJG]
En su estilo de profeta poeta, el buen Leonardo, nos escribe, no solamente de una gran mujer…sino de uno de los rios subterraneos y ocultos, que el Espìritu ha ido generando, lejos del poder, para reconstituir, no la Iglesia, que tendremos que corre al Espíritu y los hombres de buena voluntad de atras…sino a la humanidad toda…al Reino.- Como dice Salvador a su proyecto…Gabriel
Pues vaya, va a resultar que las teólogas entienden mucho mejor las cosas:
http://www.elpais.com/articulo/cultura/SCORSESE/_MARTIN/ITALIA/ESTADOS_UNIDOS/FESTIVAL_DE_VENECIA/teologa/italiana/defiende/sexualidad/Cristo/polemica/filme/Scorsese/elpepicul/19880810elpepicul_2/Tes
Los fontaneros también lo entendemos parecido, aunque lo expliquemos peor que Zarri.
Salu 2
Me decía hace tiempo un vecino que le gustaban más los gatos, porque se parecen más a los humanos. Lo que me hizo observar más a Katia, la gatita de unas semanas, ahora adulta, sin aspecto atrayente ni especial, recogida por la calle por mi tierno hijo Elías.
He podido observar que mantienen su autonomía e independencia mientras pueden, no se dejan avasallar sin oponer resistencia. Con una simple mirada y un olfateo oportuno saben lo que ocurre a su alrededor. Desconfían si no lo ven claro. Se defienden del peligro amenazante como si dependiera toda su /la vida en ello. Cuando aman y se sienten amados son fieles como el que más. Se alegran de verte contento y se entristecen si es al contrario. Acompañan en los peores momentos, cuando muchos dan la huída por respuesta. Saben sobre todo ESTAR, sin hacer ruido, en completo silencio. Son educados, saludan, dicen los buenos días y se despiden mostrando, si así lo requiere el momento, aceptación o descontento. Buscan el sol, la luz y la compañía como la medicina que cura. Cuando buscan el cariño y el roce lo hacen abiertamente, respetando la iniciativa o inhibición del otro. También saben desaparecer sin dejar ningún rastro de protagonismo. Son transparentes, es decir, ven a través de las apariencias. Toda una sabiduría que muchos quisieran.
No conocí a Adriana ni supe nunca de ella hasta ahora, pero además del testimonio de Boff y de Aldo que la presentan como persona a la altura que pide la vida en relación y en todas sus manifestaciones, me hace verla llena de humanidad al mirar y sentir a través de los ojos y el cariño incondicional de su gata Archibalda.
Gracias a todos.
In quanto ha scritto Leonardo Boff su Adriana Zarri c’è un profondo significato politico-culturale-religioso. A leggere i commenti non mi pare che esso sia stato colto. Forse perchè la figura di Adriana Zarri in Spagna non era conosciuta.Forse perchè i rapporti che esistono in Italia tra il mondo della sinistra (quella vera di origine marxista ) e il mondo dei cristiano-cattolici-proconcilio sono non solo sconosciuti ma neanche immaginabili nella Spagna d’oggi. Forse perchè nella Spagna d’oggi un sereno dibattito o confronto di idee politico-culturale-religioso è del tutto impossibile a causa di una miopia critica nazionalista che limita ogni ampliamento di conoscenza. La stupenda figura di Adriana Zarri, la sua onostà di intellettuale e di credente, non potevano non incontrare altro che il massimo rispetto e la massima considerazione nel mondo della cultura laica e progressista.
[Nota de ATRIO: Damos la bienvenida a “Aldo da Madrid” y nos permitimos traducir su comentario:
“En lo que ha escito Leonardo Boff sobre Adriana Zarri hay un profundo significado político-cultural-religioso. Al leer los comentarios me da la impresión de que no ha sido bien captado. Tal vez porque la figura de Adriana Zarri no era conocida en España. Tal vez porque las relaciones que existen entre el mundo de la izquierda (la verdadera, la de origen marxista) y el mundo cristiano-católico-posconciliar no son solo desconocidos sino ni imaginables siquiera en la España de hoy. Tal vez porque en la España de hoy un sereno debate y confrontación política-cultural-religiosa de ideas es absolutamente imposible a causa de una miopía crítica nacionalista que limita la amplitud del conocimiento. La magnífica figura de Adriana Zarri, su honestidad intelectual y creyente, no podian dejar de encontrar el máximo respeto y la máxima consideración en el mundo de la cultura laica y progresista.]
Estrofa final para un poema…
En la casa, sin boato,
yo y Pangur Ban, mi gato,
cada uno por su parte
afinamos nuestras artes.
Poema anónimo del siglo IX, atribuido a un estudiante irlandés, discípulo de San Patricio, patrono de Irlanda, y escrito en el margen de un manuscrito de las Epístolas de San Pablo.
Saludos.
Si se ama y se lucha por la vida, se hace allí donde se hace presente, sin excepciones. Yo al menos la celebro y la defiendo en mis hijos, mis amigos, mis niños, todos los rostros que forman parte de mi cotidianeidad…y en Coco y Elsa, mis dos sabios, suaves y empáticos gatos, con los que ya he compartido 12 y 11 años de mi vida…
Que hermoso es “sentir” tanta ternura como rezuma esta historia de amores.
Como nos dice Pepe, los humanos la hicieron sufrir, hasta la saciedad.
Su gata Archibalda, fue toda fidelidad, amor, entrega, escucha…
Cada día, paseo a mi nietico (bebe todavía) por el parque; su carita se llena de alegría, cuando paro su cochecito para que contemple a los perros jugar, correr…
Parece que los entiende; se ríe, y su risa, es un regalo para el “alma” y el corazón.
mª pilar
Al fondo del túnel, muy lejos, hay una luz.
Leonardo, acostumbrado a renegar por las negruras de Gaia, ha descubierto la lucecita.
Me recuerda la semilla de mostaza…
El amor no conoce fronteras ni siquiera aquella que nos separa de nuestros compañeros de viaje en este planeta llamado tierra.
Gat*s, perr*s, y animales de labranza… ¡Da igual!
Cuento lo que pasó la tarde que murió mi padre y que fue sobre las 18, 15 horas de un 18 de agosto de 209.
Ese mismo día y hora, la mula con la cual mi padre pasaba toda la mañana y parte de la tarde se puso a saltar como cada mañana cuando mi padre se acercaba a ella para aparejarla y salir con ella al campo…
Cuando nos llamó mi madre del hospital, ya sabiamos que pasó aquella tarde, mi padre estuvo y se despidió de ella, como lo haría de cada uno de nosotros, sin que supieramos interpretarle…
“La inteligencia ” de seres racionales, nos hace perder parte de otros sentidos.
¿Es Boff quien escribió este texto, la verdad no lo parece…?
Vaya, por fin encuentro algo que me gusta de Leonardo Boff.
En éste artículo me siento muy identificado. Seguramente porque es muy diferente a lo que he leido por aquí, hace poco, sobre la capacidad de los animales en relación al género humano.
Esta experiencia que cuenta sobre los gatos:
“” Su último artículo, publicado tres días antes de su muerte, se lo dedicó a su querida Archibalda. Con ella, como pude testimoniar personalmente, tenía una relación afectuosa, como de íntimos amigos.””
Yo nunca la he tenido con los felinos ( puede que fuese porque les miraba como candidatos a mi cazuela y ellos lo notarían) pero lo he sentido en toda su magnitud de la palabra “amistad- afecto” con mi perro “Conan” .
( un mastín gigantesco que tuve que sacrificar por viejo )
Hace siglos se les negaba el alma a los indígenas, negros y demás “rarezas naturales”. Hoy en día hay quien asume que los animales tienen alma igual que los humanos. Otro dijo que ” el hombre es un lobo para el hombre”.
Yo digo que bien nos vendría a los humanos copiar del comportamiento de los lobos, de los perros y de los ¿gatos?. ( bueno, igual soy un tanto racista respecto a los felinos.)
La superioridad de los animales respecto al los humanos ( hablo del sentido NATURAL) es manifiesta. Sólo carecen de una capacidad: los animales no saben hacer guerras ni conocen el petróleo ( oro, dinero) salvo porque les jode su medio natural de alimentarse.
Quizás por éso no se han inventado ningún dios ni han construido universidades para enseñan filosofía- teología.
Bien por los animales y bien por Leonardo Boff en éste articulo.
Hola!
No está mal, de tanto en tanto, re-cordar las Ultimidades, en este caso la Muerte personal.
No está mal, de tanto en tanto, saber de una forma de vida eremita.
No está mal, de tanto en tanto, re-conocer que la domesticidad es una experiencia sublime.
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Me alegra ver que Leonardo haya nombrado a su compañera Marcia.
Me alegra ver que Leonardo haya nombrado a Arturo Paoli, de enorme amistad con Jerónimo y Clelia Podestá, cuando residía en Argentina y nos encontrábamos en la calle Olleros de Buenos Aires. Actualmente está muy viejito en Italia.
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Este Artículo de Leonardo es una Fiesta de humanidad.
¡Vamos todavía! – Oscar.